Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Intoxicación por Yae

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

-

 

 

—Ah, esta oficina es demasiado conveniente —Shisui sonrió algo irónico en tanto observaba por los enormes ventanales de aquel lugar.

La elegantísima sala permitía una vista hacia los pisos inferiores debido a su casi completa estructura de cristal. Itachi se mantuvo en silencio, sin siquiera echar un vistazo hacia abajo, donde seguramente Naruto estaría observándolos, esperando a que se cumpliera el tiempo que debía pasar con Shisui. Su primo en cambio se acercó más a los cristales, viendo hacia allí y apoyando sus manos antes de sonreír un poco más.

—¿Tu lo cortaste? —preguntó sin voltear.

—Si.

seguro de que hablaba de su cabello, Itachi prefirió dejar en claro que aquella había sido su decisión que, aunque se había sentido ligeramente culpable al ver la expresión de Naruto la noche anterior, el alivio que experimentó para con su pesada marca lo valía. Shisui también lo había observado en silencio en cuanto llegó a la reunión con Madara Uchiha, evitando que pudiera concentrarse en lo vital.

Minato al parecer tenía planes de asociarse también con la casa principal Uchiha.

—Volvieron a negarme el reincorporarme a la estación —Shisui al final se giró para verle.

—¿Por los supresores?

—No exactamente —tomó una silla para poder sentarse justo en frente— es más por los efectos secundarios, mis exámenes médicos están a nada de colocarme como un adicto.

Itachi lo entendía, era una obviedad que durante todo el secuestro ambos habían estado más que dopados la mayor parte del tiempo y ahora debían continuar de esa manera hasta que el vínculo se disolviera. Naruto en ocasiones aún se mostraba indispuesto por la exagerada cantidad de supresores que hubo consumido, no era de extrañar que su primo también estuviese mostrando malestares.

—Mi padre ya calibró mi dosis para comenzar a tomar supresores también, si todo marcha bien, podrás reducir la dosis que tomas.

Su primo negó de inmediato, sujetando su mano por un par de segundos antes de soltarlo.

—Tu no deberías ni siquiera tomar un supresor, al menos no ahora, se lo dije a Fugaku, pero no me escuchó, todos están tan empecinados en que rompamos nuestro lazo, incluso a costa de tu bienestar. Y tu estas dispuesto a hacerlo.

La ligera nota plañidera en la voz de Shisui revolvió el estómago de Itachi, se mordió el labio inferior para contrarrestar la sensación.

—Es lo mejor para ambos —casi susurró.

—¿Y luego? ¿Cuándo nuestro lazo se haya roto, iras… y le pedirás a él que te marque?

 

¿Por qué siempre sus conversaciones con Shisui debían resumirse a eso? Es por ello que Itachi prefería hablar lo menos posible.

 

—No lo sé, aun no lo he pensado.

—Estas mintiendo —curvó sus labios con amargura, Shisui volvió a ponerse de pie, cubriéndose los ojos un instante antes de masajear sus párpados—, pero está bien si no quieres decirme, solo te pido que consideres lo de los supresores, no solo estás cuidando de ti…

 

.

 

Por supuesto que era consciente de que también estaba en juego la seguridad de su bebé, sin embargo, ya había considerado todos los riesgos y tomado las precauciones necesarias, demasiado rápido para su gusto ya estaba casi sobre los seis meses de embarazo. No quería ni imaginar lo que sucedería de no romper su lazo con Shisui hasta después del parto y cuando su cuerpo volviese a atravesar por un celo.

Sería desastroso.

El sonido del aceite al contacto con la masa lo hizo sobresaltar.

Mikoto no pareció darse cuenta y continuó picando las zanahorias sobre el mesón de la cocina, la casa que de momento estaban rentando era bastante más espaciosa que la que ocupaban en Japón.

—¿Está bien que sean de avena? Voy a colocarle arándanos.

Itachi asintió sonriéndole, le alegraba que su madre pareciese algo menos estresada y molesta que cuando la volvió a ver.

—¿Naruto vendrá a recogerte? Fugaku me dijo que en la tarde iría a reunirse con Minato, podrías decirle que te lleve a la empresa.

—Aún no estoy seguro. Quedamos en que me llamaría cuando se desocupara —suspiró, aunque pensó que almorzarían juntos, Naruto le dijo que debía resolver algunos pendientes.

