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Títere Encadenado ¿Quién eres? por DanyNeko

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" ¡Esto es completamente absurdo! ¡Una locura! " Bakura se quejó mentalmente mientras deambulaba por su nueva habitación, como león enjaulado, y con la mente hecha un lío terrible.

 

" ¿Qué demonios pasó hoy? "

 

Después de regresar al solar con Malik, los cinco cenaron juntos mientras Talila estaban descansando en su cuna.

 

Luego, Odion y Marik se encargaron de los platos mientras él y Malik acompañaban a Ishizu en la sala, dándole de comer a Talila mientras Malik le contaba a su hermana la tarde que habían pasado con Riyu.

 

La morena lucía satisfecha y feliz, aunque Bakura pudo decir con facilidad que había más cosas que quería decir o preguntar, pero no se atrevía con él presente. Así que se levantó, dijo que estaba cansado, se despidió y se fue 'a dormir'.

 

Una vez en la privacidad de su nuevo cuarto, las preguntas empezaron a torturarlo.

 

"Esa chica… esa chica tiene algo que ver con Ryou. Son demasiado parecidos como para que sea mera coincidencia" se quejó "pero esa vez… Ryou dijo que su hermana había muerto con su madre… ¿Quizás tenía otra hermana?

 

—Grrr… No entiendo —se revolvió el pelo con las manos, genuinamente frustrado, antes de recoger sus cosas para tomar una ducha. 

 

Recogió una toalla, su pijama y salió de su habitación para dirigirse a la puerta más próxima a la derecha.

Cuando empezó a desvestirse, echó en falta su camisa negra, y recordó habérsela dado a esa chica cuando notó que se estremecía. Lo había hecho porque sus ojos verdes eran extremadamente similares a las hermosas esmeraldas que lo perseguían e hipnotizaban en sus sueños, porque en cada momento que veía a esa chica, pensaba en su dulce Ryou… y luego ella lo sorprendió tanto.

 

"Ha sido un placer volver a verte, Bakura. Y espero que se repita pronto"

 

Mientras se aseaba, repitió una y otra vez esas palabras en su cabeza. La forma en que las había dicho, como se había inclinado a su oído, y el beso en su mejilla justo después.

 

"Ha sido un placer volver a verte, Bakura."

 

"...Un placer volver a verte" 

 

— ¿Volver a verme? —replicó de pronto, en voz alta y confundido.

 

Salió del baño en un pantalón corto de pijama, y con la toalla sobre sus hombros. Se cruzó a Marik por el pasillo y chocaron puños, dándose las buenas noches antes de que el albino regresara a su habitación, para lanzarse a la cama.

 

El día había sido jodidamente largo.

 

— ¿Quién es Riyu? —se cuestionó, cansando de tantas preguntas sin respuesta, mientras se acomodaba en su cama, con el pañuelo de su más preciado recuerdo sobre su pecho —Ryou… quiero verte —murmuró, dándose vuelta hacia la ventana, por donde se venía la luna —Ryou...

 

Finalmente, sus ojos lilas se cerraron, rindiéndose al sueño.

 

~∆~ 

 

Ryou se levantó al día siguiente, de un particular buen humor, acurrucado bajo la camisa de Bakura.

 

Tomó un buen baño en su tina, con esencias y una vela aromática encendida. 

Se arregló su pelo y extensiones, se vistió con unos shorts de tela verde, estampado con múltiples flores, y una camiseta holgada, de mangas cortas, color azul celeste. Completó el atuendo con unas sandalias color miel, con cintas trenzadas que subían hasta la mitad de sus piernas.

 

Salió de su habitación, tarareando por lo bajo y se fue directo a la cocina a preparar el desayuno y el almuerzo, luego salió al patio a encargarse de los animales, tomándose unos minutos extra para cepillar a su coneja, Mimi, mientras ella comía.

 

—¡¿Riyu?! —escuchó desde la cocina, y le provocó un escalofrío. Hora de volver a ser Riyu.

 

— ¡En seguida voy, padre! —dejó a su dulce coneja a un​ lado y acarició entre las orejas a Keikai antes de entrar por la puerta trasera —disculpe la demora, padre. Estaba cepillando a Mimi y creo que me distraje un poco —se excusó de inmediato, mientras se lavaba las manos en el fregadero antes de tomar la cafetera para servirle el café.

 

—Está bien, pensé que te habías quedado dormida —accedió el hombre, mirando a su hija con cierta extrañeza.

