Al día siguiente, muy temprano, Tsuzuki despertó algo adolorido y miró alrededor algo desorientado cuando una ráfaga de recuerdos del día anterior cayó sobre el cómo su fueran un balde de agua. Inmediatamente, el hombre se incorporó y comenzó a vomitar desesperado al recordar lo que el hombre de cabello plateado le había hecho.
Cuando ya logro controlarse, busco con la mirada al otro y al ver que no estaba se puso de pie con dificultad chasqueando la lengua;
"Ese desgraciado" pensó para si cuando vio nuevamente su ropa rota y tirada en el piso "No puedo irme en estas fachas." Tsuzuki logro caminar hasta el baño, sosteniéndose de cualquier cosa que estuviera a su alcance cuando vio sobre el lavabo un traje completo y una nota. El castaño la tomó y comenzó a leer;
"Mi querido Asato:
Espero que esté traje sea de tu talla, ya que por destruir el otro en nuestra noche de pasión, era justo compensarte con uno nuevo.
Es bastante delicado, así que atesóralo.
Nos volveremos a ver.
Muraki Kazutaka"
El shinigami arrugó la nota y lanzándola al basurero, se comenzó a vestir con algo de disgusto y aceptando su triste realidad: fue rechazado por sus amigos, violado por un pervertido loco y ahora debe usar un regalo que no pidió.
Sin más, el ojo violeta respiró hondo y salió por la puerta, dirigiéndose a EnmaCho, sabiendo que llegaría tarde a sus labores.
Tsuzuki llegó al edificio del ministerio pasadas las 10am. Sabiendo que recibiría un regaño, se encaminó en carrera a la oficina de Konoe, topándose en el camino a un par de compañeros que simplemente le ignoraron cuando esté les saludo alegremente.
El shinigami llegó hasta la oficina del líder del departamento y tocando la puerta, entro sin esperar respuesta, algo que hacía muy seguido;
-buenos días Konoe-kaicho, - dijo recibiendo una severa mirada de parte del mencionado y su secretario -siento llegar tarde, tuve un contratiempo y me he atrasado
-hasta que por fin te dignas a presentar tu cara por aquí… aunque… ¿no te dije ayer que no quería verte merodeando por aquí el resto de la semana? - preguntó el hombre cuando Tsuzuki lo miro asustado
-pensé... Pensé que solo lo había dicho por el calor de momento, no pensé que fuera verdad... Usted suele...
-lárgate de una vez y no me hagas perder más mi tiempo ¡que ya ha ido bastante! - grito de nuevo el hombre asustando al otro
-pero... ¿me han estado buscando?
- ¡anoche te necesitábamos! ¡No ahora! ¡Largo!
-vaya inmediatamente a la Mansión de los Cirios, Tsuzuki-san- agrego Tatsumi con irritación
- ¿por qué? - pregunto el otro siendo fulminado por la mirada de su excompañero
-no cuestione y solo vaya
-y que te quede claro, ¡estás suspendido el resto de la semana! - soltó de nuevo el jefe
- ¿que-que pasara con mi paga?
-ha sido retenida para arreglar todos los daños que ocasionó el día de ayer- dijo de nuevo el secretario
- ¡ya dije que no he sido yo! - soltó por fin el otro con ojos llorosos -Me acusan de algo que no hice y ¿me suspenden? ¡¿Dónde están mis derechos?!
-Aquí no tienes ninguno ¡maldito holgazán! - Konoe se puso de pie y golpeó sus manos contra el escritorio -solo eres uno más que trabaja aquí y gracias a tu estupidez e incompetencia tengo una cita con el gran rey Enma! Esta vez... No abocaré por ti
-yo... - Tsuzuki los miro por última vez y salió en carrera por la puerta chocando con Watari y Wakaba
- ¡Tsuzuki-san! - soltó la chica molesta
- ¡hasta que por fin apareces! - dijo de igual forma Watari -ayer hicimos el ridículo en la Mansión de los Cirios porque que no apareciste
- ¿de qué estaba hablando? - pregunto el shinigami mirándolos confundido - ¿qué pasó ayer?
-Hakushoku-sama hizo una fiesta en tu honor y tu ni por tus luces. - explico la chica mirándolo con recelo -Se enojo mucho por eso
-a mí nadie me invitó a ir ...
- ¡es porque desapareciste idiota! Y Konoe-kaicho llevo la peor parte- dijo Watari comenzando a alejarse junto a la chica y dejando al otro sin poder decir nada.
Al instante, Tsuzuki comenzó a correr hasta la Mansión de los Cirios, donde entró sin siquiera tocar, encontrando al conde sentado frente a su escritorio en la oficina del segundo piso;
- ¡conde! - soltó agitado - ¡yo no salía nada de ayer! ¡Nadie me invito ni me informo! Yo...
-no necesito escusas Tsuzuki. - dijo el invisible hombre con molestia y sin mirar al hombre que estaba detrás de él -Realmente fue una enorme falta de respeto hacia mí el que usted no haya asistido... Me hizo quedar como un tonto
-pero... ¡Hakushoku-sama a mí nadie me informo! En la mañana me echaron de EnmaCho, me culparon de algo que no hice y todos olvidaron mi cumpleaños... Nadie me dijo nada de una fiesta. - el conde no se volteó en ningún momento y continuo en lo suyo -Conde... por favor... No me ignore y escúcheme... De verdad lo lamento, no fue mi intención nadie me dijo nada y yo... Ayer... Estuve... Yo- el shinigami sollozo algo en voz baja cuando salió por la puerta y corrió por los jardines buscando a Hisoka.
