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DR. JEKYLL Y VANTE por juda

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La policía llegaría y necesitaban un resultado positivo en la sangre de Matías.

Su rubio le dijo que tuvo vómitos y Esteban creía firmemente que el organismo de Matías casi no tenía drogas encima, que su estado catatónico cuando lo encontró era más que nada producto del shock traumático.

El suero que le había administrado estaba limpiando la sangre, si le hacían una nueva prueba no estaba seguro de que obtuvieran un resultado positivo.

-Vístete -ordenó, mientras lo abrazaba suavemente para levantarlo.

-A donde vamos?

-Al laboratorio, tengo que asegurarme que están haciéndole los estudios a tu sangre.

-Ok, ok! no me dejes, voy con vos -contestó Matías, pálido, temblando, haciendo lo posible por apurarse para que su hombre completo no lo dejara atrás. Esteban se dio cuenta y lo paró.

-Yo te vestiré, no quiero que salga la cánula -dijo con suavidad mientras le alcanzaba un pantalón amplio blanco y le ponía una bata por la espalda para que se cubriera con ella el torso desnudo, le besó la frente mientras le acomodaba el cabello y Matías se sintió tan niño, tan protegido, que la estructura interna que tenía comenzó a desmoronarse. Lo miró con un puchero en la boca y Esteban besó ese gesto.

-Todo va a estar bien, yo estoy aquí! -aseguró y salieron juntos, el pelinegro sosteniendo en alto la bolsa con suero, sujetándolo por la cintura.

-Estoy bien, no me voy a caer. Estoy bien -explicó y Esteban comprobó, mirando sus ojitos, que si había drogas en su sistema ya casi no estaban. Necesitaba con urgencia la muestra de sangre que le había sacado ni bien llegaron al hospital.

Laboratorio estaba en el siguiente piso, Matías se apresuró y él no objetó, tenían que llegar con urgencia.

Esteban abrió la puerta; cuando la doctora giró y arrugó el ceño al descubrir su cicatriz, supo que su hermano ya había andado ahí.

-Doctor! -habló incómoda.

-La sangre! está analizada?

-Si, iba a bajar para llevarle el resultado -habló con cuidado mirándolo a él y al rubio pálido que se aferraba a su espalda.

La mujer le extendió la hoja y el pelinegro la leyó.

-Doctora.

-Si?

-Vine con anterioridad?

La mujer tragó saliva, no sabía en qué lío de hermanos se estaba metiendo.

-Doctora!!

Hizo un asentimiento con el rostro.

-Me dijo que se había lastimado el pómulo.

Esteban giró y miró a Matías con desesperación.

-Doctor! disculpe, por favor, no quiero tener problemas, este trabajo...

-Tranquila, no perderá su lugar en el laboratorio.

Salieron, Matías ahora casi trotaba detrás de Esteban.

-Qué pasa?

-Tu análisis salió negativo.

-Fue porque vomité? Te juro que me drogaron, Esteban!

-No dudo de ti!!! -aclaró tomándolo del rostro y besándolo cuando sintió que la voz de Matías se quebraba ante la desesperación. -Pero te metiste en el camino de mi hermano y cuando alguien lo molesta, limpia la carretera.

-Dios! ¿me matará?

-No! Amor, no! Mi hermano no es un asesino, tiene las amistades equivocadas, y el dinero y el estatus son prioridades para él... pero no es un asesino. Lo que busca es quitarte credibilidad.

-Si estás tan seguro de él, entonces crees que encontremos a Thiago con vida?

El celular vibró en su pantalón, era su secretaria.

-La policía está aquí. Te tomarán declaración. Tómate tu tiempo y explícales todo. No te pasará nada mientras estés con ellos.

Matías se aferró a su brazo y se agitó.

-No me dejes solo!!! por favor!!!

-Matías, es la única manera que tengo de buscar a Thiago en el hospital. Si ese chico está herido, estoy seguro que está aquí. Estarás a salvo con ellos.

Matías casi se sienta en el piso y llora, casi salta sobre él y le ruega que no lo deje, casi grita y pide que lo despierten, que es imposible que todo ésto le esté pasando en realidad, que es una pesadilla y ya quiere despertar... pero tiene que ser valiente, la peor parte no se la había llevado él, sino el otro cantante.

-Ok, búscalo.

***

Esteban se fue hasta su escritorio y sacó un pote de maquillaje, lo olió, eso debía estar vencido pero lo necesitaba por unos minutos. No creía que pudiese burlar a Helena, la mujer era el perro guardián de Ernesto, pero al menos lo intentaría.

¿Hacía cuanto no hacía esto?

Esteban se había hecho la cicatriz en el pómulo en la adolescencia, luchando con su hermano por llegar a un videojuego y para muchos, ese era el único detalle que los diferenciaba.

Cuando Ernesto quería hacerse pasar por su hermano, se ponía una bandita en el pómulo y cuando le tocaba el turno a Esteban de pasar por su gemelo, se maquillaba su cicatriz hasta hacérsela desaparecer. Era un juego que los divertía cuando eran chicos, cuando los juegos aun eran inocentes y no había personas involucradas de por medio.

