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Títere Encadenado ¿Quién eres? por DanyNeko

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Malik tiró de ella hacia su pecho, como lo había hecho el día anterior cuando se re-encontraron y la acunó allí, zumbando tranquilizadoramente —ya, ya, Creampuff. Si llegas a casa recién llorando tu padre me va a querer echar a patadas, y no queremos eso ¿verdad?

 

Riyu sonrió y sorbió su nariz —no, ángel de la guarda —bromeó —mi dulce compañía.

 

Ambos compartieron una risilla, contagiando a Marik y Bakura.

 

~∆~ 

Llegaron a casa de la albina cerca de las once y media.

Malik estaba tratando definir si sería conveniente que el padre de Ryou viera a su hija, rodeada de tantos chicos, o si sería contraproducente para su propósito.

 

¿El viejo los sentiría como una amenaza? ¿Le molestaría que Riyu estuviese expuesta a hombres y a la posibilidad de que se enamoraran de su máscara y actuación femenina? 

 

¿Ishizu estaría acertando en su suposición de un posible compromiso arreglado?

 

Malik decidió que no se arriesgaría… Aún.

 

—Será mejor que nos esperen aquí fuera —le informó a su novio y amigo, antes de mirar a la chica — ¿cómo te sientes para interpretar el papel de damisela en apuros?

 

Riyu arqueó una ceja, mientras Marik se reía — ¿Qué? ¿Qué diablos estás planeando, M?

 

— ¿Le has dicho a tu padre que Aigami y compañía te molestan? —preguntó de vuelta. Riyu negó con la cabeza —bueno, vamos a quedar bien con el viejo —le guiñó un ojo y extendió el brazo.

 

Riyu se rió entre dientes y colocó una mano sobre el brazo de su mejor amigo —bien, de acuerdo. Te seguiré el juego.

 

Riyu abrió la puerta y ambos entraron a la casa.

 

—Vaya, manejaste muy bien tus celos —bromeó Bakura, apenas los perdieron de vista.

 

Marik resopló —fue solo la molestia de la primera impresión, pero se ve que se llevan muy bien como amigos —contestó, cruzándose de brazos, ambos refugiados bajo la sombra de un árbol —además, Malik jamás ha dado señales de que le gusten las chicas —se encogió de hombros sencillamente —ni emocional ni físicamente —concluyó con una sonrisa de lado.

 

El albino emitió un sonido ahogado desde su garganta —detente ahí —lo fulminó con la mirada. Marik se rió.

 

Dentro de la casa, Riyu y Malik encontraron de primeras a Ryutaro en la sala, hablando por celular.

El hombre dirigió un gesto de reconocimiento al par de adolescentes sin desatender la llamada, así que Malik se fue con Riyu a la cocina para ayudarle a guardar las compras, y en voz baja acordaron algunas cosas.

 

—Malik — "saludó" el hombre.

 

—Buen día, Señor Tsukino —correspondió Malik, en su mejor actuación de amabilidad — ¿Cómo se encuentra hoy?

 

El hombre asintió —bien, gracias —se posicionó al otro lado de la barra que dividía la cocina con el comedor, y se llevó las manos tras la espalda —supongo que no será sorpresa que te vuelvas una presencia constante aquí —para sorpresa de ambos chicos, el hombre dio una pequeña sonrisa.

 

Malik se llevó una mano tras la cabeza —espero no ser una molestia.

 

Riyu ofreció una bonita sonrisa, limitándose a colocar una mano en el antebrazo masculino —claro que no, Malik —tragó en seco para darse valor y giró a ver a su padre —me encontré con Malik cuando llegué al mercado, padre, hicimos las compras juntos.

 

Ante esto, Ryutaro miró a Malik, extrañado de que este no llevará sus propias compras, así que arqueó una ceja.

 

—Deberíamos ir siempre juntos. No vaya a ser que te encuentres de nuevo con ese par de idiotas que te estaban molestando —comentó con el ceño fruncido, mirándola como un padre a una niña pequeña —que suerte que estaba con mis amigos por ahí.

