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Sugardaddy.com por Verde Lima

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David, a pesar de ser el que había finalizado la llamada seguía mirando la pantalla completamente oscura de su teléfono.

 

No sabía qué sentir, no sabía cómo le había podido decir todas esas cosas a John. Pero habían sido expulsadas como si fuera un grifo roto imposible de cerrar.

 

―Ven.―Sintió los brazos de Richard a su al rededor, tirando de él―Siéntate.

 

David se dejó llevar al sofá, en ese momento se daba cuenta de que Richard había escuchado perfectamente lo que había dicho de él, lo que pensaba hacer con él.

 

―¿Estás bien?―le preguntó.

 

―Sí... no... siento que tuvieras que escucharlo, yo solo... quería hacerle daño.

 

Esa era completamente la verdad, John no quería que David estuviera con Richard, le había tratado como a Ethan. Reclamándole que el mayor se estaba aprovechándose de él. 

 

 

―Estás enamorado de él, ¿eh?―Le sonrió, era completamente evidente, no iba a luchar más por esconder sus sentimientos aunque estos tuvieran que desaparecer. 

 

Se acabó John, se acabó temer perderlo, se acabó recibir solo migajas.

 

Tenía que acabar con eso, o eso acabaría con él.

 

―Sí―contestó por primera vez―llevo toda la vida enamorado de él, pero se acabó.

 

―Me parece bien.―Le acarició la mejilla, el gesto era dulce, Richard no había sido nunca en realidad de otra manera con él. 

 

―No quiero acostarme contigo―Esperaba que Richard realmente no se molestara, pero era la verdad, no iba a lanzarse desesperadamente a los brazos de nadie nunca más. 

 

―Eso también me parece una buena idea.―Lo atrajo contra su pecho, y por primera vez en esos días se sentía medianamente bien. 

 

No se había dado cuenta del poco control que había tenido hasta aquel momento sobre su propia vida. Como se había movido mendigando cariño en cualquier lugar, siempre de un modo equivocado.

 

 

―¿Quieres comida china?―le preguntó el hombre al que apenas conocía pero le inspiraba completa confianza.

 

―Me encanta la comida china.

 

 

 

 

 

 

o0o

 

 

 

Richard se levantó acariciando el cabello oscuro de David, había visto al chico completamente roto, y como con una sola conversación había comenzado a recoger los pedazos de sí mismo para volver a ponerse de pie.

 

Richard nunca se había roto, no se creía tan fuerte como para poder hacer lo que acababa de ver en su salón.

 

Una cálida admiración por David se instaló en él, iba a ayudar al hermano de Samuel, ya no solo porque le recordara a su amigo. Ni siquiera porque sintiera lástima por su pasado. David era un luchador, más fuerte de lo que ninguno de ellos sería nunca y se merecía un empujón hacia delante.

 

 

 

Miró al salón mientras buscaba la publicidad del su restaurante chino favorito. 

 

Se recordó demasiado a su yo más joven, y sonrió pensando en como una vez le dijo a Samuel, "un Hereford necesita a un Taylor en su vida, o su vida sería un caos de estúpidas decisiones". Quizás en este caso, fuera un joven Hereford el que le pusiera a su yo más viejo los pies en la tierra y le diera una lección.

 

Estaba deseando comenzar a aprenderla.

 

 

o0o

 

 

John había noqueado a Hereford, pero este se estaba reponiendo rápidamente. 

 

 

Le agarró por las solapas de su chaqueta y le levantó de su sofá, Ethan le estaba gritando pero el vaso de John acaba de rebosar.

 

―Largo de mi casa, hijo de puta.―Arrastró a Samuel, el hombre era algo más corpulento que él, pero ni siquiera pensó en aquello. La rabia de que el cabrón volviera a por su hermano le estaba cegando.

 

El golpe en sus costillas le sacó el aire, pero devolvió el golpe.

 

Puños e insultos volaban en su pequeño apartamento, en un momento escuchó un llanto.

 

 

Pero ambos hombres habían entrado en un nivel irracional de violencia, John giró el rostro para ver la cara completamente desencajada de Ethan.

 

―Parad, parad, parad.

 

Aquello sirvió para tener a Hereford sobre él, apaleando su rostro con fuerza.

 

Ya no escuchaba a Ethan, y su vista era más roja que a color por el único ojo que aún podía mantener abierto.

 

 

 

o0o

 

 

 

 

―Samuel, déjale, por favor―gemía Ethan, todo había sido tan rápido, ya no era un niño pero nunca supo defenderse ante las muestras de violencia.

 

Trató de separarlos pero acabó chocando contra la mesa recibiendo un golpe en la espalda que le cortó el aliento.

 

Samuel iba a matar a su hermano, y tomó una silla, el objeto más cercano. Las manos le temblaban, su respuesta a la violencia siempre había sido la misma, aprendida a base de golpes, quedarse inmóvil. Pero los puños de Samuel no dejaban de golpear el rostro de John. 

 

 

No fue un gran golpe, pero lo suficiente fuerte para que Samuel desviara su vista y dejara de golpear a John.

 

―Samuel, por favor.―Todo Ethan temblaba. Samuel tenía sangre en su rostro, su hermano no había dejado de golpearle pero ahora solo era capaz de respirar bajo su cuerpo, el aire salía bruscamente de su boca.

 

―Por favor.

