Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Intoxicación por Yae

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

-

 

 

 

6.- Por sentado

 

 

—No, Sasuke. Solo fue un movimiento regular en finanzas. No existieron las suficientes regalías y se canceló el contrato.

Sasuke frunció el ceño mientras le arrebataba a su hermano los papeles que Neji le hubo entregado, releyó lo que ahí venia escrito no quería creer que su trato resultase tan infructuoso.

—Tiene que haber algo mas —dijo más para sí sin dejar de leer, podía sentir la sonrisilla de Itachi sentado a su lado.

—Si me explicaras mejor que es lo que estas tratando de encontrar-

Lo interrumpió encajándole los demás papeles que quedaban sobre su cama—, allí debe haber algo, son las investigaciones de padre.

Itachi suspiró tomando los nuevos papeles para revisarlos.

—¿Y bien? Debe haber algún nombre raro, algo que no sepamos.

—No, la mayoría son pruebas fallidas o nombres que cambiaron antes de sacar el producto a la venta —suspiró devolviéndole las hojas —me gustaría conocer tu teoría conspirativa.

Ofendido Sasuke afiló la mirada quitándole de nuevo los papeles, seguro de que su hermano no había revisado las cosas como debía.

—Si tienes que irte puedes hacerlo, aniki—. Probó a decir, el poco interés de su hermano quizá era producto de una cita que estaría aguardándolo.

Itachi rodó los ojos antes de suspirar.

—No se trata de eso, simplemente me resulta bastante difícil buscar “algo” sin tener ninguna información.

—De eso se trata, no tenemos información. Si Danzo es un beta no entiendo para que podría querer que padre le vendiese sus investigaciones.

—Ambos sabemos que los supresores que el laboratorio de padre logra comercializar son mejores en comparación a los que proporciona el estado—, al fin le vio responderle con más seriedad —supongo que lo que quieres saber es porqué están intentando ahogar sus investigaciones, sin que se trate simplemente de competencia desleal.

Sasuke asintió satisfecho por haber conseguido que su hermano lo entendiese, que le diese algo de sentido a todas sus conjeturas paranoicas.

—Esta es mi teoría —suspiró de nuevo antes de continuar —el gobierno al proporcionar supresores y una mensualidad a casi todos los omegas consigue mantener cierta vigilancia sobre ellos. Pueden influir de algún modo en cuestiones vitales como el lugar donde trabajarán y que “pareja” es más acorde a ellos para evitar marcas innecesarias. Si la mayoría declinase del apoyo del estado sería más difícil controlarlos.

—Hablas como si fuésemos mascotas —mencionó casi sin pensarlo, la idea revoloteó con más fuerza en su cerebro.

—No lo somos, Sasuke. Simplemente tienes que tener en cuenta que más del 80% de la población está constituida por betas, es lógico que de algún modo quieran influir en nosotros.

O extinguirnos.

Sacudió la cabeza desechando la idea.

—¿Necesitas que te ayude con algo más?

—No, déjalo así—. Casi decepcionado dejó los papeles sobre el buró antes de dejarse caer sobre su cama viendo hacia el techo. Quizá Itachi tenía razón, quizá solo eran movimientos “habituales” en la industria… quizá.

—¿Alguna razón en particular para pensar que hay algo más en cuanto a lo de padre? —cuestionó recostándose a su lado, girándose para poder observarlo mejor.

Sasuke resopló imitando la acción de su hermano para quedar de lado también, para poder verlo a los ojos.

—No —respondió sincero, toda su pequeña empresa se debía a simple paranoia.

Fue entonces que los dedos índice y medio de Itachi chocaron contra su frente haciéndole cerrar los ojos por un par de segundos, gesto afectuoso que su hermano mayor al parecer no podía dejar de lado. Junto a su apacible sonrisa esa que podía recordar desde que tenía memoria el ligero aroma a lavanda se coló en sus fosas nasales.

—Itachi… —susurró casi con confidencia —tu…

—Iré por los supresores —aclaró incorporándose —te veré en la cena —concluyó como despedida saliendo de la habitación.

Sasuke inspiró hondo cuando la puerta se cerró.

 

“O extinguirnos”

 

 

[…]

 

 

 

Llevó su tercera taza de café a sus labios, para beberla con rapidez, Naruto sintió sus ojos arder por el poco tiempo dormido. A penas daban algo más de las tres de madrugada y no se creía capaz de dormir ni un minuto más aunque su cuerpo lo quisiese.

