-Y… 60 invitados.
-¿Sólo 60?
-Es una boda privada, Dita.
-Bueno, sí, supongo- respondió el sueco sonriendo mientras revisaba de nuevo la lista de invitados.
Estaban en el departamento de Mu, habían pasado ya tres semanas desde el anuncio de su compromiso y las invitaciones ya estaban siendo hechas y el pequeño jardín donde sería ya lo habían reservado. Definitivamente tener a Afrodita cerca era una gran ventaja.
-Y ¿Qué usarás? Tenemos que comprar un traje, Mu.
-Lo sé, aún no sé que usar, pero hace una semana encontré un traje blanco en una venta de garage- la mueca que Afrodita puso era suficiente para negarse a usar eso.
-Eres columnista en una revista de modas y ¿No sabes qué usar?
-¿Vergonzoso? Pues es la verdad- sonrió- Es sólo que no sé qué diseñador va a vestirme- dijo orgulloso mientras Afrodita sonreía mucho más animado.
-Entonces, ¿Nos quedamos con 60 invitados?
-Sí, es más íntimo.
-No te gusta lo íntimo- Mu le dedicó una mirada perversa haciendo que el el sueco le arrojara la lista de invitados en el rostro.
Siguieron revisando la lista de invitados y pensando en diseñadores, hasta que de pronto, Mu se quedó en silencio pensando en algo que después externó.
-Oye, Dita, ¿Cómo supiste que DeathMask era el indicado?
-No lo sé, supongo que cuando, literalmente no puedes estar sin esa persona, que la necesitas a diario. Dormir y despertar con ella, y…
-Bien, bien ya entendí, Saga es el indicado.
-¿Me preguntas eso después de salir con él por diez años y por todo lo que pasaraon?- Mu sólo se alzó de hombros mirando la lista de invitados. -Y ¿Él qué ha dicho de la boda?
-No opina mucho, dejó que me encargara de todo.
-Se quiere ahorrar todo el número, bien por él, aunque tenemos poco tiempo para decidir qué usarás, bueno, ambos.
-Las invitaciones serán más elegantes que mi traje de garage.
-Ni siquiera lo menciones- dijo Afrodita haciendo una mueca de asco. El traje era lindo, pero no para la boda de Mu de Aries.
-Bien, debo llamar a muchas personas, ¿Dior o Armani?
-Debo ir por mi hijo a la guardería, si no te importa, Lady Di-or- sonrió Afrodita levantándose para ir por su pequeño.
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-Un pastel de matcha y chocolate.
-Yo quiero un cheesecake de fresa, gracias- decía Saga entregándole a la mesera la carta, una bella joven que le guiñó el ojo descaradamente antes de alejarse.
-Si yo fuera una chica, la hubiese molido a golpes- bufó Mu mirando a la joven con desdén.
-No saques las garras- sonrió Saga tomándole la nariz cariñosamente. Mu rodó los ojos.
-Lo sé, tengo algo que ella no.
-¿Personalidad?
-Y por eso te amo.
Una vez que sus postres fueron servidos, los compartieron dándoselos en la boca, pero en Mu comenzaba a crecer una duda y el mayor lo notó.
-¿Sucede algo?
-Saga, llevamos diez años juntos.
-Qué observador ¿Ahora tú me pedirás matrimonio?
-No, pero a este pastel lo haría- dijo el pelilila tomando una enorme cucharada de su pastel llevándoselo a la boca. Saga se acercó para lamer la comisura de sus labios al dejar una pequeña mancha del betún.
-¿Decías?
-Llevamos diez años juntos, en algún momento dejamos de ser aquellos jóvenes, ahora somos adultos y seguiremos envejeciendo, ¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo? Seremos sólo los dos, Saga- dijo sabiendo que ninguno de los dos pensaba en tener hijos.
-Llevamos diez años juntos y lo haría cien años más sólo por ver tus hermosos pucheros cuando te preocupas por algo.
-¿Aunque tenga arrugas?
-Yo también las tendré, así que si te sigo gustando, acepto el reto- Mu sonrió golpeando el hombro de su prometido, sí, Saga era el indicado.
-¿Elegirías la música para la boda?
-¿Seguro?
-Sería algo hermoso.
-De acuerdo, pero será una sorpresa, la escucharás hasta ese día.
-¿No fue suficiente con el departamento de lujo y el enorme diamante?- sonrió Mu mostrando el dedo anular de su mano izquierda donde descansaba un anillo de un tamaño considerable.
-Por ti nunca es suficiente- finalizó el griego besando los labios del pelilila, quien aun después de diez años terminaba sonrojándose.
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Unos días después, Shaka desayunaba con Aioria, y mientras el rubio hojeaba el periódico, el castaño alimentaba a los dos perros que tenían, al gato y al roedor que se asomaban debajo de la mesa.
-¡Ah!
-¿Amor?- preguntó Aioria escuchando a su esposo gritar. No se había inmutado demasiado, era normal en Shaka gritar por todo.
Tomó una hoja del periódico mirándola asombrado con una gran sonrisa en sus labios, tenía que llamar a Mu.
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-“El escritor Mu de Aries al fin se casará con el publicista Saga de Géminis en otoño…” Nuestra boda está en la página seis- soltó Mu con el celular en la oreja y girándose para ver a Saga hacer una mueca confundido.
Estaban en su departamento desayunando cuando Shaka llamó dándoles la noticia.
