Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Intoxicación por Yae

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

-

 

 

16.- En esta noche

 

 


Era casi absurda la manera en que el corazón de Itachi aún latía desbocado por cada roce de Naruto, sus dedos paseando por sobre la ropa, produciéndole un cosquilleo casi desesperante.

Porque sentía que los besos no eran suficiente.

Cuando empezaron a salir su mayor avance fueron caricias en su entrepierna por encima de la tela del pantalón, aunque Itachi siempre sintió una latente necesidad por continuar, estar junto a él en todos los aspectos, tanto que el olor de ambas fragancias fuesen imposible de percibir separadas.

Una mezcla perfecta que no olvidaría.

Y era consciente de que su deseo podría interpretarse casi como desesperación de su irracional lado omega, porque con su fachada de perfección era bastante difícil concebir que pudiese deshacerse de deseo por alguien.

Pero era de ese modo.

Jadeó cuando al fin los labios de Naruto fueron a parar a su cuello, besando con cautela partes que Itachi confirmaba le encantaba fueran atendidas, sintió los dientes rozar su piel con cuidado y un escalofrío le caló cuando la inocua presión fue demasiado cerca de su cerviz.

Quizá si no tuviese la sangre llena de supresores ansiaría una mordida justo allí, la prueba tangible de que todo su amor era correspondido, sin embargo era consciente en aquel momento de que sería demasiado apresurado concretar su lazo en ese instante. Así que solo suspiró con satisfacción cuando los amagos de mordida terminaron en numerosas manchas rojizas que tardarían en desaparecer.

—No sabes cuánto, cuanto sufrí tu ausencia… 

Le murmuró Naruto al oído despertando sin querer algunas memorias amargas en Itachi sobre aquellas insufribles semanas que padeció lejos de él.

—Aun así… nunca llamaste —respondió sin meditarlo, recordando como tuvo que consolarse con reminiscencias de su voz y los vagos vestigios que sobrasen de su aroma en aquella chaqueta olvidada.

Pero antes de que su flama de deseo pudiese extinguirse Naruto lo hubo tomado entre sus brazos hundiendo su rostro en su pecho presionándolo más sobre el colchón.

—No hablemos de eso ahora —pidió en tono de súplica, Naruto negó con entusiasmo en aquella posición ocasionándole un ligero corte en su respiración y más cuando luego elevó su mirada para verle fijamente—, solo quiero estar contigo…

Itachi admitía que aquel azul era casi mágico, un tono de algún modo distinto de todas las variaciones del color que alguna vez pudo ver, quizá era debido al brillo que reflejaban de cualquier luz que era hasta hipnotizante, como si fuese capaz de diluir cualquier rastro de dolor.

Diciéndole tantas cosas sin pronunciar una palabra, solo aquel azul magnético llenando cualquier espacio.

Volvieron a besarse entonces, desgastando sus labios con genuino entusiasmo acelerando cada latido, mandando las chispas de deseo por todo su cuerpo, Itachi se retorció en el momento que las manos de Naruto se escabulleron debajo de su camisa arrugada, palpando su piel sin prisa, delineando hasta los huesos de su cadera cuando llegaron a aflojar su cinturón, respirando más rápido sin querer cuando aquel fuego condensado en su vientre fue expandiéndose por todo su cuerpo.

Su rostro debió enrojecer aún más al sentir ligera humedad deslizándose lentamente entre sus piernas.

Como evitarlo con cada exquisito toque, con la boca de Naruto deslizándose por cada rincón de su cuerpo, no creyó que la sensación de que alguien venerase de aquel modo cada centímetro de su piel fuese tan excitante. Ahogó un jadeo cuando Naruto terminó por quitarle los pantalones y su camisa abierta fue lo único que quedó en él.

—Itachi… —lo nombró casi restregándose encima.

La voz sofocada de Naruto hizo eco en sus tímpanos, la manera ansiosa en la que lo llamaba, así que Itachi se incorporó como pudo ayudando a su flamante esposo a quitarse toda la ropa, acariciándolo con anhelo en los breves intervalos en los que podían besarse casi hasta desfallecer.

Si bien aquella sería la primera vez para Itachi era probable que la cerveza ingerida fungiese como el aliciente que requería en aquel momento, intentando posponer absurdamente la corriente eléctrica que se paseaba por su espina. Un pequeño sobresalto y solo pudo gemir, cuando Naruto tomase su miembro junto al de él para estimularlos a la vez, movimientos lentos que casi estaban provocándole desfallecer.

