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DR. JEKYLL Y VANTE por juda

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El informante le había comunicado que los amantes pensaban alquilar un departamento y vivir juntos en la ciudad.

Andrés sonrió.

Esperaría que se asentaran, seguramente si decidía actuar al día siguiente encontraría a uno solo en la casa, y tenía la firme intención de matarlos a ambos. Eso le enseñaría a Ernesto que con Andrés no se jugaba.

Cerró los ojos complacido, quería convertirse en una leyenda, que todos hablaran de él con miedo y respeto. Le llevaría a Ernesto la cabeza de su hermano en una caja envuelta en celofán coronada con un moño gigante.

"Síganlos" ordenó "Cuando los vean contentos comiendo perdices en el nuevo hogar, me avisan nuevamente."

Una semana después...

Jeremías había salido a trabajar y Thiago estaba curándose una de las heridas que se negaba a cicatrizar. Tras una discusión con su hombre había empezado a curarlas él solo. Thiago quería salir, volver al Rapsodia, cantar nuevamente; pero Jeremías se lo negaba categóricamente.

Ahora Thiago era rubio y estaba dispuesto a conseguir empleo en cualquier pub. Así tuviese que buscar por zonas limítrofes de la ciudad, en los sectores de mala muerte, no le importaba, necesitaba sentirse útil de nuevo, regresar al departamento con dinero y colaborar para el alquiler o la compra de alimentos.

La herida más profunda, la del costado derecho, supuraba. Escondía ese detalle. Si aparte de quedarse en la casa como un inútil, Jeremías debía lidiar con un hombre constantemente enfermo, iba a ser demasiado. Thiago quería ser de utilidad, volver a ser el de antes, temía en lo más profundo de su alma que su Jeremías se cansara de él y lo abandonara.

Se apretó la herida caliente y saltó pus.

-Me cago en la mierda con esta porquería -gritó solo en el baño haciendo una arcada, tomó el frasco de alcohol y se preparó, la mano le temblaba, se imaginó con un trapo atado en la cabeza, en medio de un bosque, muy a lo Rambo y se tiró el líquido en la herida. Pegó un alarido que nada tenía que ver con los gritos roncos de Stallone y comenzó a dar saltos por todo el habitáculo. Dolía como los mil demonios. Salió del baño agarrándose del costado, le saltaban las lágrimas por el dolor. ¿Debería ir al hospital? No. Jeremías se preocuparía y ya era demasiado para su amor: tener que cuidarlo y trabajar por los dos. Con una gasa embebida en el alcohol intentó drenar la herida. Estuvo casi media hora en ese detalle hasta que se fue a su habitación y se tiró en el colchón para descansar (no tenían cama, era solo un colchón en el piso, pero no les importaba. Siempre y cuando estuviesen los dos abrazados en ese lugar, no había pobreza que importara una mierda).

Sonó el celular y se asustó. Miró el número que lo llamaba y se le iluminó el rostro.

-Vante!!!

-Adivina!

-No sé, dímelo!

-Estoy en una casita que alquiló Esteban para los dos, ya me mudé. Estoy a unas 20 cuadras del hospital. Metidos en medio de unos departamentitos de mala muerte. Sé que Esteban se debe sentir como que está viviendo en medio de las cucarachas, pero yo estoy que me muero de la felicidad.

-Cuanto me alegro, Vante!!!

-Me puse firme! tu me dijiste que debía ser fuerte por los dos y así lo hice.

Thiago se puso a pensar en sus propias palabras, él también debería ser fuerte por los dos.

-Esteban está en el hospital y quiero ir al Scenery para traer mis pinturas.

-Pintas?

-Si! -contestó orgulloso. Estaba sentado en el piso, mirando las paredes blancas y pensando que las llenaría con sus cuadros. La casa era tipo duplex, tenía dos pisos pero era pequeñísima. En la planta baja había un ambiente con la cocina y una mesa con dos sillas y en el piso de arriba un baño minúsculo y una habitación. Matías no daba crédito a su suerte, pasó de vivir en un departamento de un sólo ambiente a una casita con su amor.

