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Enamorado en una vida peligrosa. por Keiko Midori 0018

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La rutina volvió a ese hogar pero ya no era lo mismo, el ambiente deprimente reinaba el lugar pero por más que se esforzaran en sonreír era imposible.

―Me voy, pórtense bien. ―Se despidió Kagome al levantarse de su lugar en la mesa, recibió un sonido en respuesta a su despedida.

Koga y Miroku comían sin ánimos, Inuyasha ni siquiera comía ya que sólo revolvía su comida de manera distraída. El oficial comía en silencio ignorando el ambiente fúnebre, tal vez la despedida sería menos dolorosa así.

La semana llegó rápidamente, la aprehensión de Takemaru no Setsuna fue anunciada por todos los medios. El empresario acusado de atentar en contra del hijo del difunto Inu no Taisho e Izayoi Fujimori de Taisho ya estaba tras las rejas y en espera para confesar por sus crímenes.

La despedida había llegado, el momento que tanto querían evitar estaba a punto de pasar.

El oficial estaba en la entrada de la mansión siendo despedido por los Taisho, sólo faltaba uno de ellos.

―¿E Inuyasha?. ―Preguntó al no verlo, ese niño lo confundía algunas veces, a veces lo odiaba por ser tan rebelde y en otras amaba esa rebeldía, odiaba pelear con él todo el tiempo pero a la vez amaba esas peleas tontas por el liderazgo. Sin duda era algo contradictorio pero así lo sentía.

―Inuyasha sigue en su habitación, no planea bajar. ―Contestó Kagome, sabía que él sufría pues había escuchado sollozos en esa habitación.

Mantener un amor oculto era imposible y a sabiendas que nunca podría decirlo se sentía asfixiante, no quería que el menor sufriera pero así era la vida, no siempre podría darle lo que él le pidiera.

―Entiendo. ―Miró en dirección de la casa, deseando verlo al menos antes de partir pero parecía que no lo vería en esa ocasión.

―No hagas caso de esa bestia amargada, Sesshomaru. Espero que nos visites pronto y que no nos olvides. ―Pidió el moreno de coleta.

―Es cierto Sesshomaru, recuerda que siempre serás bienvenido a nuestro hogar. Así que puedes venir cuando quieras. ―Ofreció Miroku con una sonrisa que mostraba su tristeza.

El oficial después de despedirse subió a la motocicleta, unos gritos provenientes de la mansión lo hicieron detenerse, el menor de los Taisho salía de ella rápidamente tratando de alcanzarlo.

―¡Sesshomaru, espera!.

El joven llegó hasta el oficial que seguía montado en el vehículo, sintió como era rodeado por un fuerte abrazo del menor, correspondió a la despedida algo sorprendido ya que pensaba que él estaría contento de verlo partir de su vida.

―Te voy a extrañar, idiota. ―Le dijo sin soltarlo, el peliplata mayor sólo buscó acomodarse mejor para poder abrazarlo con más libertad y sentirse rodeado de ese cálido cuerpo. Sintió su hombro húmedo, se aferró más al menor.

―También te voy a extrañar, niño grosero y mimado. ―Contestó .

Se separaron, notó las lágrimas del menor y las limpió, todos miraban la escena sin atreverse a interrumpir ese momento tan intimo que esos dos tenían. Estaban sorprendidos ante la actitud de esos dos, al menos Koga y Miroku ya que Kagome estaba feliz por su hermanito.

―Deja de llorar, aun no muero. Me iré pero prometo llamarlos y visitarlos. ―Inuyasha no contestó, volvió a abrazarlo mientras sollozaba, odiaba verse vulnerable pero era algo que no podía evitar. Una vez más hizo que lo mirara al rostro, limpió esas traviesas lágrimas. ―Deja de llorar que me gusta más cuando sonríes.

―Gracias, gracias por todo. ―Contestó mientras limpiaba su rostro y le mostraba una de sus tantas sonrisas que al oficial le gustaba contemplar en silencio.

―Así me gusta. ―Lo abrazó por última vez, odiaba haberse apegado tanto a esos tres pero no pudo evitarlo.

Abrazó a los otros tres y subió a la motocicleta nuevamente. Se colocó el casco.

―Ustedes tres... ―Apuntó a los hombres Taisho. ―Obedezcan a su hermana, ¿entendido?. ―Dio su última orden en ese lugar.

―Como ordene, oficial. ―Los tres hicieron una pose militar haciendo sonreír al oficial.

Sin decir nada más arrancó su vehículo y partió dejando un hueco en el corazón de los hermanos Taisho.

Un mes después...

El oficial Asakura no había podido visitar a sus amigos los Taisho, su trabajo y entrenamientos lo absorbían, apenas y fue capaz de llamarlos un par de veces. Extrañaba a todos, en especial a ese joven que consideraba un niño mimado pero lo quería, quería verlo sonreír para él nuevamente.

Sabía que sus hermanas los visitaban, le habían contado que desde la vez que se conocieron se había formado una gran amistad entre ellos y le alegraba pensar que los hermanos Taisho no estarían tan deprimidos por su partida gracias a Kikyo y Rin, pero... Sabía que Sango y Ayame visitaban a cierto par, a pesar de no verlo con sus propios ojos lo había entendido al verlas hablar de esos dos.

...

...

En otro lugar, un hombre planeaba una venganza en contra de una familia que ni siquiera se lo esperaba.

―Jefe, los Taisho ya no son custodiados por la policía. Están expuestos nuevamente, ¿que hacemos ahora?.

―Eso suena perfecto. Vigílenlos, en especial al menor de ellos. Sean cuidadosos, no quiero que echen a perder el plan y esperen mis instrucciones.

