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El Joven y el Fénix por TidsoptimistMF

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Notas del capitulo:

Hola!

Aqui con un nuevo capitulo!!

Disfrutenlo!!

 

Algunos días habían pasado desde que Baekhyun comenzó a frecuentar el templo. Siempre que terminaba su oración, se quedaba unos minutos más, atento a cualquier ruido por si el enigmático oficial aparecía de improviso, pero nunca lo escuchó.

Después de ese día no había vuelto a hablar con él, aunque siempre tenía la impresión de que alguien lo vigilaba desde las sombras.

Se sentía observado.

Ese día, como cualquier otro, terminó sus oraciones y se levantó, pero en vez de caminar de regreso a su casa, se dirigió hacia el bosque. Todos los días, después de pasar al templo, se encaminaba entre medio de los árboles buscando la manta que había perdido.

Cualquier otra persona ya la habría dado por perdida, pero no Baekhyun.

Quería persistir hasta encontrarla.

Aunque ahora el frío no era tan duro, seguía siendo invierno y una manta más era una bendición para poder abrigar y arropar a su pequeño sobrino. Cada vez más temía por su salud y sobre todo, su vida. Cada día que pasaba lo sentía más triste y apagado, y cuando Baekhyun despertaba por la mañana siempre estaba con el terror de descubrir que su sobrino ya no respiraba.

Acomodándose el hanbok y la leña que siempre recolectaba bajo el brazo, se encaminó por el bosque.

A veces chocaba con los árboles, otras tropezaba y caía, pero nada de eso lo detenía.

Siempre volvía a pararse, a continuar su camino.

Una vez más su pie tropezó con una raíz, esta vez unas ramas cayeron a la nieve mientras que Baekhyun trataba de caer lo mejor posible y no con la cara de lleno en la nieve. Su mano izquierda soportó la caída, su boca soltó una maldición.

Hoy estaba más torpe que nunca.

Buscando las ramitas que había perdido, sintió algo moverse a su lado, un halo rojo fue lo único que pudo percibir.

- Veo que nos volvemos a encontrar…

Chanyeol.

Baekhyun alzó la cabeza ante su voz, su pecho agitándose con una mezcla de nervios y expectación.

- Mi señor, no creí que volvería a verlo…si usted entiende lo que quiero decir.

Chanyeol torció el gesto ante lo obvio. Un ciego no podía verlo, sólo estaba siendo formal.

- Lo entiendo- expresó al pasar a su lado- Veo que todavía es hábil en dejar caer su cargamento

- Bueno, es un poco difícil no hacerlo cuando no puedes ver. Tropezar y chocar con cosas se ha vuelto mi especialidad

- ¿Y no ha pensado en hacerse un bastón?

Chanyeol estuvo seguro que si Baekhyun lo pudiera, lo habría visto con los ojos abiertos como platos, en vez de eso sólo vio las vendas que le cubrían los ojos, su boca abriéndose ligeramente.

- No lo había pensado. Tendría que buscar alguna vara larga…

- O cortar la rama de algún árbol

Baekhyun sonrió con tristeza.

- No tengo hacha mi señor, y aunque la tuviera, no me creo tan hábil para usarla. Podría ser peligroso

Chanyeol frunció ligeramente el ceño al darse cuenta que el joven tenía razón. Si lo veía bien, esos bracitos delgados que sobresalían del hanbok no llegarían muy lejos y por lo que había visto, su coordinación no era la mejor.

Carraspeando al ver que no podía rebatir eso, decidió cambiar de tema.

- ¿Qué haces por aquí, tan lejos de la aldea?¿Es por leña acaso?

- No, mi señor. Estoy buscando algo, mi manta

- ¿Aquella que perdiste hace días?¿Que te hace pensar que la encontrarás ahora?

- Sólo la esperanza. La necesito y no me detendré hasta encontrarla. Si no la encuentro hoy, mañana será otro día para buscarla

- Eres perseverante- observó Chanyeol, y no lo decía sólo por las palabras de Baekhyun.

Lo había visto.

Esos últimos días lo había visto rondar por el bosque, caerse igual que ahora, llenarse la ropa de nieve y volver a levantarse con la frente en alto. Debía reconocer que hace siglos no había visto alguien tan persistente. O testarudo. Según como se viera.

Su hanbok era para el invierno, pero ya se encontraba humedecido, estaba seguro que el hombrecito debía estar congelado y aun así seguía con su objetivo. Cuando lo había visto no lo había entendido, ahora que sabía que era lo que buscaba, aún se sentía confundido.

- Puedo preguntar, ¿Por qué te esfuerzas tanto por una manta?

- Mi sobrino lo necesita

Extraño. Tanto esfuerzo y él no ganaría nada por ello.

