Milo acababa de tirar a la basura el estúpido libro que leía. Lo cierto era que no había planeado nada con Shaina, quien le había dicho que pasaría San Valentín con sus amigas. Intentó llamar al francés, pero jamás respondió.
Suspiró entrando a su departamento y en cuanto encendió las luces, ahí estaba Shaina envuelta en una bata con el rostro descompuesto por el coraje.
-¿Shaina? Pensé que no estarías en casa.
-Te estaba esperando, es tarde.
-Estuve en la oficina.
-¿Y eso es más importante que yo?
-Dijiste que saldrías con tus amigas- soltó Milo extrañado.
-Te tenía una sorpresa, mentí para darte la sorpresa, pero quien se la lleva soy al ver que no llegabas- escupió la joven cada vez aumentando el tono de su voz mientas el peliazul la miraba confundido.
-Oye, lo siento ¿Sí? Quizá si me hubieses dicho que llegara temprano o que querías pasar San Valentín conmigo hubiera estado aquí temprano.
-Eres mi novio, Milo, y hemos pasado cada maldito San Valentín juntos desde que nuestra relación comenzó y ahora que había puesto sushi en todo mi cuerpo desnudo, tengo la sorpresa de que tú no llegas.
-¿Por qué te molestas tanto? Yo no sabía nada de esto, y…
-¡Tenía una sorpresa para ti porque hace meses que no me tocas!- gritó molesta- ¿Tienes a alguien más, Milo?- preguntó con cierta furia en la mirada.
-Shaina…
-¿Tienes a alguien más?
-No- ya no, pensó mientras Shaina parecía respirar de alivio, aunque aún parecía molesta.
-¿Entonces?
-Lo lamento, no me había dado cuenta de eso, prometo que te compensaré, ¿Qué te parece si pongo de nuevo ese sushi en tu cuerpo?
-Tengo wasabi en lugares que no debería.
-Descuida, lo limpiaré- dijo sonriendo tratando de sonar lo más convincente posible y claro, imaginándose un poco de porno gay para poder lograr una erección frente a la peliverde.
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Tres días de llamadas de disculpas, así como emails y Mu parecía no poder olvidar el desliz de Shaka. Era el mayor tiempo que habían pasado sin hablarse.
Afrodita y DeathMask le decían que no era culpa del rubio, que sólo había sido un comentario y no por esa simplicidad Saga había cambiado de parecer de la noche a la mañana.
Esa mañana, Mu llegaba de su casa cuando en afuera lo esperaba Shaka, quien parecía llevar mucho tiempo ahí.
-¿Qué quieres?
-Lo siento, es tan extraño no hablarnos.
-Estoy enojado.
-Mu, te entiendo, pero sólo sucedió. Nunca quise lastimarte, debes perdonarme- soltó Shaka acercándose.
-¿Debo hacerlo? Bien ¿Sabes qué?
-¿Qué?
-Me ruegas que te perdone por tres días y tú no consideras el perdonar a Aioria por algo que sucedió hace seis meses.
-No es lo mismo.
-Es perdonar- dijo el pelilila alzando uno de sus tiliks.
-Supongo que tienes razón.
Después de eso, Mu le había perdonado con la condición de arreglar las cosas con Aioria, o al menos intentarlo y eso justamente estaba haciendo. Le había pedido al castaño ir con una terapeuta de parejas y estuvo más que dispuesto a hacerlo con tal de ser perdonado. Después de todo derramó un par de lágrimas el día que Shaka lo llamó, habían sido seis meses de silencio total.
-No sé si pueda confiar en que no vuelva a suceder- dijo Shaka sentado a un lado de Aioria y frente a la terapeuta, quien se dirigió al castaño.
-Aioria, estás muy callado.
-Shaka- musitó dirigiéndose a su esposo -Yo sé que te es muy difícil confiar en mí, pero… tú haces difícil que confíe en ti.
-¿Yo?
-La forma en la que me tratas y sacarme de tu vida así como así. Sé que rompí un voto, pero ¿Qué hay de los otros votos? Como el prometer amar a alguien en las buenas y en las malas ¿Qué hay de eso? ¿Cómo sé que no me castigarás por el resto de nuestras vidas?
-Yo…
-No lo sabes- interrumpió la terapeuta mirándolo con una sonrisa conciliadora –Así como Shaka no sabe si cometerás otra indiscreción. Lo único que saben es que quieren seguir adelante y arriesgar que el amor que se tienen no permitirá que eso suceda, es por eso que están aquí.
Ambos se miraron sin saber qué decir, había mucho daño por parte de ambos, pero al parecer había más amor.
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-Terminamos la última sesión y decidimos no vernos por dos semanas mientras pensamos si queremos estar juntos otra vez, y después fijaremos un punto de encuentro. Si ambos aparecemos ese día el pasado no existirá, es como una promesa de ambos de olvidarlo y seguir adelante- explicó Shaka desayunando junto a Mu. Habían quedado de verse en el departamento del rubio.
-Vaya, ¿Y podrás hacerlo?
-No lo sé, tengo mucho en qué pensar.
-¿Pensar? O ¿Sentir?
-¿A qué te refieres?
-Que tienes que basar ésta decisión en tus emociones- dijo Mu llevándose un poco de fruta a la boca.
-Me fastidié, no sé lo que siento.
-Lo harás, la lógica en algún momento saldrá de esa ventana.
-Y yo pensé que el punto de encuentro sería el desafío.
-¿Cuál es?
-Frente a la Acrópolis- dijo sonriendo con un ligero sonrojo.
-Poético- sonrió el pelilila mientras Shaka negaba.
-Lo será si ambos aparecemos, de otra forma estaré en ese lugar solo y rechazado. No es un buen plan.
-Sigue siendo poético- se burló el de Aries haciendo reír a su amigo.