Cuando el café le supo demasiado amargo lo dejó de lado, cubriéndose la boca con una mano contuvo las agruras para que no se convirtiesen en arcadas. Empezaba a dolerle la cabeza y no entendía el porqué.

Creyó las pesadillas olvidadas y superadas, sin embargo su fuero interno se mostraba inquieto y agobiado.

¿Era acaso por Itachi?

Negó mordiendo la uña de su pulgar derecho, si de algo podía estar seguro era que disfrutaba su compañía, esconder su rostro en su cuello repartiendo suaves besos consiguiendo que la suave fragancia emergiera para reconfortarlo del todo.

¿Entonces?

Naruto fue de nuevo hacia su futón, apagando la tenue luz de una diminuta lámpara para dejar que la penumbra lo envolviese suspiró revisando su móvil. La pantalla no tardó en iluminarse dejándole buscar el numeró de teléfono que no dudó en marcar. El beep fue demasiado repetitivo haciéndole temer que no le iban a contestar.

—Habla Uchiha… —un bostezo contenido le sacó una sonrisa.

—¿Te desperté?

—¿Naruto? —Al fin la voz tras la línea pareció espabilar —¿sucedió algo? ¿estás bien?

Quiso reír agradecido por la preocupación­—, solo tuve insomnio y no tenía con quien hablar. No vayas a enojarte conmigo dattebayo.

Un silencio prosiguió para finalizar con un bufido.

—Me asustaste. ¿Y por qué no puedes dormir? ¿Una pesadilla?

Así fue.

—No, solo creo que ya empiezo a sentir claus-claustro… claustrofobia —tardó en pronunciar no muy seguro de como traducir la palabra—. Voy a buscar un cuarto más grande, quiero que me ayudes a escogerlo.

Naruto siguió hablando, consciente de que Itachi bostezaba bastante seguido pero sin protestar hasta al menos media hora después de que la llamada inició.

—Hablaremos mañana… —otro bostezo —ya van a dar las cuatro y-

—Sí, si —rio mucho más animado —iré temprano a trabajar para ayudarte por no dejarte dormir´ttebayo.

—Entonces… voy a colgar —un nuevo bostezo —hasta mañana.

—Te quiero —soltó rápido al momento de colgar, seguro de que no oyeron su bochornosa confesión. Naruto era consciente de que Itachi había sido el más empeñado en que su relación prosperase y no es que le faltasen ganas de imitarlo, no obstante se sentía ligeramente cohibido por el interés del otro.

Supuso entonces que tal vez sus malos sueños se debían a su molesta conciencia que le reclamaba ser más abierto con su pareja. Sonrió ante su conclusión dejando su celular de lado, cerró los ojos esperanzado en que ahora por fin podría dormir.

 

 

.

 

 

A pesar de haber dormido bastante poco aquel día se sintió renovado, comió más de la cuenta para que el cansancio no lo incomodase y pasó su mañana buscando rentar alguna habitación algo más grande que la que ocupaba, una que al menos contase con un baño privado. Halló varias ofertas pero la mayoría difíciles de pagar para alguien que tiene un empleo de medio tiempo.

No quería tomar más del dinero necesario de su cuenta bancaria.

Pero empezaba a creer que Kakashi tenía razón, no podría vivir de un empleo así y menos aspirar a algo más.

Era un alfa de todos modos y Japón era demasiado asfixiante para cualquier oportunidad con la que pudiesen contar. Naruto bufó llevando sus manos a sus rubios cabellos para revolveros con frustración.

—¡No me había dado cuenta de que soy un verdadero inútil dattebayo! —bramó logrando captar algunas miradas confundidas de las personas que caminaban por allí.

Después de la preparatoria no aspiró a estudiar ninguna carrera, en conflicto con su padre solo lo usaba como una chequera que cubría todos sus gastos y despilfarros. Fue en el momento que Minato comenzó a condicionar sus privilegios que Naruto prefirió salir huyendo, antes que contribuir de alguna manera con las ideas que su progenitor le sugirió.

Y esa corta cadena de sucesos lo llevaron a Japón.

Suspiró.

No quería regresar.

Echándole un vistazo a su móvil llegó bastante temprano a su trabajo. Así que soltando un hondo suspiró empujó la puerta de cristal.

—¡Hola a todos! —exhibiendo su mejor sonrisa saludó.

—Oh, Naruto. Hoy sí que viniste temprano, quizá Konan me deje salir antes —emocionada Fu se acercó sonriéndole dándole unas palmaditas en el hombro hasta donde su estatura le permitía alcanzar.

—Tu siempre quieres salir antes dattebayo —le siguió el juego unos instantes antes de enfocarse en su novio, que tras la barra le sonreía suave.

