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DR. JEKYLL Y VANTE por juda

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Lunes 8 de la mañana.

Choi ingresó al despacho de Gustavo Smith luego de golpear un par de veces, estaba nervioso. 

-Habla.

-En la segunda golpiza recién habló, el muchachito dice que fue un chico de pelo rosa el que estaba afuera de las celdas, no recuerda mucho más, creo que perdió el conocimiento por el estrés y el shock traumático que se carga. Escuchó un golpe. 

-Pelo rosa.

-Si.

Choi se removía inquieto en la silla, no quería ser el portador de las malas noticias pero no le quedaba otra. Temía la reacción del mandamás, cuando se enfurecía solía descargar su furia eliminando gente, y estaba sentado frente a él... y era el único... no había muchas más opciones si al hombre se le antojaba sacar el arma que tenía guardada en el tercer cajón y hacer puntería sobre algún espécimen humano.

-Cómo entró?

-Estamos averiguando.

Vio la mirada de desconfianza y tragó duro. A ese sector del subsuelo se podía entrar a través de una puerta blindada que se abría con huellas dactilares y las únicas autorizadas eran la del gran mandamás y la suya.

-Vete.

Se paró de un salto e hizo una reverencia, no aflojó los cachetes del culo hasta que hubo cerrado la puerta de la oficina y estuvo a varios metros de distancia.

-Vante -murmuró pasándose las manos por la cara -¿Qué voy a hacer contigo, Vante? En realidad creo que te vas a convertir en mi Judas Iscariote.

***

-Vante -gritó un guardia y Matías saltó sobre su cama. 

Se sentó de golpe, aturdido por el sueño.

-El señor Smith te llama.

-Gustavo? qué hora es?

-9 -contestó apático el musculoso y se retiró.

Esto pintaba mal, qué quería tan temprano?

***

Golpeó dos veces y entró, se había puesto una camisola abierta y el boxer debajo, entró corriendo en puntas de pie, intentando sonreír ancho.

-Amor -canturreo mientras se acercaba a él y se sentaba en sus piernas -¿Tan temprano me necesitas? Estás un poco desesperado?

Gustavo lo observó.

Le acarició el rostro, era un hombre inteligente, no podía dejar su reinado en la nada por culpa de un rostro bonito. No podía sucumbir ante la superficialidad de lo mundano. 

Dejó que el muchacho lo besara y se excitó cuando se sentó a horcajadas sobre él, refregando la cadera en su pija que despertaba. A veces sentía que pensaba mejor con la polla metida en su culo y eso estaba mal. No debía pensar con la pija, los huevos no tenían neuronas.

Matías se arrodillo y se la mamó, esforzándose en mantenerlo un poco alienado, porque lo notaba tenso y tenía miedo del tercer cajón que estaba entreabierto, él sabía qué había ahí.

Gustavo se puso de pie y lo acomodó para penetrarlo. Matías se apoyó en el escritorio y esperó paciente. El hombre se metió en su cuerpo con violencia y mientras lo embestía lo tomó por el cuello. Se acercó a su oído, jadeaba mientras lo penetraba profundo.

-Tuvieron que moler a palos al pequeño para que hablara. ¿Cómo llegaste al subsuelo? ¿Qué buscabas?

"Tuvieron que moler a palos"

Matías llevó las manos hacia las manos de Gustavo que se aferraban a su cuello y trató de arañarlo. Cuando el hombre sintió que las piernas del muchacho se aflojaban, soltó un poco y el pelirrosa cayó con todo el pecho sobre el escritorio intentado introducir todo el aire que podía a los pulmones. Gustavo siguió penetrándolo violentamente, sentía que tenía la pija tan dura que la erección le iba a durar mil años o reventaría entero en el orgasmo.

-Te has convertido en mi Judas? ¿Cuando pensabas darme el beso? que buscabas, Vante?

-Había escuchado a un niño llorar y quise ver -jadeó. 

Gustavo lo tenía fuertemente agarrado por el cabello y le daba pequeños golpes contra el escritorio.

-¿Cómo mierda pudiste escuchar algo?

-En el baño de la planta baja, el ducto de la ventilación! cuando el edificio está en silencio se pueden escuchar los llantos -murmuró.

-Cómo entraste?

-Por ahí! -no le quedaba otra que hablar, temía que se diera cuenta que estaba trabajando con más gente, temía por Thiago, temía por Jung, temía por el pequeño que habían "molido a palos", por su propio bienestar no. No por él. Él hacía mucho tiempo que había muerto.

***

Thiago desayunó y le llamó la atención no ver a Matías entre todos. Maldijo para si mismo, de nuevo durmiendo hasta tarde. No permitiría otro día sin un buen desayuno.

Llevaba la bandeja con café con leche y varios bollos de pan e ingresó sin tocar, casi tira la bandeja por el susto, había cuatro guardias, con linternas, iluminando el interior del ducto. Habían descubierto por donde se escapaba el niño. Entre los guardias estaba Jung.

