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sHe KyuMin por Chulixxx

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Tenía un poco de ira contenida al saber que Sungmin había sido manoseado por alguien más, pero trató de focalizarse en hacer de ese momento el mejor. Con lentitud empezó a cubrirlo de besos, después pasó su lengua por aquellos tatuajes de su pecho, acariciándolos, besándolos.

Sungmin se escuchó a sí mismo gemir, nunca antes había sentido lo que estaba sintiendo. Ahora era su turno de besarlo, repartió besos desde su cuello, pasando por su pecho. Cuando llegó a su cintura, lo miró travieso, y con una sonrisa, le bajó el bóxer buscando su miembro. El pene de Kyuhyun se escapó grande y duro en dirección a su rostro que no daba crédito a lo que veía. Amaba el miembro de Kyu, era enorme, tan grande y largo que, cuando lo tomó entre las manos, no alcanzó a abordarlo en toda su extensión, y deseaba con ansias hacer lo que se imaginó que hacía en aquel baño.

Cuando Kyuhyun sintió las manos frías de Sungmin en su miembro, se puso tenso y soltó un resoplido; se llevó las manos a la cabeza y gimió. En un movimiento se incorporó y lo miró a los ojos, para decirle,-con la voz quebrada del dolor que tenía en la entrepierna,-que hiciera lo que estaba pensando hacer.

"Hazlo, Princesa- dijo - Llévalo a la boca, hermosa... Hazlo de una vez."

Lo había adivinado en su mirada, Min estaba tan excitado como él y se moría de ganas de agarrarlo, chuparlo, meterlo por completo en su boca y jugar con él como si de un juguete se tratara.

Lo miró a los ojos un momento, y luego al pene que sostenía entre sus dos manos. Respiró profundo, y bajó la cabeza. Sungmin quería eso más que nada en el mundo y Kyuhyun estaba esperando que le hiciera sentir el placer que por tanto tiempo los dos comparten.

Abrió la boca y empezó pasando la lengua por el miembro, que a cada momento que pasaba se ponía más grande y duro. Mientras, escuchaba los jadeos de su amigo que se retorcía bajo su cuerpo y le pedía que no se detuviera. Él lo complació, abrió la boca y lo metió entero, como pudo y como alcanzó.

Kyuhyun respiraba agitado, realmente no podía controlarse, estaba por correrse en su boca y no quería hacer eso, no ésta vez... no quería que algo fuera grosero ésta vez. Imprevistamente, se alejó de Sungmin, que lo miró sorprendido y buscó su boca. Lo besó repetidamente mientras lo hacía colocarse de espaldas.

Sungmin sintió como Kyuhyun lo acariciaba en su espalda baja, bajando por su cadera, y sus muslos, todo pausadamente mientras besaba su cuello. Kyuhyun empezó por masajear su entrepierna, acariciar y tocar todos los puntos más íntimos de su cuerpo, los que estaba completamente seguro que nadie hasta ese momento había tocado de la manera en que lo está haciendo él.

Minnie era suyo.

Sungmin sorprendió al escucharse a sí mismo pidiendo que comenzara de una vez. Kyuhyun lo complació, se inclinó, separó sus piernas lo más que pudo en aquél pequeño colchón y empezó a hacer con la lengua, lo que Min había hecho antes en su miembro. El rubio se movió debajo de él, completamente agitado y caliente, anhelando tenerlo dentro suyo y Kyuhyun no lo defraudó. Primero usó sus dedos, despacio y luego acelerando el ritmo, moviéndolos hasta escucharlo gemir; después se separó de él, sonriendo. Lo sintió un poco estrecho, y adoraba esa sensación.

Sungmin siempre estaba estrecho sólo para él.

Se incorporó y buscó sus labios, quería besarlo muchas veces mientras su miembro estaba dentro de él; mientras lo besaba, su cuerpo se pegó al suyo para penetrarlo. Cuando Min levantó las caderas, supo que era el momento, él estaba húmedo, listo para recibirlo, y Kyuhyun suspiró aliviado, porque ya no podía esperar más.

Se sostuvo por sus hombros y empujó fuerte, ingresando en él de una sola estocada. Él estaba realmente estrecho y rígido y eso lo detuvo, no quería ser brusco ésta vez. Había sido de esa manera durante dos años, pero realmente quería estar dentro de él y que ambos lo disfrutaran.

Sungmin levantó las caderas y gimió, le gustaba lo que estaba sintiendo. Se aferró al cuerpo de Kyuhyun y cerró las piernas para mantenerlo dentro suyo y que no saliera todavía. Kyu lo miró, sonrió y entendió perfectamente.

"No me iré, amor. - dijo. - Todavía tengo mucho por hacer."

Se inclinó sobre su rostro y depositó un beso en los labios.

El calor que tenía dentro amenazaba con derretirle hasta los huesos. Ahora estaban en la cama, envueltos en las sabanas, Min se retorcía sin cesar intentando apagar ese súbito ardor que lo consumía.

