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Encuentro de Grindr por Mustf

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Notas del fanfic:

Solo es porno, enyoi.

Notas del capitulo:

Amixe, si estás aquí por la razón que sea, perdón por ofrecerte esta bazofia pornográfica... Sin más "dilatación" que empiecen las penetraciones LETS GO!

Sylas comenzó a acariciar el joven rostro del rubio. Frotaba suavemente esa mejilla sonrosada con sus ásperos dedos gruesos mientras ese par de ojitos azules le observaban con un ligero toque de  sumisión.

El dedo pulgar del demaciano comenzó a frotar delicadamente el labio inferior del otro. Por su parte, la piel de Ezreal temblaba. De vez en cuando se permitía hacer el ademán de abrir la boca pero rebeldemente luchó contra las ganas, mientras,  su compañero trataba de dominar abusivamente dichos labios.

-Déjame hacer esto.- Solicitó en un murmullo a lo que el rubio casi como respuesta apretó la boca.

-Abre la boca.- Esta vez su voz fue grosera, tosca, grave, demandante.

Ezreal tembló levemente y separó sus labios permitiendo que el pulgar grueso del mayor invadiera soezmente con movimientos lentos.

-Uhm… - Se quejó, era una protesta, pero Sylas no paró.

El rubio se esforzaba por evitar lamer ese dedo mientras desviaba su mirada. La respuesta de Sylas fue afianzar el agarre obligándole a verle a los ojos.

Cuando sus miradas conectaron, Ezreal gimió muy suavemente sintiendo la dominante presión del mayor. Cerró sus ojos y lamió un poco el dedo.

-¿Te gusta esto? Chúpalo.- Ordeno mientras su otra mano recorrió discretamente el torso del otro hasta llegar al extremo de la camiseta. Introdujo su mano y subió hasta el pecho depilado del chico para pellizcar uno de sus pezones.

Ezreal empezó a succionar lentamente el dedo a la par que se aferraba al musculoso brazo de Sylas. Un suave gemido salió de su garganta al sentir como sus pezones  eran atendidos.

-¿Te gusta?- Preguntó malicioso.

El rubio casi asintió pero se reservó la respuesta.

De forma abrupta, Sylas lo soltó por completo y observó detenidamente mientras acariciaba su propio bulto bajo el ajustado pantalón. -Bien…- Con su mano disponible le tomó el mentó obligándole a alzar la mirada hacia él.-Mis ojos están aquí.- Se burló.

Ezreal enrojeció notablemente, no se había percatado pero, no había podido dejar de mirar como el otro se manoseaba.

-Quítate la camiseta.- Demandó soltándole.

Ezreal gruñó inconforme y se mantuvo quieto unos segundos a lo que Sylas alzó una ceja.

-Tu primero.- Pidió el rubio en voz baja.

Sylas sonrió divertido. Por esta vez, solo esta vez, seguiría sus peticiones. Rápidamente se quitó la ajustada camiseta exponiendo su musculoso torso. Su mano regresó a las caricias en su propio bulto, pero esta vez se acariciaba su amplio y duro pecho con la otra.

Ezreal miró embelesado pero tuvo que reaccionar ante la mirada demandante del otro. Rápidamente se quitó su camiseta sintiéndose pequeño e insignificante por la diferencia tan marcada en la musculatura.

El mayor se le acercó acorralándole un poco y empezó a acariciarlo. Sin quedarse atrás, el piltoviano se permitió palpar ese poderoso pecho y fascinado, apretaba y acariciaba.

De pronto, las manos de Sylas se posicionaron sobre los hombros del menor y le obligó a bajar arrodillándose.

-Si te gustó chupar mi dedo, espera a que te atragantes con esto.- Alardeó enredando los dedos en el brillante pelo rubio de la nuca. Le acercó con lujuria hasta hacer que ese juvenil rostro chocara con su bulto ardiente.  Sin más, Sylas empezó a frotarse de forma casi vulgar.

Ezreal no había podido resistirse a casi nada debido a la diferencia de fuerza, pero una vez ahí, se embriagó con el fuerte aroma sexual masculino del otro. Su boca se abría tratando de palpar con los labios a través del pantalón y Sylas suspiró.

-Bájame el cierre.- Ordenó.

Cuando el rubio alzó sus manos y trató de separar el rostro para cumplir con lo solicitado el mayor se las apartó de un manotazo y luego le abofeteó muy suavemente, no para lastimarlo, sino para suprimirlo.