—En verdad llegaste temprano.

—Por supuesto, tenía que aligerarte el trabajo —en un par de zancadas llegó a su lado, sonriendo más amplio si es que era posible cuando pudo darle un pequeñísimo beso en los labios a manera de saludo.

Su gesto fue bien recibido hasta que la ricilla pícara de Fu le llegó, ella los observaba cubriéndose la boca a unos pasos.

—Últimamente esto es lo mejor de venir a trabajar —comentó llevando su manos a sus mejillas cubriéndolas emocionada.

 

—Ese entusiasmo me agrada.

Esta vez todos le prestaron atención a Konan, que salió de su pequeña oficina con expresión neutra.

—Ya que llegaste temprano puedes cubrir a Itachi unos momentos, Naruto. Tengo que hablar con él —acotó regresando en sus pasos.

—Parece que esta de mal humor´ttebayo —le murmuró a su novio en tono de confidencia.

—Quizá se deba a los ingresos de este mes, no han sido los mejores. Ya regreso —Itachi se apartó siguiendo a su jefa hasta cerrar la puerta de la oficina.

Naruto bufó estirando los brazos unos instantes antes de colocarse el delantal para comenzar a trabajar.

 

 

 

[…]

 

 

Se sentó en una de las sillas con rapidez, aunque no lo dijese se sentía bastante cansado, después de haberse acostado casi a las tres de la madrugada su celular no tardó en sonar para arrancarlo de su necesario sueño. A tientas tomó en aparato para contestar con los ojos cerrados. Sorpresa y preocupación lo asaltaron cuando oyó a Naruto.

Y aunque aliviado constató que el otro solo quería hablar, el cansancio le forzó a terminar la llamada, así que el “te quiero” que le dijesen una milésima antes de cortar la llamada debió ser un sueño. Si bien pese a ello se sintió gratificante la confesión que esperaba se hiciese realidad en algún momento.

Un ligero sopor lo obligó a carraspear.

—Quería hablar contigo sobre dos cosas —Konan se mantuvo de pie con las manos apoyadas sobre su escritorio.

—¿Dos? —enarcó una ceja ligeramente contrariado.

—Ya lo había notado y Fu no para de hablarme de eso. Itachi sé que no tengo derecho de entrometerme pero Naruto es alfa.

Así que se trataba de eso, Itachi suspiró. Konan se había tardado en hablarle sobre su relación con Naruto, conociéndola supuso que estaría en contra y al parecer no se equivocó.

—Ya lo sé. Sin embargo no es algo que me parezca tan relevante.

—¿En verdad? —Se cruzó de brazos antes de relamerse los labios rojos — Naruto es bastante temerario, basta una llamada para que al menos cinco trabajadores sociales estén sobre él.

—No veo porque, ambos estamos de acuerdo en esto.

—Lleva aquí unos meses, no sabemos nada de él.

—Aun así lo contrataste.

Y ante ese argumento Konan retrocedió soltando un bufido—, ese es un asunto diferente. Solo quiero que tengas cuidado, no querrás un vínculo con alguien con quien apenas estas saliendo.

Esta vez Itachi guardó silencio, aunque hasta el momento no había tenido ningún problema en su relación era su inminente celo el que se aproximaba y con ello la cuestión que lo rondaba la mayor parte del tiempo.

¿Debería pedirle a Naruto que lo acompañase en su celo?

Sintió ligero calor en sus pómulos al solo considerarlo, nunca había compartido un momento tan íntimo con nadie, desde el funesto incidente de su primer calor jamás sopesó buscar un compañero para esos días de total vulnerabilidad. Sus puños se contrajeron sobre sus rodillas, era una situación tan elemental para cualquier omega pero demasiado angustiante.

No llevaba saliendo con Naruto mucho tiempo, algo más de dos meses y si debía ser honesto era muy poco tiempo para considerarlo como participe de su celo. No obstante podía palpar con claridad como su cuerpo comenzaba a reaccionar a su sola cercanía, logrando con facilidad que los supresores cedieran y permitieran que sus feromonas retaran a su voluntad.

Se descubrió más de una vez sosteniendo la chaqueta de Naruto buscando perderse entre la canela y el ramen que desprendía. Fue una de las razones por las que aún no le devolvía una de las chaquetas que el alfa le prestase hace poco.

Naruto. Aclaró más para sí, no era simplemente un alfa, se trataba de Naruto. La persona a la que una parte de su interior deseaba hacer partícipe de un nido…

Contuvo la respiración.