Normalmente no se inmiscuía en asunto humanos, es más, aborrecía a esa especie. Ante sus ojos eran egoístas y avaros, no pensaban en nadie más que en ellos y no les importaba a quien destruir para cumplir sus objetivos, pero Baekhyun…no era así.

O no lo había demostrado. Ni con sus acciones ni con sus palabras había mostrado querer hacer mal a alguien, aceptaba la responsabilidad de sus actos y hasta ahora su única petición había sido rezar en el santuario.

Por su voz y sus acciones podía ver que él era honesto. Nadie con dobles intenciones soportaría tanto frío y tanto dolor. Su espalda, prueba de lo último.

- Si me disculpa, y si no tiene más preguntas, seguiré con mi búsqueda.

- Te ayudaré

Baekhyun se detuvo y volteó a mirar en dirección al oficial.

- No es necesario, yo…

- No tienes vista, yo seré tus ojos. Así será más rápido y no seguirás dando vueltas por mi territorio- Chanyeol cruzó los brazos sobre su pecho y al ver que Baekhyun abría la boca, agregó- ¿Piensas negarte?

- No, señor

- Eso pensé. Vamos antes que sea demasiado tarde y ya no haya luz

- Si, muchas gracias por su ayuda

Asintiendo por reflejo, Chanyeol comenzó a caminar al lado de Baekhyun en completo silencio. De vez en cuando lo tomaba del codo cuando veía que iba a chocar con un árbol o lo sujetaba al tropezar. Baekhyun era delgado, lo había notado cuando se había sacado la parte superior de su hanbok, el jeogori,y había visto sus costillas junto con las cicatrices en su espalda. Realmente cuando le había dicho que el pan añejo era lo único que tenía no le había mentido.

Había visto la aldea, era pobre, pero sentía que Baekhyun estaba aún más abajo que eso.

El bichito de la curiosidad lo picó.

- Tu sobrino- comenzó, recordando lo último que el joven le había hablado- ¿Cuántos años tiene?

Baekhyun alzó la cabeza sorprendido y casi pierde el equilibrio de no ser porque Chanyeol lo afirmó.

- Aún no cumple años, mi señor. Es un recién nacido, hace poco cumplió un mes

- Debe ser difícil cuidarlo, necesitan mucha atención

- Si, por eso nos turnamos para cuidarlo. Yo me encargo durante la noche de mantenerlo abrigado y darle de comer cuando tiene hambre…- Bakhyun sonrió ante el recuerdo de su sobrino- ¿Tiene usted sobrinos?

- No, no tengo familiares, o si los tengo no los conozco- respondió y previendo que el ambiente se podía tornar incomodo, agregó- Pero no es algo que me afecte, ha sido así desde que tengo memoria

- Debes sentirse muy solo…

- Solo a veces- admitió, sin querer, sorprendiéndose por sus propias palabras.

Si lo pensaba, había pasado tanto tiempo vagando de un lado a otro que no se había dado cuenta de su soledad hasta ahora, de lo agradable que era conversar con alguien además de árboles y animales.

Cuando era pequeño se había aislado totalmente de la civilización. Lo había decidido después de escapar de los humanos. Ellos lo habían raptado, encerrado y atormentado con golpes y azotes cuando no había cumplido sus órdenes, sus deseos. Había visto la avaricia de primera mano, la codicia surgir desde las sombras como garras letales que capturaban a sus víctimas y los transformaban en monstruos sin almas, pozos sin fondo, insatisfechos y deseosos de más.

Habían roto a Chanyeol, quebrado su infancia y su inocencia, lo suficiente para no querer volver a cruzarse con ninguna persona. Cuando tuvo la oportunidad, escapó y juró que nunca volvería ayudar a nadie sin excepción. Fuera hombre, mujer o niño, no importa cuánto se lo rogaran, él no movería ni un dedo.

Sin embargo ahí estaba.

Caminando al lado de Baekhyun, de un humano.

Conversando. Compartiendo. Pero sobre todo, ayudándolo por su propia voluntad…

El sonido de un ave alzando el vuelo lo trajo de nuevo a la realidad.

A lo lejos, batiendo entre medio de unas ramas en los alto de un árbol, se encontraba una manta raída de color marrón. No había duda, debía ser esa.

- La encontré

- ¿Dónde?

- Arriba de un árbol

Al ver que Baekhyun movía la cabeza en un intento de captar el sonido de la tela al moverse, Chanyeol optó por tomarlo de la mano y guiarlo hasta el árbol.

- Es este

-¿Cuan arriba esta la tela?-consultó Baekhyun alzando la cabeza.