-Sin manos.

Ezreal frunció el ceño por rebeldía, pero cada fibra de su ser se había estremecido. Sin más alternativa, empezó a lamer y mordisquear con desespero para encontrar esa cremallera. Le estaba resultando difícil y solo provocaba que la calentura del otro aumentara.

Por fortuna, fue capaz de dar con el cierre antes de que Sylas tuviese que intervenir. Lo sujetó fuerte con los dientes y lo bajó despacio. Una vez abierto, el mayor le permitió usar las manos para sacársela por el agujero de la cremallera dejando caer una larga barra gruesa de carne que golpeó el rostro del rubio.

-No te vas a morir de hambre aquí.- Bromeó a sabiendas de su gran herramienta.

-Sy…Las… No sé…- Dijo temeroso.

Sylas se decepcionó al ver que el rubio parecía arrepentirse a esas alturas, pero ya estaba así, no podía permitirlo.

-¿Qué no sabes?- Preguntó con tono de regaño sujetando su miembro y empezando a golpear suavemente la mejilla del otro con ella  dejándole salpicado de líquido preseminal.

-Es muy… Grande…- Casi sonó a queja.

Sylas arrugó los labio y sin cuidado haló del cabello al rubio alejándole un poco para poder enfilar cómodamente la punta de su pene en los labios del rubio.

-Abre…- Solicitó condescendientemente, pero ya estaba desesperándose.

Ezreal se resistió un poco. Él había sido quien empezó todo aquello al escribirle por esa “red social”. Las fotos de Sylas se veían muy bien y de inmediato hicieorn “match”. Pero ahora que había visto el tamaño de ese pene en vivo u directo empezaba a tener dudas.

-Vamos… Abre…- Frunció el entrecejo mientras la giraba en círculo barnizando los labios del  rubio con su presemen.

Derrotado, muy rojo y excitado, Ezreal abrió levemente sus labios y pudo sentir el húmedo glande adentrarse en su boca. Su lengua lo recibió juguetonamente saboreando por completo. Mientras, Sylas no se detenía, seguía metiendo despacio su miembro en esa boquita, estaba tratando de medir su alcance.

Ezreal empezó a sentirse un poco sofocado y miró hacia arriba suplicante, pero esto solo hizo encender más al otro y empujó más dándole arcadas.

Preocupado, intentó separarse con desespero, pero Sylas le sujetaba fuerte. Ya había dejado de empujar su miembro casi hasta su garganta pero no permitía moverse.

-Si vas a complacerme, tienes que aprender  a controlarte.- Dijo relamiéndose los labios mientras hacía contacto visual.

Ezreal cerró sus ojos llorosos y se aferró a las piernas gruesas del mayor mientras tragaba saliva y otros fluidos. Hacía todo lo posible por respirar por su nariz hasta que casi pudo acostumbrarse, entonces Sylas empujó un poco más  alojando su glande en la garganta del chico.

Podía sentir perfectamente como la estrecha boca del menor trabajaba su tolete con apretujones ahogados mientras la lengua intentaba ubicarse en alguna parte bajo esa masa de carne.

-Si me corriera justo ahora, todo mi semen viajarías vorazmente por tu garganta y te lo  tragarías enterito sin remedio.- Se burló viendo al menos luchar entre arcadas y más, se estaba ahogado, fue entonces que se la sacó completamente.

-Ah…. Ah… ah…- Respiraba muy agitado. Algunos hilos de saliva aún unían sus labios de la rojiza cabeza del miembro.

-Quítate el pantalón.- Ordenó agitándose la verga frente a la cara del otro.

Ezreal obedeció aún sin aliento quedando en un pequeño y muy ajustado speedo azul  completamente abultado por su erección. La tela se podía ver ligeramente humedecida, el rubio estaba fuertemente excitado a pesar de todo.

-Pero si estás más caliente que un horno.- Señaló sujetando con fuerza el bulto húmedo del rubio haciéndole jadear.

-Gracias por informarme, Sylas el obvio.- Refunfuñó dejándose acariciar con una mueca.

-Voltéate anda, quiero verte por atrás.- Pidió juguetón acariciando su cintura.