—Así es… suéltalo todo…

Le oyó a Naruto en medio de un susurro antes de que mordisquease su oreja izquierda a la vez, las neuronas en su cerebro parecieron dejar de hacer conexión entre sí, porque Itachi se sintió enloquecer con la trepidante sensación que lo retorció de placer cuando al fin llegó a su acelerado orgasmo, sin ser consciente de todos los jadeos que habían abandonado su boca hace nada. Todo su cuerpo tembló y se dejó caer nuevamente sobre las sábanas con el febril calor aun latente en todas partes, por unos instantes se sintió en otra dimensión que casi no prestó atención a Naruto quien al parecer aún no se había corrido.

—¿Quieres… continuar? —le preguntaron al oído, regalando besos y lamidas que solo estaban reactivando aquel calor latente en su cuerpo y forzándolo a gemir quedito.

Itachi descubrió entonces lo sensibles que eran aquellos lugares.

—Si… —afirmó con dificultad elevando sus brazos para acercar a Naruto, para deleitarse con su presencia.

Fue casi idílico entonces que Naruto volviera a llenar su cuerpo de besos, caricias, como si deseara enloquecerlo con su simple boca y más cuando las atenciones fueron a la cara interna de sus muslos, dejando pequeñas mordidas que se sentían placenteramente dolorosas. La idea de devolverle los gestos y mimos flotaba en su cerebro, 

Y cuando quiso intentarlo, incorporarse en medio de sus afiebrados pensamientos, palabras y gestos murieron en intenciones cuando sintió uno de los dedos de Naruto enterrarse en su interior, esta vez jadeó alto y mantuvo la boca abierta demasiado tiempo hasta que los labios de Naruto se arrastraron sobre los de Itachi cubriéndolos por completo, comiéndose sus gemidos mientras la sensación de aquel dedo arrastrándose dentro y fuera no se detenía.

—Ita… Ita… —Naruto resopló cuando al fin dejó de besarlo, casi tan desesperado como Itachi se sentía—. No voy a aguantar… necesito…

El pedido vino acompañado con otro dedo e Itachi se removió algo más incómodo, sin estar seguro de sí el bochornoso sonido de los fluidos entrando y saliendo era solo consecuencia de su cuerpo o Naruto había utilizado algún tipo de lubricante también.

Si bien la sensación menguó unos instantes las olas de deseo, Itachi siguió dejándose a los cada vez más rápidos movimientos de Naruto, ansiando más cuando la necesidad fue intensificándose, el vaivén se tornó casi adictivo.

—…Naruto… —gimoteó como pudo, queriendo frenarlo para reemplazar las a insuficiencia de un par de dedos por algo más—solo hazlo… —gimió— solo…

Ya sin ser consciente de que se hallaba por completo duro de nuevo, sus negros ojos se abrieron más la ver el miembro de Naruto con lujo de detalles.

Pudo relamerse sin embargo no lo hizo.

Porque tuvo que contener la respiración cuando su cuerpo fue sometido a la presión que Naruto fue ejerciendo tratando de llenarlo con su falo, abrió más las piernas en tanto jadeaba algo más apresurado con la inevitable sensación de dolor como si estuvieran atravesándolo. La comparativa de aquel par de dedos que lo estimularon con el glande de Naruto debía ser risible, no debió dejarse llevar solo por ansioso deseo de sentirlo aún más.

Debió quejarse o algo porque de inmediato los empujes se detuvieron y las manos de su esposo acunaban su rostro besando las comisuras de sus labios con ternura.

—Ita… no te preocupes —le susurró dejándole apreciar que los labios de Naruto temblaban —lo haré despacio…

—Está bien… estoy bien —Itachi quiso sonreírle pero el calor que sentía en su rostro lo detuvo, prefirió atraerlo a su boca, besarlo en tanto lo incitaba a continuar, rodeándolo las caderas de Naruto con sus piernas, demasiado agitado para tener todos sus instintos sedados por los supresores.

Itachi estrujó la sábana con sus dedos cuando lo sintió entrar por completo ahogó un quejido llevando su cabeza hacia atrás tanto como la almohada se lo permitió, ya si quiera sin preguntarse si su esposo se había colocado un condón, su cerebro concentrado en otras sensaciones asegurando que las pastillas que tomaba serían suficientes de no ser así.