- Está a mitad de camino, unos cuantos metros hacia arriba

Baekhyun dudó. Si tuviera sus ojos, podría ver el árbol y subirlo sin problemas, pero ahora se encontraba limitado. Palmeó las ramas que tenía en los brazos, demasiado cortas para alcanzar su manta.

Separándose del árbol y dejando el montón de ramitas a un lado, se dispuso a buscar, bajo la curiosa mirada de Chanyeol.

- ¿Qué haces?

- Busco una rama, ojalá la más larga posible para alcanzar la tela…

- No creo que lo alcances con una rama-  comentó Chanyeol, ceñudo, su largo cabello moviéndose con la brisa.

Baekhyun detuvo su búsqueda y volteó en dirección al árbol. Regresando sus pasos fue y apoyó  sus manos en el árbol, comenzando a rodearlo, a captar con las palmas su rugosidad.

- En ese caso veré de subir el árbol- pronunció, poniéndose de puntillas para ver hasta donde sus manos llegaban y si lograba tocar alguna rama. - ¿Mi señor, cuán lejos estoy de alcanzar alguna rama?

Chanyeol ladeó la cabeza. Si saltaba, seguro que alcanzaría la más próxima, pero de ahí en adelante, sería una locura para un no vidente. Las posibilidades de que Baekhyun terminara cayendo al piso antes de agarrar la manta eran altísimas.

Era peligroso.

En vez de contestar su pregunta, Chanyeol le hizo otra.

- ¿Estás seguro de subir a ese árbol? ¿Qué sucede si te caes?

- Crecí subiendo árboles, este no será un problema

Chanyeol se cruzó de brazos, sin estar convencido. Y aunque Baekhyun intentaba expresar confianza en sus palabras, se notaba que tampoco estaba del todo seguro de su idea. Estaba desesperado.

Lo curioso, es que no le pidiera ayuda.

¿Orgullo? ¿ Tal vez le tenía miedo? ¿O ambas?

Chanyeol decidió que era una mezcla de los dos. Bien, si quería hacer las cosas a su modo él observaría. Quería ponerlo a prueba. Ver hasta donde su tesón podía llegar.

Quería saber cuánto resistiría antes de pedirle ayuda…

- Muy bien, si tú lo dices…- pronunció sentándose en el suelo- Quiero ver como lo logras

Baekhyun tragó con fuerza y asintió de igual manera. Se mentalizó en su sobrino y que esa manta podía ser la diferencia para que este viviera. No se iba dejar derrotar. Tomando impulso, y dejando la vergüenza de lado, dio un pequeño brinco lo suficiente para que sus dedos rozaran la dureza de una rama. Eso le dio esperanza.

Después de algunos intentos fallidos, logró finalmente agarrarse de la rama con ambas manos, sus pies quedando separados del piso. Un pequeño avance. Balanceándose buscó el impulso suficiente para poder elevarse y subir finalmente a la rama, apoyando su rodilla.

Por su parte Chanyeol lo observó con una mezcla de curiosidad y asombro, el joven había llegado bastante lejos, hasta que lo vio perder el equilibrio, su mano perdiendo sustento al no sujetar correctamente la siguiente rama, Baekhyun cayendo de lleno en la blanda nieve.

El golpe fue seco, Baekhyun se quejó por el dolor explotando en su espalda, nada serio, pero el golpe en sus viejas heridas fue como si las abriera de nuevo.

Con suma tranquilidad Chanyeol se levantó de su puesto y se encaminó hasta donde estaba el cuerpo tirado de Baekhyun. Agachándose a su lado, vio con claridad su expresión de dolor, su hanbok totalmente desarreglado producto de la caída mostrando parte de su piel.

- Te has caído- pronunció ante lo obvio- ¿Por qué no me pides ayuda?

Baekhyun negó enérgicamente con la cabeza.

- Ya me ha ayudado a encontrar la manta, no le puedo pedir que además vaya por ella

- ¿Es acaso por las palabras que te dije en el santuario?

- No, realmente pienso que es mi responsabilidad ir por esa manta. Yo la perdí, yo la recupero

- ¿Y si te vuelves a caer?

- Caeré las veces que sean necesarias

Chanyeol sonrió.

Aguerrido, fuerte, testarudo. Baekhyun tenía espíritu, tenía fuego y eso le agradó. Eso y su honestidad. Lo suficiente para romper sus prejuicios hacia los humanos, al menos hacia Baekhyun. Él era un excepción a todo lo que había conocido hasta ahora.

