Tsuzuki entro a su apartamento, se acercó a su pequeño armario y tomando una mochila comenzó a meter sus trajes y su poca ropa informal.
Cuando acabo, tomo el peluche de pingüino que estaba sobre su cama y lo abrazó, peluche que le perteneció a Kazusa;
- ¿porque no puedo morir? - le pregunto al animalito de felpa mientras tomaba un cuchillo de cocina y lo insertaba en el estómago. El hombre grito y se tiró sobre la cama mientras sangraba y al mismo tiempo se cerraba su herida - ¿Porque todos me rechazan? ¿porque me alejan? ¿Tanto me odian? - Tsuzuki se sentó y miro un momento hacia la puerta -Todos menos él... Muraki dijo que me deseaba y que me amaba... ¿Será la única persona que no me rechazará en este momento? - el shinigami tomo sus cosas y salió por la puerta con el pensamiento de dónde podría encontrar al hombre, ya que generalmente él era el que lo ubicaba.
El shinigami salió de EnmaCho y se dirigió hacia el centro de Tokio, caminando por las calles hasta que se hizo muy tarde, así que tomó la decisión de sentarse en el parque y sin más se quedó dormido.
. . .
Wakaba irrumpió en la sala de reuniones junto a su compañero, sorprendiendo a Hisoka, Watari, Konoe, Tatsumi y los Gushoshin quienes veían unas fotos en la pantalla;
- ¡ustedes son las peores escorias de este mundo! - grito la chica enojada cuando Tatsumi encendió la luz
- ¿disculpa? - pregunto el secretario molesto
- ¿cómo pudieron tratar de esa forma a Tsuzuki-san?
- ¿tratar cómo? - pregunto Watari cuando la chica se acercó a Hisoka y lo levanto con fuerza
-Tsuzuki fue, buscó a su amigo ¡y le diste la espalda! ¡Él te dijo que fue atacado y violado por ese doctor pervertido y a ti te valió! – grito cuando Hajime la separó dejando al menor en silencio
- ¡¿qué le paso qué?! - preguntó Watari alterado
- ¡Hajime lo escucho todo! Cuando él le confesó a Hisoka lo que pasó y cuando le pidió que no lo rechazará... ¡Te necesitaba!
-todos nos comportarnos mal con él y creo que se nos pasó la mano- objeto Tatsumi subiéndose los lentes con una mano
-vayan a buscarlo y tráiganlo de inmediato- soltó el jefe cuando el rubio salió de la habitación seguido del chico empático y la niña.
Los tres corrieron hasta el apartamento de su amigo y tocaron la puerta con fuerza sin recibir respuesta. Watari la iba a forzar cuando está se abrió sola;
- ¿Tsuzuki? - pregunto al entrar y encendiendo la luz vio la sangre que estaba en las cobijas de la cama de su amigo - ¿sangre?
-no están sus cosas- dijo la chica castaña viendo los cajones vacíos
-Se fue no hace mucho, - exclamó Hisoka -sus emociones aún están aquí. Su tristeza, desesperación, dolor, angustia... Es muy pesado... Pero... El rechazo
-no de nuevo, no podemos dejarle. - soltó Konoe entrando por la puerta -Espero que solo sea un berrinche de su parte
-vamos a buscarlo- dijo el secretario saliendo con el resto del equipo.
. . .
La mañana había llegado, Tsuzuki se estiró sintiendo unas suaves sabanas bajo sus manos. Con pereza, abrió sus ojos encontrándose con el rostro durmiente de Muraki a su lado, lo que hizo que gritara sorprendido y cayera al piso con fuerza;
-ay, ay, ay- dijo sobándose la cabeza, cuando el doctor se despertó y se estiró
-buenos días Tsuzuki-san- dijo conteniendo un bostezo cuando el mencionado se asomó por el borde de la cama
- ¡Mu-Muraki! - soltó asustado - ¿dónde estoy? ¿porque está usted aquí?
-está en mi casa. - contestó poniéndose en pie -Anoche saliendo del trabajo lo encontré durmiendo en el parque junto a esa mochila y ese animalito de felpa, así que lo traje aquí y no se preocupe, no le hice nada, estaba agotado. - Tsuzuki se levantó y lo miró mientras el hombre tomaba en sus manos el pingüino -No sabía que le gustarán los peluches
-ese es especial- dijo el shinigami arrebatándoselo y acariciándole la cabeza. El doctor suspiro y lo miro
- ¿qué hacía en el parque dormido Tsuzuki-san? - pregunto cuando el otro bajo la cabeza y le dio la espalda
-dejé EnmaCho, - comenzó a decir sin mirarlo -todos me trataron como escoria y me rechazaron... También me suspendieron, así que mejor me fui
- ¿y a donde irá ahora?
-yo... No lo sé- Muraki suspiro
-puede quedarse aquí mientras tanto. Lo veré más tarde, debo ir a trabajar- dijo cuando se acercó a la puerta. Tsuzuki lo detuvo tomándole la camisa cuando el otro se volteó
-Muraki, espere un momento. - Tsuzuki respiró y aún sin soltarlo comenzó a hablar -Todos me rechazaron, me odian y yo... No quiero estar solo
- ¿y? ¿Qué tengo que ver yo aquí?
-usted dijo... Que me deseaba y que me amaba
-deseo su cuerpo Tsuzuki-san, - dijo el hombre acariciando levemente su mejilla -pero en efecto, a usted lo amo completamente
-entonces yo.... Yo estaba buscándolo a usted porque... Es la única persona que... Creo que me quiere cerca y yo quería... Quería ver… - el hombre se sonrojo y miro al otro a la cara - ¿puedo quedarme con usted, Muraki? - el doctor abrió los ojos sorprendió y abrió la boca un momento
-Tsuzuki-san, usted me está diciendo... ¿Qué quiere quedarse CONMIGO? - dijo sorprendido
-al menos, aunque sea físico, usted me aprecia y yo... Tengo miedo-. Sin más, el peli plata lo abrazó con fuerza y le besó la frente con cariño
-puedes quedarte conmigo todo lo que quieras, siempre y cuando establezcamos unas reglas, mi amor
- ¿reglas?
- ¡Kazutaka-san! - escucharon afuera de la puerta - ¡es tarde! - Muraki refunfuño
-vendré en un par de horas, así que cuando vuelva... Hablaremos. Por ahora puedes descansar un poco más y pedirle a Sasaki todo lo que necesites
- ¿a quién?
-el mayordomo. - el hombre se cambió rápidamente y tomando su gabardina, se la colocó y abrió la puerta -Nos vemos en un par de horas
-emm si- el hombre de blanco sonrió una última vez y salió por la puerta.