 

Riyu se rió suavemente —con tantos gallos por aquí, eso es imposible, padre —le dio una sonrisa luego de servirle el café, y se dirigió, tarareando, a la cocina, para servir ambos platos.

 

El hombre extendió su periódico —hoy pareces… De buen humor —comentó Ryutaro.

 

Riyu se encogió de hombros —dormí muy bien y amanecí de buen humor —explicó sencillamente, antes de sentarse a la mesa — ¿cómo durmió usted, padre?

 

—Dormí bien, gracias… tu té me ayudó con la tos —Ahora sí, Ryutaro miró asombrado a su hija. Riyu comía sus tostadas con jalea, con una sonrisa en el rostro, y lucía una alegre tez relajada que no le había visto en mucho, mucho tiempo.

 

El hombre abrió la boca, pero volvió a cerrarla sin saber bien qué decir. En cambio, tomó un tenedor y empezó con su propio desayuno, notando que los huevos estaban cocidos a la perfección y lo bien colocado que estaba todo en el plato. Casi parecía un desayuno de un restaurante.

 

—Y este buen humor… tiene que ver… no sé, quizás con tu amigo Malik —él mismo no supo si lo comentó o lo preguntó.

 

Riyu ni siquiera tartamudeo al contestar. Bajó su vaso con jugo de naranja y pareció pensarlo —Bueno, tal vez un poco. Ayer me sentí muy feliz. Pero no creo que sea por eso, no completamente —asintió para sí misma con una sonrisa —hace un hermoso día fuera y todo está comenzando a florecer —añadió suavemente, antes de recoger los trastos.

 

Ryutaro la siguió con la mirada. Riyu lavó, secó y guardó todos los platos, con una sonrisa en sus labios, mientras tarareaba, incluso mecía un poco las caderas al ritmo.

Luego limpió toda la cocina, y la mesa, mientras él terminaba su segunda taza de café.

 

—Ya que dices que hace tan buen día —comenzó el hombre, sacándose la billetera del bolsillo —revisa las alacenas, haz una lista y vete al mercado. Ya es tiempo de hacer compras para la casa —sacó un buen fajo de billetes y se los tendió.

 

—Sí, señor —asintió, secándose las manos con un paño antes de tomar el dinero.

 

El hombre asintió con la cabeza, tomando su periódico a medio leer para irse a su oficina —puedes comprarte algo para ti también —añadió, como una ocurrencia tardía.

 

Riyu sonrió ligeramente —gracias, padre.

 

—Y cámbiate antes de salir. Ponte algo más adecuado —Riyu ya no contestó, simplemente hizo un sonido de confirmación antes de volverse hacia las alacenas en la cocina, mientras sacaba su teléfono y abría una nota para empezar a hacer la lista de compras.

 

Su celular no era precisamente lo último del mercado, pero en realidad, apenas y lo usaba para comunicarse con su padre, pues no tenía casi amigos en el pueblo; también lo ocupaba para oír música, hacer las listas de compras o recordatorios y tener algún que otro juego.

 

Debería preguntarle a Malik si tenía uno también… y a Bakura.

 

Suspiró, pensando en sus hermosos ojos lilas y se preguntó si él pensaría en ella. Había sido muy evidente anoche al despedirse y quería verlo pronto, saber si había removido algo en su mente, irle soltando más y más pistas, hasta que pudiera decirle la verdad.

 

Oh~ Necesitaba hablar con Malik al respecto.

 

~∆~ 

 

— ¿Estás de broma? —refunfuñó Marik.

 

Odion suspiró, rodando los ojos. Había olvidado lo que era lidiar con el carácter arrogante y ligeramente infantil de su hermano; había pensado que este habría madurado algo entre su viaje y su relación con Malik, pero al parecer lo sobre-estimó un poco.

 

—Cariño ¿qué pasa? —Malik se acercó, con Bakura, y levantó una mano hacia la melena de león de su pareja, para acariciarlo con mimos tranquilizantes. 

 

Odion no pudo reprimir una sonrisa cuando Marik se inclinó visiblemente hacia el toque de Malik —no es nada, tú novio es un quejón, Malik —le sonrió suavemente.

 

—Eso no es novedad —concordó Bakura, llevándose las manos tras la nuca.

 

Marik les soltó un gruñido, aunque no pudo hacer mucho por lucir amenazante cuando Malik lo estaba acariciando como si fuera su gatito.

