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Al día siguiente Harry tocó temprano a la puerta de Koby quien no abrió, por lo que sin importarle nada entró.
-Koby ¿estás en el baño? –pregunto al no ver a nadie.
-¿Y donde más? –respondio saliendo de la ducha vestido con una bata de baño- por cierto ¿Quién te dejó entrar?
-Estaba preocupado.
-¿Por qué?
-¿Cómo porqué?... Koby fuiste atacado.
-No es la primera vez, así que sal de aquí.
-Le pregunte a Bambi que hacen en situaciones así y me dijo que van a una clínica gratuita que está cerca de aquí en donde se hacen sus chequeos mensuales.
-¿Y?
-¿Cómo que “Y”?... ya está un taxi esperándonos afuera.
Draco se le quedó mirando como si estuviera viendo a un extraterrestre.
-¿Y para qué?
-Para ir a la clínica por supuesto.
Draco exhalo un suspiro y luego lo miró queriéndolo fulminar.
-Este es asunto mío, no te metas donde no te llaman.
-Di lo que quieras, no te dejaré solo en este asunto, así que te espero abajo.
Draco lo vio salir de la habitación sin darle tiempo a decir nada; era verdad que iba a ir a la clínica, pero iba solo, siempre iba solo a excepción de cuando iban a su chequeo pues él y Bambi solían ir juntos a eso, pero ahora era distinto, acudir a la clínica por otro motivo que no fuera ese era malo y por eso iba solo, porque nadie tenia que meter la nariz en sus asuntos, ni siquiera aceptaba la compañía de amiga.
El ataque sexual era muy preocupante pues a saber que enfermedades podría tener el tipo pero lo que le estaba dando problemas era la pierna, estaba muy dolorida y caminar se le hacía difícil, pero no había más remedio así que comenzó a vestirse.
Cuando bajó Harry le abrió la portezuela del auto y se sentó junto a él.
-No tienes que ir conmigo, con el taxi es suficiente.
-Te acompañaré, esto no es cualquier cosa.
-Ya he ido antes por esta situación, puedo ir solo –replicó molesto.
-No tienes que ir solo, somos amigos, puedes contar conmigo.
-Ok gracias, te llamaré cuando te necesite.
-Dirección –dijo el conductor.
Draco le dio la dirección de la clínica y comenzó la marcha.
-Un momento ¿no te vas a bajar?
-Ya te dijo que no.
Draco rodó los ojos y soltó un bufido en tanto Harry permaneció en silencio y así estuvieron hasta que llegaron a la clínica.
-¿Qué se hace en estos casos? –pregunto Harry caminando junto a él.
-Deben darme un PPE.
-¿PPE?
-Profilaxis Post exposición.
-Ah.
Draco fue a una ventanilla y recogió una ficha, luego fue a sentarse junto a un asiento que Harry le había reservado.
-¿Qué es eso?
-Una ficha, me llamarán para tomar mis datos, generarán unas etiquetas que pegan en las muestras de sangre.
Al cabo de media hora en donde ninguno dijo nada, llamaron a Draco para tomarle los datos y luego a esperar nuevamente para tomarle muestras de sangre; cuando lo llamaron a un cuarto para sacar las muestras Harry de nuevo se quedó esperando hasta que diez minutos después lo vio salir.
-¿Y ahora?
-Debemos esperar para los resultados, en una hora aproximadamente.
-Ya veo, bueno mientras vayamos a desayunar.
-No tengo hambre.
-Lo imagino Koby, pero no has desayunado, te sacaron un poco de sangre, puedes marearte.
-Me sacaron dos tubitos, no un litro.
-Aun así, además será mejor esperar en otro lado, aquí se nos hará eterno.
Sin más remedio aceptó de nuevo ir con Harry, quien camino a una cafetería dijo:
-Después podemos ir a la policía.
-¿De qué hablas?
-A denunciar Koby, eso que hizo el tipo es un delito y debe ser castigado.
A pesar del tremendo dolor de pierna no pudo evitar soltar una carcajada que desconcertó a Harry.
-¿Hablas en serio?
-Sí.
-No seas estúpido, no iré.
-¿Por qué no? –Preguntó indignado- fuiste víctima de un delito.
-¿De dónde vienes Archie? No voy a ir a perder mi tiempo haciendo una denuncia, la policía es una mierda, prácticamente nos dicen que nosotros nos lo buscamos, que son gajes del oficio etc.
-¡Pero eso no está bien!
-¿Y quien dijo que lo estaba?... como sea, me pasarán con un médico legista y no voy a darles el gusto de humillarme por mi oficio, así que si no quieres acabar de fastidiar el día, no insistas, que demasiado tengo contigo haciéndome compañía.
Harry comprendió que Draco tenía razón, tanto como los y las prostitutas sufrían de discriminación.
