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Intoxicación por Yae

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Notas del capitulo:

-Siento los dedazos que se me hayan podido pasar.

 

 

 

18.- Si tienes algo que decir

 

 

Por un instante creyó que Itachi tenía algo que contarle, por eso se presentó para intentar ayudarlo, esperando ingenuamente que su primo le dijese que no deseaba esa boda, que solo lo hacía por… ¿dinero?

Como esperó poder socorrerlo al fin, sin embargo no sucedió así. Itachi no le dio explicaciones que lo satisficieran, así que a Shisui solo le quedó presentarse a esa boda expectante de un último momento de lucidez en su primo antes de que fuera demasiado tarde.

No sucedió.

Itachi dio el “acepto” con impactante seguridad ante aquel ladronzuelo.

Porque lo era.

Naruto Namikaze había contado con magnífica suerte para arrebatarle a la persona más importante en su vida sin el menor mérito, porque Shisui se sentía más que celoso por perder a Itachi, hasta el extremo de sentir una rabia malsana cuando se besaron al concluir ese circo.

Él había esperado a tener la suficiente estabilidad para regresar a Japón, graduado hace poco fantaseaba con presentarse sin anunciarse con sus tíos, sorprender a Itachi y al fin decirle lo que sentía… lo que por un instante creyó su primo correspondía.

Pero su oportunidad le fue arrebatada por un niño rico.

Nunca debió irse.

No debió escuchar a Itachi, quizá los problemas no se hubieran resuelto fácilmente, es probable que repercutiesen en todos sus planes… pero aún tendría a su primo a su lado, jamás habría permitido que su relación se deteriorase a ese extremo.

La fiesta tras la ceremonia solo le sirvió para llenarse de alcohol, viendo con genuino recelo a su primo y su “nueva familia” como no se atrevió ni a verle a los ojos desde su incómodo recorrido al altar.

Así que cuando tuvo a Naruto en su rango visual quiso increparlo, probablemente hacerle preguntas para así al menos sacarse la duda de qué tipo de persona era… si cabía la mínima posibilidad de que fuese merecedor de alguien tan maravilloso como Itachi, para terminar de clavarse la resignación en medio del corazón.

No se atrevió.

Porque deseaba mantener aunque fuese la menor esperanza de que Itachi terminase ese matrimonio y poder al fin alcanzarlo.

¿Es que no merecía al menos un intento?

Así que acorde a sus planes viajó a Japón en cuanto pudo, debía ayudar a Sasuke como planearon aguardando por el momento en que pudiese ver a Itachi de nuevo y comerse las ganas de ser sincero y decirle que lo había amado desde hace años… fue una lástima que ni bien aterrizó no pudo dedicar todos sus pensamientos a su primo.

Sasuke se había metido en un tremendo lío del que apenas pudo sacarlo con la ayuda de todos los contactos que tenía.

Había olvidado lo horrible que era Japón para un alfa, casi le pareció un dejavú el incidente en el que muchachito se vio envuelto. Así que al día siguiente se presentó a la casa de sus tíos para informarle sobre lo que pudo averiguar del escabroso asunto, con sus pensamientos tan dispersos su reacción al ser recibido por “Naruto” fue honesta.

—¿Qué haces aquí?

Lo acusó sin pensar, viéndolo como un intruso en su vida y más cuando a su nariz llegó el aroma de ese alfa mezclado con la espléndida lavanda de Itachi, sus dientes parecieron picar al considerar la razón para el revoltijo de olores y su corazón dolió al extremo de contarle la respiración un par de segundos, tan tentado estuvo de saltarle encima para exigirle algo que no estaba seguro le debía que de no ser porque le habló lo hubiese hecho.

—¿Y tú eres…?

Lo observó como a un desconocido, sin embargo Shisui sabía que el desconocido era otro, alguien que no sabía nada de Itachi, ni sus gustos, ni sus pasatiempos, no podría enumerar sus lecturas predilectas, ni mucho menos sabría de la pequeña alergia que lo asaltaba en primavera.

De seguro no conocía la manera en que probar un nuevo sabor de té lo emocionaba o la diferencia entre sus sonrisas cordiales y las genuinas.

No, no debía saber.

