Llorar ya era una rutina, cuando te gusta alguien como Arthur.
Cindy lo agarraba del brazo y se lo llevaba consigo a todas partes, y justo al término del entrenamiento de fútbol, Cindy decidió que era hora de irse a pasear a la playa y obviamente, al ser plan de ella, Lucas no estaba incluido. Recibiendo una última mirada de parte de ella, Lucas volvió a los vestidores a bañarse y cambiarse de ropa.
En la entrada del colegio muchos se despidieron de él, hicieron bromas y Lucas reía aunque no estaba del todo feliz. Perdido en sus pensamientos, notó levemente que uno del grupo se quejaba de otra persona, miró en la dirección que los demás miraban y no veía a nadie más que Derek, el chico de hielo.
Era un estudiante de intercambio, que nunca se integró muy bien y siempre hacía lo que le daba la gana.
--¿No te acompaña la rara de tu amiga?
La expresión siempre taciturna de Derek se convirtió con el enojo.
--Controla a tu rebaño, Lazarte--gruñó con antipatía, Lucas contabilizó esa como la primera frase que le dijo
--¿Necesitas algo?
Vio como se mordía el labio inferior, que era de un tono rosa, sus dientes eran blancos y desalineados, lo que era divertido. Leyó un momento de flaqueza en su mirada, el cielo entero proyectado en sus ojos se volvió árido igual que el ártico.
--Nada, no me gusta que hablen mal de mis amigos.
Uno del grupo intentó adelantarse, para iniciar una pelea. Lucas se interpuso y se disculpó con Derek por el comportamiento del chico que se alejó con cara de pocos amigos.
--Lo lamento--murmuró, lo notó sorprendido--No es el mejor momento para iniciar una amistad.
Derek le hizo un estudio descarado con la mirada.
--Dime cuando y donde es el mejor momento.
Las risas llovieron, se hicieron insoportables.
--Me interesa otra persona--que el chico popular dijera eso era para que te dieras por vencido de una vez por todas.
Derek cruzó los brazos encima del pecho y Lucas no pudo evitar darse cuenta de ese movimiento.
--El chico numero uno, todos lo saben. Cuando y donde.
Lucas lo agarró del brazo, aunque no causó ningún efecto deseado. Era más alto y más fuerte, no le tenía el respeto por ser parte de del grupo de los populares y tampoco debía sentirse tan atraído por la colonia que Derek usaba. Parpadeó contrariado consigo mismo y sonrió con amabilidad.
--Demonios, puedes irte de una vez.
--¿Te has puesto nervioso, por mi?--preguntó
--Debe pasar más que una conversación simple entre tu y yo para que me pongas nervioso.
--Mientes, me sigues mirando de una manera muy obvia.
--Estás enfrente mio, a quien más debería mirar.
--Pones tus defensas abajo muy a menudo--comentó con una sonrisa infantil.--Me gustaría verlo más seguido.
--Tendrás que esperarlo sentado.
--Por ti, esperaría hasta el fin de los tiempos.
Todo eso se lo dijeron en susurros, Derek muy divertido con las reacciones de Lucas y este, bastante hostigado del juego del chico hielo.