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El Sacrificio del Dragón por Soushi chan 25

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Notas del capitulo:

Los personajes pertenecen a la autora Hinako Takagana, lugres mencionados e historia en la que se desenvuelve dicho fic es de la Película I´m Dragrón del 2015

Una borrosa y oscura vista era lo que observaba.

-(Donde...donde me encuentro?)

Intentaba moverme, pero el cuerpo me pesaba y sentía un ardor espantoso en uno de mis costados, era evidente que me entraba herido.

Con mucho cuidado, me apoyé con una de mis manos y tratar de mitigar el dolor, al verme de di cuenta de que ese lugar oscuro empezaba a tener forma.

Así como mis recuerdos...

FLASHBACK

Un ruido estruedoso en el cielo nublado se combinaba con el chocar del agua a mi alrededor.

-¿Qué es ese ruido?-preguntaba Isogai al otro lado, pude ver que aún sujetaba la cuerda que conectaba con mi bote.

-Isogai, mira...-Y, como si todos los malos presagios se hubieran materializado ahí estaba, aleteando y acercándose.

El heredero de Naga había regresado.

La gente gritaba de horror y mi padre pedía a gritos que me jalaran rápido al lado de Isogai.Yo solo podía escuchar el estruendo en intentaba alzar la mirada.

-(Demonios debo salir de esta maldita cosa!)-pero para mi mala suerte el rugido del dragón se escuchó tan cerca de dónde me encontraba que al momento de parpadear...

-SOUISHII-se escuchaba a lo lejos, por la voz aguda intuí que era Kanako, al intentar girar mi cabeza por levantarme pasó lo peor.

El jodido dragón había tomado el barquillo conmigo dentro.

-JALEN!!!-escuchaba esta vez una voz masculina y otros que le secundaban, por el sarandeo que se daba entre el jalar el barquillo y las garras que se ajustaban a mi cintura solo pensaba que moriría en ese momento.

-(Este es...el fin?)

Los gritos se escuchaban ahogados, lejanos...y todo se volvía oscuridad, lo único que escuché antes de perder la consiencia fue el gutural rugido del heredero de Naga.

FINAL FLASHBACK

Ya podía recordar el motivo de las heridas en mi costado y la ropa hecha girones. Lo unico que atrabezaba a mi cabeza era la idea de encontrar una salida.

-Solo están estas estúpidas piedras filosas, mierda!-de tanto ver por todos lados alcé la cabeza haca arriba, finalmente una salida.

Como pude trepé por las piedras que sobresalían hacía esa salida, el dolor punzante en mi costado quemaba, pero eran más mis ansias de encontrar la manera de salir de ahí sin que me viera el dragón que más que molestarme me impulsaba para trepar.

Fue entonces que por mi mente pasó algo casi calificado como epifanía.

-Mi...mi cabello (con el podría!!)- Y si, no estaba tan errado en lo que pensaba era una mala idea, tomé una roca filosa y le dije adios a esa maraña de cabello largo.

Por los jodidos dioses en lo que mi padre creía saldría de ahí aunque fuera en paños menores.

Con sumo cuidado, até varias rocas a las hebras del cabello haciendo separaciones cada cierta distancia.

-Listo, con esto si podré salir!-mencioné con orgullo de mi creación, nada podría detenerme, ni siquiera el jodido dragón.

Con mucho esfuerzo lancé la "cuerda" hacia arriba, esperado que se atorara lo más alto posible. A lo cual acertó en quedar sobre unas rocas y me aseguré jalando lo suficiente esperando no caer de lo alto.

Sin embargo no esperaba que hubiera animales salvajes en ese jodido lugar. Una especie de felino se acercó con fiereza hacia mi rostro e intentaba aruñarme.

-Alejate alimaña!-decía agitando la mano, pero ese ser solo gruñia e intentaba morder mi mano, provocando que cayera y lastimara mi costado herido.

-AHG!...estúpido gato!...Aléjate y deja de gruñirme-decía repetidas veces, el dolor volvió con más intensidad, provocando que brotaran lágrimas.

-Deja de agitar la mano, eso solo lo provoca-decía una voz proveniente de una de las paredes de roca. Eso me desconcentró un poco y el maldito felino extraño se acercó justo a mi yugular.

-¿QUIEN DIJO ESO?- pregunté alzando la voz, pensando de manera absurda asustar a esa alimaña peluda.

-Solo haz lo que te digo!-comentaba una voz masculina en total calma-Gira tu cara y muéstrale tu cuello y no le mires a los ojos, se alejará luego de eso.

No tenía nada que perder, podría atribuír esa voz como alucinación por mi herida y a la desesperación de salir a como diera lugar. Pero no había más opciones, asi fue que hice lo que dijo esa voz en la pared.