 

—Solo le pedía que fuera a hacer unas compras —añadió el de ojos pardos, cuando su cuñado lo miró, esperando más explicaciones. Malik miró incrédulo a su novio.

 

— ¿Sabes lo que es meterse en un mercado a medio día? —se quejó de vuelta su hermano —en ningún pueblo o ciudad eso resulta agradable —Marik se cruzó de brazos.

 

—Son solo las nueve de la mañana, por eso te digo que no tardarías más de una hora y poco —suspiró el mayor 

 

Los ojos de Malik brillaron —Oh ¿De compras al mercado? Eso tiene solución ¡Yo voy, Odion! —a Malik le encantaba ir a los mercados, nunca se sabía qué cosas interesantes podrías encontrar a la venta. En su viaje se había hecho de una curiosa colección de accesorios gracias a su curiosidad y habilidad para negociar.

 

Bakura se rió, pensando en una pequeña travesura, y pasó un brazo por sobre los hombros de su amigo —yo voy contigo, no sea que te encuentres otro aquelarre como las tres chicas que nos estaban mirando ayer —miró de reojo a Marik, asegurándose de que había captado su completo interés —aún sigo pensando que la rubia te escaneó de pies a cabeza —rió entre dientes.

 

Malik se sonrojó ligeramente, confundido sobre porqué Bakura habría mencionado ese momento; por eso mismo, le sorprendió sentir el tirón de un brazo de Marik alrededor de su abdomen, jalándolo hacia su cuerpo.

 

—Ni hablar, yo voy con él —gruñó, obviamente inconforme con que otras personas estuvieran por ahí, mirando y fantaseando con su pareja.

 

Odion suspiró. Ishizu salió de pronto de la cocina, apuntándolos a los tres con un biberón medio lleno de leche —oh, ya basta. Vayan los tres y ya —rodó los ojos —les hará bien recorrer el pueblo, volver a conocerlo.

 

Ishizu parecía capaz de lanzarles a la cabeza la botella de leche si alguno renegaba.

 

—De acuerdo, hermana /Lo que tú digas, cuñada /Como quieran —accedieron a coro los tres adolescentes, antes de que Malik tomara la lista de manos de su cuñado y los tres salieran disparados, fuera de sus vistas.

 

Odion se rió de ver a su hermano salir corriendo así, y se acercó a su esposa, abrazándola suavemente antes de presionar varios besos en sus mejillas, mentón, y finalmente alcanzar sus labios.

La morena zumbó suavemente mientras correspondía el beso, para luego mirar a su esposo con amor.

 

.

 

—Tu hermana da miedo cuando quiere —bromeó Bakura, mientras salían de la casa.

 

—Ambos sacamos un poco del carácter de padre, supongo —murmuró el menor, atándose los cordones ​de sus botines negros.

 

Marik resopló ante el comentario y se apresuró a abrazar a su pareja. Conocía la historia familiar de los Ishtar y odiaba de sobremanera al padre de ambos, -ahora a metros bajo tierra- por todo lo que este maltrató a Malik durante su infancia.

 

—No te pareces en nada a él, bebé —aseguró el mayor, acariciando la mejilla y el mentón de Malik con su nariz —eres tú muchísimo mejor persona, con un corazón enorme y hermoso.

 

Malik sonrió débilmente ante los mimos y las palabras de su amado, además, notó las palmadas reconfortantes de Bakura en un hombro.

 

—Gracias —dijo, de corazón, a los dos. Inclinándose para darle un rápido beso en la mejilla a Bakura antes de echarle los brazos al cuello a Marik y besarlo en los labios.

 

Bakura desvió la mirada y se dirigió hacía el cercado del solar. Sin mirar a la parejita, escogió un árbol y esperó allí, sentado a la sombra. A su mente llegó sin querer el recuerdo de haber llevado consigo a Riyu de vuelta a su casa.

 

Esa chica no salía de sus pensamientos.

Lo traía hecho un lío y apenas la había conocido.

 

"Algo más en común con mi dulce Ryou" suspiró en queja "Quizás tenga la suficiente suerte para encontrarlo hoy en el mercado" entreabrió apenas los ojos, tratando de mantenerse optimista, y observó la suave luz del sol por entre las hojas de los árboles.

 

—Ryou~ —suspiró, muy bajito.

 

— ¿Listo Bakura? —Malik preguntó, al parecer de vuelta en su buen humor usual, tomado de la mano a su novio.

