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DR. JEKYLL Y VANTE por juda

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A las 9 y media de la mañana del domingo llegaban Esteban y Jeremías.

La reunión se realizó en el cuarto de hotel de Carlos y fue todo un martirio convencer al hombre alto de que no podría ingresar con el arma de grueso calibre que se había traído y causar estragos para rescatar a Thiago porque en el ínterin podrían matar a su cantante.

Jeremías estaba desesperado, se tironeaba del cabello paseando alrededor de la sala y Esteban tuvo que ponerle un calmante suave en el café para que se tranquilizara. Cuando por fin quedó dormido se sentó con su amigo para tramar como volver a ver a Matías y que les dijera de qué manera podían colaborar con el policía infiltrado para rescatarlo.

-Iré yo, él no quiere volver a verte. -sentenció Carlos.

-Yo te acompañaré, no llamaremos la atención, el hecho de que los clientes deban llevar máscaras nos juega a favor.

-Esteban, no estás entendiendo que él no quiere verte, no me estás escuchando.

-Si te escucho. Nunca obligaría a Matías a hacer algo que no quiere, si él me dice que no quiere verme de nuevo, respetaré su decisión... pero me lo tiene que decir él. Tu no. No a través de otras personas. Me lo tendrá que decir de frente y a la cara.

-Es que justamente es eso lo que no quiere: verte a la cara.

-Pues se tendrá que aguantar. -contestó levantando los hombros en señal de que no le interesaba mientras miraba el plano que tenían sobre la mesa.

-Estás muy calmado, pensé que estarías peor que el gigante ese que acaba de caer dormido.

-No. Me siento bien. Esperé mucho, Carlos. Siento que ahora él está a mi alcance, que si levanto el brazo podré tocarlo. Sólo quiero sacarlo de ahí, seré feliz aunque me diga que ya no quiere estar conmigo. ¿Cuando podremos hablar con él?

-Los martes y viernes trabaja en el primer piso prostituyéndose. -lo observó, pero Esteban asintió sin dejar de mirar el plano.

-Pero me dijiste que canta las otras noches! tal vez podamos acercarnos?

-No creo, esa noche hicieron una excepción conmigo porque era un cliente nuevo. 

-Pues esta noche yo seré el cliente nuevo, lo intentaré.

-Los domingos no abre.

-Bien, mañana, mañana lunes.

-Esteban.

-No Carlos, mañana yo seré el cliente nuevo!!

-Lo asustarás. No te dirá nada, está cambiado. Creo que su amigo podría ayudarnos a que ceda, a que nos permita ayudarnos.

-Qué amigo?

-Raul.

Esteban se paró y caminó alrededor del cuarto. Tenía las manos en los bolsillos y el ceño profundamente fruncido.

-No!

-Esteban!

-NO CARLOS, QUIERO VERLO!

-Pero él no quiere, lo arruinarás si te presentas, creo que hay más chances si su amigo nos ayuda.

***

-Hola, Esteban

-Hola Raul. cómo estás?

-Bien. -contestó conteniendo el aire. Sabía que Esteban estaba al tanto de todos los adelantos en el caso de Matías, y desde hacía un poco más de un año, cuando los policías les dijeron que las posibilidades de encontrarlo con vida se reducían a medida que pasaba el tiempo, esperaba el llamado que le anunciara que habían encontrado su cuerpo.

-Necesito un favor.

Raul tiró todo el aire que contenía.

-Dios, pensé que me hablabas por Matías.

-Te estoy hablando por él.

Raul tembló.

-No tengo nada más para dar de él, no me quedó nada. Tu tenías su ropa, tu lo tenías todo. -mentía, aun le quedaban unos abrigos pero no los daría para sacar ningún tipo de evidencia. Que se jodieran! Esas prendas aun mantenían un leve perfume de su amigo. NO SE LAS DARÍA.

-Raul!

-No Esteban!

-No necesito prendas.

Raul se puso tenso y se llevó la mano a los ojos que le ardían con el llanto próximo.

-Tu eras la pareja, Esteban, si hay que reconocer un cuerpo lo harás tu. Si no tienes los cojones no me importa, yo tampoco los tengo. Haz tu magia con el ADN.

-Raul!

-NO ESTEBAN, NO RECONOCERÉ NINGÚN CUERPO, NO TENGO ROPA DE ÉL, NO SÉ QUE QUIERES, NO PUEDO AYUDAR EN NADA MÁS! BASTA POR FAVOR. NO PUEDO CON ESTO. LO LAMENTO, NO PUEDO. NI SIQUIERA SÉ SI QUIERO ENTERARME CUANDO ENCUENTRES SU CADÁVER. NO TENGO LA FUERZA SUFICIENTE, ESTEBAN. YA NO QUIERO TORTURARME MÁS.

-Encontré a Matías, está vivo, necesito que me ayudes porque no quiere hablar conmigo, pero sé que contigo lo hará.

Veinte minutos después, Raul manejaba por la ruta, se secaba las lagrimas con la palma de la mano para poder ver bien pero llevaba una sonrisa tan profunda que por un instante sintió que los músculos del rostro se le entumecían.

