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DR. JEKYLL Y VANTE por juda

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-Gustavo -exclamó ni bien entró. Llegó hasta él dando saltitos (en esos dos años había visto cuales eran las preferencias del mandamás: mientras más aniñados, mejor).

-¿Hoy no te toca trabajar en el primer piso?

-No, hoy no! -respondió mientras se tiraba sobre él y lo besaba, le pasó la lengua por el cuello y refregó la cadera sobre la pija dura del hombre.

Gustavo jadeó fuerte mientras torpemente se desprendía el pantalón y sacaba la polla, Matías hizo el intento de arrodillarse pero él lo levantó.

-No! no! date la vuelta -jadeó desesperado.

-Me cogieron hasta las cuatro de la madrugada, ¿estás seguro que quieres hacerlo? no te gusta cuando estoy tan abierto -contestó mirándolo de frente, Gustavo estaba agitado y parecía pensarlo.

-Mierda! -refunfuñó mientras lo tomaba por los hombros y lo obligaba a ponerse de rodillas.

Matías sonrió complacido, se metió la pija en la boca y comenzó a mamarla.

El hombre lo tomó por el cabello y empezó un mete y saca demencial, el pelirrosa le sostuvo la cadera y lo detuvo.

-Tengo que cantar esta noche, hazlo más despacio, no quiero quedarme sin garganta.

-MIERDA, VANTE! -gritó Gustavo mientras se contentaba con masturbarse violéntamente con la pija rozándola la nariz al muchacho.

Matías vio como le temblaba la mano sobre la paja que se estaba haciendo, levantó la mirada, el hombre lo observaba con los ojos abiertos de manera desmedida y cuando calculó que estaba por acabar, bajó el rostro y se metió entre los testículos para lamerlos... el semen salió disparado y cayó en el piso.

-LO HICISTE A PROPÓSITO! -gritó y lo empujó con fuerza, Vante cayó de espalda y antes de que pudiera reaccionar recibió una patada a la altura de la cadera. Rodó y se quejó. Venía lo de siempre... Gustavo Smith se tiró sobre él, lo abrazó y le besó el rostro.

-Perdón, perdón!!! me sacas de quicio, no te puedo coger y te hiciste a un lado, sabes que me gusta ver tu carita con mi leche! perdón -jadeó sobre él, aun estaba agitado y tenía la pija semierecta fuera del pantalón.

Matías no respondió, se apretó el lugar donde lo habían golpeado y con un rictus de dolor se levantó. Se sacudió la ropa y estaba por salir cuando el hombre lo detuvo.

-Dime algo!

Vante lo miró sin abrir la boca y Gustavo lo sacudió por los hombros.

-DIME ALGO, PENDEJO!

-Está bien, Gustavo, sé que no me golpeaste porque quisiste. -susurró sin cambiar el rostro, sin sonreírle. El hombre odiaba que no le sonriera, el hombre quería que su niño estuviera cómodo con él.

-¿Tienes todos los óleos que quieres? ¿necesitas más? Puedo conseguirte más lienzos si te faltan.

-Tengo todo.

Volvió a besarle la frente, el muchacho seguía sin sonreír.

-Te cambie el guardia.

-Si, lo vi, gracias.

Sonrisa! una sonrisa! por fin una sonrisa.

-Éste me gusta más.

-Si? se porta bien?

-Si, me gusta más también.

-Te gusta más?

-Es un gigante musculoso, me gusta, me gusta mucho -susurró y ahora odiaba que sonriera, odiaba esa sonrisa lasciva.

-Ok -contestó. No le daría con el gusto de que viera cuanto lo afectaba -Me alegro que te sientas cómodo. Ve. Tienes que pintar?

-No, saldré a correr con Thiago.

-No te alejes mucho, hay lobos afuera.

-No te preocupes, ya me acostumbré a los lobos, los hay aquí adentro también -contestó mientras se marchaba.

***

Matías salió del despacho y miró la hora en su celular, eran las dos de la tarde, se apresuró al segundo piso y entró a su habitación.

A las dos y media cortarían la luz, estaban teniendo problemas con la electricidad, aparentemente las ratas habían roído el cableado del aire acondicionado central y aprovechaban esa hora de la siesta en la que los muchachos por lo general estaban descansando para hacer la reparación. Ingresaron varios guardias al sector y Matías los escuchó pasearse por los corredores, se abrió la puerta y entró uno de ellos, delgado y de cabello oscuro (cuando cortaban la luz siempre lo hacían, era parte de la paranoia de Gustavo Smith: que los muchachos no pudieran aprovechar esos momentos en los que estaban sin el control de los micrófonos).

-Estoy portándome bien! -se quejó Vante.

-Son órdenes, usted ya lo sabe -contestó tajante mientras se acercaba presuroso y le pasaba un paquete. Matías lo tomó con las manos temblando y corrió hacia el baño, sacó uno de los zócalos que estaba hueco, lo guardó y regresó a la cama.

