Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El cielo a mi favor. por Kidarachiin

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-Mierda... ggh...
 
-Quedate quieto y aguanta un poco más. Ya termino.
 
La ratoncita había intentado fundir la pierna de Zoro y así unirlo a otro metal. Fueron horas de tortura para el chico pero por fin lo habían logrado.
Cuando lo consideró listo, Robin lo ayudo a ponerse de pié. Al comienzo fue difícil caminar con su nueva pata de metal pero era mejor que nada.
 
-Gracias por la ayuda.
 
-No fue nada, así que... vienes de arriba.
 
-Necesito volver ¿puedes decirme como?
 
-¿No te parece que es un poco peligroso para un juguete ir sólo?
 
-No estoy sólo, tu vienes conmigo.
 
Robin sonrió, feliz por lo que escuchaba. Era normal para ella que el mundo hulla o la eche, era odiada. Es lo que tienes cuando eres una ratona, nadie te da una oportunidad. Sin embargo Zoro estaba allí, pidiendo su ayuda y encima ofreciéndole su amistad.
 
-No creo que vaya a ser muy bienvenida en tu hogar.
 
-¿Bromeas? Luffy te amara, y como vas vestida Nami tendrá mucho interés sobre ti.
 
-Te ayudaré a volver, pero no me quedaré.
 
-Eso esta por verse.
 
-Vamos ya, con suerte llegaremos a la superficie en la mañana.
 
---------- * * * ----------
 
El sol salía y el rubio no había pegado un ojo en toda la noche. La nicotina ya no podían calmarlo.
Cuando Nami y Luffy se había ido a la escuela, fue hasta donde Chopper y Usopp para preguntarles por el paradero del marimo.
 
-La última vez que lo vi, fue ayer en la noche. Estaba asomado por la ventana- comentó Chopper. 
 
Sanji sabia lo despistados que podían ser sus amigos. Sus hermanos le habían echo algo, pero igualmente el iba a volver, porque es fuerte, porque es valiente y porque no iba a romper su promesa. 
Marimo-kun iba a volver y hasta entonces, el también iba a ser valiente, pelearia a capa y espada. Sobreviviría hasta que Zoro regresara.
 
---------- * * * ----------
 
¿Dónde nos has traído Robin? -el paisaje se había tornado muy diferente. Los edificios y mansiones de alrededor habían cambiado por pequeñas y humildes casas, cerca de un río.
 
-¿Estamos en la superficie o no? Estamos fuera eso es lo importan-
 
-¡UNA RATA!
 
La vos de una mujer les dio la alarma para salir corriendo. Llegaron hasta lo que fue un montículo de basura cerca del río, se escondieron allí. 
 
-Por eso te digo que no puedo ir contigo, la gente me odia.
 
-Por favor Robin, tu conoces este lugar mejor que yo. Necesito que me ayudes a volver.
 
-¿Por qué insistes tanto en volver a esa casa? Por lo que se ve no te quieren en ese lugar. Eres un juguete, cualquiera quisiera tenerte.
 
-Un juguete dañado por si no lo recuerdas, y no me importa si soy bienvenido o no en esa casa. Hay alguien ahí que me necesita y le prometí que estaría con él, en las buenas y en las malas, hasta el final.
 
Robin se sentía conmovida. El momento se vio interrumpido cuando la marea subió de golpe y los arrastró río adentro. Se tomaron de las manos para evitar separarse y juntos dieron batalla a la corriente sin percatarse del depredador que los tenia en la mira.
Un esturión blanco de más de un metro y medio de largo se acercó a ellos y de un bocado los trago a ambos.
 
-¿¡Qué pasó!? -Zoro se alarmó.
 
-¿Qué más pudo haber pasado? Un pez nos ha tragado y ahora estamos en su estómago.
 
-¡Los ácidos!
 
-¡A ti no te harán nada, eres de plomo!¡Voy a morir!
 
-¡Espera!... ¿escuchas eso?
 
-¿De que hablas?
 
-Música...
 
Como pudieron, se pararon e intentaron seguir el sonido de la música dentro del estomago.
Robin iba detrás de Zoro intentando resguardarse de los ácidos estomacales que por momento los acechaban peligrosamente.
Cuando por fin encontraron el origen de tan bonita y alegre melodía, descubrieron que no estaban solos ahí dentro. Una calavera con traje tocaba el violín muy animado.
Pronto Zoro reconoció dos cosas; la melodía que escuchaba era "Sake no Binks", y quien la tocaba era su ya viejo y conocido nakama, Brook.
Claro, Robin no tenia idea de quien era y se alboroto mucho cuando se dio por aludida de que eso era un esqueleto.
Forcejeo con la chaqueta del peliverde, dándole el mensaje de que debían salir de ahí lo más rápido posible, o al menos antes de que esa cosa note su presencia.
La melodía llegaba a su cierre, Zoro se cruzó de brazos y espero a que finalizara. Jamás lo diría pero como disfrutaba de escuchar a su amigo tocar el violín. 
 