- Eres testarudo Byun Baekhyun- pronunció, sus largos dedos moviendo el flequillo del joven en una suave caricia- Te ayudaré de todas formas

- Pero…

- Tómalo como un premio a tu perseverancia, una recompensa a tus oraciones

Baekhyun quiso replicar, pero las palabras quedaron atascadas en su boca cuando lo sintió. Un calor, igual que una bola de fuego lo rodeó mientras percibía rojos y anaranjados. Instintivamente  se protegió con los brazos, asustado, pero pronto la sensación de calor se alejó de él, desconcertándolo, el sonido de un ave alzándose con un canto que jamás había oído.

En ese momento quiso quitarse las vendas, quiso poder ver.

Con sus ojos vendados miró hacía todos lados tratando de percibir, de ver algún cambio de luminosidad, algún anaranjado. Usando el árbol como guía se puso nuevamente de pie y caminó un poco alrededor, hasta que lo vio, el brillo igual al sol del verano.
Al principio la luz se veía deslavada, demasiado clara, pero poco a poco esta comenzó a acercarse, los colores anaranjados y rojizos haciéndose presentes al igual que su calor.

Sintió que algo le rodeaba los hombros, y con solo tocarlo se pudo dar cuenta que era la manta que tanto había deseado.

- Muchas gracias- agradeció, volviendo su vista al frente donde percibía el calor y la luz era más fuerte.

Curioso, y con un poco de temor, extendió los brazos en busca de entender que era esa luz que sus ojos percibían, del calor que sus sentidos captaban, del fuerte batir de las alas que sus oídos escuchaban. Al principio creyó que sus manos iban a la nada, cuando en eso las sintió, unas fuertes y poderosas garras posándose sobre una de sus manos, pero sin llegar a lastimarlo, sólo lo prensaron lo suficiente para poder afirmarse.
Tragando con fuerza, Baekhyun pasó con su mano libre a tocar, a explorar aquél ser frente suyo. Con cuidado, sus dedos rozaron primero sus patas, sus garras iguales a las de un águila, hasta luego subir y tocar su suave plumaje.

Baekhyun estaba seguro que ni la misma seda podía ser igual de suave que esas plumas.

Era una sensación exquisita, fino, algo que nunca sus pobres y callosas manos habían tocado.

Recorrió las alas hasta la cabeza del ave que tenía frente suyo, sintiendo en todo momento como sus manos eran entibiadas, el frío del invierno quedando sólo como un recuerdo.

Finalmente Baekhyun decidió hablar.

- ¿Mi señor eres tú, no es así?- preguntó con cierta duda.

- Si, lo soy

Su voz profunda era inconfundible y lo rodeó de una sensación que antes no había experimentado. Se sentía seguro.

- ¿Puedo preguntar, qué eres?

- ¿Qué crees que soy?

Tal vez en otra situación Baekhyun habría dudado de hablar. Habría evaluado la situación y seguramente por miedo a represalias o de ofender a la persona frente suyo, se habría mantenido callado. Sin embargo, en ese momento sentía que nada podía pasarle.

- La primera vez que nos encontramos pensé que era un oficial del gobierno, un guardia vigilando nuestras tierras, pero ahora…pienso que es un ser alado, un fénix.

- Debes estar contento, tus oraciones fueron escuchadas…

Baekhyun negó con la cabeza.

- No creo que mis oraciones hayan sido la causa de su regreso, sin embargo, pienso que si me ayudaron al guiarme a ti y por eso estoy agradecido

- ¿Por qué? ¿Piensas pedirme ahora que ayude a tu aldea?

- No, ya me di cuenta que pedir algo así es egoísta. En realidad estoy agradecido de haberte conocido

- ¿No me tienes miedo?

- Tuve miedo cuando te conocí, pero ahora me siento seguro

Chanyeol lo observó con detenimiento, las palabras sinceras saliendo de la boca de Baekhyun, moviendo algo en su interior, terminando de quebrar sus prejuicios, sus temores, un impulso naciendo desde su pecho.

- En ese caso, sé mi amigo Baekhyun

El nombrado dudó por un segundo.

-¿Está seguro? No soy un noble y estoy lejos de ser digno para ser el amigo de una deidad

- La nobleza no es algo que los títulos den, Baekhyun, sino se gana por quien eres. Ante mis ojos eres más digno que cualquiera de ser mi amigo. ¿Entonces, lo serás?

Chanyeol hablaba en serio. Baekhyun lo notó, sus dudas disipándose igual que la neblina a mediodía.

- Sí, lo seré 

 

 

 

Notas finales:

Me gusta como se va desarrollando esta historia. Es tranquila, tal vez un poco formal, pero no me lo imagino de otra forma. La relacion entre un aldeano y un dios en la época antigua me entrega ese aire de jerarquía, que por supuesto, a medida que se desarrolle la historia ira desapareciendo~

En fin, muchas gracias por leer!

Nos vemos <3


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