Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sugardaddy.com por Verde Lima

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

David había visto como Richard había abierto su ordenador portátil después de decirle que ambos irían a Edimburgo.

 

 

Después del shock inicial de saber que John estaba herido había estado hablando con Ethan. Estaba claro que algo tenía que ver Samuel en aquello o Richard no tendría aquella urgencia.

 

Cuando colgó, el hombre ya estaba enfrascado en la búsqueda de billetes y hotel para esa misma noche.

 

Le había dicho a Ethan que iría, y aunque lo sentía y estaba preocupado por John aquello le parecía una cruel broma del destino.

 

¿Ahora que estaba comenzando a sacar la cabeza de toda aquella mierda con John? ¿En serio?

 

―¿Quieres pasar por la residencia a coger algo de ropa?―le pregunto Richard, y David asintió.

 

 

Su avión salía en solo un par de horas, sorprendido por la rapidez con la que Richard había solucionado todo.

 

Un coche deportivo dormía en el sótano del edificio, David no había estado jamás en algo tan potente y en cierto modo, tan erótico.

 

Richard estaba completamente serio, y el viaje hasta la residencia fue en completo silencio.

 

Fue solo hasta la habitación, y como una bofetada lo que había sucedido allí le golpeó.

 

El rostro lleno de furia de John, como a alguien a quien conocía tan bien le cambiaba la expresión hasta tal grado de convertirlo en una pesadilla.

 

Lo que habían hablado por teléfono, lo enfadado que había estado John cuando David le colgó.

 

No era su culpa, no era su culpa, se dijo varias veces.

 

No lo era, ¿cierto?

 

Cogió un par de camisetas y pantalones, algo de ropa interior y sus cosas de aseo.

 

No necesitaba más, con una pequeña mochila salió de aquel lugar dudando sobre su responsabilidad para con lo que le había sucedido a John.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Richard miraba su teléfono móvil, si el hermano de Ethan estaba en el hospital, la cosa era grave.

 

Samuel no había vuelto a llamar, y mientras esperaba a David sacó un cigarrillo y lo encendió. No fumaba nunca en su coche, le gustaba el fuerte olor a cuero de la tapicería. Pero lo hacía sin dejar de mirar su teléfono con un contacto abierto, necesitaba llenar sus pulmones de nicotina.

 

Lucas era el mejor amigo de John, ¿querría saber que su amigo estaba en un hospital? ¿Querría aceptar volar con ellos hasta Edimburgo?

 

La despedida en su casa había sido todo menos cordial, pero no iba a negar que estaba barajando cualquier posibilidad para volver a tenerlo cerca.

 

Era como una mala droga, la deseabas como un loco y cuando la tenías el subidón era genial, su posterior ausencia era lo que te convertía en un adicto.

 

Vio llegar a David, a ambos parecía que sus planes se les estaban truncando.

 

Guardó su teléfono, y miró al chico, maldito destino, con lo sencillo que sería tener a David, cuidarlo y llenarse de la alegría que el más joven sabía tener.

 

Arrancó el coche, y miró a David.

 

―Creo que deberías llamar a Lucas―David se giró sorprendido―, al fin y al cabo es su mejor amigo, ¿no?

 

 

Si tenía algo que decir, no lo dijo. Sacó su teléfono y buscó el contacto.

 

 

El pulso de Richard se disparó, su mente voló al cuerpo del rubio, su boca y su ácido veneno.

 

―No, estoy bien―escuchó a David.―Es John, está en el hospital.

 

Después de las explicaciones de David, venía la parte que Richard estaba esperando.

 

―Voy con Richard a Edimburgo―explicó―, vamos en avión.

 

―Dile que si quiere puede venir con nosotros en el avión que he contratado.

 

David reprodujo lo que Richard había dicho.

 

Ahora estaba en el lado de Lucas aceptar o no. No pudo evitar tener una imagen del este en el baño del jet, una imagen demasiado buena de como podría follárselo antes de llegar a su destino.

 

―Te mando la dirección y la hora―contestó David.

 

 

Richard iba a tener su dosis, realmente empezaba a tener un problema de adicción. Pero la sonrisa depredadora en su rostro no se fue en todo el trayecto hasta el aeropuerto.