Y el estúpido felino o lo que sea se alejó a lo alto hacia la única salida para mi si es que no muero por esta torpe herida.

-Maldita sea, como arde...-me quejé al momento de que esa criatura se alejó...

-¿Te encuentras bien?-de nuevo esa voz me hizo girar a la pared de roca, en la cual se asomaba una enorme grieta por la que fácil cabe mi brazo.

Con cuidado, volví a levantarme para acercarme a dicha grieta. De manera tenue se observaba una silueta, era dificil ver para mi, desde siempre. Al enfocar un poco más en la oscuridad de ese agujero pude distinguir quien me hablaba.

-¿Tú quien eres?¿También te secuestró el dragón?-pregunté para saber si estabamos igual de atascados en este sitio horrible.

-Se podría decir...-contestó con cierta agitación en su voz-llevo desde que recuerdo en este sitio..

-¿Y tienes nombre?-pregunté, como minimo debo saber el nombre de quien me ayudó...

-No...tal vez lo tuve, pero ya lo olvidé...-contestó a secas para luego darme la espalda, pareciera buscar algo-ten, con esto tal vez se curen tus heridas.

Su mano atravesó la grieta, en su mano posaba una tela que traía hierbas molidas.

-Es...te lo agradesco...-dije sin más esperando que me diera su nombre, pero él insistió.

-Como te digo, he estado aquí demasiado tiempo, demasiado como para recordar algo como un nombre...-comentó asomando su vista a mi lado, solo podía ver sus ojos y un poco su nariz.

-En todo caso, te pondré un nombre....mmmm que será bueno...-comenté pensando en algo Fácil de recordar...-Oh! Lo tengo, serás Mori. Mori, yo soy Soushi- mencioné en lo que tomé la tela con las hierbas en intentando saludar.

-Mori...es un buen nombre...¿pero porqué Mori?-preguntó con cierta alegría en su hablar, pareciera que nunca ha hablado con alguien más.

 -Pues, no tengo idea, me suena lejano a nuestras tierras, solo sé que de algún modo te queda-mencioné y él solo siguió riendo-Oye si no te gusta puedo llamarte tarado...

...

-Bueno Mori, debes girarte para que pueda ponerme esto en mi costado-le comenté para que se girara, sin embargo...

-¿Porqué debo girarme?

-¿Qué acaso te gusta que te miren a medio desnudar? Se le llama privacidad Mori-comenté un poco molesto en lo que me giraba a quitarme este harapo y ponerme dichas hierbas en mi costado.

-¿Pero, que tiene de malo el mirarte? Me gusta verle tanto como me gusta ver a los animales y a las plantas o incluso al cielo.

-(Este imbécil no entenderá a menos que lo golpeé)-dije para mi, ya estaba más que molesto que me mirara tan insistente, me ponía de los nervios que me observara. Ya no le insistí y mejor cambié la conversación.-Has intentado escapar?

-Es imposible, el lugar es una isla-mencionaba para llevar su vista a un punto en su sitio.

-Debe haber manera, al menos he intentado algo con mi cabello-mencioné alzando la cuerda improvisada que hice con mi cabello.

-De ningun modo, aún si salieras fuera, el mar te mataría, es peligroso...mejor mantente aquí. Estarás a salvo del dragron, así el Mata dragones podrá encontrarte sin estar tú herido.

Ya me tenían hartos sus comentarios, así que por más advertencias que me dió le ignoré. De nuevo tomé la cuerda y la arrojé a lo alto.

-Souishi! Perdóname, no quería hacerte enojar, pero por favor no salgas-mencionaba suplicante en lo que nuevamente alzaba la cuerda, el de alguna manera trataba de convercerme sacando su mano por el agujero.

No era malo, tampoco tenía la culpa de que estuviéramos ahí encerrados en primer lugar, por lo que suspiré resignado y me acerqué a su mano para tomarla.

-Bien torpe Mori, solo por el simple hecho de ponerte nombre, no significa que confíe plenamente en tí. Pero viendo que no tengo opción haré una tregua-comenté en lo que movía mi mano asiada a la suya para pactar un acuerdo, que al parecer él no entendía.

-¿Qué es...tregua?-preguntaba, su voz se tornaba aguda, algo no estaba bien. Su mano aún sujetaba la mía y pareciera que su fuerza aumentaba.

-Mori, suéltame...ah!-exclamé pues su mano comenzaba a lastimarme. Fue entonces que me jaló hacia la pared.

-SOUICHI EL DRAGÓN!-dijo casi gritando.

-MORI! MORI!!- grité desde el otro lado, no podía ver nada y la pared comenzaba a retumbrar, me soltó de golpe haciendome caer sentado al piso.