Salió decidido, no estaba seguro de que el truco funcionase esa vez.

Intentó entrar en el sector F donde estaban los pacientes internados de Ernesto.

-Doctor! el muchacho que ingresó hace unas horas... -dijo Helena, pero cuando Esteban volteó a mirarla ella quedó dura en el lugar.

-Si! Dime como sigue el paciente!

Helena hizo un paso atrás!

-Helena dime como está el paciente! -exigió Esteban.

Helena dudó, la cicatriz no existía pero estaba segura en un 99% que ese no era su jefe.

-Helena!!! No puedo perder el tiempo, mujer! -gritó y la fémina pegó un salto en el lugar.

-Los signos vitales son estables. Se le realizaron las suturas. -no sabía si continuar dando el informe, hizo otro paso atrás.

-¿Dónde está el paciente?

Eso lo delató. Su jefe había ingresado personalmente al muchacho y había elegido la habitación.

-Dr. Esteban, esta no es su área -susurró y Esteban giró y avanzó por el pasillo, abriendo las puertas y mirando en el interior. -la policía está abajo, Helena, si escondes a un paciente... tu también irás presa.

-Dr. Esteban! -gritó, pero el pelinegro seguía entrando en las habitaciones así que a la mujer no le quedó más opción que salir corriendo en busca de su jefe, saltó sobre su teléfono y estaba marcando su número cuando ingresó Ernesto en el sector, discutiendo con el Sr. Ramirez.

-Doctor!!! Su hermano está dentro, no pude sacarlo!! -gimió asustada y Ernesto se metió como bala en el sector F, no fue necesario entrar a la habitación 28 porque la puerta se abrió y apareció Esteban arrastrando la cama hospitalaria con ruedas.

-Esteban! -susurró poniéndose a su paso.

El hombre completo los miró a ambos y los señaló con el dedo índice.

-Apártense o la policía se enterará de esto!

-Esteban, no sé que estás pensando o qué te metió en la cabeza Vante, pero no puedes llevarte a mi paciente. Este hombre necesita atención médica.

-Y se la daré!!! pero en mí sector y bajo mí vigilancia! Es el único paciente que tienes registrado como NN, me imagino que si no conoces su identidad ya habrás realizado la denuncia policial!

Ernesto se quedó mudo.

-Esteban, no te metas en lo que no te incumbe -siseó desde atrás Ramirez y Esteban empujó la camilla golpéandolos a los dos.

-Si se metieron con Vante, también se metieron conmigo. Hazte a un lado Ernesto y llévate a la basura que tienes como amigo, no me voy a comportar como una bestia, bastante lo es la inmundicia que tienes a tu lado, pero haré todo lo posible para que pague porque lo que le hicieron a Vante.

-Esteban! El cuerpo está lavado, no hay manera de conectarlo con el Stigma y si haces una denuncia, no podrás proteger a Vante. Lo perderás. -amenazó Ernesto y a Esteban le temblaron las piernas, las manos, el pecho, pero apretó los dientes y trató que no se notara el terror que le jugaba a las damas chinas en las tripas. Desvió la vista hacia Ramirez. El hombre había sacado el celular y lo tenía en la mano.

-Me llevaré a este paciente, yo lo atenderé, no diré nada y ustedes nunca más mirarán a Vante.

Los hombres dudaron un segundo, pero Ramirez le tomó el hombro a Ernesto y se hicieron a un lado.

Esteban llamó al ascensor de carga y cuando desapareció con el paciente, Ramirez bramó.

-Haz desaparecer al chico y a tu hermano también.

-Esteban no dirá nada, él no...

-HAZ DESAPARECER AL CHICO Y A TU HERMANO TAMBIÉN O YO ME ENCARGARÉ DE TODO Y LA DESAPARICIÓN DE TU HERMANO NO SERÁ EN TÉRMINOS AGRADABLES.

Ernesto tragó saliva. 

Ramirez se dio media vuelta para salir y el hombre incompleto habló.

-El cantante tiene sangre 0 negativo.

El hombre se detuvo en seco.

-En ese tal Thiago tienes los riñones que necesitas.

Giró despacio. La sangre 0 negativa era rara, sólo el 7% de la población la tenía y Ramirez estaba desesperado por conseguir un donante con su mismo tipo sanguíneo.

Ramirez se moría.

-No me mientas!

-No te miento. Thiago es compatible.

-¿Cómo harás con tu hermano?

-Mi hermano es lo de menos. El chico Thiago se está muriendo, no creo que sobreviva hasta mañana. El trasplante debe ser realizado hoy.

Ramirez se acercó a él y lo agarró por la solapa del uniforme.

-Si me estás mintiendo!!

-Qué ganaría con mentirte??

Se alejó agitado, llevándose la mano a la comisura de los labios.

-Qué tengo que hacer?

-Tienes que quedarte, te internaré, recuperaré el cuerpo y haré el trasplante. Por supuesto que querré mucho más de lo que sueles darme.

-Tendrás más... tendrás mucho más!


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