 

Bakura le sonrió de lado —casi me duermo esperándolos —bromeó, antes de darle un empujón de hombros a su amigo — ¡Vámonos ya!

 

Malik se rió y los tres se encaminaron al mercado.

 

~∆~

 

Riyu se bajó del asiento del bicitaxi y pagó al amable hombre que lo conducía cuando llegó a las primeras calles del mercado, los puestos ambulantes ocupaban las aceras y hacían que las calles se vieran más estrechas. Oleadas de gente iban y venían con canastas o bolsas, en bicis o caballos. Los vendedores gritaban sus productos y ofertas a todos los transeúntes.

 

La de mechas celestes se acomodó en un brazo las tiras del bolso-canasto que llevaba para las compras antes de dar un rápido vistazo a su lista y decidir con qué empezar.

 

No se adentró más allá de la mitad de la calle, cuando un par de motocicletas la rodearon. Riyu sintió como si una piedra le cayera al estómago, y estuvo a punto de gritar, cuando distinguió el cabello azulado y largo de uno de ellos. El mismo idiota que había asustado a su yegua la mañana de ayer.

Al de la otra moto lo había visto algunas veces por ahí y no recordaba su nombre, tenía el pelo corto, color magenta, la piel ligeramente bronceada y algo de músculo, de lo que parecía gustar presumir, pues llevaba solamente una playera gris, cortada para que dejara ver el abdomen; realmente no era más que un retazo de tela que cubría sus pectorales, pero ¡hey! ¿quién era ella para criticar las​ vestimentas​ de los demás?

 

—Mira por dónde, nos volvemos a encontrar, nena —le sonrió de lado, cruzando ambos brazos por el manillar de su moto.

 

— ¿Conoces a esa lindura, Aigami? —entonó su amigo, llevándose los brazos tras la cabeza y mirándola con lascivos ojos grises.

 

—Creo que es la hija del viejo Tsukino, Alister —contestó el de ojos ámbar.

 

Riyu apretó los dientes y chasqueó la lengua, haciendo lo posible por no mirarlos mal, simplemente suspiró —si no les importa, estoy ocupada —resaltó, antes de cambiar de acera, pero las motos aceleraron levemente y volvieron a impedirle el paso. Riyu apretó las manos, re-considerando gritar.

 

"Vaya mi suerte" pensó

 

Mientras tanto, Malik, Marik y Bakura habían llegado también al mercado.

 

—Bueno ¿por dónde empezamos? —preguntó Marik, en medio de un bostezo.

 

—Deja ver… —Malik sacó la lista que Odion le había dado.

 

Entre tanto, Bakura miró alrededor, sintiendo un poco de nostalgia. Un par de motos llamaron su atención, estaban bien cuidadas y decoradas, pero…

 

Ne, Malik —sin dejar de mirar al otro lado de la calle, palmeó el hombro del moreno — ¿No es esa tu amiga? —preguntó, controlando su tono. Sabía que era ella, esa cabellera bicolor no pasaba precisamente desapercibida.

 

— ¿Eh? —tanto Malik como Marik miraron hacia donde Bakura, el menor apretó los dientes con ira y empujó la lista de compras a la mano del albino antes de encaminarse hacia allí —oh no, ni hablar —se quejó para sí mismo en voz baja.

 

— ¿Qué pasa? —Marik parpadeó varias veces con extrañeza.

 

Ambos pudieron ver como los dos adolescentes en moto miraban y le hablaban a la chica con intenciones poco amigables en sus rostros. No era exactamente algo extraño, pero si daba pena la incomodidad en el rostro de la pobre chica.

Malik, por otro lado, caminó directamente hacia ellos e interrumpió con un carraspeo.

 

— ¡Malik! —chilló Ryou cuando el brazo del moreno rodeó sus hombros semi-expuestos por la blusa estilo campesino color gris que llevaba ese día, estampada con un par de conejos tipo caricatura.

 

— ¡Ry! ¡Por fin llegas! —le guiñó un ojo, en señal de que le siguiera la corriente —te estábamos esperando.

 

Ella lo miró con profundo alivio —lo siento mucho, no quise hacerte esperar —se permitió recargarse en el abrazo de su amigo, más tranquila. 

 

—Oh ¿acaso habías quedado con una amiga, nena? —los molestó el de ojos grises, Aigami se notaba molesto por la interrupción —mejor aún, podemos ir a divertirnos los cuatro —sonrió con descaro.