—Lamento mis modales, soy Uchiha Shisui, primo de Itachi —le tendió su mano para tratar vanamente de recomponer su falsa expresión de amabilidad pero no debió hacerlo del todo bien, porque el afortunado rubio tardó demasiado en si quiera considerar corresponder el gesto.

—¡Shisui, que bueno que ya llegaste!

De no ser por la intervención de su tía Mikoto probablemente habrían quedado en la misma postura por horas, ella lo hizo pasar a prisas presentándolos aún más rápido, Shisui dejó de prestarle atención a esa persona porque en el breve recorrido en el que era dirigido al despacho de su tío la idea de ver a Itachi era más importante.

Así que entró después de un par de toques, oyendo la pequeña discusión que se estaba montando dentro. Fugaku tenía en ceño más que fruncido mientras parecía reprender a sus hijos.

—Nadie les ha dado autorización de involucrarse con los Hyuga o Danzo —dijo antes de verlo —ya estás aquí. ¿Tienes el informe de las pruebas que hicieron?

Antes que responderle a su tío sus ojos viajaron para encontrarse con los de Itachi, feliz de verlo nuevamente… aunque lo vio demasiado distante.

 

[...]

 

 

Su padre se veía lo suficientemente molesto cuando lo llamó para que hablaran a "solas", porque al momento de entrar vio a Sasuke sentado en una de las sillas con expresión más que agotada, podía verle las ojeras y el cabello algo enmarañado.

 

Algo le había sucedido a su hermano, así que Itachi no demoró en acercarse e intentar abrazarlo aunque se contuvo en el último segundo cuando un peculiar aroma, ajeno al de Sasuke le llegó, su expresión perpleja chocó contra los ojos cansados.

 

—¿Qué pasó? —cuestionó desviando de nuevo su mirada a su padre. Una angustia progresiva estaba paseándose por su pecho, si tan sólo hace un par de días que dejaron de verse.

—Dime antes si sabías que tu hermano se había estado viendo con el mocoso de los Hyuga.

Más que una pregunta aquello fue una afirmación, pero Itachi no estaba seguro de que responder así que negó esperando que al fin le diesen una explicación que calmase aquella alerta que revolvió sus sentidos.

—Anoche tu hermano estuvo a punto de marcar a ese otro chico.

Los ojos de Itachi se abrieron cuán grandes eran, un sinfín de preguntas le llegaron pero antes de siquiera de darles un orden se giró para ver a su hermano, quien con los hombros caídos se mordió el labio inferior.

—No fue así —al fin dijo en un murmullo.

—Necesito que me digan que está pasando.

—Los hombres de Danzo aparecieron… y usaron algo —la expresión de congoja en Sasuke era tan parecida a esa que solía poner de niño cuando algo lo preocupaba en verdad que Itachi quiso abrazarlo—. Y la sensación fue tan… irritante como un celo que… no pude controlarme.

Itachi tragó pesado tratando de hacerse una idea más clara con las vagas aclaraciones que le daban. No quería siquiera considerar que su hermano hubiese podido atacar a un omega.

—Armó todo un escándalo, llamaron a la policía y pudo ser peor.

—¿Peor? —un nudo en su garganta le hizo temblar por un segundo, rememoró sin querer aquel desafortunado evento de su primer calor, donde Shisui también intentó atacarlo.

—Ese niño Hyuga pudo defenderse, recibió un par de mordidas en los brazos pero lograron contener a Sasuke antes de que… el daño fuera casi irreversible. 

El pánico en Itachi simplemente se incrementó, tan solo por considerar el hecho de un omega marcado a la fuerza, el terrible sufrimiento que esa acción generaba y como hasta la disolución era una tortura para la víctima, por esa razón es que las leyes que forzaban al alfa asumir responsabilidad afectiva y económica fueron tan bien aceptadas por la sociedad.

Los medios solían plantearlo como un pago mínimo por el daño recibido, que aunque la marca se disolviese quedaría una cicatriz imborrable. 

Aun así la idea de que Sasuke pudiese ir a prisión le pareció inconcebible.

—¿Y cómo es que…? —volvió a tragar pesado.

—Por suerte Shisui acababa de llegar, tenemos demandas del estado que aún quedan por resolver pero al menos conseguimos que no encerraran a Sasuke a pesar de que Hizashi estuvo de acuerdo en no poner una denuncia contra tu hermano. He gastado parte del dinero que recibí de Minato para pagar abogados y sobornar personas, todo porque no pueden quedarse sin meter sus narices en asuntos que ya no valen la pena, lo que Danzo haga o deje de hacer ahora ya no es asunto nuestro.