-¿Quién lo puso ahí?- preguntó y Mu se alzó de hombros escuchando a su amigo, quien parecía sonreír.
-“Ambos exitosos en la cumbre de sus carreras. Sería la primera boda de Mu y la tercera de Saga. Esperemos que ésta sea la última y prueben que los hombres pueden tener un final feliz pasando los cuarenta” Mu, qué emoción- leía Shaka sonriendo de oreja a oreja.
-Eso no es emocionante, es mordaz, pero gracias por la noticia, debo ir a golpear a Milo- se quejó el pelilila antes de cortar. Estaba seguro que el peliazul había sido el gracioso y lo llamó.
-¿Te gustó tu regalo de bodas?
-¿En serio, Milo? ¿La tercera boda de Saga?- el griego se quedó unos segundos en silencio, se escuchaba que hojeaba.
-Lo lamento, sólo dije que pusieran la noticia no que se deleitaran con la vida personal de tu prometido. Malditos idiotas- bufó algo cabreado.
-Fue una buena intención, pero Saga te matara.
-Ya, tranquilízate, te conseguiré los trajes con el mejor diseñador ¿Sí?
-Bien, aceptaré tus diculpas.
-Perfecto, pon a Saga a la bocina- Mu rodó los ojos, no sabía realmente cómo sentirse con ello.
Estaba emocionado, su boda estaba en la sección de sociales, y bueno, al menos Milo les conseguiría al mejor diseñador. Fue hasta la habitación donde Saga se preparaba para el trabajo y le dio el celular sin decirle nada más.
-¡Hey! Saga, debemos organizar la despedida de soltero ¿No?
-No me gustan los strippers.
-¿Y si es Mu?
-Eso es para la noche de bodas- soltó el peliazul guiñándole un ojo a Mu quien le sonrió de lado.
-¿Qué tal alcohol, música y un poco de descontrol?
-Bien, pero estaremos todos, y Afrodita debe inaugurar la primera botella- de pronto los tres soltaron una carcajada al recordar cómo era el sueco pasado de copas.
-Como en la boda de Aioria y Shaka- Mu y Saga rieron de nuevo -Bien organizaré todo.
-Claro, dile a los demás.
-De acuerdo, adiós chicos- finalizó Milo terminando la llamada.
-Oye Saga, dice Milo que nos conseguirá al mejor diseñador para nuetsros trajes de boda ¿Qué te parece?
-Milo tiene buen gusto, supongo que sabrá complacernos- Mu sonrió y besó los labios del mayor.
Se desconocía, jamás había pensado en el matrimonio y ahora fantaseaba con cada detalle, incluso quería pétalos cayendo del cielo y… qué estupidez, agitó su cabeza negando y alejándose de su prometido para ir a la oficina.
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-Hola, cariño- saludaba Milo llegando al departamento del pelilila.
-¿Qué dice Hollywood?
-Ya sabes, lo de siempre, drogas y belleza.
-Estás en el paraíso- bromeó Mu sentandose en el sofá y notando que su amigo llevaba un sobre.
-Te extrañé durante tus vacaciones ¿Cómo está Shaina?
-Hermosa y explosiva- sonrió el peliazul tomando una copa de whisky del pequeño bar que Mu poseía y sentándose junto a su amigo- Pero no hablemos de mi vida, ahora el protagonista eres tú y tu boda- dijo sonriéndole tendiendole el sobre que llevaba. Mu lo miró con una sonrisa y frunciendo el ceño abrió el sobre deleitándose con lo que veía.
-¿Los trajes de boda?
-¡Sí! Son bocetos de Carolina Herrera, Chanel y Dior, hechos para ustedes especialmente.
-¿Cómo lo lograste?- Milo sonrió alzandose de hombros -¿A quién te cogiste?
-A Shaina y con eso es suficiente. Es la actriz del momento, sólo hizo unas llamadas y ¡Tadá!
-Vaya, qué bueno que arruinaste lo de la página seis- sonrió Mu frunciendo el ceño mirando los hermosos bocetos.
-Elige los dos que más te gusten- dijo el peliazul sonriendo amablemente y feliz de ver a su amigo emocionado con todo eso.
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Y la noticia de la página seis había llegado hasta la editora de Mu, Hilda de Polaris, quien lo había citado esa tarde pata felicitarlo.
-Luces feliz, Mu, ya era hora que Saga lo propusiera- el de Aries asintió con una enorme sonrisa -Ahora, quiero hablarte del artículo de esta semana.
-Pero ya habíamos dicho que sería sobre juegos durante el sexo- negó Mu confundido.
-Me refiero al artículo principal, Mu, no el tuyo- el menor miró a la peligris algo extrañado -Te quiero en la portada.
-¿Qué?
-Les comenté que si podían hacer un artículo de ustedes dos y los quieren en la portada. Serán el artículo principal.
Y Mu se quedó sin habla, esa era la revista más importante a nivel mundial de modas, y todo lo que fuese importante en el momento salía en ella y ahora Saga y él lo estarían.
-Pero ¿Por qué?
-Son bellos y famosos, además de que le dan la esperanza a todos los homosexuales de que pueden tener un final feliz después de varios fracasos- Mu hizo una mueca incómodo -Sólo di que sí, tómalo como un regalo de bodas- asintió sin más, simplemente no se podía negar a aparecer en una portada de Vogue.