El hombre camino un poco cuando su estómago empezó a sonar;
-no he comido nada desde anoche. - soltó al aire entrando de nuevo al edificio del departamento y dirigiéndose al comedor de empleados donde encontró a Yume y Saya, sus compañeras de Hokkaido; -Hola chicas, - saludo con tristeza, pero una sonrisa - ¿han visto a Hisoka?
- ¡Tsuzuki-san! ¡Feliz cumpleaños! - soltaron las chicas abrazándolo con fuerza y dándole un pequeño regalo
-gracias- susurró el otro cuando los tres se acercaron hacia la cocinera que servía el almuerzo.
Las chicas estaban hablando cuando la mujer que servía miro a Tsuzuki con tristeza;
-lo siento Asato-chan, pero Konoe-kaicho nos prohibió darte servicio- dijo negándole el plato que estaba a punto de tomar
- ¿que? ¿por qué? - soltó el hombre angustiado cuando su estómago sonó con fuerza
-es parte de tu suspensión, no puedes ser atendido por nadie del departamento... Lo siento querido
-nosotras lo pagaremos- dijo Yume cuando el otro negó con la cabeza y salió por la puerta en silencio mientras que Saya le pregunto a la mujer porque habían suspendido a su amigo.
El castaño camino por largo rato hasta que llegó al dojo de arquería y fue cuando vio a Hisoka practicando. Tsuzuki sonrió y se acercó rápidamente;
- ¡Hisoka! - soltó mientras el menor se mantenía de espaldas y lanzaba una flecha -Me alegra encontrarte, de verdad necesitaba encontrarte... Todos me han tratado mal hoy y sin hablar de ayer... ¿Sabías que me suspendieron? Tú me crees cuando te digo que yo no hice nada ¿verdad? ¿Hisoka? - Tsuzuki se acercó y se dio cuenta que el otro lo estaba ignorando, de nuevo era ignorado y rechazado por uno de sus compañeros -Hisoka por favor dime algo... Yo...- el hombre cayó hincado al suelo justo cuando Terazuma iba entrando. El shinigami de ojos negros se hizo hacia un lado de la pared y miro al que yacía en el piso y al que lo ignoraba.
Tsuzuki respiró con fuerza y comenzó a hablar de nuevo;
-Hisoka por favor... Tu mejor que nadie debería saber que no estoy mintiendo con respecto de lo que pasó ayer. Yo me levanté temprano y tome lo que me quedaba de dinero para comprar los panecillos especiales de Bakku-den y los traía para compartir con ustedes, pensando que me felicitarían o al menos me dirían algo por mi cumpleaños... ¡Hasta que todos se enojaron por algo que juro que yo no hice! Ahora resulta que estoy suspendido y me niegan hasta la comida de la cafetería... ¡Y no he comido nada desde ayer, cuando... - el hombre respiro cuando el menor lanzó otra flecha dando de lleno en la diana -Yo no supe nada de la cena con el conde porque nadie me avisó ¡y ya me disculpé antes de que digas algo! Pero él... Me mostró su desprecio como todos lo han hecho hoy.
>> Ayer cuando él jefe me grito que me fuera, estuve paseando por el parque del centro cuando me encontré con... Muraki... - Hisoka bajo el arco un momento y escucho con atención, cosa que también hacia el otro shinigami que estaba oculto -él me invitó a comer y luego... Luego... Yo me sentía muy mal y caí en su trampa. - Tsuzuki soltó un par de lágrimas mientras que Hisoka aún se mantenía de espaldas -Muraki me atacó y me lastimo mientras... Me... ¡Hisoka mírame! - grito ya molesto mostrando una cara de dolor que solo Hajime vio, unas gruesas lágrimas bajando por las rojas mejillas de su compañero -No me rechaces... Por favor Hisoka... Necesito... Necesito a mi compañero, a mi amigo... No sé cómo afrontar esto... Y tengo miedo... Me siento muy mal... ¿Hisoka? ¡¿Por qué me rechazas?!- grito de nuevo levantándose y tomándole la manga de su hakama. El chico se soltó de golpe y lanzó otra flecha cuando Tsuzuki se hizo hacia atrás -No quiero estar solo de nuevo. - susurró alejándose de menor que seguía en lo suyo. El castaño respiró con dificultad y se dio la vuelta sosteniéndose la muñeca en la que llevaba su reloj, aquel que escondía sus marcas -Entiendo... Es tanto el desprecio que tienen todos por mí que me... Pensé que esto se había acabado hace años, - sonrió -ya no... Ya no molestaré más, lo siento- dijo el hombre saliendo por la puerta mientras que Hajime aparecía, por un lado;
- ¿no has sido demasiado duro con él chico? - pregunto el pelinegro cuando Hisoka cayó de rodillas -Se que es un tonto, pero…
-sus emociones... Me perturban- soltó el niño cuando fue levantado por el mayor.