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You Are My Mate por XxKittyGangxX

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Notas del capitulo:

Maratón 4/5

Chasqueó la lengua,completamente fastidiado e incómodo, como si la cama de pronto no fuera su lugar para pasar la noche, se abrazó a su hermano,sintiendo así su tibio cuerpo y el aroma a frutos que despedía, pero aún asi se encontraba inquieto y sin sueño. Sus ojos se abrieron por completo ajustándose a la negrura de la habitación.

Su cuerpo picaba y se sentía irritado, así que salió de la cama y comenzó a ir y venir con sus dedos siendo masacrados por sus dientes.

Ansioso así se sentía, sus pasos eran rápidos y cortos por toda la habitación, sin embargo lo bastante silenciosos como para no llamar la atención de quien se encontraba durmiendo junto a él y a los dueños de la casa.

-Es suficiente, quizá algo de aire me hará bien- abrió la ventana, suspirando al sentir el aire fresco golpear su cuerpo.
Tal vez lo que necesitaba era dormir afuera, como antes.

Suspiró al recordar que cuando eran niños él y Taehyung solían escaparse de casa y buscar algún recoveco fresco en la tierra del bosque para poder acampar, viendo las estrellas en el basto cielo nocturno brillar con intensidad y hablar de un sin fin de cosas mientras las observaban.

Su vista se dirigió hasta allá arriba, viendo el manto azul cubrirlo todo, estrellas salpicando la negrura y la luna llena con su luz guiando su camino.

Lento y seguro iba caminando por la reserva, la cual se encontraba en completo silencio, nadie se hallaba afuera de su cama como él y la manada seguramente se encontraba fuera haciendo sus recorridos nocturnos como de costumbre.

Dio una vuelta y giró hacia la derecha con camino al bosque cuando el viento trajo a él un aroma, uno dulce y fresco, piña, una dulce y jugosa piña mezclada con un sutil aroma a coco.

Volteo hacia la dirección donde provenía dicho aroma y se debatió mentalmente si debía ir hacia el o seguir su camino.

-Un vistazo no matará a nadie - se dijo a si mismo retomando camino en aquella dirección, poco tiempo le tomó llegar a la fuente de aquel aroma que le hacía agua a la boca, era una cabaña bastante grande, de madera y piedra. Rústica y agradable a la vista, la rodeo con cautela hasta que encontró una de su ventanas abiertas, poco a poco comenzó a asomarse por ella, sintiendo que el aroma cada vez era más fuerte.

El cansancio pronto lo golpeó, sin previo aviso,como si hubiese esperado el momento oportuno para aparecer. Su ojos comenzaron a entrecerrarse.
No sabía porque aquel aroma parecía arrullarlo, pero ¿qué más daba? Él solo quería dormir y si aquello era necesario para hacerlo daba igual.

Se adentró con cuidado a la penumbra de aquella habitación, siendo guiado únicamente por el aroma.

Sintió el borde de una cama y sin pensarlo dos veces se trepó a ella hasta que estuvo en el medio arrollado entre las ligeras mantas y las almohadas perfumadas.

Su corazón comenzó a latir a un ritmo más tranquilo, el sueño acariciaba cada parte de su ser y poco le importó si el estar allí le causaría algún tipo de problema, ya lo solucionaría al día siguiente, sin sus sentidos adormecidos.

Sin más cerró los ojos y se dejó llevar hasta caer completamente dormido.

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La guardia había sido completamente aburrida, pero no podía simplemente echarse a un costado y dejar que su manada hiciera todo sola, no, eso no era algo digno de un alfa.

-Aun así fue completamente aburrido- dijo en un susurro llegando a su casa, su turno junto a los delta que estaban bajo su mando terminó y el regresaba a casa para dormir algo mientras la segunda guardia daba inicio.

Se quitó su chaqueta apenas entró en su casa hasta que descubrió que su aroma no era el único que estaba allí, sus ojos brillaron como lingotes de oro, listo para cazar a quien fuera que se atrevió a usurpar su territorio, sus caninos crecieron y un suave pelaje negro comenzó a salir por cada poro de su piel. Recorrió cada rincón de su casa hasta llegar a su cuarto, el lugar donde el aroma extraño se hacía más y más fuerte.

-Que demonios...- fue lo que dijo cuando abrió sin más la puerta que lo separaba de su cuarto, su seño se frunció al ver la particular y vistosa cabellera de Jimin desparramada en SU almohada, el pequeño infeliz dormía a sus anchas en SU cama. ¿Cómo había llegado allí de todas formas? ¿Qué hacía ahí?

Olfateó el aire, flores silvestres, ese era el aroma que inundaba su habitación junto al suyo a la par.

Bufó pero no se sentía con ánimos de comenzar algun tipo discusión con él, Jimin era un experto condecorado en darle migrañas, así que lo dejó pasar, pero mañana otro cuento sería.
Se quitó sus pantalones y sus zapatos para quedar sólo en una playera y sus boxers negros.

-¿Y si lo empujó hasta tirarlo?- oh, tan tentador, pero sólo se limitó a patearlo sólo un poco para correrlo del centro de la cama hasta el rincón de la pared-. Por los dioses, apestó todo el lugar - no es que tuviera algo en contra del aroma de Jimin pero ¡era su cama maldita sea! se suponía que debía oler a él, a macho alfa no a un pequeño ser de las praderas.

Fastidiado, se hizo una bolita entre sus mantas fregoneando estas por todo su cuerpo para que así su olor volviera a formar parte de ellas.

Estaba listo para dormir cuando sintió que se le prendían con brazos y piernas, una respiración suave chocó contra su nuca.

-Debe ser una jodida broma- masculló bajando la vista hacia los brazos delgados y firmes que rodaban su cintura por arriba de las mantas.
Yoongi bufó, pensando que quizá no pegaría el ojo en toda la noche debido a aquella intromisión, pero no, no fue así, sin darse cuenta y en medio de las miles de maldiciones que refunfuñaba en contra de Jimin cayó dormido en menos de lo que cantaba un gallo.

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