Se escuchaban gritos y gruñidos.

-No puede ser!!!-dijé con ironía, pues el dragón se alzaba en lo alto de la única salida que había de mi lado.

" Ni creas que saldrás de aquí maldito humano "- su gutural voz resonaba en las paredes y parecía querer entrar a mi lado

Estaba en pánico y lo unico que podia pensar es que posiblemente algo le debió pasar a Mori.

-MORI!-grité nuevamente a la grieta, de su lado se miraban chispas, era extraño. El dragón rugió para luego alejarse de ahí.

Quedé estático unos momentos, ¿qué debía hacer?

-(Maldición...maldición, ese idiota!)...te dije que haríamos una tregua-dije levantándome de nuevo y tomando una enorme roca.

Esto no puede quedar así, no ahora que puedo contar con ayuda.

-CARAJO! MORI, ¡¿DÓNDE ESTÁS?!-gritaba en lo que golpeaba con la roca entre la grieta, estaba en completo panico que mi raciocinio se fue algún lado.

La pared cedía y las rocas alrededor de la grieta comenzaron a caer.

-(¡Mierda!)-las rocas cayeron, dejando suficiente espacio para poder ver el lado de Mori, por lo que me atreví a ir a su lado del muro, tal vez encuentre manera de que ambos salgamos de esta jodida isla.

-¿Mori?¿Mori, dónde estas?

De su lado había chispas de fuego y leves llamaradas en el suelo, algo era extraño.

Caminé en la ocuridad de ese sitio, sin señal alguna de Mori. Tal vez era una buena oportunidad de huír. Pero siempre el destino tiene algo preparado...

...

Si las historias siempre comenzaran con algo bello y fantasioso, no sería una historia interesante de contar.

Las verdaderas historias siempre tienen matices dulces y amargos, como los sabores en los alimentos que llegan a tu boca.

El joven príncipe, no sabía que justo alzando su vista se encontraba el heredero de Naga, asechando en la oscuridad.

Y su vida corría un gran peligro.
Un gruñido lo alertó y se echó a correr.

-(Estupido dragón deja de seguirme!!!) ahh!- gritó en desespero, el aleteo de aquellas alas lo hacían solo arrepentirse de haberse comprometido con el Mata Dragones

¿En que demonios pensaba su familia? Se preguntaba en lo que su agitado pecho bajaba y subía al encontrar donde esconderse. Los rugidos del heredero de Naga se escchaban demasiado cerca.

"¡TE ENCONTRÉ HUMANO!"-mencionó con esa voz demoniaca que le describía en las leyendas para luego de sus fauses expulsar una gran llamarada.

El príncipe tomó ritmo y de nuevo intentó irse por el pasillo que había usado para ocultarse, las sombras y luces le indicarón una salida que tomó sin ver lo que había.

Era un gran precipicio a una muerte segura.

-(Es cierto, es una isla...maldita sea)-el aire alzaba las hebras doradas que brillaban con la luz de la luna, estorbandole a ver mejor y tratar de buscar otra salida.

En eso se esucha la voz de Mori que provenía del mismo lado de dónde provenía Souishi.

-Souishi!...tranquilo

-¡¿Cómo quieres que me tranquilice?!-preguntaba en un tono alarmante pues debajo de las piernas de Mori estaba la criatura que pudo haberle arrancado la traquea.

-Gnev quieto ahí!-indicó al felino a su lado, lo que desconcertó e irritó al príncipe.

-Entonces, ¡todo este maldito tiempo has estado engañándome!

-Souishi! Yo...

-NO TIENES DERECHO A DECIR MI NOMBRE-la ira le provocó tanto en su persona, que no tuvo cuidado con el precipicio.

Haciéndolo caer.

...

-(¡Mierda mierda mierda!)aaaaaaaaahhhhhh-solo esperaba la inminente muerte que se acercaba más y más.

Mi padre siempre lo dijo, siempre fui muy imprudente cuando la ira me envolvía.

-SOUISHI!


El mundo se enmudeció y el tiempo parecía ir más lento. Que en cuanto volvía parpadear el brazo de Mori me rodeaba.

Intenté moverle, pero él era más fuerte, al punto de que su cuerpo se puso frente al mio.

-No me sueltes!-gritaba a pesar de que yo jalaba mis manos de su agarre. Luego de un gran empujón me pateó hacia arriba.

Lo que vi frente a mis ojos no tenía cábida.

Su cuerpo brillaba, como las brasas del más ardiente fuego. Y sus ojos, que antes parecían tener un brillo extraño comenzarón a verse más afilados. El no solo era Mori, un prisionero del heredero de Naga.

Él es...el heredero de Naga.


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