El guardia esperó a que el muchacho estuviera nuevamente sentado en el colchón y le pasó un papelito pequeño "No te expongas demasiado". Matías respiraba con fuerza y le temblaban las manos. Asintió.

***

Carlos ingresó al Gladiador a la una y media de la madrugada.

La soledad que lo había noqueado la noche anterior estaba casi superada, se sentía mejor sabiendo que al menos Esteban llegaría para hacerle compañía. No le había gustado dejarlo solo. Temía dejarlo solo. Temía lo que Esteban pudiera llegar a hacer si le dejaba demasiado tiempo para pensar.

Le habría gustado llevarlo a ese lugar al menos para que escuchara al cantante T, pero Esteban se negaría. Desde la desaparición de Vante, no podía ir a lugares donde hubiese prostitución, no importaba que estuviese legalizada y los muchachos estuvieran trabajando con toda la protección de la ley, Esteban odiaba esos lugares.

La gente aplaudía cuando se sentó en la mesa más próxima al escenario, reconoció al muchacho de cabello rosa con el que había tenido sexo, estaba junto al otro y se preparaban para una segunda canción, los dos llevaban enormes máscaras plateadas.

-El próximo tema se llama "you Know i'm no good" de Amy Winehouse -anunció Thiago -Y estoy seguro que lo disfrutarán.

Comenzó a cantar el muchacho de cabello negro. Se acercó el camarero y Carlos pidió un trago, estaba ordenando algo para comer también cuando le tocó el turno de cantar a V y el médico casi se queda sin aire.

Dios!

Ese chico, cuando cantaba, tenía una voz espeluznantemente similar a la del amor desaparecido de Esteban. 

-¿Señor? -preguntó el camarero y Carlos parpadeó.

Hizo el pedido y regresó la vista al dúo.

Había visto varias veces a Vante sobre el escenario cuando Esteban lo arrastraba hasta el Scenery para mostrarle al barman del que estaba enamorado hasta la nariz.

Le temblaron las manos, estaba tentado de grabarlo para hacerle escuchar a Esteban, pero que sacaría con eso? Entristecerlo! aunque realmente debía escucharlo, era prácticamente la misma voz!!!

V abandonó el micrófono, tomó el turno Thiago y el pelirrosa trotó hasta detrás del piano, se agachó, buscó algo, retornó con un saxofón y se puso a tocar mientras la voz de Thiago hacía que todo el mundo se quedara mudo.

Carlos miraba alrededor, quería cerciorarse que alguien lo ayudaría si se desmayaba porque sentía que no estaba oxigenando bien. Se llevó la mano al pecho, tenía taquicardia.

¿Qué posibilidades había de que el chico que tenía la misma voz de Vante fuera también saxofonista?

Intentó levantarse pero no pudo.

Elevó la mano y llamó al camarero.

-No me siento bien, agua, quiero agua.

El muchacho asintió y corrió, a los segundos llegó con lo pedido.

Carlos lo agarró con las manos temblando y se volcó la mitad encima antes de poder tomarla.

-Señor, tenemos un servicio de seguro médico, necesita que llame a un doctor?

-No! creo que me bajó la presión, ya me estoy sintiendo mejor -respondió.

Aspiró aire fuerte y lo soltó suavemente, repitió el ritual un par de veces hasta que su ritmo cardíaco se normalizó.

Sacó el celular, estaba por filmar pero no sabía cómo se vería eso. No sabía si estaba permitido, así que puso el aparato sobre la mesa y grabó, por suerte el cantante/saxofonista conocido como V dejó el instrumento y volvió a cantar.

Vio de reojo que se acercaba el camarero con su orden así que guardó el celular en su bolsillo, sin apagarlo.

-V! -le dijo al oído y el chico lo miró -¿Cuando puedo pedir turno para V? ¿Trabaja esta noche?

-No señor, sólo los martes y viernes.

-Gracias.

Se estaba por retirar y lo llamó nuevamente.

-Canta todas las noches?

-No siempre, pero sí casi todas las noches.

-Gracias, es usted muy amable!

El muchacho detrás de la máscara fluo le sonrió. No era el primer hombre que se quedaba sin aire después de escuchar a V y pedía tener un turno con él.

-¿Pero cree que pueda hablar con él luego de su actuación? Puedo pagar el doble para un turno con él!

-Lo consultaré, deme unos minutos.

-Está bien, gracias.

Cinco minutos después regresaba el camarero.

-Me dicen que su solicitud fue aceptada, nuestros clientes nuevos tienen atención privilegiada. Se hará una excepción solo por hoy para que pueda considerarse parte de nuestra casa. Tendrá un turno dentro de media hora, desea consumir algo más?

Cómo sabían que era nuevo? Miró hacia atrás del muchacho, hacia la pared, había cámaras por todos lados, pero luego lo pensó de nuevo, había pagado con su tarjeta de crédito la cogida con el muchacho, tenían sus datos.

-Si, traeme otro whisky y muchas gracias.


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