—¡Pero…! —Sasuke rebatió de inmediato, no obstante Fugaku detuvo su reclamo con un simple ademán.

—Son los hombres de Danzo los que continúan siguiéndonos.

—Itachi, ya lo he decidido. El laboratorio será trasladado a América, ya lo hablé con Minato, en Japón sólo tendremos lo que sería una sucursal.

Abrió más los ojos ante la declaración, su padre siempre fue el primero en decir que no estaba dispuesto a venderle su fórmula a nadie, le resultaba increíble que en tan poco tiempo estuviese dispuesto a llevarse el trabajo de una vida a otro país y técnicamente dejando a Minato como partícipe de todo.

—¿Van a mudarse entonces?

—No lo he hablado aún con su madre, por el momento solo vamos a concentrarnos en llevar los datos y muestras importantes, lo demás será archivado. Y ese no es el problema ahora, es su comportamiento el que ha ocasionado un retraso en nuestros planes.

Itachi volvió a prestarle atención a su hermano, notándolo molesto de repente, sus puños se presionaron sobre sus rodillas.

Entonces oyeron un par de toques en la puerta y Shisui entró tras ello, Itachi sintió ligera incomodidad al verlo, ya que ni siquiera pudieron despedirse luego de su boda. No es que desease ser tan cortante con él, sin embargo algo parecido a la culpa lo invadía cuando lo observaba demasiado tiempo.

 

Cuando Shisui se sumó a la conversación de inmediato trajeron a colación unos análisis que supuso se referían al incidente de Sasuke.

—Ya los tengo, el resultado es el que esperábamos —le entregó los papeles a Fugaku —son aceleradores de celo, su composición es un poco mayor a la “recomendada” de hecho la dosis que le aplicaron pudo ocasionarle algún efecto a largo plazo a Sasuke así que sería bueno tenerlo bajo vigilancia.

Itachi se mordió la lengua antes de acercarse a su padre para tratar de leer el informe, en contraparte a los supresores existían otro tipo de medicaciones que actuaban de manera inversa, forzando un celo artificial que frenaba cualquier hálito de razonamiento. Eran bastante comunes hace años pero se consideraban como algún tipo de “afrodisíaco” con el paso del tiempo cayeron en la categoría de drogas y fueron por completo prohibidos.

A ningún omega o alfa le hizo gracia nunca que su celo pudiese ser forzado de esa manera, así que la mayoría de los incidentes siempre incluían a un beta que buscaba “entretenimiento”, la última vez que supo de aquella medicación fue cuando su prima Izumi utilizó algo parecido para intentar conseguir que Shisui le correspondiera, pero este huyó hallando a Itachi después.

Lo qué pasó aquel día fue lo que ocasionó que deseara alejarse de su primo al menos por un tiempo.

Con los caninos más que visibles se le fue encima, intentado desbaratar su ropa a tirones, Itachi hizo lo que pudo para tratar de contener a Shisui porque sabía que consciente jamás intentaría lastimarlo de aquella manera, le costó bastante porque contener a un alfa fuera de sí era casi imposible, terminó con moretones y raspones pero al menos pudo evitar que todo se saliese de control, quizá porque la dosis que su primo percibió fue muy poca.

Su estómago se revolvió al imaginar a Sasuke intentando del mismo modo forzar a uno de los primos Hyuga.

—Tenemos que ir a los juzgados mañana, con los exámenes y los videos de las cámaras de seguridad lo más probable es que Sasuke quede libre de todos los cargos.

Vio de soslayo a Shisui como si este estuviese intentando animarlo.

—Bien, haré un par de llamadas a los abogados y a Hizashi.

Fugaku salió entonces dejándolos solos.

—Itachi —su primo no perdió tiempo y se acercó dándole una vaga caricia en el brazo derecho —Sasuke tiene muchas posibilidades de que todo se resuelva pronto, no actuó ni por asomo con intención, todas las pruebas lo demuestran. Lo único que podrían hacer es imponerle una fianza y darle una orden de alejamiento.