 

Samuel se apartó de John cayendo hacia atrás, miraba a Ethan, a John y así mismo.

 

Ethan aprovechó para llegar hasta John.

 

―John, abre los ojos.

 

Pero John solo respiraba manchando a Ethan de sangre. Lo zarandeó pero no respondió.

 

 

o0o

 

Lastimeramente mecía a su hermano sin consuelo y Samuel miraba todo de cerca, impresionado por haber dejado al chico en ese estado.

 

Hacía años, desde su época de escuela que no tenía una pelea física, pero esta ni la había esperado ni la había podido frenar.

 

Su propia rabia había salido mordiendo como un perro rabioso, pero ver a Ethan llorando sobre su hermano le hacía entender cuánto la había cagado.

 

Se acercó a los hermanos y apartó a Ethan, el chico temblaba, pero tomó al moreno inconsciente y le colocó de lado.

 

Sus propias costillas dolían demasiado, y su ojo derecho le daba una imagen pésima. Él mismo tendría que ver a un médico, pero que John Savidge saliera de aquella era crucial.

 

―Llama a una ambulancia―le pidió a Ethan, el chico tardó en reaccionar, sus manos temblaban, por lo que Samuel tomó el teléfono del moreno y marcó él mismo.

 

―Necesito una ambulancia―pidió en un hilo de voz Ethan, Samuel se apoyó contra los pies del sofá a su espalda.

 

¿Qué había hecho? ¿Cómo podía haberse ido todo tan fuera de control?

 

―Ya vienen.―Ethan se volvió hacia él sin separarse de su hermano.

 

―Lo siento, esto no tenía que haber ocurrido.―Los ojos negros de Ethan le devolvían todo el dolor que el chico estaba sintiendo en ese momento. No le había puesto la mano encima pero sabía que acababa de destrozarle.

 

―Lo siento.―Se acercó a él intentando abrazarlo.

 

―Tienes que irte―le dijo el chico, le había perdido, y aunque se encontraba hecho una auténtica mierda físicamente aquello dolía.

 

―Perdóname, por favor, yo... no quería que esto acabara así. 

 

―Tienes que irte antes de que llegue la policía, Samuel―le pidió Ethan, no había pensado en ello, serían demasiadas preguntas, sabía que sus abogados le librarían sin problemas, pero habría un juicio.

 

―No voy a dejarte solo.―Había ido allí en busca de Ethan, y no era capaz de imaginarse sin él.

 

―Por favor, vete.

 

Samuel comenzó a escuchar las sirenas acercándose a lo lejos.

 

―Te llamaré―le dijo mientras se levantaba del suelo.―Te llamaré. 

 

Ethan seguía en el suelo, una mano sobre su hermano, los ojos en Samuel.

 

Samuel trató de inclinarse pero un dolor agudo en sus costillas se lo impidió y solo pudo acariciarle el rostro.

 

―Lo siento.

 

Las sirenas estaban cada vez más cerca, salió de aquel horror antes de que llegaran. El coche que había alquilado estaba en la puerta y desde dentro vio como los sanitarios subían a la casa de los Savidge. 

 

¿Qué había hecho? ¡Qué había hecho!

 

 

o0o

 

Ethan iba en la ambulancia que conducía a su hermano al hospital, su mente era un completo caos.

 

En un momento estaba entre los brazos de Samuel, sabía que no debían estar juntos, por tantos motivos. Pero aún así, entre sus brazos se sentía tan bien.

 

No vio venir el golpe, no vio venir a John cargando contra Samuel.

 

Lo arrancó de su lado, y todo se convirtió en un caos.

 

Y por último le había pedido que se fuera, John estaba inconsciente y él le había pedido a Samuel que se fuera.

 

Se sentía un traidor, pero no quería ver en la cárcel a Samuel, no quería que aquello acabara aún peor.

 

La policía le preguntaba, y él mintió, mintió por Samuel y se odió como hermano. Pero sabía que la culpa había sido de John, no quería agravar los problemas más entre ellos.

 

 

Cuando llegó al hospital, le separaron de John y se quedó completamente solo.

 

 

La culpa le golpeó fuertemente, si no hubiera comenzado con todo aquello nada de eso hubiera pasado.

 

 

Sacó su teléfono móvil, tenía un mensaje de Samuel.

 

 

"Lo siento, correré con todos los gastos, no te alejes de mí, por favor"

 

 

Ethan escribió, pero no fue a Samuel, en ese momento no podía lidiar con él, la culpa que sentía le estaba asfixiando.

 

"John está en el hospital, te necesito, por favor"

 

o0o

 

 

David estaba sentado con las piernas cruzadas sobre el sofá con Richard a su lado, comiendo tallarines y sintiéndose por fin un poco más como sí mismo.

 

La luz de un mensaje le distrajo de la película que ambos estaban viendo, no quería saber nada más de John. Pero la curiosidad le pudo, y el mensaje hizo que los palillos cayeran de sus manos.

 

A su lado, Richard vio el shock y supo que eran malas noticias.

 

―John está en el hospital―dijo en voz baja―. Es Ethan.

 

No le dio tiempo a contestar, su móvil sonó y vio que era Samuel.

 

―Samuel.

 

―Rem, la he cagado, ha pasado algo horrible.

 

Richard supo que ambos hechos estaban conectados y que aquella cena había acabado.

 

―En unas horas estoy allí.


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