Aunque le miró con reproché, obedeció. En este caso, Ezreal sentía que debía lucirse. Tal vez no era grande y musculoso como Sylas, ni tenía el pene tan grande a pesar de no tener mal tamaño. Pero si de algo podía presumir, era de sus nalgas paraditas.

-Uhmmm.- Se deleitó palpando ambos glúteos y apretujando

-¿Qué tal?- Preguntó presumidamente  echando su cabeza atrás.

Sylas se asomó por un lado de su cuello y empezó a  lamer frotando su barba rasposa en la blanca piel causándole cosquilleos. -Un espectáculo.- Dijo mordisqueando su cuello mientras las apretaba.

Ezreal jadeó dejándose hacer. Incluso llevó una de sus manos al cabello de Sylas acariciándole. Estaba perdiéndose en eso por lo  que notó muy tarde que el mayor le había acorralado en esa postura contra la pared. -Uh… Sylas…- Gimoteó cuando el otro le mordió fuerte en el hombro.

-Te haré sentir bien, apóyate en la pared.- Pidió amable y entonces empezó a restregar su duro miembro entre los glúteos del menor hundiendo la tela.

-Sylas, te dije que nada de sexo… Solo faje…- Dijo jadeante con mucho recelo. Ciertamente habían acordado por texto que no tendrían sexo anal porque el rubio aún era inexperto y quería experimentar pero sin llegar a eso.

-Lo sé, tranquilo…- Dijo llevando una de sus grandes y rasposas manos al torso del menor acariciando de arriba abajo. Su otra mano la metió sin más bajo la ropa interior y le sujetó el falo mientras se frotaba con él y le sobaba el pecho. Ezreal echó la cabeza atrás una vez más permitiéndose disfrutar del contacto.

-Ah... Uhm…

-Tienes una s nalgas tan ricas… Quisiera probarlas.- Dijo en su oreja.

-Nada... De Sexo…- Jadeó frotándose también. -Solo un toqueteo, nos masturbamos y ya.- Le recordó las palabras. Esas eran técnicamente las reglas del encuentro.

-Oye, tranquilo, lo sé perfectamente, solo me gustaría lamerte…- Susurró extasiado. -¿Me dejas?

-N…n sé…- Gimió cuando el otro le pellizcó un pezón y mordió su lóbulo de la oreja a la vez.

-Solo un poquito, tú me la chupaste, yo solo quiero pasarte un poco mi lengua.- Pidió nuevamente  mientras trabajaba el pene del menor con apretones.

-Ay… Ah… Solo… Un poco…- Gimoteó estremeciéndose.

-Separa entonces tus piernas.- Pidió, esta vez más demandante, igual que antes.

Ezreal obedeció extasiado apoyándose en la pared y alzando su trasero.

Sylas enseguida le soltó y se agachó apartando la tela del speedo encontrándose con ese agujerito  rosa. Sin mucho más, pasó su fría, húmeda y áspera lengua haciendo tensar al otro.

-Ah…

Sylas apartaba la tela con una mano y con la otra estiraba un poco la piel de la nalga para mayor acceso. Su lengua comenzó a  jugar en círculos en la entrada del menor comenzando a arrancarle jadeos quebrados.

Pronto, las manos del rubio empezaron a acariciar su propio cuerpo caliente. Incluso llevó una hasta su entrepierna levantando el speedo por un lado dejando libre su miembro y sus testículos.

Previniendo lo que estaba sucediendo, Sylas llevó una de sus manos a la entrepierna sujetando su falo. –Separa tus nalgas.- Ordenó altivo.

Ezreal no dudo ni un poco. Apoyando su mejilla en la pared, llevó ambas manos separando sus glúteos para dar libre acceso a una lengua que nada tardó en penetrar arrancándole gemidos suaves pero largos al piltoviano.

-Ay… Sy…Las eso… es mucho…

La Lengua entraba y salía humedeciendo y ensanchando. Mientras, su mano ágil apretujaba el miembro del otro a  la vez que se masturbaba. –Gime, gime más…- Se permitió decir entre lengüetazos.

El rubio obedeció sin desearlo, estaba sintiendo mucho placer en ese momento, le encantaba lo que Sylas le estaba haciendo, aunque en el fondo estaba preocupado de parecer muy “puta” o “sumisa”, le resultaba un poco vergonzoso. Pero ahora, completamente rojo y sudando, su mejilla contra la pared, sus manos separando sus nalgas y la tela del speedo mientras el mayor  le penetraba ansiosamente con la lengua, le masturbaba y además frotaba su barba de su piel, se estaba volviendo loco.