Suspiró.

-¿Cómo vas con tus heridas?

Thiago se miró el costado derecho vendado.

-Bien, como vas con las tuyas?

Matías llevó la mano de manera inconsciente hacia la cicatriz del cigarrillo en su pezón que lo había deformado un poco y que picaba como la hostia.

-Están cicatrizando bien. ¿Estás solo?

-Si, Jeremías no me deja sacar la cabeza ni para tirarme un pedo en la calle.

-Me pasa lo mismo, pero necesito traer mis pinturas. Sé que Esteban se enojará cuando se entere que salí pero necesito aire, no puedo vivir encerrado, sería como si ellos hubiesen ganado la guerra.

Thiago lo pensó.

Sí. Sería como si el tipo que había jugado con su cuerpo con un escarpelo, hubiese vencido.

-Quieres que te ayude a llevar las pinturas a tu casa?

-Me lo dices en serio?

-Por supuesto!!

-Tengo un equipo de música con karaoke!! podríamos ensayar esa canción que me dijiste que cantaríamos juntos.

-Podríamos ensayar y buscar trabajo los dos juntos.

Matías se había parado y caminaba por toda la habitación dando saltitos para liberar energía, Thiago a casi un kilómetro de distancia hacía exactamente lo mismo.

-Deberíamos ir de noche para que nadie nos vea. Esta noche Esteban tiene guardia, no aparecerá por aquí.

-Jeremías llega tan cansado que a las 9 de la noche todo el edificio tiembla con sus ronquidos.

-Te escaparías?

-Por supuesto, necesito salir!

-Hagamos algo, le diré a Raul que iré a la madrugada, aun tengo llave del Scenery. Podemos traer los cuadros y quedamos de acuerdo para volver a reunirnos aquí cuando Jeremías no esté y puedas escaparte!!

-Dime la dirección!

-No, tu dime la tuya, paso a buscarte en el auto.

-Tienes vehículo? 

-Yo no! lo tiene Esteban y yo tengo la llave!

Estaban alterados, llenos de adrenalina, saltaban felices. Necesitaban normalidad, aire, libertad... saberse vivos de nuevo.

Son irresponsables?

Tal vez... pero quien no lo sería si tuviesen que verse obligados a mantenerse prisioneros en un lugar?

Podemos juzgarlos?

Tienen toda la fuerza de la juventud y quieren vivir, cantar, pintar, correr, gritar, coger, amar, hacer ruido, que la vida se entere que ellos existen y van dejando huella.

***

El día que Esteban llegó a un acuerdo con el casero, dos hombres de Andrés ingresaron y dejaron un pequeño micrófono en una esquina de la habitación y otro en un rincón de la cocina.

Andrés ya sabía que Matías estaba establecido en la pequeña casa. Se reía cuando veía las fotografías que le tomaban porque Matías creía que podía ser feliz sin su permiso.

Ese día, Andrés se enteró que Thiago aun existía! y no pudo creer que Ernesto su hubiese animado a tanto!! No le había trasplantado los riñones a Ramirez, ¿qué había pasado? ¿que sucedió esa noche que llevó a Ramirez a su muerte? Con los dedos temblando por el odio hizo una llamada, porque Andrés no era el cabecilla de la organización, sino un obrero, como lo fue Ramirez en su momento. Llamó a Gustavo Smith y le transmitió la información. Andrés escuchó con atención las directivas y a las 2 de la madrugada, a la hora en la que Matías buscaba a Thiago y Thiago se escapaba en secreto, reunió un grupo de hombres y los envió primero hacia la casa del pelinegro incompleto para hacer una visita que no podía ser postergada.

***

Ernesto escuchaba música clásica cuando recibió el aviso, de un infiltrado en la organización, de que iban por él. Que debía escapar.

Lo primero que hizo fue pensar en su hermano y mientras iba en el auto lo llamó para que se encontraran en el estacionamiento. Si había necesidad de noquearlo, lo noquearía, pero no escaparía solo, no dejaría a su hermano a merced del desastre que amenazaba con cernirse sobre sus vidas.

