Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El regalo perfecto. por 1827kratSN

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Era un niño, cierto, pero ya no lo era más.

Lo conoció porque vivían en el mismo sector, fue por pura casualidad, porque aquel niño se escondía de los problemas como usualmente solía hacer. Aún recuerda verlo hacer pucheros o inflar esas mejillas rojas mientras se limpiaba las lágrimas, le pareció un poco lindo y divertido esa vez y las siguientes, así que no hubo problema con tener un intruso en su patio mientras él practicaba con su espada de madera.

 

—¡Soy el gran Lambo!

—Pues el gran Lambo debe tener sed —le despeinó los cabellos—. Toma.

—Hum —hizo una mueca antes de sujetar el vaso—, gracias.

 

Lambo tenía nueve años en ese entonces, y él tenía quince. Era su primer recuerdo relacionado con aquel chiquillo de cabellos rizados y bonitos ojos verdes brillantes. Pero hubo muchos más, demasiados, hasta el punto en que parecían incontables. Porque en aquellas oportunidades donde Lambo buscaba refugio en su patio, solían platicar de muchas cosas, y después se relacionaron a través del interés del más pequeño por aprender a usar la espada de madera.

Las cosas sucedieron así.

Tal vez lo que más le gustaba a Takeshi de esa época eran los días de verano donde comían sandía en el patio, o de los inviernos donde jugaban a las guerras de nieve. Y lo que menos le gustó fue cuando tuvo que ir a la universidad y para eso mudarse de ciudad. Pero aun así todo había valido la pena, porque cada uno hizo lo que deseó, buscó sus sueños, rio y lloró de acuerdo a las ocasiones.

 

—Yare, yare, luces como un anciano.

—Oye —rio divertido—, soy solo seis años mayor que tú.

—Por eso eres un anciano, Takeshi.

 

Fue Lambo el que empezó eso y admitía que creyó ser nada más que un capricho de un chiquillo enamorado, pero con el pasar del tiempo supo que no era así. Se asustó al inicio, porque se habían criado juntos, habían jugado a las escondidas y habían hecho enojar a Tsuyoshi, pero después entendió que ese pasado no era una restricción.

Ambos eran adultos, sabían lo que pasaba.

Y ahora estaban ahí.

 

—Hace mucho frío —se quejaba mientras se encogía más hasta que medio rostro desapareciera entre el cuello de su abrigo.

—Fue tu idea.

—Pues no pensé que te lo tomaras tan a pecho.

—Ni yo —rio despreocupadamente mientras acomodaba el hacha en su hombro.

 

Salieron en la madrugada para llegar a una zona adecuada donde hallar un árbol decente que cortar, porque Lambo quiso un árbol real antes que uno sintético, y porque a Yamamoto Takeshi le gustaba complacer al pequeño niño que le había robado el corazón.

Caminaron uno junto al otro, pisando la gruesa capa de nieve acumulada, esforzándose por o perder el ritmo, mirando algún árbol que les gustara, empujándose de vez en vez, siendo Lambo quien tomo la mano enguantada de Yamamoto para entrelazar sus dedos, todo bajo la excusa de que no quería quedarse atrás.

 

—¿En serio vamos a cortarlo? —Lambo miraba el árbol que estaba frente a él.

—¿No quieres?

—No —se arrodilló frente al arbolito que no superaría los cincuenta centímetros de altura—, es que está chiquito.

—Pero todos los demás te parecieron muy grandes para nuestro departamento.

—Sí —estaba dando excusas, era obvio—, pero este está chiquito.

—Entonces… —el azabache se rascó la nuca, riéndose de la situación.

—No me gustan —se encogió de hombros—, quiero uno sintético.

 

Caprichoso e infantil, así definían muchos a Lambo, pero Takeshi tenía una visión diferente porque sabía lo que había detrás de esa actitud. Lambo era como un caramelo de uva, de esos que al menor tanto le gustaban, porque parecía ser muy duro por fuera, pero al tratarlo un poco descubrían que no era así y solo ocultaba un relleno dulce y suave.

Le dio un besito en la mejilla cuando se dispusieron a volver al auto, rio a carcajadas por la expresión avergonzada del veinteañero, jugaron un rato lanzándose bolas de nieve —evitando siempre dañar el arbolito que decidieron dejar crecer—, antes de que se juntaran y entre sonrisas se besaran como tantas otras veces donde dejaban las tonterías de lado solo para amarse como desde hace dos años. Así eran ambos. Unos idiotas que necesitaban del otro para seguir.

 

—Mira este —Lambo mostró entre sus manos un pequeño árbol sintético—, del tamaño perfecto.

—Se parece al que íbamos a cortar.

—Deja al pobre arbolito en paz —chistó antes de elevar al árbol por sobre su cabeza—, además, este es mejor.

—¿Quieres comprar adornos?

—Sí, sí —tomó la mano de Takeshi para empezar a guiarlo—, unos que le den color a este arbolito.

 

Pasaron la tarde comprando los adornos y la noche en la extenuante tarea de adornar la pequeña maraña de detalles en plástico. Comieron juntos sentados en la sala, cobijados por una manta y admirando el resultado de su esfuerzo, y se quedaron viendo películas navideñas recostados en el sofá, abrazados y mimándose mutuamente hasta que se quedaron dormidos.

Así eran felices.

 

 

 

Notas finales:

 

Yamamoto x Lambo porque yolo~

Eso es todo por hoy~

Mañana seguiré~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).