 

De nuevo, Ryutaro los miró, con una ceja elevada, inquisitivo — ¿Molestando? —pasó de su hija al moreno — ¿Quién la estaba molestando?

 

Malik de repente se sintió bajo la inspección de un capitán, sonrió para sus adentros al imaginarse con su la mano en la cabeza en saludo militar mientras relataba un informe sobre cómo Aigami y el otro idiota estaba molestando a Riyu. 

 

Se obligó a espabilarse —Un tipo llamado Aigami junto con un amigo la estaban incordiando en la entrada del mercado cuando mis amigos y yo la encontramos —relató —quiero decir, sé que Riyu es hermosa y tiene ese tierno encanto, pero no es como que se estuviera vistiendo coqueta o pavoneándose como he visto a otras chicas —de reojo vio como la albina se sonrojaba por el cumplido —por eso me enojé, porque ella estaba claramente incómoda y ese par no entendían un no. Así que mis amigos y yo la sacamos de ahí enseguida, y acordamos hacer las compras juntos.

 

— ¿Tus amigos? 

 

—Sí, el hermano de mi cuñado y nuestro amigo con el que viajamos —explicó —no les molestó que viniéramos a dejar a Ry en casa y me están esperando afuera con las compras —contestó, sin saber, la primera inquietud del hombre.

 

—Fueron todos muy amables conmigo —añadió Riyu, quien se había mantenido callada y ligeramente cabizbaja durante toda la explicación.

 

Ryutaro asintió —te agradezco por cuidar a mi hija, y extiende mis agradecimientos a tus amigos.

 

Malik sonrió, más sincero —no hay problema. Riyu es mi mejor amiga en todo el mundo, no soporto que la traten mal —empujó suavemente a la chica con su cadera, conteniéndose de cualquier cosa más cariñosa —siempre que pueda cuidarla lo haré, además —extendió una sonrisa bromista —es deber de un caballero cuidar a una dama.

 

Riyu simplemente se rió —bobo —y le sacó la lengua.

 

—Nunca habías mencionado nada del estilo, Riyu —mencionó serio.

 

Ella enrolló un mechón en su dedo, mientras pensaba una excusa —bueno… como usualmente salía en compañía de Ishizu… supongo que no es lo mismo para esos tipos ver a una chica sola que acompañada —se encogió de hombros.

 

Malik se llevó una mano al bolsillo —guarda mi número de celular y avísame la próxima vez que tengas que salir. Si estoy libre, sabes que vendré por ti.

 

Riyu celebró mentalmente —de acuerdo —miró a su padre de reojo.

 

Ryutaro asintió —eso está bien, Malik es un buen chico. Sé que puedo confiarte a mi hija —Malik asintió con una clara expresión de orgullo —no me decepciones.

 

—No lo haré, señor —anotó su número en el celular ajeno antes de obtener el suyo de vuelta —bueno, será mejor que no haga esperar más a ese par.

 

—Padre ¿puedo ir a despedirme? —pidió la chica con voz suave.

 

Su progenitor asintió —desde luego. Espero que hayas agradecido su ayuda apropiadamente.

 

—Claro que les di las gracias, padre —aseguró la chica, dirigiéndose de vuelta a la puerta, mientras intentaba alejar de su mente las ideas de cómo le gustaría agradecerle más personalmentea Bakura, que incluían besos y dedos bailando sobre la piel.

 

—Bueno, eso salió bastante bien —sonrió Malik, satisfecho, mientras ambos llegaban bajo la sombra del árbol dónde Marik y Bakura esperaban a Malik.

 

Riyu rodó los ojos —oh sí, quedaste como todo un príncipe azul —se rió antes de ver como Marik rodeaba de inmediato a Malik por la cintura, con un brazo. No había territorialidad o desafío en el acto, era algo más afectivo y de complicidad, pues Malik se recostó automáticamente contra su pecho. No pudo contener una sonrisa enternecida.