 

 

 

 

 

 

 

 

Lucas escribió un email a su jefe, no solía coger vacaciones pero en ese caso iban a ser necesarias.

 

John en el hospital, era tan increíble y tan angustiante al mismo punto.

 

No dio ningún tipo de explicación a sus padres, sería una discusión que solo le haría perder el tiempo.

 

Miró su reloj y pidió un Uber para ir hasta el aeropuerto.

 

 

David, Richard ¿todo tenía que ser tan complicado?

 

Solo hacía unas horas de la conversación con Richard en su casa, no tenía la más mínima gana de toparse de nuevo con él, aunque su cuerpo bullía de anticipación.

 

Desterrando las ideas sobre estar en un lugar cerrado con él, llamó a Ethan.

 

―¿Lucas?―la voz del chico le desarmó.

 

―Voy para allá con David―el suspiro al otro lado de la línea llegó claro―¿Qué ha pasado?

 

―No me han dejado entrar con él, estaba inconsciente.

 

 

―No te preocupes―¿Qué podía decir aparte de aquello?―Todo va a salir bien.

 

―Gracias, Luc.

 

Aquel diminutivo que solo John y Ethan usaban con él le llenó de ansiedad.

 

―Te veo pronto―dijo para después del asentimiento del chico colgara la llamada. 

 

Aunque Lucas tenía familia, no podía decir que fuera de su agrado.

 

Sin embargo John y Ethan, ellos eran importantes para él. Aunque ahora no estuvieran cerca, necesitaba a John, realmente le necesitaba.

 

No saber como se encontraba un ser querido y nadar en la desinformación era angustiante, a pesar de su aplomo natural la necesidad de comprobar que John estaba bien lo tapaba todo.

 

Cuando llegó al aeropuerto, más que andar corría, pasó los controles y llegó a la puerta de embarque donde solo había dos personas más.

 

Su primer instinto fue lanzarse a los brazos de Richard, podía decir que al tiempo lo detestaba pero también que jamás se había sentido tan seguro en brazos de alguien.

 

Sin embargo fue hacia David y le saludó, ambos compartían el mismo estado de preocupación.

 

―No sé nada más que que está herido, y que lo han llevado al hospital, Ethan tampoco me ha contado mucho más.

 

 

―Está bien.―Si hubiera sido de otro modo, Lucas le habría abrazado. Pero ellos no eran amigos, y Richard estaba como una sombra entre ellos.

 

¿Tenía que acompañar y brindarle un avión al chico? Su papel de protector o lo que mierda estuviera ejerciendo con él le molestaba.

 

Pero no iba a entrar en el juego de reclamarle nuevamente, si quería acostarse y cuidar de David, por él estaba bien.

 

Muy bien.

 

El problema era que algo tan básico como los celos le estaban devorando.

 

Al menos estos se comían a la preocupación por John.

 

 

 

 

―Gracias por dejarme unirme―dijo acerándose a Richard.

 

Este solo inclinó la cabeza, nada más.

 

Los tres esperaron la hora de embarcar sin volver a hablar entre ellos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Samuel seguía en su coche, se miró en el espejo sobre su asiento, estaba magullado pero salvo el labio partido y un corte en la ceja, su aspecto no había sido tan malo. Sus costillas y sus manos sin embargo no decían lo mismo.

 

Debía ir a un hospital, pero haber salido del apartamento quizás no hubiera sido la mejor idea.

 

Si se abría una investigación y conectaban a Samuel con Ethan y a su vez con John y ambos estaban heridos en el mismo día y misma hora, las consecuencias serían mucho más graves que haberse quedado a afrontar lo que había sucedido, una pelea.

 

Una ridícula y absurda pelea que sabía le alejaba sin remedio de Ethan.

Su rostro mortalmente asustado no se le borraba de la mente.

 

Tenía que haber parado.

 

Solo rezaba porque el estúpido de su hermano estuviera bien o aquello sería un enorme problema y no solo por su relación con Ethan.

 

Llamó a su abogado, el hombre realmente hacía trabajos más allá de redactar meros contratos.

 

 

―Necesito una clínica privada donde no emitan informes médicos y nada quede registrado.

 

El silencio en la línea le decía que el hombre al otro lado estaba procesando la información.

 

―Dame 10 minutos.

