Matías rebotó sobre la espalda del médico, el hombre más bajo giró y le puso las manos en la camisa para intentar alejarlo.
-Te voy a matar. ¿Creíste que si estaba lejos te podrías quedar con Esteban?
-Esteban se está bañando!
-Hijo de mil puta! encima me lo refriegas en la cara!
Carlos luchaba por sacárselo de encima, Matías había puesto las manos en su cuello e intentaba apretar, pero el médico había deslizado las manos hacia su cabello y se lo tiraba con fuerza.
Se abrió una puerta.
-Carlos! iré a hablar con mi Maty, calentaré luego la cena. Creo que iré mañana a verlo, lo extraño mucho! -gritó su voz y el que antes era rubio y ahora lucía una cabellera más corta y oscura, se levantó de un brinco y corrió hacia la voz de su amor.
Trotó por un pasillo, llegó a una bifurcación, miró a la derecha, a la izquierda, y vio la espalda de su adonis ingresando en un cuarto. Corrió y se tiró sobre él, riendo.
Esteban recibió el peso de su saxofonista hermoso en la espalda y cayó de rodillas. Matías resbaló por su cuerpo y salió rodando por un lateral, se levantó de un brinco y regresó nuevamente, esta vez se le tiró de frente, Esteban atontado por el golpe había erguido el tronco cuando otra vez fue atropellado y esta vez cayó de espaldas.
Vante se aferró a su boca como si esta fuera el aire que necesitara para subsistir, pero el hombre completo no lo besó. Lo apartó y lo escaneó.
Tenía el cabello despeinado y toda la camisa abierta sin botones, como si alguien se la hubiese querido arrancar del cuerpo.
-MATÍAS! -gritó y el ex rubio se tiro sobre él nuevamente. -MATÍAS! -vociferó de nuevo sacándoselo de encima con gran esfuerzo -POR QUÉ ESTÁS AQUÍ? QUÉ TE PASÓ? -tenía unos dedos marcados en el torso como si lo hubiesen arañado. -DIOS! TE ATACARON?
-No! -gimió mirándose el pecho descubierto y la camisa rota. Tragó saliva y se levantó intentando acomodarse el cabello.
-Por qué estás aquí?
-Esteban! -gritó Carlos apareciendo en escena, estaba en la misma situación calamitosa que su amor. -Dile a éste cavernícola que no tengo algo contigo, es la segunda vez que me ataca.
Matías vio cuando Esteban abría grande los ojos.
-Así que aparte de roba machos eres un buchón de mierda? y encima me dices cavernícola? -siseó girando hacia Carlos y Carlos salió corriendo con Matías por detrás.
15 minutos después...
-Cómo se te ocurre buscarme por toda la ciudad??!!! te llevé lejos para que no te encontraran y ahora te paseas por todos lados!! no entiendes que tu vida corre peligro?
-No me pasee por toda la ciudad!!! solo fui a tu casa y luego al hospital!!!
-Pudieron verte!!!
-Estoy distinto!!!
-Crees que porque te pintaste el pelo de otro color ya nadie te reconocerá? crees que son estúpidos?
Matías estaba sentado en un sillón con las rodillas en el pecho, tenía la cara oculta en el hueco de sus piernas y respondía desde ahí. Esteban se paseaba por la habitación hablando en voz alta, no solía gritar ni enfurecerse, pero Vante le había hecho perder la paciencia.
-Y cómo crees que podría estar con alguien más??!! pensé que estábamos juntos!!!
-Si lo estamos -gimió levantando los ojos llorosos, haciendo un puchero.
-No hagas esa cara, Matías! No puedes ponerte a llorar luego de que provocaste este revuelo, compórtate como un hombre grande.
-Me comporto como un hombre enamorado!!! quería verte!!!
-Casi te matan, sabes que te buscan, puse mi propia vida en peligro y ahora te apareces por aquí!!! Atacaste a mi colega y no es la primera vez aparentemente. Estás actuando como un hombre enamorado estúpido!!
Matías se paró de un brinco, hizo un paso hacia él y le propinó una trompada en pleno rostro. Carlos estaba en la reunión sentado en la otra esquina del salón y al ver que el psicótico atacaba al que se suponía que era su amor, saltó por sobre el sofá y huyó de la casa.
-VINE A VERTE PORQUE NO DOY MÁS! PORQUE NECESITABA TENERTE CONMIGO! ¡¿DE QUE MIERDA ME SIRVE ESTAR EN OTRO LADO, CUIDANDO MI PUTA VIDA, SI ESTOY SOLO?! -gritó y salió apurado. Tomó el vehículo y regresó a la casa en medio del bosque, hipando, llorando a los gritos. Sin atender el celular que no dejaba de sonar a su lado.
Sabía que el auto que lo seguía era el de Esteban.
Ninguno de los dos vio el tercero, que a una buena distancia, seguía a los enamorados.
***
Matías entró dando un portazo y le puso seguro, cerró las cortinas de las ventanas mientras veía como Esteban se apeaba de su vehículo y corría hacia la casa.
-MATÍAS!
