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Tenshi no merodi por KoichiBielefeld18

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Notas del capitulo:

Un encuentro inesperado hace que Tzusuki obtenga un fuerte castigo, pero eso no le hizo borrar la enorme sonrisa que se dibujo en su rostro

Luego de un par de días en Kioto, Muraki llegó hasta donde se encontraba Tsuzuki mirando el estanque con peces que había en el jardín y jugando con ellos, cuando tocó suavemente su hombro haciendo reaccionar al otro;

-Kazutaka-san- exclamó el shinigami sonriéndole

-Asato, ¿qué haces afuera? - pregunto el doctor algo molesto -Te pedí que no salieras al jardín sin compañía

-lo siento, estaba aburrido. - respondió el otro bajando la cabeza - ¿Estas molesto?

-mmmm por ahora no. - el doctor se agachó junto al otro y le besó la mejilla -Esta noche saldremos, hay un concierto en el teatro y mis superiores me han invitado. Podría gustarte, es una eminencia de Japón

-de acuerdo- dijo el otro levantándose y entrando al lugar.

Por la noche, los hombres estaban sentados en el teatro admirando el concierto cuando el presentador anuncio al siguiente concertista, una eminencia del violín en Japón;

-y ahora con ustedes… ¡Minase Hijiri! ¡Interpretando el trino del diablo! - anuncio el hombre ante la ovación de todos. Tsuzuki al oírlo se emocionó mucho, cosa que no paso por alto su acompañante

- ¿acaso le conoces Asato? - preguntó algo nervioso el hombre

-sí, - asintió Tsuzuki emocionado -es un amigo de Tokio... Él me salvó en una ocasión, cuando ese demonio se apoderó de mí

-entiendo- el doctor juntó sus manos sobre sus regazos y continúo escuchando el concierto manteniéndose alerta.

Cuando el concierto acabo, se hizo una ovación de pie y todos salieron del salón para saludar a los concertistas que estaban afuera.

Muraki tomó a Tsuzuki de la mano y salió del lugar en carrera, cuando un joven de cabello negro corrió hacia ellos;

- ¡Tsuzuki! - grito el chico haciendo que el hombre se detuviera y volteara con una enorme sonrisa

- ¡Hijiri! - grito cuando el chico se lanzó sobre él, abrazándolo con fuerza

-Tsuzuki estoy tan feliz de encontrarte aquí, pensé que nunca te volvería a ver. - el chico se soltó y miró hacia todo lado - ¿y Hisoka? ¿Dónde está? - el hombre bajo la cabeza

-no estoy con él ahorita

- ¿Se han peleado de nuevo? - pregunto el otro -lo siento- el shinigami sonrió

-no te preocupes y déjame presentarte a mi amigo. - el hombre jalo al doctor del brazo y lo puso frente al chico -Él es el doctor Muraki Kazutaka y él es Minase Hijiri

-un placer. - dijo el hombre sonriendo cortésmente -Tienes un parecido increíble con Kurosaki-kun

- ¿usted también es uno de ellos? - susurró el menor cuando el hombre sonrió

-no. Solo soy un doctor

-oh. - el chico volteó a ver a Tsuzuki y lo abrazó de nuevo -Estaré un par de días más en Kioto, ¿podríamos ir a comer algo mañana o desaparecerán de nuevo? - el mayor sonrió

-me gustaría llevarte a la cafetería que está por el templo del dios zorro, es deliciosa- dijo cuando se le iluminaron los ojos. Muraki lo vio y lo jalo un poco en señal para que se fueran. Tsuzuki entendió lo que querían decirle y separándose del menor comenzó a alejarse - ¡Nos vemos mañana a medio día enfrente del templo! - grito comenzando a caminar con el otro.

El camino fue bastante silencioso.

Al llegar a la casa del hombre, Tsuzuki entro tranquilamente cuando Muraki lo giro y lo agarro fuertemente por las muñecas;

-auch- exclamó el shinigami de ojos violeta en voz baja cuando el otro lo miro enfadado

-no creo haber aceptado ni permitido tu salida de mañana cariño- comenzó a decir Muraki ante el rostro asustado del otro

-yo, solo… no lo pensé… estaba tan emocionado de ver a Hijiri-kun, que solo salió de mi

-no me gusta la manera en que ese chico te toco, Asato- dijo el doctor presionando con fuerza las manos del otro - ¿acaso le gustas?