-Qué pasa Ernesto? estoy atendiendo un...

-Baja Esteban. BAJA -gritó y el hombre completo se sobresaltó.

Pidió disculpas a los padres que tenían a una niña con fiebre en su consultorio y corrió, le faltaba el aire. ¿qué le sucedía a su hermano? Ernesto vivía metido en líos y la desesperación en su voz le puso la piel de gallina. ¿Qué pasó esta vez? Dios! ¿qué pasó esta vez? Justo ahora que había alquilado la casa para vivir con su amor, para no pasar nuevas noches en soledad. Por qué no lo dejaban vivir en paz?? 

Esteban transpiraba y temblaba mientras corría por las escaleras, incapaz de esperar el ascensor.

Llegó y lo vio, pálido en la puerta del auto.

-Nos tenemos que ir! -gritó

-qué?

-Vienen a matarme. nos tenemos que ir.

-Quien?

-No hay tiempo, Esteban, súbete!!!

-No, no, no. Iré por Matías, tenemos que buscarlo. -gritó desesperado, al borde de una crisis, su hermano lloraba aferrado a la puerta del coche y eso hablaba a las claras que todo el mundo se caía en pedazos, si se iba a enfrentar al apocalipsis lo haría con su pelinegro saxofonista hermoso. No lo dejaría solo... no! nunca! jamás! no se veía viviendo sin él!

-NO HAY TIEMPO ESTEBAN!

-ERNESTO! -gritó una voz y cuando los gemelos giraron, un matón de Andrés disparó.

***

Matías dirigió a Thiago a través de las calles angostas y oscuras que había entre los edificios hasta llegar a su pequeña casa. Se reían entre los dos, llevaban varios cuadros en las manos.

Entraron a la casa y Matías acomodó con cuidado los óleos en la mesa, se puso en medio del habitáculo, extendió las manos y gritó:

-TA TAAAANNNNN... te gusta mi casa?

Thiago entró con una sonrisa hermosa y se le fue por completo cuando vio a un hombre surgir desde las sombras que habitaban en la cocina.

Matías vio cuando cambio el gesto y volteó aterrado, no tuvo tiempo de nada, con la culata de un arma le pegaron en el parietal derecho y todo se volvió negro.

Thiago reconoció al hombre cuando salió a la luz, la caja de la cordura se le hizo trisas, ese hombre era el que lo había violado, el que había jugado con su cuerpo a romperlo en tantas partes! su costado derecho que aun punzaba con pus le ardió recordándole el tormento, entonces se agachó y sacó de su pantorrilla la daga que Jeremías le había regalado luego de lo sucedido y no lo dudó, brincó sobre él y le perforó el ojo. Andrés  cayó hacia atrás, dando alaridos y Thiago sobre él extrajo la daga y se la volvió a clavar en el otro ojo mientras chillaba, totalmente ido en una locura que lo estaba desbordando.

Otro de los matones que esperaba a Andrés en el vehículo corrió hasta la casa. Apenas entró y vio la sangre y al hombre hermoso enloquecido, levantó el arma y disparó.

El apocalipsis se erigía sobre ellos. 

Alguien en algún momento podría recoger los pedazos para unirlos? Existía la esperanza de un futuro?

La infame corrupción se adueñó de los inocentes y el cielo negro se llenó de estrellas fugaces, algunos humanos despiertos pidieron deseos, pero en realidad el suceso era solo el llanto de las deidades blancas que lloraban la victoria de los demonios sobre la juventud y las ganas de vivir.

El amor y la necesidad de cercanía eran soldados vencidos, de rodillas, con la frente gacha y el cuello expuesto, listos para ser decapitados.

Los finales son siempre felices?

El amor siempre triunfa?

La amistad puede contra los demonios lamiendo heridas mortales?

 

 

FIN

 

A los que están leyendo esta historia... gracias por llegar hasta esta instancia.

Acaba de llegar a su fin 

LA PRIMERA PARTE DE DR. JEKYLL Y VANTE.


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