Sylas dejó de masturbarse y llevo dos de sus dedos introduciéndolos en el ano de Ezreal haciéndole saltar.

-Sylas…

-Solo son dedos, disfruta.- Amortiguó logrando que el rubio bajara un poco la guardia.

Pronto, sin que Ezreal lo tuviera presente a conciencia, dos dedos entraban y salían ávidamente de su recto mientras  el gemía. Sylas ocasionalmente incluía su lengua para mantenerlo lubricado.

-Ah… Ah… uhmm… Ya… Sylas…- Sus piernas estaban tensas en esa postura.

El mayor se levantó sacando los dedos y arrinconó más al rubio chocando su poderoso pecho de la espalda de él. Acercó sus labios a la oreja derecha de Ezreal y sopló erizándole para luego hablar: -¿Te quieres correr?

-Ah… S…sí…

-Vamos a corrernos…

Ezreal se mordió el labio inferior pero no entendió por qué Sylas había sacado los dedos y soltado su miembro. –Sylas…- Jadeó para llamar su atención.

Sylas desabrochó su pantalón para darle libertad completa a su miembro y testículos pero no se lo llegó a quitar. En esa misma postura, el mayor enfiló su dotado tolete en la entrada del explorador y presionó sonriente.

-Ah… Espera… Espera no, qué haces…- Se alarmó regresando un momento a la realidad.

Sylas había estado preparando con empeño ese culito y ahora provechaba que el mismo Ezreal lo tenía separado con las manos para penetrarlo.

Entre el trabajo previo, la saliva y todo el presemen que estaba manando, para Sylas no fue nada difícil introducir su glande.

Ezreal gimió agudo y se removió soltando sus nalgas dispuesto a empujarlo  pero Sylas le retuvo un brazo tras la espalda.

-Ahhh… Ahh… Sylas… No…- Gemía tratando de huir pero ese cuerpo grande lo tenía preso contra la pared.

Menos fue su movilidad cuando la otra mano le sujetó la muñeca contra el muro.

-N…no… Sexo anal no…- Suplicó como última alternativa.

-Solo relájate y deja a tu papi terminar con esto de una vez.- Balbuceó en su oído empujando  despacio pero firme.

-No acordamos esto…-Casi chilló al decir esa frase.

-Shhhh…- Siseó en su oreja alojando lo más posible su miembro en su ano. No llegó a meterlo completo por su tamaño así que tuvo que parar cuando el rubio empezó a dar alaridos de sufrimiento.- Eso ya no importa, ya te la encajé.- Empezó a retirarla despacio.

-Pe…ro… Ahh… Ay…- Sus piernas se tensaron sintiendo como la venosa herramienta frotaba y halaba las paredes de su recto.

Sylas se detuvo justo en la entrada, lo había sacado todo excepto su glande. -Te gustará, lo prometo.

Ezreal sintió un poderoso escalofrío por todo su cuerpo y jadeó copiosamente antes de responder. Aunque su captor aún le sujetaba, él ya no luchaba. –Despacito… Porfa…- Suplicó sin más alternativa.

-Primero despacito.- Confirmó empujando de golpe casi todo su falo arrancándole un chillido.

-Ahhhh- Arqueó su espalda cerrando fuertemente sus ojos. Esa fuerte penetración había golpeado su próstata por lo que su miembro se sobresaltó babeando a mares.

Las mismas sensaciones de antes se repitieron cuando el mayor empezó a retirarse.

-…Y después, bien duro y fogoso.- Advirtió volviendo a clavársela con fuerza sacándole otro grito.

Repitió lo mismo al menos unas dos o tres veces más haciéndole gemir agudo  y fuerte. Ezreal había empezado a mover sus caderas desesperado, en especial cuando la tenía adentro. Tenía el piso embarrado con todo el precum que se encontraba derramando.

Sylas suspiraba hondo y fue entonces que comenzó a salir y entrar despacio como había prometido. Su agarre en el menor continuaba fuerte. Quería mantener la fantasía de dominación que tanto les estaba excitando a ambos desde el principio.

Los gemidos del rubio empezaron a ser constantes, incluso él movía sus caderas buscando el contacto con el mayor. Aún le incomodaba esa mole en su retaguardia, era grande, invasiva y muy dura, pero se estaba deslizando cada vez con más facilidad.

