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MÁSCARAS EN RED por agnetasteam

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Vivian Wong se encontraba en la cocina de su apartamento en la periferia de Ciudad Dominó, disfrutando de sus últimos días de licencia. Aunque la palabra "disfrutando" no reflejaba demasiado la realidad cuando se había pasado cerca de dos tercios del tiempo ordenando y limpiando su propia casa.


Por suerte podía realizar esas actividades mientras escuchaba la radio. En ese momento estaban transmitiendo uno de sus programas preferidos, llamado "La casa Cien", donde se transmitía música popular de Dominó solicitada por los oyentes que llamaban; la misma música que tocaban en los boliches próximos al muelle a los que solía acudir con sus sobrina. Los locutores debatían temas de actualidad con cierto grado de humor.


Si bien siempre escuchaba ese programa mientras trabajaba, tenía que estar pendiente de que sus supervisoras no la notaran con los auriculares puestos, lo que le restaba cierta atención al contenido del mismo. La supervisora más estricta era la de la escuela de su hijo Luke, donde se desempeñaba como auxiliar de limpieza desde el mediodía hasta las cinco de la tarde. Coincidía con el turno que Luke cursaba, y siempre se venían juntos de la escuela, excepto por esas últimas dos semanas.


Faltaba aún una hora para ir a buscar a Luke, por lo que decidió preparar unos scones caseros para tres, en caso de que su sobrina se decidiera a pasar por su casa al salir de trabajar.


Otra de las actividades que solía hacer mientras estaba sola era entrar al chat móvil. Era una página bastante simple para celulares que no consumía tantos datos como otras páginas de chat, que no exigía celulares de última generación para visualizarse de manera correcta y en la que se podía conocer gente muy amena.


Si bien la cantidad de personas en Ciudad Dominó que utilizaban ese chat se contaba con los dedos de la mano, el número de usuarios incrementaban considerablemente al referirse a Japón en su totalidad.


Una de sus amigos preferidos era de la capital. Se apodaba Angeluz, aunque por el tiempo que llevan chateando Vivian sabía que su nombre real era Isono. También sabía otras cosas, como que al igual que ella tenía un hijo pequeño, que estaba casado—aunque más convencido de separarse que de intentar que su matrimonio funcionara una y otra vez— y que trabajaba como guardaespaldas principal de uno de los hombres más ricos, importantes y temidos del país nipón: Gozaburo Kaiba.


Llevaba años usando ese chat y por ese motivo se había convertido en moderador del mismo en su país. Estaba en contacto directo con la creadora del sitio y para Vivian ese tipo de amigos también era un privilegio, ya que nunca se podía adivinar qué tipo de conflicto se podía generar en el chat. Sabía por Isono que habían tenido unos casos de usuarios falsos que distribuían en el sitio contenidos pornográficos y que engañaban usuarios para hacerse de fotos censurables que luego eran publicadas en otras páginas para adultos sin que sus autores se enteraran. El peor de los casos que Isono le comentó fue sobre un grupo de usuarios japoneses que coordinaban servicios sexuales con menores de edad.


Vivian odiaba ese tipo de personas; eres tan cobardes que se metían con niños que no podían defenderse.


En su momento Isono le contaba detalle por detalle lo que iba ocurriendo con aquella investigación pero poco a poco la información fue menguando y ella se fue olvidando de consultarle respecto. Pero no podía hacerlo ahora, ese día ya había sido bastante complicado para su amigo. Le estuvo contando que había organizado una salida con su hijo por meses, salida que su esposa frustró al llevarse al niño a la casa de sus abuelos y que ello desencadenó una discusión muy grave entre ambos.


Su función como moderador del chat seguramente fuera de los últimos temas que Isono quería conversar. Aparte, por lo que le venía contando, sus desgracias no terminaron con su conflicto matrimonial.


Angeluz: Para colmo esta mañana tuve que bancarme el primer sermón de mi patrón en ocho años de trabajo y ni siquiera justificado.


Isono le contó que comenzó a trabajar para Gozaburo Kaiba con veinticuatro años cuando su hijo aún era un bebé. Y en aquel entonces parecía estar viviendo en una película, porque pasar de un día para el otro de ser un guardia de seguridad eventual en boliches cuando los dueños se acordaban de llamarlo a ser un guardia de seguridad en una de las familias más pudientes de Japón era utópico.