Dinero, tragó pesando considerando que debería hablar con Naruto para que intercediese delante de Minato si lo requerido superaba las posibilidades de su familia.

—Te lo agradezco… me gustaría hablar con Sasuke a solas —pidió cuando las caricias no pararon.

—De acuerdo.

Su primo también salió dejándolo solo con Sasuke.

—No quiero una maldita orden de alejamiento —su hermano se quejó visiblemente molesto, poniéndose de pie y llevándose las manos al cabello con deseos de tirar.

—No te preocupes que si Neji Hyuga y su padre no la solicitan no pueden forzarlos, sólo te pedirán una multa y que firmes algunos compromisos. Aún eres muy joven y como dijo Shisui hay videos que muestran lo sucedido.

Se acercó de nuevo a su hermano sin atreverse a abrazarlo, el pequeño perfume a lirios aún lo rondaba aunque fuese demasiado leve.

—Sabes mucho de esto.

Itachi negó tratando de restarle importancia ya que jamás le contó a Sasuke lo sucedido con su primo—, bueno por eso sé que no debes preocuparte de más. ¿No quieres dejar ver a Hyuga Neji, no es así?

Preguntó con una sonrisa casi invisible que se acentuó con los ligeros nervios en su hermano, ya había considerado que aquel muchachito debía inspirarle algún tipo de sentimiento para que Sasuke se hubiese tomado las palabras de este como algo verídico sin siquiera comprobarlas.

—No lo sé, es… algo confuso —masculló —todo es por culpa del idiota que mandó Danzo, aún ahora siento ese aroma picando en mi nariz —se quejó en tono bajo yendo a sentarse de nuevo, soltando un hondo suspiro.

—Quizá tengas que pensar con calma sobre eso, tú sabes, la sensación podría no deberse solamente a la droga que usaron.

Itachi afianzó su sonrisa ante lo que pudo diferenciar como un ligerísimo trazo rojo casi imperceptible en el rostro de su hermano.

—Hn.

—Tienes que hablar con él, Sasuke.

—Lo haré… —se mordió el labio inferior un par de segundos —es bueno que estés aquí.

—Vine porque te dije que lo haría, voy a ayudarte aunque padre no esté de acuerdo, solo necesitaremos hacer las cosas con algo más de sutileza.

Esta vez Itachi se aproximó para abrazarlo ignorando cualquier aroma ajeno.

 

 

[...]

 

 

Naruto no estaba para nada seguro de que la idea de venir a Japón fuese solamente por nostalgia, porque cuando Itachi le habló del “incidente” en el que Sasuke se vio involucrado y algunos detalles, hasta la molestia que le ocasionó ver al tal Shisui la olvidó.

—¿Puedes ser más claro? —frunció el ceño ante la repentina información que su esposo le soltaba, sus planes de meterse a la tina con Itachi se esfumaban muy lentamente.

—Danzo era socio de mi padre, pero se retiró hace bastante, quiso comprar la fórmula de los supresores que los laboratorios Uchiha elaboran pero al negarnos comenzó con sus ataques, estamos casi seguros de que tuvo que ver con que los demás inversionistas se fueran retirando. Eventualmente enviaba a algunos matones para tratar de intimidarnos o boicotear envíos.

Itachi estaba sentado al borde la amplia cama de hotel acomodando algunos papeles a los que no les prestaba atención en realidad.

—¿Entonces el incidente del callejón en el restaurante, era uno de esos matones?

Su esposo respingó seguramente haciendo memoria del momento en que Naruto lo ayudó cuando un tosco sujeto estaba intentando arrinconarlo ya hace tiempo.

—Sí, su premisa siempre era la misma. Que buscaban hablar con mi padre, pero sólo era una excusa para intentar coaccionarlo a vender sus fórmulas amenazando a su familia.

—¿Porque no me lo dijiste antes? —Naruto pasó de estar sentado en un sofá a ir al lado de Itachi, sentándose a su lado detuvo sus acciones.

—Era complicado —los negros ojos lo observaron algo apenado soltando un suspiro cuando Naruto lo tomó del mentón con una mano —recién estábamos tratándonos y podrías haber rechazado salir conmigo al considerarme demasiado problemático —un nuevo suspiro se le escapó dejando que sus mejillas adquirieran algo de color extra.

—Eso nunca —le respondió dándole un suave beso sintiendo ese mismo calorcito en su rostro.