 

—Mira, patán —Malik le dio una mirada gélida —será mejor que dejes de molestarla ¿de acuerdo? Ella no está sola —remarcó con ira en sus ojos lavanda, y aferrando más a Riyu contra su cuerpo.

 

—Oh ¿es acaso tú novia? —gruñó Aigami.

 

—Si lo es, o no lo es, no es asunto tuyo, inepto —Malik le dio un beso en la frente a Riyu —vamos, nos están esperando.

 

La de mechas celestes asintió, dejando que su amigo la guiara —sí, gracias.

 

Unos metros atrás, Marik tenía la mandíbula casi en el suelo — ¿Qué demo…? 

 

Bakura le palmeó la espalda —relájate, deja que Malik venga y te lo explique.

 

— ¿Sabes sobre esto? —gruñó el más alto.

 

El albino rodó los ojos —ahí vienen.

 

—Eres el mejor —Riyu se abrazó al torso de Malik, con una sonrisa de alivio.

 

Malik le revolvió cuidadosamente el flequillo, pues el cabello blanco y celeste estaba recogido en una coleta alta —Cualquier cosa por ti, Creampuff —le sonrió de vuelta, cuando Riyu infló ligeramente las mejillas.

 

—Aún los están mirando —Bakura los recibió con esa advertencia, mirando al par de motociclistas.

 

El de ojos lavanda gruñó —Ese par de idiotas...

 

—Aigami siendo un imbécil no es nada nuevo, de verdad —quiso calmarlo Riyu, acurrucándose más en su abrazo.

 

—No le restes importancia, eso es acoso Ry —negó suavemente —recuerdo que ese cabeza hueca tiene una hermana pequeña ¿qué le parecería que otros chicos la traten de ese modo? 

 

A Riyu le bajó una gotita por la cabeza ante los reclamos entre dientes de su mejor amigo.

 

—Ya se fueron —avisó el de ojos lilas, justo antes de que Marik abriera la boca.

 

Malik asintió, retirando su brazo de los hombros ajenos —lo siento si te tomé por sorpresa.

 

Riyu lo miró como si hubiera dicho una tontería mientras se acomodaba la blusa, con especial cuidado de la capa de tela extra que disimulaba su pecho plano  —no digas eso, me salvaste ahí —y se empinó para darle un beso en la mejilla.

 

Marik gruñó.

Malik se dio cuenta y puso los ojos en blanco.

 

—Ven, hay alguien a quien quiero presentarte  —le dijo a la chica suavemente —Marik, ella es Riyu, mi mejor amiga desde bebés, literalmente —ambos ahogaron unas risitas —Ry, él es mi novio, Marik —concluyó con una sonrisa feliz, tomando la mano del susodicho.

 

Marik se relajó cuando Malik enfatizó el 'mi novio' casi con orgullo, y también recordó algunas anécdotas acerca de la chica que ahora estaba frente a él.

 

—Es un placer conocer finalmente al que se robó el corazón de mi mejor amigo —saludó la chica con una dulce sonrisa, estirando la mano hacia el más alto —Malik habla mucho de ti, encantada.

 

Marik correspondió, tomando suavemente la mano más pequeña, con una sonrisa, decidiendo que la chica era agradable —lo mismo aquí, Malik también me ha contado de ti.

 

—Y recuerdas a Bakura ¿no? —Malik cabeceó hacia el albino.

 

Riyu lo miró con cierta timidez, tratando de no ruborizarse —por supuesto. Buenos días —le ofreció una sonrisa, contenta de poder verle de nuevo.

 

—Hola —saludó de vuelta con sencillez, pasando por alto cómo la sonrisa de la albina se ensanchaba al oír su voz.

 

Malik se inclinó hacia la oreja de su amiga —él fue quien se dio cuenta de que te estaban molestando y me avisó.

 

Y… ahí se fueron al carajo los​ intentos de no sonrojarse.

 

— ¿Q-qué hacen por aquí? —atinó a preguntar ella, tratando de relajarse.

 

—Supongo que lo mismo que tú, compras —contestó Bakura, señalando el bolso que ella cargaba y luego la lista en su mano.

 

—Sí ¿por qué no nos acompañas? —ofreció Marik.

 

Riyu se sobresaltó ligeramente — ¿eh?

 

—Justo lo que iba a decir —comentó Malik —ven con nosotros —enganchó el brazo libre de su amiga con el propio —estaré mucho más tranquilo sabiéndote lejos y segura de ese par de imbéciles​ con cerebro de maní.