Mikoto colocó un plato de panqueques delante de su hijo antes de volver a concentrarse en los vegetales.

—Hn, parece que últimamente anda más ocupado —señaló.

 

—¿Quien está más ocupado?

 

La pregunta de Fugaku quien entraba en la elegante cocina hizo que ambos le prestaran atención.

 

—Hablábamos de la reunión de esta mañana. ¿Sabes que acordaron en realidad? —Itachi aprovechó para guiar la conversación y resolver algunas dudas.

—Solo lo que ya sabes. La casa Uchiha es bastante estricta con sus negocios.

—La casa Uchiha es un lugar espantoso —Mikoto farfulló antes de dejar lo que hacía para salir de la cocina, como si no desease oír aquella conversación.

 

Itachi poco o nada sabía de aquella parte de su familia, solo lo que sus padres parecían evidenciar, que tuvieron que alejarse de ellos porque su madre era una beta y todos se oponían a ese matrimonio. Sin embargo, había un detalle que llevaba tiempo incomodándolo, al que no pudo prestarle atención por todo lo que aconteció después. El instante en que Fugaku le reclamase por un embarazo del que aún no era consciente y soltase aquella oración inconclusa…

 

“Hueles tan dulce como tu…”

 

Hacia mucho que había querido aclarar ese tema, porque Mikoto era una beta. E Itachi casi podía jurar que la palabra incompleta de aquel día era “madre”.

 

—¿Entonces solo harán negocios con Minato? ¿Tú no vas a involucrarte?

—Madara ya habló conmigo, lo que él está buscando de nuestra parte es un sucesor?

—¿Qué?

 

Fugaku suspiró, yendo a servirse un vaso de agua del grifo antes de proseguir. Itachi tragó pesado, sintiendo como su escasa hambre se evaporaba. Los panqueques hechos por su madre ya no lucían tan apetitosos.

—Como oíste. Pese a que Madara es de momento el líder principal del clan y un omega, no tiene hijos —soltó otro suspiro— tuvo uno hace mucho tiempo, pero murió cuando solo tenía un par de meses de nacido. No es que sea obligatorio que un hijo suyo deba hacerse cargo cuando él decida retirarse, pero me dijo que actualmente no había nadie calificado en el clan, así que pensaba en que Sasuke era un buen candidato.

Itachi contuvo la respiración.

—¿Sasuke? —repitió con voz trémula— te habrás negado.

Su padre no dijo nada por unos segundos—, que Sasuke llegase a sucederlo no es una garantía, no obstante, pienso que sería lo mejor para todos. Las reglas del clan están complicando su expansión, Madara incluso debió notarlo, aun así es difícil cambiar la mentalidad de los más ancianos, si alguien siguiese ese ideal lo facilitaría y tu hermano es muy capaz.

Claro que era capaz, Sasuke era inteligente y hábil, no porque fuese un alfa, era por el propio esfuerzo aplicado en años. Pero considerar que debería hacerse cargo de todo un clan, parecía… peligroso.

—¿Es por eso que Madara está buscando a Minato, para hacer negocios?

—Si y no —sirviendo otro vaso de agua que esta vez ofreció a su hijo fuese a sentarse en frente—. Quizá una boda.

Itachi arrugó el entrecejo antes las esporádicas agruras.

—Espero que no pienses casar a Sasuke solo por negocios —zanjó en tono de advertencia, Itachi no permitiría que su hermano también tuviese que casarse para ayudar al “bien familiar” y más teniendo en cuenta que tenía una relación ambigua y evidentes sentimientos por Neji Hyuga.

—No necesitas enfadarte, si bien en algún punto le pedirán un matrimonio con un omega si llegase a dirigir el clan. Ese chiquillo Hyuga es buena opción, quizá Hiashi sea de cuidado, pero Hizashi está bastante apartado de sus negocios, no soy un monstruo, Itachi, solo quiero lo mejor para mi familia.

—Con mi matrimonio debería ser suficiente —mencionó, podría amar a Naruto, pero ese hecho no quitaba que su padre había acordado su compromiso por razones más allá que simplemente ayudarlo a romper un vínculo dañino.

 

—Itachi, no solo se trata de tu matrimonio —Fugaku habló algo más serio y empujó con suavidad el vaso de agua para que su hijo lo bebiera.

Itachi aceptó dando un par de sorbos la incolora bebida.