Su pálida piel estaba cubierta de sudor, su cabello revuelto, su cuerpo ardía ahí entre sus piernas más que nunca. Era una sensación tan extraña, porque Kyuhyun no estaba siendo bruto como es habitualmente,
al contrario de eso, lo besa, lo acaricia y le susurra cosas dulces al oído. Escuchó varios susurros diciéndole "Hermoso, te quiero, me encantas" que hasta no se lo cree. Ugh... debe ser los efectos de la droga que aún recorre por sus venas, o la resaca, sí... es eso.

Kyuhyun era suave con sus embestidas, y Sungmin simplemente estaba furioso y desesperado por que lo hiciera más rápido y más fuerte, como le gusta. Le gusta que Kyuhyun lo lastime, que sea brusco, insensible y eso no está sucediendo. ¿Qué sucede? ¿Qué es lo que están haciendo?

Apartó las finas sábanas exponiendo sus cuerpos desnudos al ambiente templado de su habitación. Abrió los párpados que hasta entonces mantenía cerrados y sus pupilas dilatadas buscaron el rostro de Kyuhyun para besarlo. Necesitaba besarlo... ¡Mierda! Ama sus besos... ama sus labios.

Sin previo aviso se dio vuelta, se colocó a horcajadas de él y lo besó mejor. Sungmin estaba siendo bruto con su lengua pero para su sorpresa, Kyuhyun no le estaba siguiendo el juego, al contrario de eso, se alejaba cada vez que él metía su lengua brutamente. Min se alejó del beso frunciendo el ceño, intentando que sus pulmones absorbieran un poco más de oxígeno, no las cantidades miserables que lo hacían sentir como si estuviera asfixiándose.

Cuando su respiración se reguló un poco, todo su cuerpo pareció calmarse unos segundos, permitiéndole pensar con algo más de claridad, pero antes de concluir siquiera una línea de suposiciones coherentes, su longitud latió de manera apremiante, de nuevo. Con un gemido ronco y profundo, se lanzó de nuevo de espaldas contra él.

Las manos hambrientas de Kyuhyun, y guiadas por una corriente desconocida recorrieron todo su cuerpo mientras seguía empujando suavemente. Su seca garganta se abrió nuevamente para dar paso a una serie de jadeos que casi parecían desesperantes, nacían en lo más profundo de su alma, porque Kyuhyun estaba siendo demasiado dulce, demasiado delicado para su gusto y él sólo está confundido.

Mientras sentía su cuerpo arder, su mente, aún nublada por el placer, reconoció el instante que efectivamente Kyuhyun volvió a susurrarle cosas dulces al oído a la vez que besaba su cuello y acariciaba sus muslos. Estaba a punto de darse vuelta para mirarlo a los ojos y exigir una pronta explicación de qué mierda es lo que están haciendo porque él sólo está confundido.

No lo hizo, no dijo nada porque Kyuhyun aumentó la intensidad de sus embestidas y oh, sí... le encanta, ahora sí.

Su miembro latía frenéticamente, súper estimulado y reclamando que se le diera atención. Dejó que Kyuhyun siguiera a su ritmo, acariciando sus muslos sin tocar su miembro, hasta que los temblores más abajo fueron ya imposibles de soportar, y llevó su mano a su entrepierna para comenzar a masturbarse. No fue mucho tiempo después que se corrió sobre mano y estómago.

Sus jadeos resonaban entre las paredes de su habitación, su cuerpo ahora laxo, se desparramó sobre las sábanas cubierto de sudor y fluidos. No tenía fuerzas ni para abrir los ojos, así que sólo los mantuvo cerrados suspirando de satisfacción, porque Kyuhyun aún seguía a un ritmo considerablemente rápido y profundo.

Luego de unos minutos, y sin importar que Sungmin estuviera mojado de su propia sustancia, se recostó sobre él.

Ahora estaban frente a frente y Kyuhyun unió sus labios otra vez, y de nuevo se encendió la hoguera calmada dentro de él. Su miembro comenzó a cobrar vida otra vez.

Abrió los ojos sobresaltado, mirando como su amigo besaba y lamía su estómago con delicadeza, y todo su ser estalló en llamas nuevamente. Parecía imposible, porque sentía que ya no tenía fuerzas, y luego ese suave contacto lo revivió de nuevo. Impulsado por las sensaciones, enterró los dedos entre el cabello castaño de Kyuhyun y arrastró su cabeza hacia la de él. Kyuhyun movió su cuerpo lentamente sobre el suyo y la fricción resultó tan placentera que se dejó llevar por completo.

El cuerpo de Kyuhyun estaba tumbado completamente sobre él, y sin temor chupó sensualmente el rellenito labio inferior de su hermoso amigo, deleitándose con el gemido brusco de él. Sintió su lengua lamer sus labios primero antes de sepultarla dentro de su boca con un movimiento rápido y feroz. Sus lenguas se juntaron casi desaforadamente en un duelo de voluntades para saber quién obtiene más placer.