 

—Lo importante es que tu padre confía en mí respecto a ti, y que le parece bien que andes conmigo —concluyó.

 

Riyu asintió —les agradezco a los tres una vez más, por su amabilidad y compañía —mencionó, sincera —no me había sentido así de feliz en mucho tiempo —les sonrió.

 

Malik correspondió la sonrisa —cuando quieras, Ry, sabes que eres mi mejor amig-a —carraspeó un poco cuando se dio cuenta de que estuvo a punto de tener un desliz.

 

—Y aquí tienes más amigos con los que contar —añadió Marik, habiendo comprendido lo mucho que esa niña significaba para su novio. Por él, podía ser amable ¿no? Además, la chica era tierna, inspiraba a ser agradable con ella, aunque lucía un poco introvertida y tímida al principio, a lo largo del día descubrió que era divertida y agradable.

 

Riyu se empinó para darle un beso en la mejilla a Malik y se despidió del novio de este con un movimiento de mano.

 

—Vamos a casa, chicos —dijo Malik, tomando el brazo de Marik para tirar de él.

 

—Supongo que nos veremos pronto —se despidió también Bakura, dispuesto a ir tras la parejita.

 

Riyu, tomando valor de dónde no tenía, le tocó el hombro y se empinó también a darle un beso en la mejilla —eso espero, Bakura —dejó que sus dedos se deslizaran por la manga corta de la playera que el chico usaba ese día antes de retirarse por completo —hasta entonces —le dio una pequeña sonrisa y se giró para volver a la puerta de su casa, entrar y perderse tras ella.

 

Bakura se había quedado frío en su lugar después del gesto, tanto que Marik tuvo que lanzarle un grito para que espabilase y les diera alcance para regresar al solar.

 

El oji-lila suspiró frustrado.

 

Sentía que había algoque escapaba a su percepción… pero no sabía el qué.

 

~∆~

 

De la semana que pasó, Bakura había estado soñando con su Ryou tres o cuatro noches, lo cual era extrañamente bastante en un periodo tan corto, si bien uno o dos habían sido sueños "tranquilos" -dónde simplemente iban por ahí, abrazados, compartiendo besos ocasionales y, simplemente, actuando como una pareja- el resto lo habían hecho despertar temprano y escabullirse al baño -asegurándose que nadie lo viera- para desahogarse.

 

Sentía que se estaba impacientando, llevaba cerca de ocho días de regreso en el pueblo, y si bien el regreso a una vida sedentaria no le había sentado mal, anhelaba con fuerza encontrar a su niño.
Había aprovechado cada minuto libre que tenía en dar vueltas por el pueblo, tratando de verle entre la gente -incluso cuando salía con sus amigos-, pero aún no había habido suerte.

Se negaba a creer que el chico se hubiese mudado a otra ciudad o pueblo, porque eso significaría que lo habría perdido para siempre, y la esperanza era lo que lo había motivado por largos años.

 

No. Seguiría intentando.

 

Ahhh~ si tan solo supiera algo más de él que su nombre. Tan siquiera su apellido.

 

Tal vez… si se arriesgaba a contarle a Malik… quizás él lo había conocido también, o alguna de sus viejas amistades en el pueblo, con quiénes lo había visto juntarse un par de veces, o incluso Ishizu…

 

Ñah. Aún era muy pronto para recurrir a delatarse.

Esperaría un poco más, lo intentaría un poco más.

 

Él tenía esperanza...

 

~∆~

 

— ¿Estás realmente segura de que esta es una buena idea? —consultó Malik, con audible duda y consternación en su tono de voz.

 

Esa mañana se hallaba en la cocina con su hermana, preparando carne y verduras para el almuerzo.

 

—Si no lo estuviera, no lo hubiese preparado. Sabes que soy muy cuidadosa con ese tema —respondió calmadamente la morena, condimentado las piezas crudas de ternera y cerdo.

 

Malik se removió en su lugar —lo entiendo, pero aun así no deja de preocuparme que de repente ese hombre decida que no le quiere cerca de tantos chicos.