—Puede que a ojos de todos los betas, incluso de muchos omegas parezca que tenemos pensamientos arcaicos por el hecho de que las grandes familias de alfas y omegas basen su descendencia en matrimonios arreglados con otros alfas y omegas. No es solo prestigio, no es solo poder, es supervivencia, estamos en número rojos, Itachi. En algunos años vamos a terminar extinguiéndonos de seguir así.

—¿No es eso lo mejor? —cuestionó desviando la mirada, ya había tenido una conversación similar con Sasuke, para evitar la segregación era mejor que solo quedasen betas a la larga.

—¿Por qué? —Fugaku afiló la mirada— no estamos aquí porque seamos un tropezón indeseable en la cadena evolutiva, un fallo que tiene que ser corregido. No solo se trata de nuestra capacidad innata por encima de la media de todos los betas, es por nuestro sistema inmune.

Itachi esta vez lo observó fijamente, porque jamás había considerado aquello.

—Quizá podamos contraer una gripe como todos, pero lo que refiere a la interminable lista de enfermedades que matarían a un beta, nosotros no nos vemos afectados. Si llegase un punto en que algún virus mortal se extendiese, alfas y omegas somos los mejores candidatos para la supervivencia.

—Entonces…

—Siempre se ha estado buscando como aprovechar aquella superioridad, los betas lo saben y aunque haya alfas ayudándolos para conseguir una especie de “suero maravilloso”, no es una garantía —suspiró— somos una minoría, ten por seguro que a las grandes multinacionales o potencias dominadas por betas no les molestaría tener que llegar a comernos vivos si con eso consiguen nuestras ventajas. 

 

El malestar incrementándose forzó a Itachi a beber toda el agua ofrecida, el siquiera recordar a A y a todos los que trabajaban con él le revolvía hasta el alma.

—Ya los has visto en Japón, en tanto puedan tener un mejor registro de cada uno de nosotros es más fácil usarnos como conejillos de indias hasta que consigan su meta. Los Uchiha, Namikaze, Senju y cualquier gran familia es consciente de esto, por eso buscamos protegernos entre nosotros, expandir negocios entre nosotros, un alfa y omega juntos tienen casi un 100% de probabilidad de engendrar un alfa u omega. No es difícil suponer porque están tratando de mezclarnos con betas.

 

Itachi se puso de pie para servir otro vaso de agua—, hablas como si no fuéramos humanos también…

 

“Ustedes son unas lindas mascotas”

 

—Lo somos, claro que somos humanos. Es por esa ilusión de “instintos animales” que tratan de achacarnos la razón por la que estamos siendo erradicados, nuestra biología nos hace más propensos a ceder a ciertos impulsos…

Su padre resopló hondo, masajeándose las sienes.

—¿El celo?

—El celo, debe ser algo instintivo… necesitamos reproducirnos para evitar la extinción. 

 

Las ideas de su padre ya no se oían tan disparatadas si las analizaba bien. Poseyendo mejor inmunidad a enfermedades era difícil pensar que los alfas y omegas solo estuvieran de “paso”, al incluso haber omegas hombres y mujeres alfa, podría simplemente deberse a una mejora para garantizar la reproducción.

—Quizá no lo sientas del todo —interrumpió sus cavilaciones— pero un alfa tiende a pensar en el bienestar de los “suyos” en general, otros alfas y omegas, antes que en los beta. Es difícil explicar, por eso los compromisos matrimoniales entre nosotros son tan comunes, tal vez si nuestro número fuese mayor, la paranoia disminuiría-

—Tú te casaste con una beta —interrumpió volviendo a sentarse en la silla, probando al fin los panqueques hechos por Mikoto.

 

Fugaku no respondió de inmediato, como si estuviese midiendo bien que decir.

—Por mucho tiempo pensé que ella era una omega.

 

Un estridente vibrar hizo que ambos desviaran su atención. Fugaku no tardó en sacar su celular para contestar.

—En una hora más pensaba ir —inspiró cansado— dejé los documentos con tu secretaria… está bien, voy para allá.

—¿Vas a regresar a la compañía de Minato? —en cuanto su padre colgó y se puso de pie, Itachi también lo hizo.

—Si, Minato quiere discutir algunos pendientes de la última investigación y… hablar sobre Madara.

—Iré contigo.