—Na...Naruto…

Repitió sofocado cuando el vaivén de caderas se inició, movimientos pausados, casi perezosos con el afán de mitigar cualquier sensación de ardor en su interior, reduciendo los siseos que no podía evitar acostumbrándose a la impresión de ser llenado por completo.

Comenzó a gemir a la par de Naruto cuando sus entrañas se estremecieron al sentir que el ángulo fue el indicado, sus manos esta vez se aferraron a los brazos de su esposo.

—Si… así…

Nunca se imaginó tan deseoso, porque Itachi ya no pudo asegurar si los jadeos de su boca iban acompañados por las vergonzosas súplicas de “más” que esperó no estar vocalizando con desesperación.

La adrenalina recorriendo sus venas estaba contaminándolo hasta lo más hondo, forzándolo a implorar por Naruto al punto de sentir que se cortaba su respiración, sin estar seguro de sí desear un acabose a la situación o tenerlo por la noche entera si es que eso era posible.

—Ita… ya casi… voy a…

Creo oír en medio de las miles de nuevas sensaciones, el abrupto parón le sacó un jadeo mucho más alto al experimentar el nudo de Naruto formándose en su interior, una presión latente forzándolo aún más si era posible, sus ojos se nublaron y los cerró unos segundos.

Segundos antes de que tomaran su virilidad para estimularla haciéndolo consciente de que estaba a punto de correrse de nuevo. Su empañada visión alcanzó a notar los caninos de Naruto más visibles, como el cabello rubio cubría a duras penas sus azules ojos brillantes hasta el extremo.

Su abrumado sentido común logró entender su palpable desesperación, las respiraciones pesadas de Naruto lo confirmaban.

Por un segundo consideró dejar que lo mordiese, la marca no sería permanente pero emularía un vínculo casi real.

Pero se había prometido no volver a presuponer la decisión de Naruto, así que en medio de su gemidos sofocados le ofreció su antebrazo derecho, elevándolo con dificultad lo acercó a su boca.

—Si necesitas morderme… Naruto… —su agitada lengua no pudo completar la oración.

Los azules ojos se abrieron algo más, deteniendo sus atenciones unos segundos, entreabriendo la hilera de blancos dientes dudoso del permiso concedido, advirtiendo que dolería con la mirada titilante.

Itachi asintió como pudo, saboreando las mejillas enrojecidas de Naruto, los ojos fijos en sí, ambicionando más.

Entonces los colmillos se clavaron en la piel de su brazo, hundiéndose en la piel desbordando roja sangre de inmediato y contrario a sus expectativas el dolor sólo precipitó su orgasmo, Itachi vio blanco por un instante.

Cuando al fin el calor abrasador pareció abandonar su cuerpo se sintió desmenuzado, la sensación de haber sido molido contra el colchón palpitando aún en su interior. El ardor en su brazo era atendido por los lengüetazos que Naruto le propinaba, insuficientes para parar el ligero sangrado.

Oh, lo lamento… te hice todo un desastre. Perdóname Itachi...

Al fin la voz de su esposo se escuchó más clara, preocupado buscó algo para cubrir la herida, tomando una de las camisas para envolverla alrededor de la mordida.

Itachi recién pareció considerar que su idea fue no muy buena cuando  sus cansados ojos notaron de reojo las dimensiones del daño… 

Dejaría una leve cicatriz probablemente.

—Yo te dije que lo hicieras… —habló cansado, dejando que Naruto los acomodara hasta quedar de lado, para descansar hasta que el nudo que los unía les permitiera una mejor posición, al menos podían verse el uno al otro.

—Te amo…

Naruto soltó quedito pero suficientemente alto para que lo oyera, le sonrió amplio acariciando sus cabellos con cuidado, apartándolos del rostro de Itachi.

 

Lo amaba, Itachi no negaba el sentimiento porque era innecesario contradecir a su corazón tratando de negar algo tan evidente, a pesar de haberse sentido herido como nunca antes por él, pudo comprender su razones, quería creer que las entendía si estaba a su lado.

—También te amo —respondió recibiendo feliz los mimos y caricias que intentaban mitigar los dolores que seguramente se acentuarían en unas horas.

Naruto se acercó más, rozando sus narices pero sin llegar a besarse, su sonrisa se ensanchó más y sus mejillas se pusieron más rojas—, tengo más de un condón dattebayo.

Oh.

Itachi no se atrevió a responderle que eso esperaba.

 

[...]