-¿Y que procede después de los análisis? –pregunto ya sentados a la mesa comiendo un sándwich y un café cada uno.
-Me darán medicamento, luego debo ir a hacerme análisis de nuevo.
-Maldito bastardo… -mascullo mientras endulzaba su café- si hubiera pasado un poco antes hubiera podido hacer algo.
Draco miró su propio café, Archie en verdad parecía enojado consigo mismo por no haber podido hacer algo más.
-¿Por qué te culpas? Detuviste al tipo.
-Pero no a tiempo Koby, él logró… lo siento –exclamó verdaderamente compungido.
Koby lo observó de nuevo, era tan raro ver a alguien preocupado por él, ciertamente Bambi era su amiga y también se preocupaba por su bienestar pero fuera de ella y Robbie, nadie más daba un quinto por él.
-Estaré bien –dijo dándole un sorbo a su café, aunque esas palabras no se las creía al cien por ciento.
Pasada la hora regresaron a la clínica en donde al cabo de media hora más dijeron su nombre, le entregaron sus análisis y hubo que esperar de nuevo su turno para pasar al consultorio de un especialista; media hora después fue llamado.
-Koby ¿Cómo estás? –pregunto la doctora que le tocó y quien le había atendido muchas veces en sus chequeos médicos.
-No tan bien doctora Sanders.
-Me doy cuenta –dijo viendo su ojo morado- que tonta soy, es evidente lo que pasó.
Draco le explicó el motivo de su visita y le entregó los análisis.
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Harry lo vio salir del consultorio media hora después y así salieron de nuevo a la calle en donde Harry detuvo a otro taxi.
-¿Y bien, que pasó?
-Nada.
-¿Cómo nada?
-Me dieron medicamento Archie, mañana debo regresar a otra valoración –respondió con un dejo de exasperación en la voz.
-Ah ya… ¿y hoy vas a trabajar?
Deseaba decir que sí, pero la pierna le estaba matando y no se sentía con las energías suficientes de hacer ningún servicio.
-No.
-Qué bueno, podemos ver una película ¿te parece?
-No, no me parece ¿Qué no tienes nada que hacer?
-¿Por qué te portas así conmigo? Creí que ya éramos amigos.
Draco exhalo un suspiro de exasperación, era cierto lo que Archie decía pero no estaba acostumbrado a tener a alguien tan cerca, así que la culpa se hizo presente.
-Lo siento Archie, pero de verdad me gustaría estar solo.
-Y yo lo entiendo, no soy tan cabeza hueca, pero también sé que si estas solo miles de pensamientos invadirán esa cabeza loca tuya que tienes, así que es mejor llenarla de otras cosas.
Viendo que era inútil discutir con él, mejor ya no dijo nada.
-¿Cómo estas cariño? –pregunto Bambi al verlo entrar al edificio mientras ella salía a la lavandería.
-Estoy bien, ya sabes cómo es esto.
-No saldrás hoy ¿verdad?
-No.
-Descansa.
-Gracias.
Cuando entraron a su habitación, Harry le ayudó a recostarse en la cama mientras decía:
-Recogeré los vidrios rotos y luego preparo algo de comer ¿vale?
-Bien.
Harry le encendió la televisión mientras él recogía la luna rota y luego salía a comprar lo necesario, después preparó la comida y ambos comieron en un agradable silencio.
-Bueno, me voy a trabajar, Hanna la del 208 tapó el excusado, creo que caga troncos, es la segunda vez en esta semana, si necesitas algo solo échame un grito.
-De acuerdo.
A las ocho de la noche Harry regreso con una película que vieron hasta que Draco sacó los medicamentos y se los tomó, luego siguió viendo la televisión hasta que Harry volteo a verlo y vio que ya dormía, así que apagó todo, le puso una manta encima y salió de ahí.
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Al día siguiente no se sorprendió de ver a Harry tocando a su puerta para ir a su cita en la clínica, así que sin discutir salieron juntos y regresaron dos horas después.
-¿Te dieron medicamento?
-Sí, para un mes.
-¿Y luego?
-Más análisis.
-¿Vas a trabajar hoy?
-Sí.
-¿No sería mejor descansar?
-Debo trabajar, el dinero no llega solo.
Sabiendo que no lo disuadiría de lo contrario, ya no insistió.
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Cuando regresaron se encontraron con Bambi en el pasillo.
-Cariño ven para que me cuentes.
-Bien.
-¿Qué te parece que en lo que estas con Bambi yo arreglo la luna?
-De acuerdo.
Ya en la habitación Harry sacó los restos de la luna rota y la reparó y colocó con magia y veinte minutos después llegó Draco.
-¿Tan pronto? –pregunto sorprendido al ver su tocador como si nada hubiese pasado.