 

—Te recuerdo que soy la única mujer con la que Ryou se relaciona realmente. Su padre confía en que yo le guíe constantemente para ser 'una buena dama' —argumentó —además de que aprecia mucho la amistad que él y su mujer compartieron con nuestros padres, no lo alejará de nosotros, y yo me encargaré de que acepte que está bien que Ryou tenga amigos.

 

El oji-lavanda se mordió el labio mientras sacaba ollas y demás cosas para empezar a cocinar —contamos contigo, hermana mayor —concluyó en un suspiro tembloroso.

 

—Confía en mí, hermanito. Y mejor ves a explicarle a tu novio cómo debe comportarse.

 

Malik se limpió las manos mientras asentía —regreso en un momento.

 

—Y ya que estás, échale un ojo a la cuna de Talila, a ver si no ha despertado —pidió en voz más alta, mientras su hermano salía de la cocina, obteniendo una respuesta afirmativa.

 

Malik comprobó a su sobrina dormida, antes de subir para encontrar a Marik y Bakura jugando videojuegos en la habitación de la pareja peli-ceniza.

Suspiró y llamó su atención, a lo que los dos mayores pudieron pausa a su carrera de Mario Kart para atender a lo que les diría.

 

Con cuidado de que su novio no malentendiera su petición, le explicó que, mientras tuvieran visita ese día, no podían actuar como siempre, que debían aparentar ser solo amigos/familia. Explicó que Riyu vendría a almorzar con su padre, y que no querían presionar la frágil estabilidad mental del hombre.

 

— ¿Cuál es exactamente el problema? —consultó Bakura, al notar el silencio de Marik.

 

—Ry me ha dicho que estos días su padre se ha estado comportando un poco más tranquilo con ella —comentó, feliz —el viejo sabe que, casi siempre que ella está conmigo, estamos con ustedes e Ishizu piensa que ya es momento de que los conozca antes de que piense que estoy ayudando a Ry a tener un novio a escondidas o algo así —rodó los ojos.

 

—Pero en ese caso ¿no sería más beneficioso que sepa que tú y Marik están juntos? —continuó el albino confundido —y que, por ende, ninguno de los dos intentará nada con ella.

 

Malik se bajó de la cama, dónde había estado, y se sentó entre las piernas abiertas de Marik, de frente a él —la cosa es… que no sabemos qué opinión tenga el viejo respecto a parejas del mismo género y, realmente, arriesgarnos a descubrir si es buena o mala no es una opción —miró con disculpa a su novio y le dio un rápido beso —ustedes saben lo importante que es ella para mí, es mi mejor amiga, casi como una hermana. Ishizu me confirmó que ha estado muchísimo más feliz desde que nosotros llegamos, antes de eso, ella apenas y salía de casa —agachó la cabeza — ¿me ayudarán con esto?

 

Bakura se encogió de hombros —Cuenta conmigo —Riyu era una chica agradable en su opinión, y se habían acercado lentamente desde que se conocieron, aún si lo dejaba a la expectativa y confuso en casi cada ocasión que se veían.

 

—Sabes que haría lo que sea por ti, mi ángel —accedió Marik, atrayéndolo a su pecho para un suave abrazo, dónde Malik se acurrucó feliz, sin importarle haber sido inclinado en una posición incómoda.

 

—Gracias a ambos —le dio un beso más largo a Marik y luego uno en la mejilla a Bakura —tengo que volver abajo y ayudar a Ishizu con la comida ¿sí?

 

Con eso, Marik lo soltó y el chico salió de la habitación. Marik y Bakura se miraron entre sí unos​ momentos​ antes de apagar la consola en silencio y bajar tras el oji-lavanda, el ánimo de jugar se había esfumado y solo podían pensar en cómo podían colaborar para ayudar a la pobre chica.

 

Apenas llegaron a la planta baja escucharon movimiento de tela, y un pequeño quejido. Acostumbrados ya, llegaron a la cuna de Talila justo cuando la niña abrió sus ojitos y empezó a hacer pucheros.