Isono no tenía ni experiencia ni la capacitación necesaria, mucho menos los contactos; sin embargo, Gozaburo no solo confío en él para contratarlo sino que le pagó toda la capacitación que consideraba necesaria. Isono se preguntaba qué había visto Gozaburo en él. Aún no estaba seguro de la respuesta. Y a veces le daba miedo encontrar una respuesta. El trabajo en esos ocho años había sido maravilloso. Gozaburo tenía muchos enemigos en el campo de los negocios y en el político, pero Isono y sus otros compañeros no habían estado en circunstancias en que tuvieran que arriesgar su vida por protegerlo. Tampoco a su esposas o a sus hijas.


El máximo peligro lo representaban las manifestaciones que hacían afuera de su mansión los activistas opositores al desarrollo y producción de armas que la Kaiba Corp tenía como objetivo.


Y por lo que Criquet, su superior y jefe de seguridad de la familia, le había contado,en sus casi 20 años de trabajo tampoco se había enfrentado con situaciones de vida o muerte.


Gozaburo estaba satisfecho con la eficiencia de Isono y a los dos años ya lo había integrado a su terna de guardaespaldas personales.


Vivian no se imaginaba por qué lo habría sermoneado esa mañana.


Divina 26: ¿Qué pasó que te sermoneó? Debe haber sido horrible recibir un rezongo que no debía ser para ti.


Sabía exactamente cómo se sentía; tras años de trabajo en empresas de limpieza tenía muy claro que, con la alta rotatividad de personal que había en el rubro, siempre iba a haber compañeras dispuestas a perjudicarla para asegurar su propia estabilidad en un local.


Isono le había contado que él tenía también un compañero bastante envidioso llamado Ushio Tetsu, quien había tenido algún que otro intento de dejarlo mal parado. Aunque todos fallidos; al menos quizás hasta ahora.


Angeluz: Porque su hijo se cayó por la escalera del sótano y el muy idiota se fracturó un dedo de la mano. Resulta que YO tenía que adivinar que se iba a caer.


Vivian pensó que aquella actitud de Gozaburo era absurda. Ella tenía un hijo y siempre trataba de prevenirle cualquier peligro, pero hay cosas que son imposibles de anticipar y que ese chico se cayera por las escaleras era una de ellas.


Más absurdo aún resultaba que pretendiera que Isono lo siguiera cuando estaba adentro de su propia casa. Su amigo era un guardaespaldas no una niñera y menos de un joven que rondaba los 20 años.


Divina26: No entiendo; ¿también lo tienes que seguir cuando está dentro de su casa?


Vivian observó por la ventana hacia el cielo. Había grandes nubes color gris oscuro que le hacían pensar que iba a comenzar a llover en cualquier momento. Lo mejor sería llevar una campera cuando fuera a buscar a Luke. Se dirigió al cuarto de su hijo y buscó entre todas las ropas que tenían desorganizada en el armario un abrigo. Tendría que hablar con Luke al respecto; no solo era la ropa que estaba desordenada, sus juguetes y sus útiles también. Era difícil transitar por la habitación con todo esparcido por el piso.


Iba a tener que ser menos permisiva con el niño hasta que se volviera más organizado. Siempre podía amenazarlo con dejar de llevarlo a la práctica si no le obedecía. Aunque el orientador técnico de su categoría no estuviera de acuerdo.


Lo cierto era que Luke era muy talentoso con el balón y era una pieza fundamental de su equipo. El orientador técnico se quería suicidar cada vez que Luke se lesionaba o enfermaba y no podía asistir a los partidos.


Y Luke amaba dedicarse al fútbol pero Vivían tendría que hacerle entender de una u otra forma que no debía descuidar los otros aspectos de su vida. Mucho menos el estudio.


El hijo de Isono no hacía deportes, era un niño bastante sedentario. Su amigo le contó que había tratado de introducirlo al básquetbol, al tenis, al fútbol pero no lo habían cautivado en lo más mínimo. Sin embargo, le encantaba la música y su padre le pagaba un academia particular para aprender a tocar el piano y el órgano.