Naruto lo abrazó con cariño luego que se separaron, deseaba demostrarle de todos los modos posibles que podía contar con él, que no volvería a defraudarlo y que sería… del todo honesto.

—Ahora las cosas se complican con lo qué pasó con Sasuke —Itachi bufó aún rodeado por sus brazos —pero también me preocupa las razones de mi padre para querer llevar todas las investigaciones a América.

—¿Desconfías de Minato?

Cuando Naruto preguntó de inmediato Itachi se apartó viéndole con cierta duda—, no dije eso.

—Lo pregunté porque tienes razones para desconfiar, toda tu familia. Aún no nos conocen y yo tampoco confío del todo en él —suspiró— él quería que le dé nietos, fue parte de nuestro trato. Que yo tenga dos hijos con quien me casara.

—¿Qué?

Naruto por un instante se arrepintió por decirle aquello, porque la cara de Itachi ya no lucía para nada feliz.

—No tienes que preocuparte, no voy a cumplir con sus tontos pedidos. Es por eso que te estoy contando esto, quiero que me permitas decirle todo a Minato, que tú y yo nos conocíamos, lo que sucedió entre ambos, que por eso mismo no voy a dejarte nunca ni mucho menos hacer lo que él me diga dattebayo.

Se apresuró a sujetarlo de ambas manos estrechándolas con cautela. Itachi se mantuvo en silencio por un par de minutos—, no puedes decirle nada —puntualizó poniéndose de pie.

—¿Por qué no?

—Si Minato se entera mis padres también los sabrán y ellos no se conformarán con un simple; ahora nos queremos, todo fue un malentendido. 

—Pero-

—Dijiste que tampoco confías en Minato, es mejor no ponerlo al tanto de todo hasta que sepamos sus razones reales para hacer un trato tan inconsistente. No quiero tener hijos por ahora.

—¡Yo tampoco! —algo escandalizado Naruto también se puso de pie —pero creí que sería buena idea decirle todo, es molesto que tenga la idea de que quiero dejarte para irme con mi novia de Japón —sonrió ante la ceja enarcada de su esposo —tú eres esa novia, Itachi. Novio en realidad, siento que no voy a poder ocultárselo siempre y más cuando empiece a trabajar con él.

Itachi resopló suave para tomarle él esta vez de las manos—, tenemos que ir con calma, no es momento para que todos se enteren —sonrió— ya habrá tiempo para explicarles lo que sucedió.

—Tienes razón, ahora vamos a preocuparnos por tu hermano.

Con todos sus ánimos renovados y ya sin secretos entre ambos Naruto se sintió más que ligero, así que se lanzó de nuevo a abrazarlo intentando oler un poco la dulce lavanda suprimida por los inhibidores.

—Vamos a tomar un baño juntos, Itachi… voy a enjabonarte la espalda’ttebayo —le susurró al oído sonriendo más cuando un leve escalofrío sintió por parte de su pareja.

—¿Ahora? —cuestionó el tono bajo, demasiado bajo.

—Sí, porque desde mañana tendremos mucho que hacer ayudando a tu familia —Naruto estuvo a punto de preguntarle si conocía la razón para que Mikoto estuviese actuando tan a la defensiva pero dejó pasar el asunto cuando Itachi accedió a compartir la tina.

Radiante de felicidad Naruto se zambulló con su esposo entre las burbujas, deleitándose con la radiante piel que podía tocar, con los perfectos labios que podía besar y con cada rincón de Itachi que se le permitía alcanzar, seguro de que se tomaría el tiempo que fuese necesario para conocer hasta el detalle más recóndito.

—Quiero que vayamos a buscar a mi antiguo casero —le susurró en medio de besos y caricias, siendo rodeado por las perfectas piernas de Itachi, sumergidos ambos en el agua tibia.

—¿Tu… casero? —le preguntó conteniendo un jadeo e intentando del mejor modo mantener el equilibrio apoyado al filo del pequeño jacuzzi y no terminar resbalando.

—Si… la nota que te escribí debe tenerla dattebayo.

No obtuvo respuesta más que un gemido así que se concentró en ello, ya tendrían algo de tiempo de ir a aquel edifico y Naruto le reclamaría a quien le arrendase su diminuto departamento la primera vez por no haberle entregado esa carta a Itachi cuando este fue a buscarlo.