-Sí, solo era colocarla.
-Ya imagino lo que Birdie me cobrará por ella –dijo sentándose en su cama.
-No te cobrará nada.
-¿Por qué?
-Porque la compré yo, tengo un amigo en una vidriería que me debía un favor, me la dejo solo en un par de libras.
-¿Un par de libras?
-Aja… oye, no me mires así ¿Por qué habría de mentir?
-¿Y por qué no? estas muy amable ¿no te parece?
-No te estoy diciendo que yo te la voy a regalar, luego me pagas, pero te dejo porque hoy vas a trabajar ¿no?
-Sí.
-Nos vemos al rato.
Cuando Harry salió, miró la luna ya reparada y sonrió recordando lo que se había ahorrado gracias al chico que acababa de salir, luego se recostó y se durmió.
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Horas después se levantó para prepararse para la jornada de aquella noche pero siendo apenas las 4:30 am decidió entrar.
-¿Ya te vas? –preguntó Bambi.
-Sí, ya cubrí la cuota de Birdie, me siento cansado, ya ves como es esta medicina.
-Oh si, detesto los efectos secundarios, bueno cariño descansa.
-Gracias, cuídate.
Y era cierto que los medicamentos tenían efectos secundarios, pero no era eso lo que le hacía entrar temprano, era la pierna que ya le dolía mas ¿Qué pasaría en el próximo destello de magia?... no quería ni pensarlo, su pierna sería un lastre que probablemente le impediría trabajar.
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Cuando llegó el lunes se sentía tan cansado que a pesar de disfrutar el ir a “Inmortal Tattoo Studio” prefirió quedarse en casa todo el día, sin embargo al llegar la tarde comenzó a prepararse para trabajar; estaba a punto de bañarse cuando tocaron a la puerta.
-Hola Koby –saludó Birdie
-Qué hay Birdie.
-Oye, toda la semana pasada estuviste entrando temprano.
-¿Toda la semana?
-Bueno, no toda.
-¿Y?
-¿Estos días entrarás temprano también?
-¿Cuál es el problema? –Exclamó molesto sabiendo exactamente cuál era el problema- cubro la cuota y pagaré el alquiler a tiempo, si entro temprano o no, es asunto mío.
-¿Cuál es el problema, los medicamentos? Porque el tipo solo te cogió, no te rompió un brazo.
-La pierna Birdie, la pierna, tu puto es un lisiado ¿lo olvidas?
-No, no lo olvido, solo me pregunto qué harás ahora que suba la cuota.
-¿Qué?
-La cuota, la subiré un 30%
-¿¡Qué?!
-Y no solo a ti, es para todos y para que veas que no soy una mierda, esperaré que termines tu PPE –y sin decir más se dio la vuelta dejándolo boquiabierto.
-¡Maldito hijo de puta! –Exclamó cerrando de un portazo- imbécil… -masculló aventando la toalla y sentándose en la cama.
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-No me sorprende –dijo Bambi fumando un cigarrillo bajo la farola- viene diciendo eso hace meses.
-¿En serio?
-Sí Koby, me sorprende que no lo hayas escuchado antes.
Los y las prostitutas de Birdie entregaban determinada cuota según la zona en la que trabajaban, al cubrir esa cantidad el porcentaje a entregar en los siguientes servicios realizados era menor, por lo que esos trabajos eran los que más dinero les dejaba; al subir la cuota, esos servicios también serían para Birdie.
-Bueno, él ya se encargó de informarme.
-¿Completarás la cuota del día, Koby? Puedo prestarte cariño, ya lo sabes.
-Lo haré, no te preocupes –comenzó a sobarse la pierna mascullando: -No puede irme peor.
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-Ministro Hughes buenos días.
-Jefe Walsh, un gusto verlo, pensé que me evitaba –saludó el ministro riendo mientras se daban la mano.
-No es eso –respondio riendo también mientras se sentaba frente al escritorio- Recibí todos los pergaminos de su asistente solicitando los informes del caso Malfoy.
-¿Y cómo vamos?
-Por buen camino señor Ministro.
-¿A qué se refiere?
-Lo encontramos.
-¿Lo encontraron? ¡Magnifico! –exclamó mostrando admiración- No podía esperar menos de un equipo tan competente ¿Cuándo fue eso?
-De hecho fue hace semanas, no le había informado hasta tener un plan en funcionamiento.
-Esas son muy buenas noticias jefe Walsh –dijo recibiendo los informes en una carpeta- le he comentado a mi asistente lo importante que es la confidencialidad, este asunto es muy crítico.
-Y yo lo comenté en mi equipo señor, no podemos ni debemos confiar en nadie, imagine si esta información llega a los mortífagos.
-Ya lo estoy imaginando señor Walsh.