***

Los tres hombres se internaron en el bosque que rodeaba el edificio. No había manera de acercarse demasiado, altas cercas electrificadas rodeando el perímetro. Se pasearon por lo alrededores. El edificio tenía la protección a un kilómetro y medio a la redonda para que sus empleados pudieran salir y recorrer esa parte del bosque o hacer entrenamiento físico.

Cada uno tenían prismáticos, Jeremías se había subido a un árbol y miraba desde ahí, los guardias se paseaban por los balcones y daban vueltas en torno al edificio. El control era intenso.

***

-Saldré a correr, vienes?

-Si, espérame!!!

-Estás ojeroso, te sientes bien?

-Si!

-Hubo un revuelo esta mañana. Sabes qué pasó?

-Creí escuchar que encontraron a un guardia muerto en el subsuelo, al parecer se resbaló por la escalera y se desnucó.

-Ahora entiendo, escuché que Gustavo estaba llamando médicos para constatar que la muerte fuera accidental pero no entendía qué pasaba. 

Thiago se ataba los cordones de las zapatillas mientras le comentaba el detalle. Matías tragó saliva, era cuestión de tiempo que saliera a la luz que al carcelero lo habían matado. Esperaba que esa noche o al día siguiente llegara el cargamento con drogas. No sabía cuanto tiempo más le quedaba ahí. Gustavo sospechaba de él.

Comenzaron a trotar pero Matías resentía el golpe en la cadera que le había propinado Gustavo, era la segunda vez que lo pateaba en el mismo lugar y le dolía. Estaban llegando a los límites y el pelirrosa paró.

-Qué? Qué pasa?

-Tengo calambres en las piernas.

-Estira. A ver, apóyate en el árbol, levanta hacia atrás el pie y sostenlo con la mano, siente el estiram...

El pantalón de Matías, siempre a la altura de la cadera, había descendido un poco más con la posición y se dejaba ver el principio de una gran mancha verde violácea.

-Y esto?

Matías miró el hematoma y se bajó el abrigo que llevaba puesto.

-Quien te golpeó? lo hizo un cliente? por qué no avisaste?

-Me caí al salir de la ducha.

-Es el típico argumento de los golpeados, un cliché absurdo de tan estúpido -gritó. -Yo mismo le diré a Gustavo el golpe que tienes para q...

La mirada que le había dado Matías se lo explicó todo.

-Fue él? el hijo de puta que les pone guardias para que no los violenten... te golpea???

-Regresaré al Gladiador, creo que no me apetece correr.

-Regresa -gritó fuera de si, empujándolo hasta hacerlo caer -regresa sonriente, bajando la cabeza, levantando el culo como el putito sumiso que resultaste ser!!!

Matías no respondió, se levantó y con la mano en la cadera, comenzó a alejarse.

-Espero que sigas siendo feliz!!! espero que tu vida de princesa te dure mucho tiempo porque no sirves para nada más. Eres un estúpido! ME OÍSTE?!

Matías se alejaba, cojeando levemente.

Thiago giró en lado contrario y siguió corriendo, el rostro rojo por el odio. Los iba a matar a todos, escaparía y regresaría con refuerzos, no quedarían ni las cenizas del Gladiador y le propinaría tantas palizas a Matías que le despertaría las neuronas que tenía dormidas.

***

Esteban miraba el mapa con Carlos mientras éste último le explicaba como eran las instalaciones que había visto.

Esteban en todo momento evitó preguntar cómo es que conocía el primer piso donde los muchachos se prostituían.

Lo primero que sintieron fue el golpe de los prismáticos de Jeremias que cayeron al suelo y luego el cuerpo del hombre que se había arrojado desde lo más alto del árbol y corría en dirección a la cerca.

-JEREMÍAS! -gritó Esteban cuando veía que el hombre no tenía intenciones de parar y a la distancia alcanzó a ver, desde el otro lado de la cerca, a un muchacho que trotaba paralelo al cercado eléctrico. No le llevó más de dos segundos reconocerlo y echó a correr detrás de Jeremías.

-THIAGOOOOOOO -gritó Jeremías estando a escasos tres metros y un cuerpo se le tiró encima para frenarlo.

Thiago se sobresaltó al escuchar el grito. Primero pegó un alarido por el susto, volteó solo para ver a un hombre siendo volteado por otro. 

-Tiene electricidad la cerca, Jeremías, te va a matar -gritó el tipo que estaba arriba y cuando el hombre de abajo levantó el rostro y lo miró, Thiago corrió hacia él.

-LA CERCA, LA CERCA! -gritó otro y el cantante de cabello negro se detuvo a dos centímetros de distancia, había estado tan cerca de tocarla!!!!

Jeremías se arrastró de rodillas y Thiago cayó en la misma posición, los dos de frente, separados por aproximadamente 9000 voltios.

-Bebé -gimió Jeremías atragantándose con las lágrimas.

-Amor! -susurró el cantante, hipando ante un llanto que lo tenía casi sin voz.


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