-claro que no, es un buen amigo cómo... Hisoka- susurró siendo jalado por el otro

-sabes cuánto detesto que te pongas a pensar en otros estando conmigo y más aún en ese mocoso

-lo-lo siento

-debes ser castigado por eso... Tsuzuki-san-. El hombre de ojos grises tomo al otro y caminando rápidamente, entro en una de las habitaciones y lo empujó contra la cama apretando con fuerza sus muñecas contra el respaldar

-por favor... Dijo que no iba a volver a ser violento... Mis muñecas… - sollozo el otro. Aunque le doliera admitirlo, él no era tan fuerte como el hombre que estaba sobre él. El shinigami tenía una fuerza espiritual increíble, pero su fuerza física era menor que la de un niño -me duele... Kazutaka-san

-estoy molesto Tsuzuki-san. - Muraki soltó los brazos del otro por un momento y lo miro -Desvístete

-no quiero- tembló el castaño bajo el enorme y pesado cuerpo del doctor

- ¿Qué dijiste? ¿Te di alguna opción?

-es-estas muy enojado y cu-cuando estás así... Eres violento y yo no... Aún no me he curado de la última vez

-eso fue hace bastante tiempo, Tsuzuki-san- el hombre se movió -y si no quieres que de verdad me enoje haz lo que te digo

- ¡no! - grito el castaño empujando al peli plateado y pegándose al respaldar de la cama - ¡no quiero esto!

-entonces tendré que eliminar a quien me estorba.

Muraki se puso de pie y se acercó a la puerta cuando fue sostenido por el shinigami;

-no le hagas daño a Hijiri, lo prometiste

-y tu prometiste ser obediente ¿Que acaso ya olvidaste como te cuide después de que esas personas te maltrataron y te hicieran a un lado como antes?

-yo... Lo siento- dijo Tsuzuki besando suavemente al otro mientras se quitaba su saco y el doctor le abría la camisa blanca y le aflojaba la suave corbata negra que traía puesta.

Sin romper el beso, ambos se acercaron a la cama y Tsuzuki fue recostado en ella mientras que el otro se quitaba su saco, lentamente tomaba las manos del menor y las amarraba por sobre su cabeza con la corbata. Al sentirlo, el castaño rompió el beso y lo miro aterrado;

- ¿qué? - pregunto intentando soltarse, pero el otro lo detuvo cuando comenzó a abrir su pantalón

-tranquila mi querida muñeca, - dijo con capricho -es solo que sabes cuando me encanta tener el mando y cuánto me encanta tenerte bajo mi poder

-me... Mngh... Duele

-es tu castigo por lo de hoy. - susurró el doctor lamiendo y tocando el fuerte pecho del shinigami. El hombre bajo hasta tocar los muslos internos de su amante y comenzó a bajarle la ropa interior mientras que el otro solo gemía con los roses que recibía -Abre tus piernas Asato, - ordenó haciendo que el otro cumpliera. Al hacerlo, tomo el miembro del castaño y lo comenzó a lamer lentamente ocasionando que el otro se revolcara ante los toques.

Luego, con un poco más de fuerza metió un par de dedos en la boca de su acompañante quien comenzó a lamerlos con desesperación como si fueran su dulce favorito.

Al sentir que ya estaban bien lubricados, el doctor los acercó a la entrada del castaño y los metió de golpe haciendo que Tsuzuki encorvara su espalda y soltará un gemido doloroso;

-sabes cuánto durará el dolor, así que cálmate

-me-mételo ya... por favor- suplico el otro ante la risa del peli plateado

-aun no... Súplica un poco más

-te lo... Ah... ¡Me... ven... Kazutaka! - el shinigami de ojos violeta llegó al éxtasis y se corrió en la boca del otro, haciendo que el doctor se quitará molesto y escupiera en el suelo

- ¡te he dicho que avises! - soltó molesto dándole una fuerte bofetada - ¡date vuelta! - ordenó cuando el otro obedeció en silencio -Ya sabes que hacer-. Tsuzuki se puso en cuatro patas y levantando su trasero algo asustado se lo ofreció al otro, recibiendo de inmediato fuertes azotes con el cinturón de su compañero. El shinigami rechino los dientes sin decir palabra alguna.

Cuando Muraki termino, se alineó detrás del sollozante oji violeta;

-continúenos... Mi querido Asato.


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