-Estoy esperando un bebé.
-Oh, Dios, Dita… felicidades- dijo el pelilila con una sonrisa y una mueca de sorpresa y por supuesto que lo estaba.
-Cuando tuve a Mani tú sabes lo que sucedió, y…
-Sí, te dijeron que otro bebé sería imposible.
-Ni siquiera sé qué fue lo que sucedió- negó consternado- Antes de viajar a México me hice unos estudios porque estaba sintiéndome un poco mal, pero ahora no sé si estar feliz o…
-Cariño, es un bebé, un bebé tuyo y de Death. Es un pequeño milagro por el de debes estar feliz, y tendrás un bebé aún cuando todas las adversidades dijeron que no.
Afrodita comenzó a sollozar con una sonrisa y tomando su vientre. Mu lo abrazó sonriendo, claro que estaba feliz, tendría un nuevo sobrino o sobrina. Al parecer no todo eran películas de terror.
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-Te noto distante- jadeó Shaina mirando el rostro de Milo, quien estaba sobre ella cubierto de sudor recuperando su respiración.
-¿Distante? Aún estoy dentro de ti- sonrió mirando hacia abajo en donde se unían.
-Sabes a lo que me refiero- y el griego lo sabía, pero no quería hablar de eso. Había tratado de hacer lo que les había dicho a sus amigos, pero no era tan fácil.
-¿Quieres hablarlo? Sabes que no me gusta hablar de eso.
-Bien, hablaré yo- soltó la peliverde- Sé que todo esto de la boda de Mu y lo de Shaka nos ha tenido un poco distanciados y la verdad no puedo dejar de pensar en que algo como eso nos suceda, Milo.
-Sí, lo sé, también lo he pensado.
-Y no sólo es eso- Shaina desvió la mirada- No siento una conexión con esto, con nuestra vida aquí.
-Viajas a Italia cada vez que lo deseas.
-Sí, pero sólo para cosas importantes.
-Era más divertido en los primeros años que todo era sobre mí- dijo Milo sonriendo mientras la joven le sonreía de lado.
El peliazul estaba haciendo mal en engañar a esa mujer que había estado con él desde hacía tantos años, se estaba equivocando.
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June y Mu estaban en el departamento del pelilila. Tenía una semana trabajando para él y su casa volvía a ser la misma, esa mujer valía su peso en oro, y ahora mismo se estaba encargando de la página en línea.
-Dios, Mu, tu página es un desastre.
-Qué novedad, también yo- dijo el pelilila con una sonrisa repleta de sarcasmo.
-Tu correo está bastante lleno, deberías responderlos y depurar.
-Quisiera ordenar mi armario- soltó cansado.
-Eso puede esperar, primero la página que es lo que todo el mundo observa- sonrió la rubia poniendo manos a la obra en el ordenador.
-De acuerdo- convencido, Mu se acercó hasta la rubia.
-Yo los leo y me dices qué hacer.
-Adelante- June sonrió con la gran pantalla frente a ella comenzando a teclear.
-¿Quién es geminisaga.com?- Mu la miró sorprendido, pero con un deje de tristeza. La rubia hizo una mueca de desagrado -¿Es él?- el mayor se acercó hasta para abrir aquel mensaje y en el momento que le dio clic su corazón se detuvo.
Asunto: Lo siento
Mensaje: No sé qué decir.
-Bórralo- dijo girándose y regresando a la cocina para hacer un poco de pasta o al menos distraerse.
-¿Todos los que ha enviado?- Mu frunció los labios.
-¿Hay algún lugar en el ciberespacio donde puedas enviarlos y no recibir nunca un email suyo?
-Sí.
-Hazlo, por favor- dijo algo molesto, no quería saber nada de él.
-¿Seguro que quieres dejar de comunicarte con él?
-Tan seguro que dejé que esta casa estuviese al nombre de los antiguos dueños para que no me buscara.
-Entiendo- asintió la rubio comenzando a depurar.
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-No puedo creer que ahora quieran que adorne mi oficina de Halloween, qué estupidez.
-Es tu trabajo- decía Mu.
Él y Shaka compraban las cosas para la cena que compartirían esa noche en la casa de Afrodita festejando la noticia de su embarazo.
-Lo odio, no me gusta Halloween.
-Yo amo Halloween, así que hazlo por mí.
-De acuerdo, colocaré una peluca lila y un poco de espuma en la boca, será un lindo borrego rabioso.
-Púdrete- soltó sonriendo mientras veían toda el área de disfraces de Halloween, la época estaba cerca.
-Ya casi- resopló Shaka alzando una de sus cejas.
Aún estaba mal con tada esa situación con Aioria y el que aún no había iniciado la demanda del divorcio. No sabía el porqué, pero no deseaba decirles nada a sus amigos.
-Oye, recibí un email de Saga- el rubio lo miró sorprendido- Decía “No sé qué decir”- soltó frunciendo los labios y alzándose de hombros- Entonces no envíes un email.
-¿Qué esperabas? Reubicaste tu oficina para que no te buscara.
-¿Crees que lo esté haciendo? Enviándome un email que dice “no sé qué decir” y como asunto “Lo siento”, lo dudo.
-Estamos en lo mismo. Aioria sólo se la pasa enviándome mensajes y cartas con “Lo siento”. Pues no hagas nada por lo cual debas sentirlo.
-Tal vez lo lamente- dijo Mu sintiendo un poco de compasión por Aioria.
-Tal vez también Saga.
-Touché- chistó el pelilila torciendo el gesto- Pero, volviendo al punto, aún no puedo creer lo que sucedió. Sé que así fue, pero no puedo creerlo, en las noches permanezco despierto repasando cada detalle de esa última semana en mi cabeza.
Shaka recordó que aún no le decía nada a su amigo sobre esa noche, o más bien, lo omitía. Tragó en seco y decidido hacerlo trató, aunque no era el momento ni el lugar.
-Mu, hay un detalle acerca de esa última semana que debo decirte, es sobre la cena de ensayo…-pero Mu no parecía mirar a su amigo, si no detrás de él, justo en estantería de revistas. Vio aquello que podría asustarle más después de todo lo que había pasado.
La revista Vogue con él y Saga en la portada.
La tomó entre sus manos al igual que Shaka, hojeándola y buscando el artículo donde ambos eran felices y aún estaban juntos.
-Lucían geniales, tan felices, eso es lo peor de todo- Mu no escuchaba, sólo veía aquellas fotos con un hueco en el corazón y en el estómago. Pero entonces vio la nota del editor, sabía que dirían algo de lo ocurrido.
“La boda de Mu de Aries y Saga de Géminis fue cancelada, pero el artículo se imprimió. Mu es soltero de nuevo y vive en la ciudad de Atenas”
-Bien, me arrojaron otra bala- dijo dejando la estúpida revista en su lugar -Necesito un cambio de imagen o esto me destruirá y ésta vez por completo.