Nunca había hecho un nido como tal.

—¿Estas escuchándome, Itachi?

Respingó cuando la dura expresión de Konan fue reemplazada por genuina preocupación.

—Si —asintió —solo estoy algo cansado. Estoy durmiendo mucho menos que antes y-

—También quería hablar de tu permiso, si necesitas adelantarlo o prolongarlo no hay problema, creo que Naruto podría cubrir tus turnos.

Medio le sonrió al oír la oferta, era irónico que mencionase a Naruto para remplazarlo siendo él el artífice de lo que comenzaba a considerar sería un celo anticipado.

—Me encuentro bien, los supresores funcionan muy bien. No te preocupes, no modificaremos la fecha de mi permiso.

Ella suspiró de nuevo asintiendo un par de veces.

—Está bien. Puedes volver a la barra.

 

 

.

 

 

Aquel día faltó a clases, se entretuvo revisando una revista donde se anunciaban la renta habitaciones de “hoteles” que mayormente omegas ocupaban para pasar su celo resguardados de cualquier percance. Los precios eran bastante accesibles y estaba permitida la compañía que casi siempre se trataba de betas.

Se mordió el labio inferior. Seguramente acosarían a Naruto con un montón de requisitos si es que llegaba a invitarlo, así que desechó la opción de inmediato cerrando la impresión de golpe. Ni siquiera podía considerar usar su propia casa…

Podría hablar con su madre, quizá ella podría ayudarlo.

Solo debería aguantarse el bochorno poniéndola al tanto de su idea y serle por completo honesto con respecto a su intención de pasar su celo con Naruto.

Volvió a contener la respiración por unos segundos.

Si ambos estaban de acuerdo no tendría por qué resultar escandaloso, le gustaba si, solo restaba proponérselo a su novio  y consensuar lo demás. Sin duda Naruto no tendría por qué tener objeciones.

O eso quiso creer.

—¿Llevas mucho esperando?

Levantó su oscura mirada cuando la voz de su pareja hizo acto de presencia, los relucientes ojos azules a juego con su sonrisa le hicieron cosquillear el corazón.

—Konan se puso algo gruñona antes de dejarme salir —comentó entusiasmado sentándose en la silla de enfrente —te compré esto´ttebayo —sin evanescer su radiante gesto colocó a su alcance un pequeño y felpudo gato negro de peluche.

Itachi lo tomó con cuidado sonriendo sin querer al suave tacto, el pequeño presente cabía perfectamente entre sus dos manos.

—Me gustó en cuanto lo vi, hubiese querido comprarte un perro pero por ahora no creo que se pueda.

A pesar de lo simple del obsequio Itachi lo sintió perfecto, como el diminuto cascabel colgado en el cuello del felpudo tintineó ante el toque de sus dedos.

—Es perfecto —musitó sin dejar de sonreír y repartir caricias a su nueva adquisición—gracias, Naruto.

—Ni lo menciones, me gusta verte sonreír —le confesó ligeramente abochornado en tanto se inclinaba lo suficiente para juntar sus labios con suavidad.

Se admitió en caída a sus pies cuando se sintió radiante de felicidad al corresponder la suave colisión entre sus labios, acomodando el brillante mosaico del genuino amor que lo embargó.

Las quedas dudas se evanescieron con rapidez, no halló razón para desconfiar de Naruto, tan solo quiso dejarse llevar por la nueva apabullante experiencia que lo recorría con cada día a su lado.

 

 

.

 

 

Sin duda pudo quedarse disfrutando de los besos y caricias que prosiguieron a su salida, dejarse llevar por la imaginaria música que llegó a sus oídos viendo a Naruto como su único horizonte pintado con predilección. Aun así no deseaba precipitarse y aunque no pudo hacerlo participe de sus próximos planes, sentía que todo fluiría con naturalidad entre ambos.

—Madre —carraspeó al ingresar a la sala donde su progenitora bordaba con delicadeza uno de los almohadones del sillón con coloridas flores.

—Llegaste temprano, que gusto —le sonrió afable invitándolo a sentarse a su lado —tu padre llamó y dijo que llegaría tarde, últimamente tienen mucho trabajo en el laboratorio. ¿Ya cenaste?

Asintió algo incómodo cuando estuvo más cerca, aunque ella fuese su madre no era un omega, habían demasiadas cosas que seguramente no podría responder de manera distinta a como los libros e internet planteaban.

—¿No quieres intentarlo? —Al verle tan silencioso le ofreció el bordado —dicen que es bueno para el estrés, Sasuke lo intentó pero se aburrió muy rápido —rio quedito señalando con la mirada el intento de su hermano menor, unas cuantas puntadas desordenadas.