-Retírese -ordenó el musculoso.

-Y Matías? -preguntó en voz baja.

El musculoso se apartó del grupo de guardias y se dirigió hacia él, cuando llegó y alzó el brazo para agarrarlo y sacarlo de ahí, Thiago elevó la bandeja por sobre su cabeza. Volaron por los aires el café, el pan, la taza, parte del líquido caliente la cayó en el hombro pero no se dio cuenta, se había preparado para pelear a bandejazos contra aquel hombre armado con una especie de ametralladora. No le importaba. Las balas no le importaban, ahí lo importante era su niño... ¿dónde mierda estaba su niño?

El primer bandejazo se lo dio en la frente y el metal contra el cráneo sonó a hueco en todo el primero piso.

-DONDE ESTÁ MATÍAS, HIJO DE PUTA -Gritó, el musculoso retrocedió llevándose la mano a la frente y cuando sostuvo el arma, otro guardia se interpuso.

-FUERA, AFUERA AHORA MISMO! -aulló empujándolo.

Thiago agitado vio que el otro era Hoseok, giró desbordado, mirando en todas direcciones: adonde se lo habían llevado?

-A SU CUARTO! -ordenó y Thiago caminó casi tropezando, entró a su habitación y antes de que Hoseok cerrara la puerta, el hombre susurró rápido.

-Lo descubrieron, pero está bien.

y cerró.

***

Thiago caminaba dando círculos en su habitación, ¿qué sería lo conveniente hacer primero? siempre era él, el que se metía en líos, no Matías... ahora no sabía como actuar!

A Hoseok le importaba la misión, lo entendía, pero en ese momento él mismo tenía otras prioridades. Caminó seguro hasta el baño, se subió en el lateral de su bañera, sacó el tubo del que colgaba la cortina y del interior de éste, extrajo un cuchillo. No se molestó en acomodar todo, sabía que si tenía que usar el arma, no regresaría nuevamente, al menos no vivo.

Sostuvo el cuchillo con fuerza y lo acomodó de tal manera que quedara oculto bajo su manga, se dirigió a la salida del cuarto y estaba por agarrar el picaporte cuando la puerta se abrió y el musculoso empujó a Vante dentro.

Thiago chilló por la sorpresa.

El cuchillo se le escapó y cayó al piso produciendo un sonido metálico, pero había ruido de voces afuera y el musculoso ni siquiera había entrado, se contentó con mostrar su poder de macho abusivo y empujó al pelirrosa para luego cerrar la puerta.

Matías si vio y escuchó cuando el arma cayó y rápidamente la pisó para ocultarla.

Cuando quedaron solos, el pelinegro agitado lo miró de arriba hacia abajo. No estaba golpeado.

-Se fue todo a la mierda! -susurró el muchacho, descubrieron que me trasladaba por los ductos.

-Pensé que te había matado!

-Está convencido que entré porque escuché llorar a un muchacho, no creo que imagine que sé lo de las drogas. Me dio un tirón de orejas, nada más. -dijo mientras levantaba el cuchillo y se lo entregaba, Thiago volvió con el arma y la guardó con cuidado ante la atenta mirada de su amigo.

***

Se terminaron de vestir con sus mejores ropas.

Irían en parejas en autos separados.

Carlos le repetía una vez más a Raul algunas instrucciones:

-Los cuartos de los chicos tienen micrófonos, cuando ingreses no hables. Dile que abra el agua de la ducha, así hablé con él. Por favor, es importante ese detalle para no comprometerlo.

Raul respiraba agitado.

-¿Cómo es que sabes eso? ¿Cómo llegaste hasta ahí? ¿Pagaste por sexo y te lo encontraste? -preguntó el platinado. Desde su llegada y hasta lograr que se calmara, habían hablado sobre Gustavo y las implicaciones del caso, no tuvo la oportunidad de preguntarle cómo es que había reconocido a Matías. Esteban entró al baño porque no quería saber la respuesta.

-Primero lo reconocí cuando estaba en el escenario con Thiago. -explicó y Esteban escuchó la respuesta. -Pagué por sexo con él porque quería cerciorarme de que era Vante. Nada más.

-Que suerte que fuiste tu el que lo encontró, si hubiese sido yo no sé como habría reaccionado -jadeo, le faltaba el aire. Estaba por ver de nuevo a su amigo del alma, su hermano amado.

Antes de salir, Raul tuvo que entrar nuevamente al baño para vomitar y Carlos tuvo un mal presentimiento... ¿estaban mandando al más emotivo de todos? ¿Podría controlarse? ¿El platinado podría actuar con frialdad y no dejar al descubierto al pelirrosa? Tenía la esperanza de que su mala corazonada fuera producto de su paranoia... pero se arrepentía de haber propuesto a Raul como nexo con Matías.


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