Marik la tomó en brazos, como le habían enseñado su cuñada y su novio, aún con cierta reticencia, y le habló en voz baja. Sin embargo, la voz de Odion viniendo de la puerta trasera le hizo dejar a su sobrina en manos de Bakura para ir a ayudar a su hermano.

 

El albino hizo una mueca cuando tuvo a la niña en brazos, era solo la tercera vez que la cargaba y aún se sentía incómodo e inseguro al respecto. El sonido de la puerta captó su atención a la par que la bebé empezaba a dar pequeños quejidos. Bakura pensó por un momento dejarla en la cuna para atender, pero no era tan descorazonado como para dejar a una bebita llorando; así que la sostuvo bien con un brazo y fue a abrir la puerta.

 

Se sorprendió de ver a Riyu frente a él, con la cabeza ligeramente gacha y ataviada en un bonito vestido color azul real con detalles platinados y cian, que lucían como enredaderas de rosas en la parte baja de la falda -que le llegaba a las rodillas- y escrito en el pecho decía "espina mortal, sueño profundo" en letra cursiva, de escarcha y platinada; siguiendo con la temática, su cabello, atado en una descuidada trenza francesa, estaba adornado con un cintillo azul que tenía una rosa color cian a un lado, un collar de plata con un dije de flores caía entre sus clavículas y zapatillas blancas completaban su atuendo.

 

La belleza de la chica era rápidamente desprestigiada por el aura dominante y controladora del hombre que estaba de pie, detrás de ella, con la mano en el centro de su espalda -y otra sosteniendo una caja de cartón-, que obviamente era la causa de su expresión corporal tímida y reprimida.

 

—Ah, buenos días —atinó a decir, recordándose que debía dar una buena actuación frente al desagradable hombre que tenía enfrente.

 

Su voz hizo que Riyu levantara la cabeza y sonriera, perdiendo ligeramente esa apariencia de ser una muñeca que es manejada por otra persona. Hubo un muy sutil rubor en sus mejillas cuando respondió al saludo, a coro con su padre; sin embargo, se apresuró a llegar junto con Bakura para estirar las manos y quitarle a la bebé de los brazos.

 

—Hola Talila —le habló con voz suave, meciéndola ligeramente entre sus brazos, cosa que calmó inmediatamente lo que estaba a punto de convertirse en un llanto — ¿Cómo estás hoy, pequeñita? —le dio un besito sobre el cabello y luego acarició una de sus mejillas con la punta de la nariz, antes de seguir hablando con ese tono agudo y tierno que casi todas las personas usaban al hablar con un bebé o una mascota.

 

¿Por qué sería?

 

Bakura se hizo a un lado para que el hombre pudiera entrar junto a su hija, y luego cerró la puerta antes de que los tres se movieran hacia la sala. Se concentró en mirar a Riyu entretenerse tiernamente con Talila, solo para no pensar en la rabia que el hombre recién llegado provocaba en él, aun si no fuese consciente de todo el mal que le había a la bicolor, con solo verlo diferente que actuaba Riyu en su presencia era fácil saber que la había estado controlando, manipulando y/o maltratando por mucho tiempo.

 

—Riyu, señor Ryutaro. No esperaba que llegaran tan temprano —saludó Ishizu, saliendo de la cocina mientras se limpiaba las manos en el delantal gris y amarillo que usaba.

 

Riyu se acercó para saludar a la pelinegra de beso en la mejilla —hemos venido temprano porque te voy a ayudar con el almuerzo, Ishizu —explicó.

 

La morena le miró con ternura —no era necesario.

 

El hombre también se acercó para saludar a la chica —tonterías, Ishizu. Deja que la niña te ayude —insistió, antes de darle una mirada a su hija, esta asintió y, con cuidado le dio a la niña para que la cargara, tomando la caja en su lugar. Justo cuando Malik salió también de la cocina para saludar con amabilidad y educación ensayada al hombre.