-Estrechito… Ah… Calentito… Goloso… eres un goloso…- Gemía Sylas  tratando de subir el ritmo a lo que Ezreal se tensó.

La venosa barra estaba quemándole, sentía como se frotaba centímetro a centímetro dentro y afuera, cada vez más deprisa.  Ezreal contraía fuerte su interior sintiendo arder por lo mucho que se había ensanchado su entrada. Estaba sufriendo el tamaño del otro, pero, todo eso era compensado  por los gloriosos golpes en su próstata.

La cabeza más que lubricada de Sylas insistía en aquel punto haciendo que todo el cuerpo del menor temblara. Le robaba todos los gemidos que podía mientras subía la velocidad. Era ese contacto que mantenía la mente de Ezreal flotando, extraviada en el placer. Sentía su miembro reventar.

-Qui…ero ahhh… correrme.- Pido casi suplicante entre gemidos empezando a removerse pero Sylas en vez de soltarle empezó a penetrar con más fuerza haciéndole lloriquear.

-¿Qué dijiste?- Pregunto gimiendo también.- No escuché que me hablaras de forma apropiada…-Dijo malicioso subiendo la velocidad cumpliendo con la idea de embestidas rápida y fuertes.

-Ahhh… Por favor…- Chillo arqueado mientras sus caderas se balanceaban con cada golpe.

Sylas ignoró su súplica y mordió su cuello fuertemente dejando claras marcas. Por su parte, Ezreal tardó a entender debido a su falta de coordinación por tantas sensaciones.

-Pa…pi… Sylas… Por favor… Papi… Quiero acabar…- Dijo sintiéndose un poco humillado pero a la vez le gustaba la idea. En aquel chat, Sylas había dicho muchas veces que le gustaba ser tratado de “papi”.

Se la clavó profundo, incluso logrando meter más de lo que había estado metiendo hasta el momento y soltó al rubio dándole una fuerte nalgada con su pesada mano.

-¡Ahh!

-Niño malo, malo y goloso, ya te quieres bañar en esperma y apenas estoy empezando.- Regañó autoritario dándole otra nalgada.

-¡Ah papi!- Gimoteó apoyándose en la pared mientras movía sus caderas masajeándole el falo.

El rubio llevó sus manos a su babeante tolete sujetándolo con fuerza.- Déjame acabar papi.- Suplicó de nuevo a lo que Sylas, tras otra nalgada, salió bruscamente de él y lo sujetó de los hombros girándole de frente.

-Demuéstrale a papi cuánto quieres cabalgándolo.- Ordenó ante los ojos llorosos del menor.

Sylas no tardo en estar recostado en el suelo con Ezreal subiéndose a él con temor.  El demaciando sujetó su propio falo dejándolo recto hacia arriba. –Siéntate.- Demandó lujurioso.

Ezreal se acomodó  como pudo apartando la tela de su speedo, Sylas son le había dejado quitárselo.

-Eso… así…- Aprobó viendo como el rubio comenzaba a bajar empalándose el mismo de forma lenta y tortuosa.

-Ohhh… Sí…- Sujetó las caderas del otro conteniendo las ganas de metérsela toda de una vez.

Cuando el rubio sintió como apenas su próstata entraba en contacto con el falo de Sylas se detuvo. Se apoyó con las manos en el pecho potente de Sylas y comenzó a moverse lentamente.

Sylas estaba excitado, y lo estaba disfrutando, pero no era suficiente. –Pensé que querías acabar cabalgando a tu papi, pero con esas decisiones amateur no vamos a ir  a ningún lado.- Se quejó  agarrándole fuerte de las nalgas y haciéndole bajar por completo ensartándolo hasta la pelvis.

-¡¡Ahhhhhh!!- Chilló tensando cada parte d esu cuerpo e incluso intentando alzarse pero la fuerza de Sylas no se lo permitió. Era la primera vez que alguien se la enterraba toda y el mayor lo estaba gozando a expensas de la inexperiencia del rubio.

Pasaron un par de minutos, Sylas le había permitiendo adaptarse, pero ya estaba un poco desesperado por lo que le dio una nalgada a su amante sacándole de su transe. -¡Arre!- Gritó burlón.