 

Luego de la larga charla Itachi notó a su padre algo más cansado, pero más aliviado, quizá porque pudo ponerlo al tanto del trasfondo de la mayoría de sus preocupaciones. Ahora se le hizo más obvio porque los alfas se empeñaban en alcanzar cargos políticos, cosa que se dificultaba con los repetitivos incidentes con omegas, que los colocaban como abusadores sin conciencia.

 

“Si llegase un punto en que algún virus mortal se extendiese, alfas y omegas somos los mejores candidatos para la supervivencia.”

 

Podría sonar fatalista y hasta fantasiosa, pero la probabilidad de que algo así sucediera siempre estaba presente.

 

 

Naruto estuvo tentado a pararse tras la puerta y esperar a que Shisui terminase con su forzosa compañía a Itachi durante aquel día, pero su padre lo llamó para que comenzara a trabajar, así que tuvo que conformarse con observarle desde el piso de abajo, advirtiéndole sin palabras que no debía acercarse mucho a su esposo.

El bastardo pareció ignorarlo, viéndolo a través del cristal.

Mordiéndose la lengua siguió a su padre.

Memorizar contratos y cláusulas era lo más complicado, su poca atención ocasionaba que se aburriera con facilidad, pero Naruto en verdad estaba esforzándose para mejorar en aquello.

 

—A las seis tendré una reunión con algunos inversionistas, estarán Fugaku y Hashirama. Quiero que me acompañes también 

—Pero no voy a entender nada, dattebayo.

—Bueno, hay que empezar por algo —Minato no le prestó demasiada atención y continuó revisando pilas de documentos.

—¿Y qué hay con lo otro? —algo más ansioso preguntó.

 

Un pequeño carraspeo y Minato respondió—, va a tomar tiempo. Se hace lo que se puede, pero a mí solo me estaba tomando más de diez años reunir los medios suficientes para hundirlos. Ahora estamos empezando de cero, Naruto, aunque tengamos más contactos va a llevar tiempo.

Se puso de pie acercándose y posando su mano sobre el hombro de su hijo.

—Ten por seguro que obtendremos nuestra revancha, lo de tu madre y lo de Itachi no va a quedar así.

Un ligero escalofrío recorrió la espina de Naruto, por el tono bajo y la mirada afilada de Minato, valía la pena arriesgarse y confiar en él por completo. Porque el deseo de vindicación picaba con la misma intensidad en ambos.

 

—Así que, por ello voy a confiarte algo —prosiguió— voy a proponerle matrimonio a Madara.

 

Naruto abrió más los ojos al oírle, poniéndose de pie con torpeza, llevándose varias hojas de papel al piso por la sorpresa y la ligereza con la que Minato le sugería lo que planeaba hacer.

—¡¿Qué?!

—Madara vino por negocios, para establecer alianzas. Una manera para asegurarse de que sean duraderas es el matrimonio.

—Pe-pe-pero… ¿casarse? ¿No es mejor firmar un maldito contrato? —balbuceó indignado, nunca había considerado que su padre pudiese volver a casarse y menos con un Uchiha que acababa de aparecer y obviamente era mayor.

—Un contrato no es tan efectivo —Minato volvió a su lugar tomando un par de hojas en manos —cuando yo me casé con tu madre, no solo se formó una alianza con los Uzumaki, también se pudo agregar a los Senju, porque tu tía Mito está casada con Hashirama Senju. Ahora podemos incluir a los Uchiha, pero Itachi no forma parte de la casa principal Uchiha, así que pienso que esta es buena manera de concretar una alianza.

—Ugh —Naruto torció los labios con evidente malestar, detestaba pensar en su matrimonio con Itachi como simples negocios y considerar que su padre al parecer veía de esa forma su unión con Kushina, lo ponía peor.

—Tus hijos no sólo estarán respaldados por ti e Itachi, habrán cuatros clanes familiares dispuestos a protegerlos, no importa como lo veas, es una situación benéfica para todos.

Quizá, Naruto había aprendido desde muy pequeño que los lazos familiares eran muy importantes en su entorno, por eso le molestaba la repentina aparición de Madara Uchiha, ya que cuando en verdad lo necesitaron, ningún otro miembro de esa familia brindó su apoyo.

—Entonces… mamá… —musitó bajo, como temiendo oír algo desagradable.

Un ligero golpe sobre el escritorio oyó y levantó la mirada para ver a su padre, Minato lo observaba severo.