Itachi tragó pesado antes de decidirse a hablar—, hay algo que necesito hablar contigo.

Su madre no dejó de sonreírle mientras retomaba su labor.

—Es evidente, no eres tan formal cuando solo quieres pasar tiempo conmigo. He revisado el calendario estos días, queda una semana al menos. ¿Se trata de eso?

Asintió tomando entre sus dedos el hilo de colores que su madre usaba tratando de entretenerse con ello.

—Esta vez me gustaría pasarlo en otro lugar.

Mikoto detuvo la aguja, dejando el bordado sobre la mesita de cristal antes de enfocarse por completo en Itachi.

—¿Un hotel de omegas? ¿Es por tu novia? —cuestionó haciendo evidente que ya hace bastante se hubo dado cuenta de que salía con alguien.

—Es… no es una mujer.

—Oh — la o formada en sus labios se mantuvo por mas segundos de los necesarios —los betas no tenemos problemas para acompañar a nuestras parejas en esos hoteles, solo procuren tomar todas las precauciones Itachi. Ya no eres un niño y confió plenamente en ti.

—Es un alfa.

El concejo y los breves halagos murieron en ese momento, las facciones de su madre se tornaron algo más serias, se llevó la mano derecha sobre sus labios cubriéndolos unos instantes antes de volver a hablar.

—Creí que los alfas en Japón ya no se relacionaban… —se aclaró la garganta —pasar tu celo con un alfa no es nada aconsejable, Itachi. Si no se toman buenas precauciones podrías terminar embarazado o con un vínculo precipitado.

Asintió dándole la razón, aunque estuviese enamorado no quería un hijo ni por asomo en ese momento de su vida, ni tampoco una mordida que definiría todo su futuro.

—Por eso necesito tu ayuda. Ya decidí que pasaré este celo acompañado y como se trata de un alfa sería casi imposible que lo dejen entrar a uno de esos hoteles.

Ella frunció el ceño y torció los labios, probablemente algo molesta porque sin importar que dijese no podría hacerlo cambiar de opinión. Hizo fricción entre sus palmas suspirando más ruidosa esta vez.

—Si crees que es un hombre honesto —señaló casi en tono en pregunta —podría buscar algún lugar… una vez me hablaron de… —un nuevo suspiro pesado como si estuviese a nada de ponerse de pie para caminar de un lado a otro — Itachi espero estes por completo seguro de esto, además… ¿Podrías confiar tanto en él para asegurar que no va a marcarte si las cosas se salen de control?

Era un buen punto, sin bien Naruto jamás había rebasado ningún límite las cosas cambiarían drásticamente cuando las feromonas de ambos se pusieran en acción y silenciaran cualquier razón dejándolos a merced de un comportamiento tan básico. Lo había meditado y buscado salidas, siendo una única la más eficiente para paliar cualquier eventualidad.

—Antes, se utilizaban collares para evitar las marcas —señaló conteniendo su ligero nerviosismo, como si hablar de situaciones de hace algunas décadas fueran un tabú escandaloso.

Su madre pareció compartir su percepción ya que no tardó en levantarse con la espalda recta, con los labios presionados con fuerza conteniendo quizá su enfado. Los collares fueron un indumento diseñado para evitar que los omegas fueran atacados y marcados por la fuerza, a pesar de ser por completo útiles, se los fue dejando cuando los supresores fueron mejorando y las leyes dejaron de abogar por los alfas. Ahora eran vistos más como un deshonroso indumentario para servir de fetiche nada más.

—¿Cómo es él? Es decir, si vas a hacer todo esto por alguien, debe ser alguien maravilloso.

 

 

[…]

 

 

 

Notas finales:

 

Saludos, siento la demora. Las cosas en mi país estaban muy delicadas y si bien han mejorado un poco, aún quedan muchas situaciones que resolver. Ya no me siento tan ansiosa así que estaré por aquí más seguido.

Gracias por las lecturas y los bellos comentarios que siempre motivan. Había estado pensado en subir otro fic para avanzarlo de manera paralela a este que viéndolo bien no será muy corto. Así que tener otra historia me parece ideal para variar, aunque a veces me tarde un poco con las actualizaciones. Tengo varios pilotos de fics en mi computador, a veces los dejo tanto tiempo que olvido de que va la cosa, había pensado en un AU o algo en el universo ninja, no tendrá mpreg.

De nuevo gracias por el apoyo, nos leemos en el siguiente.

Yae.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).