-No, Esteban Morley, te vas. Esta noche me quedaré aquí porque no tengo a donde ir, pero mañana te devolveré tu puta casa y te puedes meter tu protección por el culo. -gritó -Y no le hice nada al estúpido de tu compañero, sólo quise dejarle en claro que eras mío. No lo golpee. Si lo hubiese golpeado como se merece no estaría vivo. (enano de mierda) -susurró para si mismo. Estaba con el pecho apoyado en la puerta y mientras le gritaba, pegaba patadas cortas a la puerta.
-Te dije que cerraras con el pestillo la ventana de atrás y estaba sin protección!!! -gritó Esteban desde su espalda y Matías casi se cae de culo por el susto. -Cualquiera podría entrar!!
-Quien va a entrar?? Me trajiste a la nada misma. De noche me cago de miedo! y no tengo miedo de que vengan a matarme sino de que aparezcan fantasmas por medio del bosque!
-Fantasmas??!!
-Estar aquí es horrible. Mañana mismo volveré a mi rutina normal. Andrés cree que estoy muerto, tengo el cabello de otro color, nadie me reconocerá.
-Dios, Matías! Deja de comportarte como un pendejo!!
Matías hizo dos pasos hacia él y Esteban no se inmutó!
-Estás buscando otra cicatriz?
-Estoy buscando que no te maten!
Y Matías se dejó caer al piso con estrépito y se hizo un ovillo.
-NO QUIERO ESTAR AQUÍ SOLITOOOOO!!!
A Esteban le latía con fuerza el corazón, si el ex rubio decidía atacarlo de nuevo no sabría qué hacer. Nunca en su puta vida se había agarrado a golpes con nadie. Ni siquiera sabía cómo se pegaba un puñetazo. Tampoco quería golpearlo, sabía que estaba con una crisis nerviosa, pero por Dios que pegaba fuerte! Si le pegaba de nuevo no sabía si lograría no desmayarse, estuvo a punto de hacerlo en la casa de Carlos. Había visto con el rabillo del ojo como su compañero huía y por una milésima de segundo se tentó de seguirlo!
-Maty -susurró acostándose en el piso, junto a él -Aquí estoy. Ya no estarás solo.
-Te irás enseguida -gimió -y volveré a quedar solito.
-No, Maty. Mañana mismo veo un departamento para los dos en la ciudad, te deberás quedar adentro, pero estaremos juntos, te parece bien?
-¿Me lo dices en serio? -susurró apareciendo desde el nudo de brazos y piernas que era.
-Te lo digo en serio, bebé.
Esteban se puso sobre él y lo besó, lentamente primero, desesperadamente después. Él también lo extrañaba, él también necesitaba a su saxofonista en su cama, durmiendo sobre él, reformándole el esqueleto a base de patadas durante la noche.
-Te quiero bebé -le dijo sobre los labios y Matías lloró un poquito por la emoción, antes de comenzar a desnudarse. En tiempo récord la ropa voló por todos lados y por fin la piel de ambos se encontró en toda su extensión.
Esteban lamió la piel y evitó pasar por las heridas redondas y rojizas que dejó el cigarrillo en el pecho y en uno de los pezones de su hombre infernal y llegó apurado hasta la pija bendita que ansiaba más que al oxígeno mismo. La chupó con esmero, babeando todo el sexo para que la saliva se esparciera hasta su entrada y con los dedos comenzó a dilatarlo.
Matías aprisionó con las piernas la cabeza de Esteban, con las manos se prendió a su cabello y guió la cabeza, que bajara más, que lo lamiera más, más rápido, más hondo, más caliente, más demencial, más todo, quería todo en su pija, todo el mundo en la lengua de su pelinegro increpando a dios a través de su glande.
Gritó fuerte cuando se corrió y Esteban hizo ruiditos dulces cuando se tragó el semen.
Matías quedó rendido en el piso y no objetó nada cuando su hombre se puso sobre él y lentamente comenzó a penetrarlo. Lo hizo con tanta dulzura que la pija no tuvo tiempo de disfrutar de ningún reposo, la próstata fue estimulada y perdió el control. Intentó levantarse para sentarse sobre él pero no pudo, le fallaban los brazos, las piernas, así que Esteban aprovechó y tomó el control. Mientras lo miraba, todo transpirado, el rostro rojo y agitado, lo penetró fuerte, elevándole las piernas para que su cuerpo pudiera introducirse lo más hondo posible. La polla metida en el culo era la analogía perfecta del despertar del amor en su estado más primitivo y puro.
-Te quiero, Esteban. -gimió cuando el pelinegro emprendió una embestida brutal.
-Te quiero, Maty -gritó cuando acabó en las entrañas de su adonis de carne y hueso.
***
Andrés recibió nuevas fotos, éstas eran de Esteban y un hombre de pelo negro en pleno acto sexual. El mensaje, aparte de imágenes, tenía direcciones.
Estaba casi seguro que ese extraño de cabello negro, al que no se le podía ver con nitidez el rostro, era el verdadero Vante y no el puré que le habían mostrado con anterioridad en la morgue.