—Amaba a tu madre y siempre será uno de los recuerdos más bellos de mi vida.

Naruto tragó pesado, sintiéndose repentinamente como un niño de nuevo.

—Sin embargo, ahora debo pensar en cómo protegerlos a ti, a mis nietos y a todos los que ahora forman parte de nuestra familia. Si no logramos hundir a A y a sus socios, en cualquier momento podrían intentar algo de nuevo.

Lo entendía, entendía aquello a la perfección y la rabia insana nuevamente fue bullendo desde su interior, un ansioso deseo por poder matarlo con sus propias manos, Naruto presionó los puños.

—Entiendo. Y aunque no estoy de acuerdo, no haré nada para dificultarte ese asunto´ttebayo.

Su padre asintió—, aun no se lo he mencionado a Madara, pero casi estoy seguro de que terminará aceptando. Necesito discutirlo con Fugaku también, creo que sería bueno para él y sus hijos volver a acercarse a esa parte de su clan.

—Si se alejaron de seguro fue por algo —Naruto chasqueó la lengua.

—¿Itachi no te comentó nada?

—No… no hablamos de eso —desvió la mirada algo inquieto.

—Fugaku me dijo que fue porque él se casó con Mikoto que era beta. Que los Uchiha no permiten matrimonios de miembros principales con betas.

—Oh —fingió falsa sorpresa, no es como si Naruto no hubiese pensado en ello, solo Mikoto era beta y considerando las circunstancias era evidente que esa era la razón para el distanciamiento.

 

Minato suspiró, algo decepcionado por la poca atención de su hijo para aquel tema—, cuando me tomé la molestia de preparar tu compromiso con Itachi, se tuvo que investigar muchas cosas, como por ejemplo; que Fugaku ya había estado casado antes, con una omega con quien tuvo un hijo.

 

Esta vez Naruto tardó demasiado en reaccionar, inclinándose demasiado hacia atrás en tanto su espantada expresión trataba de recomponerse, volviendo a repetir, solo que esta vez mucho más alto:

—¡¿Qué?!

 

 

Algo inquieto Itachi observaba la pantalla de su celular una y otra vez, esperando que Naruto respondiese al fin los mensajes que hace más de veinte minutos había enviado. No es que les molestara, entendía a la perfección que debía estar ocupado, pero su esposo nunca tardaba tanto en responder.

Una vez que Fugaku lo dejó esperando en la espaciosa y cómoda recepción del lugar, se fue argumentando que Madara lo estaba esperando.

Aún estaba preocupado por cómo terminarían las cosas, no había tenido tiempo de hablar con Sasuke para preguntarle sobre lo que pensaba, si estaba de acuerdo en siquiera considerar el involucrarse del todo con el clan.

Tragó pesado levantándose del mullido sofá donde estaba, bajó la atenta mirada de las recepcionistas fue directo al elevador, nadie pensó en si quiera detenerlo, seguramente Minato ya los hubo puesto al tanto de lo que podía o no hacer. No obstante, solo llegó a dar unos cuantos pasos, antes de chocar contra alguien, el impactó no fue suficiente para hacerlo trastabillar, pero si para que retrocediera confundido.

 

—Lo lamento —se disculpó por mera cortesía.

—I… ¿Itachi?

 

La femenina voz fue reconocida de inmediato, una ligera punzada hizo a Itachi morderse el labio inferior.

—Izumi…

La mujer de cabellos castaños formó una dulce sonrisa cuando oyó su nombre—, por un instante no te reconocí, ha pasado tanto tiempo —emocionada ya ni le prestó atención al desorden de carpetas que sujetaba.

Itachi asintió, ella era una de las últimas personas que esperaba ver, pero un vistazo rápido al gafete que portaba como “invitado” hizo evidente que debió venir con Madara.

—¿No vas a decirme nada? ¿Tanto te desagrada el volver a verme?

 

.

 

Luego des desastroso incidente de su primer celo, Itachi había cortado toda comunicación con su prima, aunque no quedasen en malos términos, no podría sentirse de nuevo a gusto a su lado.

—Cuando mis padres se divorciaron, casi me abandonaron. Como no tenía a quien recurrir, tuve que buscar apoyo en el clan principal, allí son bastante especiales con los betas, pero como soy una Uchiha… solo les quedó aceptarme—. Izumi relató con calma, como si contase la historia de alguien más, sus manos sirviendo el café con cautela.