 

 

Tembló en el momento que dejó su firma en aquellos papeles, Naruto se sintió demasiado agobiado con la presencia de Minato, con aquellos detalles tan importantes que prefería nunca decirle o en este caso notificárselos en último momento.

Era exasperante tener un padre tan desconsiderado, que se llenase la boca diciendo que todo lo que hacía era por Naruto.

Una vez terminó de firmar cada hoja de papel que requería su “aprobación” salió de la habitación, con la respiración algo más pesada, algo de beber quizá ayudase así que Naruto se dirigió a la cocina, esperando que alguien le pudiese servir un poco de cerveza al menos.

 

—Si no estuviese aquí, nunca lo hubiera creído.

 

Su pequeña meta se vio frustrada al ver a Kakashi en uno de los pasillos, casi esperándolo con los brazos cruzados. El adulto negó suave en tanto se acercaba.

—No creí que Minato fuese capaz de convencerte para que te casaras.

Naruto torció los labios conteniendo su ligero malestar, tratar con Kakashi no debería ser tan tedioso puesto que él solía ayudarlo cuando necesitaba evadir a su padre, al menos por unos días.

—Es que se trata de Itachi —murmuró mirando hacia un lado.

—¿Que? 

La expresión confundida del otro fue evidente, se acercó aún más para poder hablar más bajo y evitar que alguien los oyese.

—¿Itachi es un omega? ¿En verdad Minato dejará que te cases con él?

Naruto no tardó y chitarlo.

—Shh… Minato no sabe nada, ni siquiera que nos conocíamos. Así que no vayas a decir nada —advirtió algo molesto, viendo a todos lados anticipando a cualquier sirviente leal a su padre espiándolo como de costumbre. Pero debía poner sobre aviso a Kakashi porque a pesar de no conocer a Itachi en persona, sabía su nombre. No podía arriesgarse a que Minato terminara enterándose de todo.

—Naruto… ¿En qué lío te metiste?

 

.

 

Si bien no pudo contarle casi todo a Kakashi, Naruto sintió cierto alivio al poder decirle a alguien lo que estaba sucediendo, a alguien que al menos tendría un contexto más serio de su situación. Porque cuando acudía a Kiba o alguno de sus amigos por concejo, un montón de cerveza y bromas subidas de tono era todo lo que obtenía de ayuda.

—¿Y piensas que un acuerdo prenupcial es ofensivo? —lo cuestionó.

—No, claro que no —negó acomodando su corbata por décima vez—, yo sé que es importante para Itachi… pero aun así… es extraño.

—Solo porque no te tomaron en cuenta para elaborarlo, supongo que te habría dado igual si fuese una desconocida la que tuvieras que desposarte.

Naruto asintió sin ganas—, no se trata solo de eso… es complicado de explicar. Cuando veo a Itachi es difícil no olvidar que todo esto está arreglado, que debo pretender que nunca lo vi… que no estoy enamorado…

Hubo un silencio tras eso casi sintió la lastimera mirada de Kakashi.

—¿Tan malo resultaría que Minato supiera todo? Él quería que te casaras con un omega, es una conveniente casualidad que te hayas enamorado de uno, tu que nunca los quisiste muy cerca.

 

Sí, sería muy malo.

Porque Naruto no confiaba en Minato y aunque había considerado decirle lo que sucedió entre ambos a todo el mundo podría resultar un impedimento para que estuvieran juntos.

Porque si Sasuke lo detestaba tanto era probable que Mikoto y Fugaku Uchiha no dudasen en cancelar todo. Y Naruto no quería eso, así que de momento tendría que mantener oculto ese detalle, aunque ya empezará a sentir desesperación por la mentira, jamás se le dio muy bien ocultar cosas realmente importantes.

 

Cuando se sintió mejor ya iba tarde a su boda, se apresuró al altar que armaron en su jardín, llegando cuando Itachi ya estaba esperándolo, con una suave sonrisa que lo llenó de emoción.

Todo el mundo lo felicitó después de eso, más que encantados con su flamante esposo, parientes que casi no recordaba e invitados de la empresa de su padre, Naruto sintió algo extraño que tan pocos Uchihas se presentaran, como si estuvieran manteniendo aquel asunto como alguna especie de secreto.

Solo vio a un par de sujetos además de los padres de Itachi en las mesas dispuestas para su familia.

