Dos semanas después...
―¡Que no estoy invalido, maldita sea!.
Se escuchó un grito en la mansión Taisho. Mientras Kagome preparaba el desayuno no podía evitar reír, sabía el motivo de grito. Ya habían pasado dos semanas desde que Sesshomaru se recuperaba de su herida y sus hermanos acompañados de su primo se encargaban de cuidarlo. Los consideraba muy sobre protectores.
...
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―¡Que no estoy invalido, maldita sea!. ―Grito Sesshomaru furioso.
El oficial iba a tomar un baño y los Taisho se ofrecieron a ayudarle. No era por ser grosero pero ya llevaba dos semanas aguantando su sobre protección y al ser alguien que siempre había sido independiente era algo frustrante.
Lo peor habían sido los primeros días, pues le querían dar la comida en la boca alegando que no debía mover el hombro y lo peor era que Kagome sólo reía al ver la situación tan ridícula en la que se encontraba.
―Ya basta, Sesshomaru. Es hora de tu medicina. ―Vio a Miroku acercarse con un vaso de agua.
―No tenías que disolverla en agua, puedo tomarla así. ―Dijo con molestia.
―¿Te doy un masaje, Sesshomaru? Te ves muy estresado. ―Ofreció Koga.
―Cállate sarnoso, yo se lo voy a dar.
Mientras ambos primos peleaban por un masaje innecesario a Sesshomaru se le ocurrió una idea para que ya lo dejaran en paz, su hombro ya casi estaba curado y ya no toleraría esa situación tan frustrante.
―Basta, ambos pueden darle el masaje. ―Comentó Miroku, la voz de la ''sabiduría''.
Sesshomaru pensó que Miroku los haría entrar en razón pero vio que esta igual de loco que ellos –Espero que no sea demasiado –. Pensó con fastidio y se estiró para sacar de su mesa de noche algo que le ayudaría a controlar la situación.
―¡Largo de aquí!. ―Exigió mientras les apuntaba con su arma.
Ambos primos dejaron de pelear y junto con Miroku corrieron a la cocina.
―Al fin. ―Dijo Sesshomaru mientras se dirigía al baño a tomar su tan ansiado baño matutino.
En la cocina...
Tres chicos llegaron corriendo a la cocina y Kagome se sorprendió que se separaran de Sesshomaru.
―¿Que les dije sobre correr en la casa? ¿Y porque vienen así?.
―Es culpa de Sesshomaru, Kag. Nos corrió a punta de pistola de su habitación. ―Contestó Miroku.
―Es verdad Kagome, ese idiota no dejo que le diera su masaje por la culpa de este sarnoso. ― Se quejó Inuyasha mientras apuntaba a Koga.
―Cállate bestia, a mí se me ocurrió primero y tú lo arruinaste. ―Se defendió Koga a punto de golpearlo.
―Basta ustedes tres, me sorprende que Sesshomaru hasta ahora los haya aguantado. Dos semanas si por mí fuera los hubiera corrido el primer día, admiro su paciencia. ―Dijo Kagome y sin poderlo evitar estalló en carcajadas bajo la atenta mirada de sus hermanos, empezaban a creer que había enloquecido.
―¿De que te ríes, tonta?.
―Lo que dijo el perro. ―Se unió Koga.
―Cierto Kag, no hicimos nada malo. ―Agregó Miroku igual de molesto.
―Pues de ustedes, cuidan a Sesshomaru como si le hubieran amputado una pierna y un brazo. ―Contestó.
―Yo debería cuidarlo, por mi culpa está así pero estos idiotas no me dejan. ―Se quejó Inuyasha apuntando a Miroku y a Koga.
―Y yo porque soy el mayor y deje que Inuyasha se fuera sin detenerlo. ―Dijo Miroku
―Yo tampoco lo detuve así que también es mi culpa. ―Dijo ahora Koga.
―Esto me recuerda cuando Inuyasha tenia ocho años y se raspó el brazo, ustedes dos no lo dejaron salir de su habitación hasta que la herida sanó y el pobre Inu no podía salir de su habitación gracias a sus dos hermanitos mayores... Que recuerdos. ―Comentó Kagome riendo.
―No sé de que hablas, yo no recuerdo tal cosa. ―Dijo Koga mientras volteaba a otro lado avergonzado, claro que lo recordaba pero nadie tenia que saberlo.
―Es cierto lo había olvidado, pobre Inu pudo haberse infectado su herida pero logramos curarlo a tiempo. ¿Ves Inu? Logramos salvar tu brazo así que deberías estar agradecido. ―Se burló Miroku.