 

Ambos ahora se encontraban en una de las salas que se disponían para invitados.

 

—Debo decir que terminar como secretaria del señor Madara fue todo un logro. Bien podrían haberme pedido que me fuera una vez que terminé la universidad, solo llevo unos meses trabajando para él, pero en verdad le agradezco la oportunidad —sin dejar de sonreír le ofreció una taza de café caliente a su primo.

 

Itachi aceptó la bebida, pero no le dio ni un pequeño sorbo.

 

—¿Y cómo te ha ido a ti? Ese corte te sienta perfecto —rio algo nerviosa— aunque tú siempre te has visto bien con cualquier estilo, no importa que tuvieses un montón de hojas en el cabello —como si rememorase algo, su dulce sonrisa se amplió.

—Me va bien —respondió parco, presionando la taza que sujetaba, dudando casi por reflejo el tomar la bebida ofrecida.

—¿Trabajas aquí? —preguntó sentándose a su lado, dejando una corta brecha entre ambos.

—No.

Izumi bajó la mirada unos segundos, intentando mantener su sonrisa cordial.

—Siento lo que pasó esa vez. 

—Ya te habías disculpado, no tiene sentido recordarlo.

—Lo tiene, supuse que siempre me culparías. Porque… fue mi culpa, no quiero justificarme, fui irresponsable y tonta. Tan egoísta que solo pensé en gustarle a Shisui, aun cuando era evidente que tú le gustabas a él…

Itachi mordió sus labios, sin estar seguro de si inventar una excusa para marcharse o simplemente cortar la incómoda conversación. Dejando a su prima allí.

—Tan solo olvidémoslo. Shisui y yo… estamos mejor separados —esperaba que ella entendiera, que dejara aquel asunto por cerrado, aquel no había sido el mejor de los días y escuchar nuevamente sobre los sentimientos de Shisui, solo le provoca malestar.

—Sabes… cuando me fui estuve leyendo mucho sobre alfas y omegas. Cómo inició esto, sobre… las parejas destinadas —ella volvió a sonreír, algo más tímida esta vez, como si fuese consciente de que estaba hablando de cuentos de hadas.

Así que su primo solo pudo suspirar, dejando la bebida intacta sobre la mesa de cristal que estaba en medio.

—Son solo cuentos exagerados, son simples instintos —Itachi cerró los ojos un par de segundos, con un pequeño piquete de molestia asentándose en su espina. Siempre había reído cuando alguien comentaba sobre que hace cientos de años, era viable hallar “una pareja destinada” entre alfa y omega. Como si una fuerza mística devorase toda cordura para provocar un amor eterno por alguien que conocerías furtivamente.

Era más fácil creer que su propia biología los impulsaba a buscar al compañero más “apto”, en lugar de romantizar un absurdo más grande que el amor a primera vista.

—Supongo que lo son —Izumi jugó con sus manos antes de ponerse de pie y alisar el traje negro que vestía —pero si yo fuese un omega, si creería en ello. La idea de que exista una persona nacida solo para ti, es simplemente maravillosa.

Itachi mordió su labio inferior cuando todo lo que Izumi le ofrecía eran sonrisas, gestos demasiado artificiales comparados a los que una vez le vio.

—¿Sabes si Madara va a quedarse mucho tiempo? —prefirió entonces cambiar deliberadamente de tema.

—Oh… estaba en una reunión privada cuando lo dejé hace nada y… no vas a decirme, ¿por qué estás aquí?

También se puso de pie—, vine… a recoger a mi esposo. Él trabaja aquí.

Los ojos de Izumi de inmediato viajaron a sus manos, buscando un anillo para confirmar aquello.

 

 

 

 

Notas finales:

Siento muchísimo la demora jaja, ya hasta debieron olvidar de que va esto, a mí también se andaba olvidando. Este a sido sin duda y uno de mis años mas complicados, porque debido a los problemas he reducido mucho el tiempo que le dedicaba a escribir y dibujar. Sumado a que ando sufriendo cierto desanimo al mpreg y/o omegaverse.

Ya no me sale escribirlo como quiero. Mil disculpas por los errores que puedan hallar.

En fin, no deseo aburrirlos, muchas gracias por el apoyo, de nuevo, siento mucho la demora, espero aun puedan darle una oportunidad a este fic.

Cuídense y saludos.

Yae.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).