Intentó pasar fingiendo desinterés cuando se acercó al lugar, de inmediato uno de ellos lo observó a detalle sin decir una sola palabra, parecía ser algo mayor que Naruto, cabellos negros como todos en esa familia, solo que algo revueltos, sin dejar de verle le sonrió antes de darle un sorbo a la copa de vino que sujetaba.

Naruto pudo sentir con demasiada facilidad que el gesto era falso, aquella persona no se tomó la molestia de esconder su intención. Y estuvo a punto de acercarse para saludar como era debido, sin embargo su tía Mito lo sujetó llevándolo hacia el centro del salón donde más felicitaciones prosiguieron.

 

Volvió a perderse en las expresiones de Itachi, sus sonrisas maravillosas y su perfecta compañía, solo cuando este nombró la habitación donde deberían dormir que Naruto se sintió de nuevo nervioso.

Si aquella sería su noche de bodas no podía evitar pensar en que sería la primera vez que quizá pudiesen llegar más allá, aunque la idea de que Itachi podría estar siendo presionado por aquellos papeles llegó a sus pensamientos, creía a Minato capaz de establecer alguna cláusula descabellada donde se acordase cuantas veces deberían acostarse juntos,

Pese a esa duda sus manos actuaron solas cuando llevó el puñado de preservativos a su bolsillo.

¿Estaba siendo demasiado presuntuoso?

Naruto dudó así que estuvo a punto de salir de allí, no obstante fue Itachi quien se tomó el tiempo de escucharlo y disipar las dudas que Naruto le demostró. Así que Naruto se esmeró para hacerlo sentir bien, con su fuero interno repitiéndole que aquella sería la primera vez de su pareja, asegurándole aunque no tuviese la mínima certeza de que aquello era verdad.

Aunque a Naruto no le importase.

Solo deseaba ofrecerle su amor, demostrarle lo mucho que lo amaba y que lamentaba lo sucedido entre ambos, que aunque sintiese preocupación por un inminente celo, haría todo lo que estuviese en sus manos para cuidarlo y atenderlo como se lo merecía.

El deseo que Itachi le despertaba estuvo a punto de sobrepasarlo en varias ocasiones, porque el suave cabello cayendo entre sus dedos, la blanca piel invitándolo a marcarla tanto como le fuera posible y cada ínfimo detalle que componía a Itachi era más embriagador que cualquier bebida que hubiese ingerido esa noche.

Todo dispuesto entre sus manos para deshacer a su antojo.

La increíble presión en su miembro cuando al fin pudo enterrarse en su interior, respirando tan lento como pudo para no terminar antes de tiempo, aferrándose con desesperación en sus caderas para comenzar con sus frenéticas embestidas cuando ya no pudo más. Olvidando sin querer en aquel momento cualquier nauseabundo evento pasado, su mente y sus sentidos solo se llenaron de Itachi, en su rostro sonrojado al extremo, en los gemidos que abandonaban sus labios ligeramente hinchados de tantos besos apresurados.

Toda su anatomía era como un regalo invaluable, desde la punta de sus cabellos, pasando por sus llamativas pestañas, hasta el último de los dedos de sus pies, era una lástima que la magia de su olor fuese tan tenue, por un instante deseo que ninguno tomase supresores. Naruto se deleitó en sus torpes movimientos que trataban de ser sincronizados, mordisqueando los pezones de Itachi y sus orejas cuando llegaba a acercarse a ellos, fueron demasiado provocadores los jadeos que Itachi soltó cuando lo hizo, sugiriéndole que tal vez lo excitaba aquel tipo de trato.

Al borde de su clímax estuvo tentado a quitarse el profiláctico, pero no se atrevió, alcanzando su culminación luego de unos instantes, su corazón aun acelerado casi lo forzó a dejarse caer sobre Itachi, pero se sostuvo en sus propios brazos para no aplastarlo con su peso.

Aún rezagado, su alfa interno se regodeó con cada detalle que pudo alcanzar, tentando su autocontrol hasta el punto que Naruto sintió sus pequeños colmillos picar, ansiar morder a Itachi, creyendo que la simple mordida evitaría que alguien pudiese apartarlo de su lado.

A pesar de que no fuese una garantía total…

Resultaría muy efectivo.

Probablemente debido a su palpable ansiedad que Itachi dejó que mordiera su brazo, hundiéndose en la tenue lavanda que pudo percibir junto a la poca sangre que llegó a su boca.

Como deseó morderlo una y otra vez, llenarlo una y otra vez de su simiente.

Aspirando irracionalmente a un vínculo e hijos que eran más que improbables de momento.