Ezreal le miró perdido y comenzó a subir quejándose con la frente arrugada y sus ojos cerrados, pero más fue cuando le tocaba bajar. Sylas se anticipaba guiándole hasta el final.

-Salta, salta para tu papi, enorgulléceme niño goloso, alimenta tu culito con mi fierro.- pidió excitado buscando que el otro también se excitara aún más. Extrañamente funcionó.

Aunque había iniciado muy lento, pronto el rubio estaba subiendo y bajando mientras gemía extasiado. Subía hasta la punta, bajaba hasta la base, se arqueaba, se tensaba, a veces chillaba cuando Sylas embestía de forma ocasional.

El mayor le tomó las manos al otro entrelazando los dedos para evitar que se tocara, quería tenerlo un poco más así, aunque él no aguantaría mucho más.

-Ah…- Ahh… Papi… Quiero… Nece… sito… ahh….- Suplicaba.

-Salta  para papi, salta como una conejita, convénceme que lo quieres.

El rubio intentó subir la velocidad. Ya era  capaz de alojar toda esaverga sin mayor problema, podía sentir como la venosa piel rascaba con insistencia su próstata y esto solo le incentivaba más mientras gemía con fuerza. Muy pronto estaba saltando con entusiasmo succionando con gula aquel falo con su ano.

-Ahh…Ahh… Sí, eso…Te lo ganaste..- Dijo entre gemidos soltándole las manos.

Ezreal no esperó ni un poco para comenzar a masturbarse ansiosamente mientras cabalgaba ese falo con entusiasmo, estaba a punto de correrse, lo necesitaba, lo deseaba. Sylas observaba extasiado y complacido como al final era el mismo rubio quien se estimulaba solo.

El deleite llegó a su punto más alto cuando el rubio cayó hasta el fondo juntando sus nalgas con la pelvis del mayor y con un largo alarido de placer se corrió abundantemente sobre el otro con más de cuatro disparos potentes. Su cuerpo temblaba su mente estaba en blanco, sus labios entreabiertos dejaban salir jadeos desesperados, estaba experimentando un potente climax.

Pero aún faltaba Sylas, quién casi se corre al sentir las abismales contracciones en su falo mientras semen joven llovía sobre u abdomen, pecho y rostro.

Cuando apenas el rubio se estaba reponiendo, Sylas se levantó empujando a Ezreal para bajarlo de su  verga aún tiesa. Este último solo gimió de angustia por la brusquedad.

Ante su rostro aún rojo, jadeante y sudado, Sylas se masturbaba  violentamente. Para él era muy difícil elegir. Llenar las entrañas del joven con su gran descarga para marcar su territorio de la forma más primitiva o llenar su linda carita de leche caliente para devolverle un poco el “favor”. Al final Sylas terminó eligiendo la segunda opción.

-Abre la boca.- Ordenó a punto.

Ezreal obedeció hipnotizado y entonces se vino con un suspiro intenso.

Si la descarga de Ezreal fue abundante, la de Sylas fue absurda. Pronto toda esa carita estaba empapada de la sustancia. Su pecho, su pelo, dentro de su boca, los disparos parecían no acabar. Era espesa y particularmente tibia. Cuando sintió que ya había terminado metió de golpe su verga en la boca del menor haciendo bruscos movimientos de mete y saca por unos segundos atragantando al chico con un último trallazo rezagado.

Obligado a tragar, finalmente Ezreal cae al suelo, más que exhausto, con semen por todos lados, incluso en el interior de su garganta y estómago, era un sabor fuerte. Sylas cayó a su lado cuidadosamente y se aferró a él sonriente.

Para Ezreal, que apenas volvía a la realidad, nada de eso debió haber pasado, él solo había acudido a esa cita de Grindr para experimentar un poco tocándose con otro hombre, pero Sylas había llevado las cosas muy lejos.

Lo peor de todo, es que las citas no pararían pues el menor terminó volviéndose adicto al tolete de Sylas quién lo sometía como su “papi”, una debilidad fetichista  que Ezreal no sabía que tenía.

“Ya no te quiero ver más pero no puedo decirle que no a esa verga”

Notas finales:

Bueno. Esta ship la tenía entre ceja y ceja desde que Sylas fue revelado en el juego (HACE SIGLOS) y finalmente tuve las bo¨¨s de hacer algo de ellos. Espero les haya gustado y si no... Pues  amí, mi sábana lo certifica. BYE!


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