Cuando todo estuvo en silencio, solo podía oírse dos cosas, el río fuera de esa "caverna", y los ácidos ir y venir.
 
Brook levanto la cabeza y dirigió sus cuencas oculares hacia los nuevos "invitados".
Se levantó y con pasos lentos y torpes se acercó hasta ellos. Robin no se echaría atrás, estaba dispuesta a pelear si era necesario. Zoro permaneció tranquilo en todo momento. Cuando por fin lo tuvieron de frente y solo de frente, el esqueleto hablo:
 
-Señorita ¿podría ver sus bragas?
 
---------- * * * ----------
 
Ya habían pasado cinco dias desde la desaparición del espadachín y no había noticias.
El doctor y el centauro se mostraron muy preocupados por el estado de salud de su amigo Sanji. La vida de este se limitaba a estar en alerta constantemente por si sus hermanos lo atacaban. Y mirar tanto a la ventana como a la puerta por si algún día Zoro cruzara por ellas. 
Los muchachos se prestaron para velar por los sueños del rubio, esto significaba hacer guardia en las noches. Aunque a veces no era suficiente.
Ni Chopper ni Usopp podían estar al pendiente de Sanji las 24hs así que en esos pequeños huecos donde Kuroashi se hallaba solo, los tres Vinsmoke iban tras el y lo castigaban dejándolo echo una ruina. 
Lo único que lo mantenía en pie era la idea de que el marimo volviera al él.
 
-¿Aún piensas que sigue vivo?- le recriminaba Niji.- Aceptalo, esta muerto.
 
-Pero no te pongas triste hermano- Yonji escoltaba las burlas del mayor con más cizaña- pronto tu también lo acompañaras. 
 
-《Él no está muerto, Zoro tiene que volver... así le tome toda la vida, el va a volver, él va a volver, él va a volver, él va a volver, él va a volver, él va a volver, él va a volver》
 
---------- * * * ----------
 
-¡YA HAN PASADO CINCO DÍAS, NO PODEMOS SEGUIR AQUÍ!
 
-Zoro-san tienes que guardar la compostura. 
 
-No quiero y no puedo. Me urge volver.
 
-¿Es por el chico que me habías mencionado?- pregunto la morena.
 
-¿Chico?¿Quién?- se intrigó Brook.
 
-Es alguien que está en peligro, yo tenía que estar ahí para cuidarlo y miren donde estoy. Atrapado en un pez sin poder hacer nada, y quien sabe lo que esos malditos le puedan hacer.
 
-Zoro-san si quieres impedir que algo le pase, entonces nada pasaría con él.
 
-¿Qué?
 
-Esa frase me resulta familiar- sonrió Robin.
 
-El va a estar bien Zoro-san. Tu promesa de estar a su lado es mucho más fuerte. Eso le dará confianza, porque si eres un hombre de palabra, el chico esperará por ti, no importa cuanto tiempo pase. El luchará fervientemente esperando volver a verte.
 
-Sanji, su nombre es Sanji...
 
-Sanji-san, que bonito nombre.
 
Brook alguna vez también fue un muñeco perdido como Zoro pero a diferencia de este, Brook estaba echo de porcelana. Cuando el pez lo tragó, los ácidos comenzaron a hacer un buen trabajo descomponiendo todo su cuerpo hasta dejarlo en un simple esqueleto de base. Lo único que había quedado de el fue su cabello y lo que pudo salvar: su arco y violín. La ropa según el músico, era de otro juguete que no había logrado sobrevivir.
Al parecer el pobre había permanecido años ahí dentro sin nadie con quien hablar. Zoro y Robin eran las primeras criaturas con las que charlaba en mucho tiempo.
 
Un movimiento brusco en el exterior hizo que el pez se agitara. Brook y Zoro se habían transformado en escudos para la ratoncita, pues ahora el ácido estomacal se agitaba de aquí a haya.
El ruido y la agitación duraron por poco tiempo pero para ellos fue una eternidad.
 
-¿Qué está pasando afuera?
 
Todo se había calmado, todo, incluso en el interior del esturión las cosas parecían haberse tranquilizado.
Los tres comenzaban a sentirse inseguros allí dentro. Pronto los movimientos comenzaron a ser violentos nuevamente. Para la suerte de nuestros aventureros, los ácidos ya no quemaban, y eso solo podía significar una cosa.
 
-Lo pescaron.- pensó Zoro en vos alta.
 
-¿Qué?
 
-Lo pescaron, al animal. Miren, toquen el ácido, no hace nada. Y si miran bien, se darán cuenta de que tampoco respira.
 
-Eso no es nada bueno Zoro-san.
 
-Brook tiene razón, significa que la comida ya no vendrá y pronto moriremos de hambre... bueno yo si.- se angustio la dama.
 