 

Ryutaro lució realmente tranquilo y hasta complacido cuando Malik se acercó a saludar a Riyu con un beso en la frente, antes de que los tres se metieran a la cocina.

 

Bakura se quedó ahí, de pie en el salón, sin saber qué debería hacer.

Por suerte, justo cuando Ryutaro fue a mirarlo directamente, Talila comenzó a llorar en sus brazos. Bakura casi se rió, pero supo contenerse. A ese viejo ni los bebés lo querían.

 

Ishizu salió de nuevo de la cocina, dejando a Malik y Riyu para seguir con la preparación del almuerzo mientras ella iba a sentarse junto a Ryutaro en el sofá para tomar a su hija en brazos y empezar a amamantarla.

 

Educadamente, Bakura desvió la mirada cuando Ishizu se desacomodó la blusa para alimentar a su hija, en cambio Ryutaro las observó directamente, con una sonrisa nostálgica.

 

—Te pareces muchísimo a tu madre, Ishizu —comentó el hombre, estirando una mano para acariciar el hombro de la fémina —en especial con tu hija en brazos, me recuerda mucho a cuando Loreta te tuvo.

 

Ishizu le dio una sonrisa sincera al hombre, y le agradeció. A diferencia de su padre, su madre había sido una excelente persona, que la educó con amor y respeto, y a la que Ishizu recordaba como una espléndida mujer.

 

— ¿Y quién es el jovencito? —desvió la mirada hacia el albino, notando un ligero parecido con su hija, sobretodo en el cabello y ligeramente en el tono de piel.

 

—Es el mejor amigo de mi cuñado y de Malik, Bakura —le dedicó un gesto disimulado y un cabeceo.

 

—Bakura Thief, un placer conocerlo —mintió, con una expresión serena en su rostro —conozco a la familia de Marik y Odion de toda la vida. Mi tío, quien me crió, trabaja con ellos desde hace mucho.

 

Ryutaro asintió a sus palabras —es por eso que fuiste a viajar y trabajar con Malik ¿no?

 

Bakura se llevó las manos tras la espalda, sin perder la postura relajada —sí, señor —sentía ganas de morderse la lengua.

 

El hombre hizo una pausa y lo miró con una ceja arqueada — ¿dijiste que tú tío te crió? ¿y tus padres?

 

Bakura inclinó la cabeza, mordiéndose la parte interna de la mejilla para no gritarle a ese viejo que no se metiera en su vida.

 

Ishizu se apresuró a interferir. Se inclinó hacia Ryutaro y le explicó al oído —no sabe nada acerca de su padre y su madre también murió cuando aún era un niño.

 

—Comprendo —asintió quedadamente —disculpa la pregunta, muchacho, simplemente quería saber más de los amigos de mi hija.

 

Bakura se forzó a encogerse de hombros con una expresión relajada —no importa, comprendo eso. Aunque no estoy seguro de que su hija me considere un amigo… más bien como el amigo de su mejor amigo, con quién compartir tiempo de vez en cuando —explicó sencillamente, tratando de no darle ninguna sospecha a ese hombre, como Malik quería.

 

—No digas eso, Baku, Riyu los aprecia a ti y a Marik —se confundió cuando Ishizu lo contradijo, pero no dijo nada más al respecto, sabiendo que la morena hablaba y actuaba por alguna razón.

 

—Y hablando de tu cuñado ¿dónde está?

 

—Atrás, ayudando a mi marido —explicó, acariciando suavemente el cabello de su hija —estarán aquí cuando el almuerzo esté listo.

 

Ryutaro no dijo nada más y Bakura prefirió retirarse a la cocina con Malik y Riyu. Mirarlos juguetear y bromear mientras preparaban la comida era relajante y entretenido.

 

Para la hora del almuerzo, todos se reunieron en la terraza posterior de la casa, que daba a la finca, para almorzar.

Hacía un clima agradable, la brisa suave soplaba de vez en cuando y, después de la llovizna que había acontecido muy temprano en la mañana, había un sutil aroma a bosque y flores que era relajante.