Dejó que él arrasara con su boca, absorbiendo sus gemidos y su saliva para entonces emprender la ofensiva, haciéndolo retroceder para ahora ser él el que mandara. Su batalla se extendió más todavía, arrebatándole el aire que celosamente había retenido dentro de sus pulmones, pero nada bastaba. Sin abandonar el paraíso de sus labios, Kyuhyun llevo una de sus manos hacia el miembro de Sungmin para comenzar a masturbarlo.

El miembro estaba totalmente erecto y pegado a su estómago. Con fuerza lo tomó entre sus dedos y los cerró alrededor del glande. Impulsado por los gemidos de su Minnie comenzó a mover su mano de arriba abajo lentamente, con la presión exacta que sabía que a él le gustaba.

Acariciaba su pene con lentitud, mientras gustoso sentía los latidos a lo largo de toda su longitud y cómo se ponía aún más duro entre sus dedos. Sus miradas chocaron con un millar de promesas silenciosas.

Kyuhyun estaba a punto de decirle que no estaba teniendo sexo esta vez, que estaba haciéndole el amor, porque así le nacía... así lo quiso, así lo deseó, pero no dijo nada, solamente le sonrió y se acercó a su miembro para regalarle una mamada. Pasó su lengua con delicadeza rozando la punta gorda e hinchada, dedicándole pequeñas lamidas antes de recorrer toda su gran longitud con la lengua. Repitió la caricia algunas veces más antes de tomar entre sus labios uno de los testículos, que se endureció para él rápidamente. Lo aspiró un poco dentro de su boca, consciente de que eso le encantaba a él, lo lamió un poco y luego prosiguió con el otro, sintiendo como su temperatura aumentaba varios grados más al escuchar los sonoros jadeos de su amigo.

Dejó las dos bolsas endurecidas antes de recorrer con su lengua todo el pene por la parte de abajo, donde la gruesa vena latía frenéticamente. Le dedicó tiernos besos al glande rojo y brillante, lamiendo lánguidamente la gota blanquecina que brotó de la punta.

Cuando sus oídos captaron los rugidos agónicos y exasperados de su Minnie,sonrió, seguro de que no aguantaría mucho más de esa dulce tortura. Fijó su mirada en los bellísimos orbes que lo devoraron mientras se llenaba la boca con toda su formidable erección, pero era demasiado grande para abarcarla como deseaba, así que con sus manos se ayudó para no dejar ni una sola porción sin cubrir y comenzó los movimientos. Mientras sus manos subían y bajaban, su boca succionaba con firmeza, llevándolo al extremo. Cuando él apartó su boca y sus manos de su tieso miembro, Sungmin le dedicó una última caricia en su cabello. Con delicadeza, posicionó sus labios en el sensible punto donde se unen los testículos al pene y succionó suavemente, provocando que todo el cuerpo de Min se estremeciera.

Con su miembro a punto de estallar, se posicionó nuevamente en la ardiente entrada que tanto deseaba. Colocó los finos tobillos sobre sus hombros antes de hundir la punta de su erección en su interior. El calor que abrazó su miembro le nubló la mente, así que de una sola embestida lo penetró completamente hasta la base. Sungmin gimió al instante e Inhaló profundamente con los párpados apretados. Lentamente comenzó a moverse, saliendo casi completamente para volver a enterrarse bruscamente. Los gemidos de Min le indicaban el ritmo, así que aumentó la velocidad de sus empujes hasta llevarlos a ambos a un estado de delirio.

Con delicadeza bajó los pies de sus hombros y Min rodeó la cadera con sus piernas. Kyuhyun inclinó su torso hasta situarse encima de él, con ambos brazos a los lados de su cuello. Sungmin pasó sus manos por el contorno de sus costillas hasta sus omóplatos, clavando sus uñas en su espalda. La combustión entre ambos era demasiado intensa y las embestidas de Kyuhyun siguieron por largos minutos, hasta que llegó el momento de la liberación.

Suspirando agotado, se dejó caer sobre el hermoso cuerpo de Sungmin. Besó sus acorazonados labios hinchados tiernamente, adorándolos en silencio, para luego enterrar su nariz en el exacto lugar donde antes había estado su boca dejando su marca rojiza.

Sungmin acarició con ternura su espalda, rozando las sobresalientes marcas de sus uñas, para luego enterrar los dedos en el corto y espeso cabello de su amigo, inhalando su aroma tan... a él. Su pecho comprimido por el peso de Kyu aún subía y bajaba rápidamente. Pasó su lengua por sus propios labios, sintiendo aún el gusto a la saliva de Kyuhyun, adorando en silencio ese sabor.

Kyuhyun no quiso, no quiso ser más dulce aún, pero no lo pudo evitar. Dejó suaves besos en su cuello, subiendo lentamente por su mentón para terminar en sus labios, mientras acariciaba su rostro.

"Min"

"hmm?"

"Me encantas"

 


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