 

La albina no pudo más que reírse, afianzando el agarre con su mejor amigo —está bien, será divertido —y cualquier excusa para estar cerca de Bakura era muy bien recibida.

 

Así que Malik tomó la mano de Marik con la que tenía libre y empezó a caminar en medio de su novio y su mejor amiga, con una tierna sonrisa, que hablaba de lo feliz que estaba.

Bakura caminó al otro lado de la albina, unos pasos más atrás pero uniéndose a la conversación sin problema.

 

— ¿Así que se conocen de toda la vida? —inquirió Marik.

 

Riyu asintió —la madre de Malik e Ishizu, la señora Loretta, era muy amiga de mi madre desde niñas —explicó con una mirada gacha y la voz apagándose hacia el final.

 

Marik y Bakura se dieron cuenta — ¿dije algo malo? —preguntó el mayor.

 

—La señora Amélie, la madre de Ryou murió por la misma enfermedad que la mía, cuando nosotros aún éramos niños —le explicó su pareja con un triste suspiro —ellas y la hermana menor de Ry —reclinó su cabeza contra la de su amiga suavemente.

 

"Lo entiendo. Mi mamá también murió… y mi hermana" Bakura soltó un respingo ante los recuerdos.

 

—Lo siento —musitó Marik.

 

Pero Riyu sonrió y negó con la cabeza —está bien, ya ha pasado tiempo… tuve a mi abuela apoyándome y cuidándome en ese entonces, también tenía a Malik e Ishizu —presionó suavemente un beso en la mejilla de su mejor amigo mientras caminaban.

 

— ¿Tu abuela? —se atrevió a curiosear Bakura

 

—Por parte de mi padre. Me cuidó como hasta los ocho años —explicó antes de hacer una pausa mientras él y Malik paraban en un puesto de frutas.

 

— ¿Qué edad tienes? —volvió a preguntar el albino de ojos lilas. 

 

—Dieciséis —contestó la chica —solo le gano unos tres meses a Malik.

 

Eso, a Bakura, le hizo gracia —oh~ o sea que tú eres el pequeño —se rió, pasando un brazo sobre los hombros de su amigo mientras entraban a un local.

 

Malik simplemente rodó los ojos, decidiendo seguir con la broma, en lugar de darle a Bakura el gusto de molestarlo —por suerte para mí, es más baja que yo —contrarrestó con una sonrisa.

 

Riyu infló las mejillas —aún me falta crecer —le dio una mirada molesta.

 

A lo que Malik simplemente se encogió de hombros —igual que a mí.

 

La chica pisoteó, con una de sus​ sandalias​ color plata con amarres trenzados —agradece que no me gusta usar tacones.

 

Malik inclinó su cabeza hacia ella —de ser así, darías visitas frecuentes al suelo, Creampuff.  

 

A Riyu no pareció importarle que Malik tuviese su rostro a dos palmos de distancia del suyo propio. No había más que una sonrisa bromista en su rostro, haciendo saber que simplemente estaban jugando y no peleando.

 

—Muy bien señoritas, ya basta —de la nada, un par de brazos rodearon tanto a Malik como a Riyu, separándolos ligeramente —no vayan a empezar una pelea de gatas en medio de la calle —Bakura tiró de ambos en direcciones opuestas, entre risas, logrando separarlos a una distancia prudente.

 

Malik resopló y siguió la discusión con Bakura, aunque Marik se había encargado de hacer que el albino soltara a su novio. Riyu, sin embargo, se quedó completamente congelada en esa posición, sintiendo el fuerte brazo de Bakura rodear su cintura, y con el único pensamiento de que, si el chico hubiese tirado un poco más, estaría pegada a su costado.

 

No supo qué tan bueno o malo sería eso. Es decir, amaba sentir su aroma y su calor de cerca -más material para que su inconsciente no le diera sueños tranquilos- pero no sabía si sería capaz de resistirse a enterrar la nariz en el cuello del oji-lila, estando a tan corta distancia -o hacer quién sabe qué otra tontería- así que simplemente se quedó quieta, disfrutando de ese pequeño momento e ignorando el sonrojo en sus mejillas.

 

— ¿Ry? —se tensó cuando la voz de su mejor amigo la llamó, inquisitivo, así que respiró profundo -disimuladamente- para apartar el rubor de su cara, y levantó la cabeza para mirarlo.