Los recientes padres, Ryutaro, Riyu y Malik estaban sentados en la mesa que había bajo el techo de la terraza, mientras que Marik y Bakura estaban sentados en una silla columpio de tres espacios.

 

La conversación prácticamente la llevaban los adultos, mientras que Malik rozaba de vez en cuando su pierna con la de Riyu, bajo la mesa, y le dedicaba sonrisas de aliento.

 

Al parecer, ese día le tocaban los platos a Bakura y Marik, y un rato después de que todos terminaron de almorzar empezaron a recoger los trastes sucios, sin embargo, Riyu y Malik los ayudaron. 

Cuando Ishizu intentó decirle a la albina que no tenía por qué hacerlo, Ryutaro la cortó, insistiendo en que dejara a la niña ayudar con la limpieza. De modo que los cuatro adolescentes entraron para llevar todo a la cocina.

 

—Ishizu, querida —le llamó la atención el hombre —Necesito hablarte de algo…

 

~∆~

 

—Creo que ha salido bien —le mencionó Malik a Riyu, mientras Bakura y Marik empezaban a lavar los trastes —luce tranquilo, aunque ya me confirmarás cuando vuelvan a casa.

 

Riyu asintió, buscando la caja de cartón que había traído, para ponerla sobre la barra de la mesa —sí, aunque se dedicó a preguntar hasta aburrirse —le dirigió una mirada de disculpas a Bakura y Marik.

 

El mayor se encogió de hombros —sin problemas, nubecita —Marik, una vez en confianza, había tomado la costumbre de su novio de llamar a la bicolor con ese tipo de apodos cariñosos —Ishizu respondió por casi todo —Bakura igual le restó importancia.

 

—Sí, tú déjale estás cosas a mi hermana —continuó Malik, tomando a su amiga de la cintura y dándole una sonrisa —tuvo experiencia con nuestro padre —comentó en voz baja.

 

Los ojos verdes de Riyu se empaparon, así que se inclinó para ocultar la cara en el hombro de su mejor amigo —ustedes son mis ángeles de la guarda, fuera de bromas —Malik la miró preocupado al sentirla temblar entre sus manos —sin ustedes… yo no sé qué…

 

—Shhh —Malik la calló, atrayéndola a su pecho con una mano, mientras la otra subía a su cabello bicolor para acariciarlo —nipienses en ello. No lo hagas —insistió con firmeza —te lo he dicho, Ry. Eres de la familia, y a la familia se la cuida.

 

Riyu suspiró, tratando de no llorar —ustedes hacen mucho por mi… pero yo no —se lamentó.

 

El oji-lavanda no le dio importancia —Eh, de niño yo quería una hermana menor.

 

La chica le dio un puñetazo débil contra el pecho —te recuerdo que soy mayor que tú.

 

Malik se encogió de hombros —no lo pareces, eso me vale —se rió, y Riyu rió con él. Pronto Marik y Bakura también.

 

La albina se limpió las orillas de los ojos, húmedos, y les ofreció una sonrisa —bien… ¿quién quiere postre entonces?

 

—Pero… no hicimos nada de postre —negó Malik, extrañado.

 

Riyu le sonrió y abrió la caja de cartón, enseñando un cheesecake con trozos de fresas y chocolate espolvoreado. A Malik se le hizo agua la boca.

 

—Tiene muy buena pinta —dijo Marik, acercándose con Bakura — ¿dónde lo compraron?

 

Riyu se ruborizó ligeramente —yo lo hice esta mañana.

 

Malik parpadeó dos veces — ¿haces postres?

 

—...Estoy aprendiendo —se encogió un poco apenada.

 

—Voy por un cuchillo —dijo Bakura, también antojado del postre.

 

—Yo por los platos pequeños —añadió Malik.

 

Así que cortaron trozos del cheesecake y llevaron los platos de regreso al patio para compartir el postre con todos.

 

Notas finales:

Un cap nuevo, como regalo aunque ya es 15 xD

Feliz San Valentín ^^/ 


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