Pero pareció ser suficiente para calmar sus ansias, de inmediato la culpa lo inundó cuando lo vio del todo derrengado entre sus brazos, sonriendo cansado, como si todos los moretones en su cuerpo lo hicieran feliz.

Aceptándolo con espléndida naturalidad.

Naruto solo pudo desearlo aún más.

Agotar hasta el último minuto que la noche les pudiese obsequiar.

 

.

 

Por ello cuando la luz de la ventana fue demasiado brillante como para ignorarla trató de tirar de las sábanas para cubrirse, recordando en un instante que no dormía solo, que un tibio cuerpo estaba a nada de distancia. Naruto se incorporó con verdadera pereza, tratando de no importunar el sueño de Itachi, quien debía estar aún más cansado que él para que la luz no lo hubiese despertado. Lo cubrió mejor con las sábanas, deteniéndose unos instantes a contemplar el vendaje de emergencia que le hizo en el brazo al final de la noche, un par de manchas rojas asomando entre la tela le hicieron morderse la lengua.

Una sombría presunción no pudo evitar sentir, al recorrer con la mirada cada cardenal que se encargó de estampar en su cuerpo.

Le sentaban tan bien…

Naruto inspiró hondo levantándose al fin, sin reparar en su desnudez notando al fin las pequeñas marcas y rasguños en sus brazos, esos que Itachi seguro hizo en algún momento. Su marcha al baño fue plagada de bostezos, sin tomar en cuenta que ya pasaba del medio día, solo después de una buena ducha y un cambio de ropa es que su estómago rugió recordándole la importancia del desayuno. Aunque deseó ir personalmente a traer la comida se limitó a hacer una llamada para pedirla, si se asomaba a la casa principal, Minato y todos los Uchiha seguramente lo increparían para tratar de conocer hasta el menor de los detalles de su noche de bodas con un ”desconocido”.

Se sentó en uno de los sofás del amplio lugar, considerando que hacer con su vida a partir de aquel momento, sería inaceptable que se mantuviese como un vago ahora que estaba casado, Minato le ofreció ayudarlo en sus negocios y sin haber optado por ninguna carrera en la universidad quizá esa era su mejor opción.

Debía asegurar un buen futuro para Itachi y los hijos que llegasen a tener…

Se llevó ambas manos al rostro, no había hablado de aquel detalle con su pareja, aclararle esa parte del trato que tenía con Minato y que deseaba disolver cuanto antes.

Si bien eso significase no saber dónde estaba enterrada su madre, dejando con eso a todos al tanto de su noviazgo con Itachi, sacudió la cabeza al descartar parte de su idea.

No estaba seguro de que hacer.

La felicidad que debería estar sintiendo luego de compartir con Itachi una noche tan memorable se estaba empañando con los interminables y desastrosos detalles en todo aquel inquietante asunto cernido en su vida.

 

—¿Te encuentras bien?

 

Naruto se sobresaltó al oír a Itachi, se giró de inmediato cuando los delgados dedos de su esposo acariciaron uno de sus brazos. Los negros ojos observándolo con preocupación.

—No quería despertarte —se apresuró a su lado, tomándolo con cuidado de las manos viendo mejor las ligeras bolsas en sus ojos, preguntándose porque no las había notado antes—, además soy yo quien debería preguntarte eso’ttebayo.

Naruto se inclinó para poder darle un suave beso en la sien aspirando la sutil lavanda que era más evidente que la noche anterior.

Itachi se mantuvo en silencio por demasiados segundos, antes de sonreírle con una expresión aún cansada—, creo que voy a quedarme en cama un poco más.

Naruto se sintió enrojecer hasta las orejas.

—¡Tú… tú descansa! Yo me haré cargó de todo dattebayo.

Naruto comenzó a recoger la ropa desparramada en el piso a prisa, oyendo la suave risa de Itachi que lo hizo irremediablemente feliz.

 

 

[...]

 

 

Notas finales:

 

Quise hacer un lemon decente y me salió esto, ja, ja, espero no haya quedado tan mal, siempre me desvío mucho al lado emocional. De hecho se me hizo bastante difícil este capítulo. Por la emoción de Itachi y las dudas de Naruto.

 

Siento la demora, tuve una semana difícil y no hallaba espacio para ponerme a escribir escenas así, espero haya valido la pena la espera. Muchas gracias por las lecturas y los bellos comentarios, cuídense mucho, nos leemos en el siguiente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).