 

— ¿Sí?

 

— ¿Todo en orden?

 

La chica se encogió suavemente de hombros —solo disfrutaba de verte discutir con alguien más, aparte de mí —bromeó fácilmente, luchando contra un sonido de decepción que quiso salir de su garganta cuando notó el brazo de Bakura soltarla.

 

Malik pareció comprar la mentira y retomó el recorrido —muy bien, vamos, aún nos faltan cosas.

 

Los cuatro siguieron su recorrido un rato más, parando un par de veces cuando Malik o Riyu encontraban​ algún accesorio o prenda que les llamase la atención. Aunque al final fue Marik el que obtuvo una cadena para el pantalón antes de que hicieran una parada para entrar a un local a por unos refrescos.

 

—El sol está cada vez más fuerte —mencionó Riyu, abanicándose el rostro con el menú del local.

 

Malik concordó con un asentamiento, visiblemente menos acalorado que su amiga, pero levantándose el pelo de la nuca en un gesto casual —se acerca el mediodía, por suerte ya casi terminamos las compras —comentó el moreno, reclinándose sobre la mesita cuadrada —por cierto… ¿no dijiste que tu padre te dio permiso de comprarte algo?

 

Riyu se encogió de hombros —le enseñaré algún accesorio que no sepa que tengo y guardaré el dinero para otra ocasión. 

 

Malik ladeó la cabeza, luego miró a lado y lado, comprobando que Marik y Bakura aún esperaban los pedidos en la barra —luces más cómodo con tu ropa ahora que antes —mencionó en voz baja.

 

—Después de años, supongo que terminé por acostumbrarme —la mano blanca se deslizó por su propia pierna, sintiendo la textura de la mezclilla pálida del capri que usaba ese día, tenía algunas roturas en la parte frontal de los muslos y encaje color índigo justo bajo las rodillas, dónde terminaba la prenda —aunque hay muchas cosas que me hacen sentir casi claustrofóbico —añadió entre dientes, inclinándose también sobre la mesa, para poder hablar bajo sin problema —detesto los vestidos, y la mayoría de faldas —Malik pudo escuchar perfectamente el chasquido de dientes ajeno —me hacen sentir incómodo entre las piernas.

 

Malik lo miró, realmente dolido e impotente, de no poder ayudar a su más querido amigo respecto a su situación de vida. Odiaba saber que no podía hacer nada más que animarlo y darle esperanzas de que un día todo eso acabaría, y podría volver a ser quien realmente era.

Le acarició un poco el cabello, sintiendo la diferencia de las extensiones celestes entre la coleta, antes de enderezarse en su silla y sonreírle.

 

—Es una pena… porque tienes bonitas piernas —le guiñó un ojo, bromista.

 

Riyu renunció a una sonrisa que no le llegó a los ojos, pero se enderezó también, solo para soltarle un puñetazo a su mejor amigo en el hombro —bobo.

 

Justo en ese momento, los otros dos chicos llegaron con las bebidas y los cuatro se tomaron ese pequeño momento para relajarse y refrescarse antes de volver y terminar sus compras.

 

Pasaban de las once cuando dieron por finalizadas las compras y se encaminaron a las afueras de la zona comercial, cargados de bolsas.

 

—Gracias por la compañía —Riyu miró a todos con agradecimiento, aunque sólo sostenía la mano de Malik con la suya.

 

—Ni lo menciones, Ry —el moreno la acercó para un abrazo —te acompaño a casa —decidió, no preguntó.

 

Ella negó de inmediato —No Malik, no te molestes —soltó su mano.

 

—No te lo pregunté, Creampuff —explicó el moreno, encaminándola con su mano presionando su espalda baja. Riyu soltó un respingo —vamos, camina niña —bromeó.

 

Riyu frunció los labios, resignada a ser arrastrada por su mejor amigo, sin embargo miró hacia atrás, con súplica, hacia Bakura y Marik, esperando que hicieran entrar en razón al oji-lavanda.

Lo que halló, en lugar de ayuda, fueron expresiones divertidas.

 

—Malik tiene razón, así hacemos tiempo hasta el almuerzo —complació su novio, caminando hacia el par de amigos.

 

—Oh, es cierto —Malik se detuvo un momento, como si hubiera recordado algo, y miró por sobre su hombro — ¿Saben que Ry ayudó a Ishizu con nuestro almuerzo ayer?