 

 

El tiempo transcurría tan lento, en esos momentos le gustaría tener un cigarrillo para matar la espera, la mente y sus propios nervios. Pero hacía años que no fumaba y no llevaba nada encima.

 

Su teléfono sonó con la entrada de un mensaje.

 

Una dirección enviada por su eficiente abogado, sin duda el hombre valía cada libra que le pagaba.

 

Arrancó el coche y se dirigió a la ubicación.

 

Nadie le hizo más preguntas que aquellas necesarias para su chequeo, dos costillas rotas, ninguna lesión interna de gravedad.

 

Limpiaron sus heridas y salió de allí para ir a su hotel a darse una ducha.

 

El agua caliente no consiguió quitarle los restos de preocupación, necesitaba ver a Ethan saber como estaba John.

 

 

Saber que el chico estaría solo sacó todos sus instintos protectores, no sabía a qué hospital le habrían llevado. 

 

Le llamó pero no contestó, la habitación se le caía encima. Cuando su teléfono sonó, esperaba que fuera Ethan, sin embargo era Richard.

 

―Vamos a despegar, en menos de dos horas estaremos allí ¿Dónde estás?―le preguntó su amigo.

 

No sabía que haría sin Richard, por lo que le dio la dirección de su hotel pero antes de colgar su amigo le habló.

 

―He venido con David y Lucas, sus amigos―le informó y lo vio claro.

 

―¿En qué hospital están?

 

―Samuel, no.

 

―Dímelo, necesito verle―le exigió Samuel.

 

―Si tienes algo que ver, es mala idea.―Su amigo tenía razón, pero dejarlo solo no iba a ser opción.

 

 

 

―Lo sé, pero no quiero dejarlo solo.

 

―Es mala idea.

 

―Richard, por favor.

 

Escuchó varios sonidos, hasta que la voz de Richard volvió.

 

―No hagas más estupideces, Samuel―le pidió Richard.

 

En su pantalla apareció la ubicación.

 

Limpio casi no se notaba que había estado en una pelea, tendría que evitar mostrar sus manos, sus nudillos estaban dañados.

 

Pero necesitaba comprobar por sí mismo como estaban los hermanos, quería no separar más la distancia que los separaba a él y a Ethan. Al menos trataría de hacerlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la sala de espera, Ethan miraba las idas y venidas del personal sanitario.

 

 

 

Saber que David y Lucas estaban yendo hacia allá le tranquilizaba, se sentía culpable porque en el fondo ambos se habían peleado por él.

 

Su hermano había actuado imprudentemente al iniciar aquella estúpida pelea, y Samuel, este le había mostrado hasta donde era capaz de llegar.

 

¿Si no lo hubiera conseguido parar?

 

Se estremecía de solo pensarlo, la escena que había pasado delante de él había sido tan similar a las que había vivido en su infancia.

 

John en el suelo y su padre pegándole, no podía dejar de pensar en ello.

 

No podía dejar de ver a Samuel como a su padre, aunque sabía que él no lo había iniciado. Aunque había visto en sus ojos cómo se arrepentía mirando a John en el suelo y sus manos ensangrentadas.

 

Había tantos motivos para que él y Samuel no pudieran estar juntos, pero este lo había decantado todo.

 

Una enfermera salió y le buscó.

 

―¿Es el acompañante de John Savidge?―preguntó.

 

―Sí, soy su hermano.―Se levantó tan rápido que a punto estuvo de caerse―¿Cómo está?

 

―De momento los médicos están con él, le están haciendo pruebas y en breve le comunicaremos algo―dijo la mujer de un modo automático.―Estas son las pertenencias que su hermano llevaba encima, es mejor que usted las guarde.

 

La mujer le pasó una bolsa con las ropas y zapatos de John.

 

La enfermera se fue y el siguió aguardando.

 

Sin saber qué más hacer sacó el contenido.

 

Habían sido rajadas, y en ellas había restos de sangre que hicieron suspirar acongojado a Ethan.

 

Las dobló lo mejor que pudo cuando notó algo grueso dentro del abrigo de John.

 

En uno de los bolsillos interiores de este había un amplio sobre abultado.

 

Lo sacó sin poder llegar a imaginar la cantidad de dinero que había en su interior.

 

¿De dónde había sacado todo ese dinero?

 

¿En qué te has metido John? Pensó lleno de angustia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).