Oyó un ligero vibrar en el celular de Itachi sobre uno de los muebles pero ninguno de los dos le prestó atención.

 

.

 

Lo siguiente en la lista de Naruto era una deliciosa cena, ya daban algo más de las ocho de la noche y quería disfrutar de la luna de miel cuanto pudiese, porque con los problemas expuestos no les quedaría mucho para divertirse en lo restante de su viaje.

Así que se tomó la libertad de pedir comida de más, escoger de todo un poco para que Itachi hallase algo de su gusto, mientras encendía el televisor oyó nuevamente la molesta vibración del celular de su esposo sobre el buró, demasiado repetitivo durante la noche.

—¿Es el mío? —Itachi preguntó saliendo del cuarto de baño, cubierto solo con una bata y secando su cabello con una toalla.

—Sí, alguien parece estar buscándote desde hace rato. ¿Será por lo de tu hermano?

Ante la posibilidad Itachi no tardó en tomar el aparatillo y revisar quien le había enviado tantos mensajes, sus cejas se fruncieron un poco en tanto tecleaba una respuesta antes de devolver el celular al mueble.

—¿Quién era?

No obtuvo una respuesta de inmediato porque Itachi tomó una de las maletas para revisar su contenido y sacar una muda de ropa.

—Voy a salir, tardaré un par de horas —anunció vistiéndose con rapidez.

—¿A dónde? ¿Pasó algo? —Naruto se sintió preocupado —voy contigo.

Ante su oferta Itachi se detuvo unos instantes, como si en verdad estuviese considerando el llevarlo consigo.

—No es buena idea, se trata de Sasuke… iré a hablar con él, no te preocupes.

 

 

[...]

 

 

Convencer a Naruto para que no lo acompañase fue bastante difícil, su esposo parecía empecinado en seguirlo pero Itachi no quería involucrarlo en aquella conversación y más cuando el último mensaje no era otra cosa más que una fotografía tomada hace demasiados años.

 

18:03

Itachi, siento molestarte pero debemos hablar. ¿Podría ser ahora?

 

18:25

Espero no estés ignorándome, es algo delicado el asunto de Sasuke y quisiera darte los detalles porque no pudimos hablar con todo lo sucedido. Me alegra que hayas podido venir a Japón.

 

18:57

¿Estoy molestándote? Cuanto lo lamento pero necesitamos hablar, mañana el juez

 

19:33

No voy a quitarte mucho tiempo.

 

20:08

Revisando mi celular hallé esta fotografía. ¿La recuerdas?

 

Claro que recordaba esa fotografía, fue una de tantas que se tomaron en el instituto, pero a Itachi más que el viejo recuerdo lo intrigó la insistencia de los mensajes que Shisui le había enviado, haciendo más que evidente que una simple llamada no resolvería el asunto.

Así que respondió cuando leyó los mensajes, citándolo en un lugar y a una hora apresurándose al lugar, esperando que no fuese nada grave… porque conocía a Shisui. Suspiró una vez llegó al café buscando a su primo o una mesa vacía en su defecto, sin embargo halló lo primero.

Su familiar lo aguardaba en una de las mesas cerca de la ventana, le sonrió al verlo saludándolo con la mano.

Acomodando mejor su abrigo Itachi fue hacia allá, sentándose en frente antes de que Shisui se levantase para saludarlo de otra manera.

—Gracias por estar aquí —le dijo de inmediato sonriendo breve.

—Querías hablarme de Sasuke y tus mensajes fueron… algo insistentes. ¿Qué sucede?

Itachi no pudo evitar sentirse algo acorralado esperando en verdad que el ligerísimo olor a licor en él no fuera razón para que su primo retomase su conversación del día de su boda.

Porque sí.

Para Itachi ya comenzaba a ser más que evidente que su relación con Naruto incomodaba a Shisui en todos los sentidos.

 

 

[...]

 

 

 

Notas finales:

Saludos, siento la demora. Espero este capítulo les haya resultado interesante.

 

Acá las cosas no están tan fáciles con la cuarentena, tengo migrañas y dolor de muelas, así que me está costando mantener un ritmo, de todos modos muchas gracias por el apoyo. Cuídense mucho, tanto como puedan.

Nos leemos en el siguiente.


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