 

— ¿Oh sí? —inquirió el albino, no pudiendo evitar una sonrisa al escuchar que Riyu soltaba un pequeño chillido sorprendido, que no pudo dejar de comparar con el de un ratoncito.

 

—Pues estaba muy bueno —comentó Marik.

 

Riyu clavó los talones en la acera, evitando que Malik la siguiera moviendo, y lo miró, apenada — ¿Cómo lo…?

 

Malik le dio una sonrisa —Ishizu me lo dijo. Si estuviste ayer en casa ¿por qué no me esperaste ahí? —se quejó con un mohín.

 

La chica se encogió en su lugar ligeramente, antes de seguir caminando —le había dicho a padre que estaría de vuelta para el almuerzo, no podía quedarme, por eso te dejé la carta.

 

Malik resopló —ahora que estoy de vuelta, juro que haré que tú padre te deje más tiempo para salir por tu cuenta y pasarla bien —expresó decidido, empuñando una mano —seré tu ángel de la guarda, ya verás.

 

Riyu se rió, mirándolo con cálido afecto y agradecimiento derramándose en sus ojos.

 

— ¿Padre sobre-protector? —curioseó Marik.

 

Su novio bufó —desgraciadamente, mi padre no era el único mal de la cabeza por aquí —comentó, logrando que expresiones serias se plasmaran en los rostros de Marik y Bakura.

 

— ¿Te golpea? —preguntó seco, tratando de alejar de su mente viejos recuerdos nada agradables, de su ángel dolido, refugiándose en sus brazos y sintiendo que no valía la pena.

 

Pero Riyu negó con la cabeza —no físicamente, creo que es lo suficientemente consciente de que no le conviene dejarme golpes, pero no es la única forma de lastimar o degradar a una persona —comentó cabizbaja y apretando con sus manos los tirantes de su bolso.

 

— ¿Qué te hace? —preguntó esta vez Bakura.

 

Riyu buscó la mano de Malik. Quería decírselo, contarle la verdad, quería saber si él lo recordaba, quería ser sincero y decirle cuánto tiempo había soñado con volver a verlo.

El apretón que Malik le dio de vuelta le regresó los pies a la tierra, le recordó que no quería asustarlo, que necesitaba que confiara en él antes de contarle todo, porque le rompería el corazón que volvieran a alejarse.

 

—Yo… no quisiera hablar de eso —expresó tímidamente —al menos, no todavía… lo siento.

 

Malik negó con la cabeza, pero Bakura se adelantó a tranquilizarla —no te disculpes, es tu vida, y a nosotros apenas nos conoces de un día. Entendemos que no quieras hablarlo —Riyu lo miró, entre sorprendida y conmovida —está bien —aseguró.

 

De repente, se sintió rodeada, pero de buena manera. Malik, Marik y Bakura estaban muy cerca de ella, envolviéndola en un aura de confidencialidad y protección que no había sentido nunca. 

 

—No quise sonar metiche —se disculpó Marik, en voz baja, ya que estaban más cerca —naturalmente confías más en Malik, pero si alguna vez quieres hablarlo, Bakura y yo también estaremos aquí —cuando el albino concordó, Marik sonrió, apoyando un brazo sobre su hombro en actitud relajada.

 

Los ojos verdes de la chica se tornaron cristalinos por las lágrimas que llegaron inesperadamente —G-gracias —alcanzó a musitar, agachando la cabeza.

 

Malik tiró de ella hacia su pecho, como lo había hecho el día anterior cuando se re-encontraron y la acunó allí, zumbando tranquilizadoramente —ya, ya, Creampuff. Si llegas a casa recién llorando tú padre me va a querer echar a patadas, y no queremos eso ¿verdad?

 

Riyu sonrió y sorbió su nariz —no, ángel de la guarda —bromeo —mi dulce compañía.

 

Ambos compartieron una risilla, contagiando a Marik y Bakura.

 

 

Notas finales:

...

Bueno, aquí tenemos la reunion del cuarteto principal de esta historia, y vemos las bases de Ryou abriendose a Marik y Bakura siendo 'Riyu' 
La cuestión es.. ¿cuánto tardará en confiar lo suficiente como para decirles la verdad? ¿o se verá forzado a hacerlo?

Tambien se desvelan algunas cositas de la vida de Malik e Ishizu, y de las familias involucradas.

Sin más que decir, nos estamos leyendo en el proximo capitulo.

Saludos y abrazos a todos
Ja ne~nya.


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