Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un único alma. por Junsuhiroishiwata

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La sola sensación de calidez en su pecho era vana, ahora estaba más lejos de lo que esperaba. Pero... ¿En que diablos pensaba? Cuál hubiera sido aquel pronóstico que pudiendo prever, no le llevaría ha este mismo camino. Y ahora, abrazado contra su temeroso pecho, oía la respiración de un arquero consternada.

—Estás despierto. — Su voz sono, ronca aún y con un gran ímpetu de depositar un suave beso sobre su frente. Justo en el lugar dónde la leves marcas de angustia se hacían remarcar aún más. Hace horas que estaba despierto, claro. Contando con la percepción de que ahora mismo era de madrugada. Y que él mismo tenía que resignarse a dormir. Al menos hasta que pudiera hallar algún tipo de consuelo. Seguía pensando, ahondando en la intriga que se cernía por todo su corazón.

«En verdad no sé que hacer.» De nuevo percibía aquel lugar. Vacío, tan vacío de principio a fin que podría asegurar que temió perderse. El lugar; —aún desconocido para el. — ahora resurgía. Asestándole carga emocional indesable.

El cuerpo, cálido y junto de él. Solo dio un pequeño indicio de que clint seguía en un profundo hoyo ya bastante hondo. Al fin, aquel logró dormir. Librándole de mucha preocupación por verlo tan indefenso y en una postura contraria a la que. En otra caso, le hubiera gustado percibir en él.

Y salió de la cama, impulsado por unas extrañas ansias de buscar. Libros, o cualquier información bienvenida para dilucidar soluciones. Opciones, futuros casos para batallar con la ahora irrupción de una gema. Y para mayor colmo, la del alma.

Al caminar, rápido. Y tan deprisa, tropezó con una estantería, de aquellas que nada malo guardaban. Por el suelo, siendo precisos. Se asomó una curiosa y sencilla tapa. De colores ébano, empastado en una serie de colores acre. «Hmp. » respiró, pues aquello le había golpeado tan fuerte el dedo más pequeño. Que ahora sentía un dolor perdurero. Agobiante al avanzar, y con un dejo de inferencia. Tomó aquel, solo para dejarlo en el mismo lugar de donde habia caído.

Al notar el título, un extraño click se profundizó en la coraza del corazón. "Mitología" decía aquel. Pero en cambio, la simpleza y causalidad del asunto. Desconcertante; al momento le dejó. Pensando en otras formas, en libros aún sin conocer y de índole prohibida inclusive para el.

—Oh. Te levantaste.
Vocifero, extrañamente alegre. Le veia renovado.

—Escuche un ruido y vine a ver que todo estuviera bien—. Dijo; acercándose. Mirándole, primero la barba desordenada. Luego los ojos aún adormilados por la hora exacta. Le besó, dejando un simple beso sobre sus hinchados labios, clint le tocó las mejillas anormalmente embelesado.

—Nada de que preocuparse barton.

De nuevo, el tono profesional que a veces hastiada a sus amigos. Pero al ver a barton no vislumbró repudio. Sigo mirando sus ojos brillantes como en el momento en que se vino dentro. Hondo y lento.

—Imagino. Que tenías ganas de leer.
Clint miró por lo bajo, libros abandonados hace tiempo seguían ahí. Aún si stephen lo negaba, el quería una solución. Pese a su repentina atracción por el hechicero supremo. Extraño, no era lo que buscando pero halló cariño. Una satisfacción al estar a su lado, tan de repente que su cabeza en vez de dar vueltas. Solo lo aceptó. Aún si stephen disfrutó de un rato, de su constante debilidad. Bueno, en realidad nunca imagino que también le quería. No, lo más seguro era el principio de un engaño, otra vez la gema de jugaba una mala pasada.

—Si. Un poco.

—Y de que era el libro que recién metiste.
¡Oh no! Le había visto en el acto. Stephen respiró. Sacándolo solo para ahorrarse las explicaciones banales. Enseñó pues una página, "mitología griega" —Le leyó.

—Mitología griega. De hecho, más que una sección de conjuros. Se centra en las leyendas antiguas. Mucho antes de la llegada de los celtas a las galias.

—Ahora que lo dices. Recuerdo algo—. Carraspeo y se puso firme. Sereno, retomando.

Strange alzó una ceja esperando.

—Cuando fuimos a Vormir. Natasha y yo. En aquel planeta con un enorme desierto, el guardián mencionó una maldición. Su búsqueda por una gema le transportó ahí. Pero, estoy seguro que cuando desperté. La gema brilló, tanto como lo hace cuando se presentan las visiones.

Sospechoso, strange pasó una mano a su barbilla. Recordando, en efecto. El constante esplendor que les iluminaba el sendero hacía la vista de cosas que ya no existían. Natasha, Tony. Y hasta inlcuso él, ver sin tocar a lo lejos a Ancestral. Y, queriendo no hacer algo que le mostrara al adverso aflicción. Le acarició la cabeza; como a un perro a decir verdad. Pero con tanto aprecio, que después de tantos años "muerto" tembló ante la idea de verse tan profundamente conectado con otro hombre. Más que nada hombre, pues aún sin decirlo. Era escrupuloso.

—Mucho se decía que las gemas tiempo atrás solo podían ser manipuladas por seres. Uhm, demasiados poderosos. Desconozco, aún ante esto. Sí, para la del alma se aplica ese mismo ultimatum. Pero, eres mucho más de lo que aparentas—. Sonrió.

Clint, quién hasta entonces había pasado por cosas que a nadie le deseaba. Incluso muerte y traición de familia. Desaparición, desespero. Desilusión, se conformaba con este acompañante. El sabía sin embargo, que podía ser solo un juego. Un experimento que, un mago tan absoluto de su clase pudiera hacerlo pasar como repentino interés.

—Eso podría tomarse como cumplido—. Preguntó.

—Tomalo como quieras.

Encogiéndose de hombros, miró absorto sus labios. Rosas y con el delineado de algo extravagante.

—Lo tomaré como una invitación para regresar a la cama.

«Oh. —Entendió la indirecta. Besando primero sutil su frente. » Y luego pasando a rozar sus tibias manos por sus delegados cabellos rubios torna castaños.

No era momento, en realidad sí. Pero dentro, muy dentro. Stephen sabía que su dirección se desviaba, no al sentido en que uno pudiera tomarlo profesional. Sino al ámbito donde los límites de inmoralidad laboral le tacharian de depravado, y el mismo también se preocupaba. Sabiendo desde siempre que su tinte don Juan solo aplicaba a mujeres. El tener un hombre entre sus brazos, jadeando. Era algo que ni en la batalla contra thanos hubiera visualizado. No lo creía, aún tomando con ahínco el mentón de clint para compenetrarse de lleno en su corazón.

«Stephen. —Gimio» no soportó más. Se lo llevó directo a su lugar escondido. A una parte dentro de si mismo que se guiaba con la bondad que el otro reflejó en el lugar dentro de un "alma".

Amanecía cuando ambos se mantuvieron ligados por una mano. Respirando tranquila, íntima y "amorosamente".

”””””” ✧❃✧””””””


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).