―Como ordene, señor.

Pronto tendré mi venganza, solo esperen Taisho y suplicarán por piedad. Ese niño sufrirá lo que debió haber sufrido desde el inicio. –

...

...

Los Taisho estaban tristes, en especial Inuyasha. Se sentía mal por no haber confesado sus sentimientos hacia el oficial. Mientras sus hermanos salían con las chicas él seguía deprimido sin saber que el peligro acechaba a su familia, en especial a él.

Finalmente el oficial pudo visitar a sus amigos, después de tanto trabajo logró tener un espacio para ellos. Y ahora estaban en la sala de la mansión poniéndose al día.

Se enteró que Koga y Miroku salían con Ayame y Sango, eso le alegró aunque quería saber si el menor de ellos planeaba salir con alguien de manera romántica, pensar en verlo sonreír para alguien más le enfurecía y le daban ganas de vaciar el cartucho de su arma en el que se convirtiera en el amor de ese niño mimado.

Estaba en la sala de esa mansión que había tardado en visitar, los hermanos se mostraban animados ante su presencia y él también estaba a gusto con ellos.

―Y eso fue lo que pasó, Sesshomaru. Sango aceptó salir conmigo y ya sin peligros acechándonos será más fácil.

―Miroku tiene razón, Ayame me enseñara algo de defensa personal y así podré ser más fuerte.

Ambos contaban con emoción, Kagome y Sesshomaru escuchaban con atención y el menor de los Taisho se mantenía en silencio, algo nervioso pues estaba sentado junto al oficial.

―¿Y cuando le dirás a Ayame que en realidad quieres salir con ella y no necesitas una maestra de defensa personal?. ―Vio el rostro del moreno enrojecer levemente.

―No puedo, debo ser fuerte para que ella no se avergüence de mí. Ella es policía y está entrenada y yo no tengo nada especial. Por eso me esfuerzo en aprender tan siquiera a defenderme.

―Estoy completamente seguro que no lo hará, la conozco desde que estábamos en la academia y sé que gusta de ti. Si no te apresuras podría darse por vencida y buscar a alguien más.

Inuyasha empezó a prestar atención a la plática –Sesshomaru tiene razón, si yo no le confieso mi amor él se va a enamorar de alguien más, pero... Soy tan cobarde –. No quería que eso pasara, no quería que el oficial se fijara en alguien que no fuese él pero no podía confesar su amor.

―Trataré, gracias Sesshomaru.

―¿Y tú, Inuyasha? ¿Para cuando?. ―Preguntó interesado, algo le decía que si él mencionaba a una pareja esta terminaría en prisión por mucho, mucho tiempo y él estaría para consolar a ese niño. Una sonrisa un tanto maquiavélica adorno su rostro pero pasó desapercibida por todos.

―No me atrevo a confesarle mi amor. ―Contestó y sus mejillas se colorearon. Era difícil contarlo y más ante el dueño de su corazón.

―Hazlo, tal vez te diga que sí. ―Contestó con pesar, odiaba pensar en que ese niño se uniría a alguien más y no entendía la razón de ello pues sólo había sido su protegido por un tiempo.

―Es cierto Inuyasha, si sigues posponiéndolo tarde o temprano te ganaran. ―Añadió Kagome con toda intención, quería darle un empujoncito a su hermano.

―Estoy completamente seguro que no gusta de mí, es tan valiente y fuerte, yo sólo soy un niño mimado y débil.

Al oficial le enfurecía escuchar esas palabras, odiaba a esa persona y en como hacía sufrir a ese muchacho. Se preguntaba el porque de su obsesión con esa persona y sus ganas de destruirla, todo eso para que no se acercara al menor de los Taisho.

―Díselo, si sigue haciéndote sufrir ten por seguro que mi arma no dudara en hacerla cambiar de opinión. ―Contestó serio, quería ver a ese niño feliz y por más que le doliera extrañamente debía aceptar que no estaría con él.

―Trataré. ― Contestó. –¡Maldita sea, Sesshomaru! ¡Date cuenta que eres tú! – gritó internamente con las mejillas sonrosadas, trataba de revelarle disimuladamente sobre su amor y el oficial ni enterado, era frustrante muy frustrante.

―Bien, es hora de que me retire. Tengo mucho trabajo, nos vemos pronto.

―Espero que nos visites pronto.

―Koga tiene razón, vuelve pronto.

―Adiós, idiota. ―Se despidieron, ya no se les hacía extraño que el menor de ellos se despidiese así, ya se habían acostumbrado.

―Hasta pronto, niño mimado. ―Contestó mientras pellizcaba una de sus mejillas sacándole un gruñido de protesta.

Finalmente se fue, Koga e Inuyasha subieron a jugar vídeo juegos y competir entre ellos. Miroku y Kagome miraban en la dirección que el oficial había tomado.

―A Asakura le gusta Inu, ¿notaste sus miradas cuando Inuyasha hablaba de su ''amor''?. ―Murmuró Miroku.

―¿Ya lo sabías?. ―Estaba asombrada de que él lo notara.

―Inuyasha es bastante obvio.

―Tienes razón. ―Suspiró. ―Sí, noté las miradas que Sesshomaru mostraba. Está celoso de esa supuesta persona.

―Creo que deberías comprarle al buen Inu unos lentes, los necesita para ver que sus sentimientos son correspondidos.

―Tienes razón.

Ambos rieron y dicho eso volvieron adentro, habían notado las miradas furtivas que el oficial le dedicaba a su hermanito pero este ni enterado. Estaban seguros que pronto lo notarían, esperaban que no tardaran tanto.

Continuara...

 


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