---------- * * * ----------
 
Mientras tanto en alguna parte de la ciudad:
 
-Buenos días Dadan. ¿Lo de siempre?
 
-Hola Makino. No, hoy necesitaré algo más grande que una dorada. Los hermanos de Luffy vienen a casa y comen que da calambre. ¿Qué tienes?
 
-Bueno, hoy los marineros se hicieron con este gran esturión blanco de casi dos metros. ¿Qué te parece?
 
-Me lo llevo, pero bien se que solo con eso no se llenarán, malditos niños.
 
Cuando por fin llegó a la casa, Dadan instantáneamente se puso a cocinar. Comenzaría con la carne y otras guarniciones, el pescado iría para el final.
Por mientras, Zoro, Brook y Robin buscaban la forma de salir de ahí dentro. Habían propuesto la idea de que el peliverde utilizara sus espadas para cortar la carne del animal, pero elemental mi querido Watson, Zoro era un juguete dedicado al consumo infantil. Por ende, nada de él estaba diseñado para ser peligroso, incluyendo sus espadas. 
 
Dadan termino los preparativos y se aproximó a limpiar y corta el pescado adquirido en el mercado. Cuando lo abrió, tres pequeñas sorpresas la impactaron, una más que la otra.
 
-¡RATA!
 
Robin tomo a Zoro y Brook, huyendo despavorida de la cocina.
El espadachín reconoció de inmediato el lugar, así que tomo cartas en el asunto y guió a sus amigos hasta el cuarto de Luffy. Un punto a favor de ellos es que Mugiwara había dejado la puerta abierta y el estaba presente.
Robin se detuvo en seco, tenia miedo al rechazo del niño pero Zoro había sido tan insistente que por momentos se hacía ilusión de ser aceptada.
Brook se les había adelantado y comenzó a lucirse tocando el violín desde la puerta, para llamar la atención del niño. 
Luffy escucho la melodía y salio del cuarto y cuando vio a Brook sonrió y lo levanto. El esqueleto estaba tan nervioso como la ratoncita ¿el niño lo aceptaría incluso si no tenia un cuerpo normal? 
Los negros ojos del infante se posaron en la reconocida figura de su espadachín.
 
-¡Eh, pero si es Zoro! Creí haberlo perdido para siempre- por último se fijó en la coqueta ratoncita parada frente a él, que no dejaba de mirarlo con temor -¿Tu los trajiste?- Robin asintió con la cabeza mientras estrujaba sus dedos con ímpetu- Muchas gracias- Luffy le extendió la mano y ella subió sobre esta- Me encanta el músico, jamás vi un juguete así, es muy original. Me lo quedaré.
 
Brook quería llorar de la alegría pero eso significaría romper el código más importante de un juguete: no mostrar señales de vida ante los humanos. 
 
Zoro estaba muriendo por volver a verlos a todos. Luffy dejó a los muñecos en su cama y se llevó a Robin con él, dispuesto a todo con tal de quedarse con la ratoncita que le había traído no sólo un nuevo nakama, sino que también a su espadachín favorito.
Ni bien la puerta se cerró, el peliverde busco en la mesita vecina la figura del cocinero. Y ahí estaba, parecía exhausto y demacrado, el pobre era un despojo total.
 
-¡CEJAS DE SUSHI! -grito a todo pulmón. Más de una mirada se posicionó sobre él.
 
No había nadie más en el mundo al que se le ocurría llamarlo así. Sanji alzó la vista y allí lo vio sobre la cama de Luffy. Era marimo-kun, había regresado y estaba vivo. 
Ninguno de los dos se hizo esperar, corriendo y saltando hasta por fin estar cara a cara. La felicidad era desmedida tanto como el orgullo. No se atrevían a tocarse ni a decir la preocupación que sintieron, sin embargo sus miradas decían mucho, llenas de amor y confort ante la presencia del otro. Por primera vez en cinco días habían vuelto a sentir la paz que solo ellos sabían darse, e incluso en medio de sus peleas.
 
- ¿Qué te hicieron, pervertido?《Sanji, si supieras la euforia que siendo de volver a verte》Tu cara...《Creí que jamás volvería a verte.》
 
-Esto no es nada cabeza de alga.《Bienvenido a casa Zoro》He pasado por cosas peores《 No sabes lo angustiado que me tuviste estos días》Estaré bien《Creí que jamás volvería a verte》
 
Estrecharon sus manos como dos caballeros mientras se dedicaban una sonrisa. Ante las miradas curiosas sentían que no podían hacer mucho más que esto. Que triste.
 
Desde lejos Brook, Chopper y Usopp los contemplaban con alegría, sin siquiera atreverse a romper ese momento único para esos dos, tercos e ignorantes del amor que sentían uno por el otro.
 
Pero también habían otros tres pares de ojos que asistieron el momento, cargados de veneno en sus pupilas. Pronto estarían maquinando su nuevo plan para deshacerse del espadachín de una vez y para siempre.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).