―Cállate, tonto. ―Habló Inuyasha avergonzado. ―Es cierto, no pude salir de mi habitación por una semana gracias a estos idiotas.
Mientras discutían Sesshomaru bajó y se sentó junto a ellos.
―Perdón chicos pero ustedes me obligaron.
―No pasa nada Sesshomaru, por cierto que haces aquí deberías estar en tu cama descansando ―Lo regañó Koga.
―Es cierto idiota, se te infectara. Rápido yo te cargo para que no te canses. ―Inuyasha se le acercó con la intención de cargarlo.
―Tócame y traeré mi arma, esta vez no temeré en usarla.
―Mira lo que tengo. ―Canturreo Miroku mientras mostraba la pistola de Sesshomaru que había ido a tomar de su habitación cuando todos estaban distraídos.
―Así se hace Miroku. ―Dijo Koga orgulloso.
―Que bueno que estas bien Sesshomaru, ya te sirvo. ―Mencionó Kagome mientras él le quitaba el arma a Miroku y la guardaba.
―Gracias Kagome y ya tengo hambre. ―Contesto y luego recordó. ―Oh no.
―Yo te doy tu comida, Sesshomaru. ―Dijo Koga rápidamente.
―Cállate sarnoso yo lo haré. ―Dijo Inuyasha enojado.
―Cállense los dos, soy el mayor así que yo lo haré. ―Se unió Miroku.
―Basta ya, incluso yo ya estoy harta. Nadie alimentara a nadie ¿entendieron?, él puede comer solo. ―Dijo Kagome mientras les servía el desayuno.
―Gracias Kagome. ―Agradeció Sesshomaru.
-―Si empeora sera tu culpa, Kagome.
―Por primera vez la bestia tiene razón.
―Concuerdo con ellos, Kagome. ―Dijo Miroku.
―Cállense y coman. ―Los regañó.
Al terminar se fue a la empresa y los chicos fueron a jugar vídeo juegos.
―Estoy aburrido. ―Se quejó Inuyasha.
―Cállate perro, eso dijiste hace dos semanas y mira lo que pasó. ―Le dijo Koga
―Tienes razón, sarnoso.
―¿Oigan chicos que planean?. ―Dijo Miroku mientras entraba al cuarto de juegos
Sesshomaru que pasaba por ahí no pudo evitar escuchar que tramaban.
―Es esta bestia, dice que esta aburrido. ―Contestó Koga. ―Y ya sabes lo que paso la ultima vez.
―Ya lo sé, mejor no lo digo de nuevo.
―Pero no podemos salir solos porque Kagome se enojara y Sesshomaru apenas se está recuperando.
–¿Entonces por mi culpa no salen? Debo solucionarlo, pero no querrán salir por mi ''condición'', es imposible no tomarles afecto a este trío de idiotas.– pensó Sesshomaru. Entró a la habitación.
―Oigan chicos. ―Los tres voltearon. ―Estoy aburrido y en mi ''condición'' no puedo salir solo.
―Es cierto chicos, no debemos dejarlo salir solo. ―Dijo Miroku preocupado.
―Claro, debemos acompañarlo, ¿verdad, sarnoso?.
―Tienes razón bestia. ―Contestó.
―¿A donde quieres ir, Sesshomaru?.
–Bien, cayeron– pensó Sesshomaru. ―Ustedes decidan en lo que me arreglo, ¿de acuerdo?. ―Tras decir eso, salió.
―Y bien chicos... ¿A donde iremos?. ―Preguntó Miroku.
―Ni idea, ¿que proponen?.
―¡Ya sé!. ―Contestó Inuyasha con entusiasmo ganándose la atención de los mayores. ―Vamos al parque de atracciones, ¿que dicen?.
Ambos asintieron de acuerdo, cada quien se marchó a su habitación para prepararse.
Al estar vestidos de manera casual se reunieron en la sala de la casa para esperar al oficial. En el fondo estaban ansiosos por ir pues estaban acostumbrados a salir pero con el peligro que sentían a diario debieron dejar esa rutina.
―¿Ya están listos?. ―Preguntó el oficial al bajar ya listo y armado. ―¿A donde iremos?.
―Iremos al parque de atracciones. ―Contestó el menor. ―¿Estás de acuerdo?.
―Si ustedes quieren ir yo estoy bien. Entonces vamonos ya.
Después de eso los hombres subieron al auto del oficial y partieron rumbo al lugar acordado aliviados ya que podrían salir de su encierro.
Continuara...