Regresó a la cocina con una campera otoñal que dejó sobre la mesada para cuando saliera y volvió a revisar el chat. Isono le había respondido.


Angeluz: Es complicado de explicar...


De todas las respuestas que había podido recibir esa era una que Vivian no se esperaba. Si bien no tenía idea de cómo se manejarían a diario en una familia como los Kaiba; sabía que el compañero de Isono, Fuguta, se limitaba a acompañar a la hija de Gozaburo cuando salía de la mansión y no dentro de la misma. Lo mismo hacía Isono cuando trabajaba directamente con su patrón . ¿Que habría cambiado?


Divina26: ¿Se trata de información clasificada? Jaja, los expedientes secretos x...


Aún le restaba media hora para ir hasta la escuela y los scones ya estaban listos aunque Mai aún no le enviaban mensaje alguno de sí pasaría por su casa o no.


Angeluz: Si serán expedientes secretos que ni yo entiendo qué mierda está pasando y estoy metido aquí dentro todo el santo día.


Vivian releyó aquella respuesta teniendo la sensación de que el asunto era más serio que un simple enojo de Gozaburo porque su hijo se lastimó. Por un momento dudó en insistir. Quizás Isono estaba tratando de dar el asunto por terminado. Pero su curiosidad fue más fuerte.


Divina26: ¿Por qué no empiezas desde el principio entonces? Pensé que te habías enojado por el sermón que tu jefe te dio hoy, pero por lo que dices pareciera que hay más de lo que me contaste. Siempre me hablaste maravillas de tu trabajo.


No es que Isono le hablara todos los días sobre su trabajo. Pero en casi cuatro años que llevaban siendo amigos del chat y de la vida real le había comentado muchas cosas y todas positivas,excepto por algunas actitudes de Ushio.


Angeluz: Te voy a contar pero júrame que vas a mantener en secreto todo lo que te cuente.


Vivian sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y posteriormente se rió. ¿Acaso su subconsciente pensaban que era la heroína de una película de suspenso?


—¡Qué ridícula! —se dijo en voz alta. Al parecer miraba demasiada películas.


Divina26: ¿Qué diablos, Isono? Obvio que voy a ser discreta como siempre lo he sido. Me estás poniendo paranoica.


Isono y Vivían se habían conocido en persona dos años atrás. Casualmente, la hija de Gozaburo tenía una tía viviendo en la periferia de Dominó, a la que rara vez visitaba. En esas ocasiones Fuguta viajaba con ella. Pero en aquella oportunidad, su padre la acompañó, por lo que Isono y su superior debieron viajar también. Isono le comentó que estaba en Dominó y Vivian fue quien tuvo la iniciativa de proponer que se conocieran en persona. Después de esa ocasión, Gozaburo volvió a poner un pie en Ciudad Dominó una única vez seis meses después. Y no había vuelto a visitar esa zona desde entonces.


Isono volvió cada vez que estuvo de licencia; una de esas veces con su hijo, que congenió muy bien con Luke.


Angeluz: Está bien. Pero asegúrate de borrar los mensajes que te envíe porque en realidad no debería contarte estas cosas. Mi trabajo me exige de confidencialidad.


Vivian puso los ojos en blanco. Si Isono quería que borrara los mensajes los borraría. Cualquier información que le compartiera de la familia Kaiba no tenía ninguna utilidad para ella.


A no ser que se reabrieran los antiguos laboratorios que la Kaiba Corp tenía instalados en la periferia de Ciudad Dominó y necesitaran una auxiliar de limpieza. Pero eso no ocurriría; era impensable que Gozaburo Kaiba invirtiera un solo yen en aquella diminuta e intrascendente zona japonesa.


Divina26: ¡Los borraré todos! Cuéntame una vez que tanto suspenso me da más curiosidad, jaja.


Vivian miró la hora en la pantalla de su celular: apenas habían pasado 10 minutos.


Angeluz: Gozaburo me asignó como guardaespaldas de su hijo cuando se vino a vivir con él. Me propuso pagarme un cincuenta por ciento más de lo que ya cobraba, por lo que ni dudé en aceptarlo. Y al principio todo iba de maravilla. O al menos eso yo percibí.Los primeros meses casi no salía de la mansión, pasaba estudiando para dar los exámenes libres y revalidar el bachillerato aquí. Yo tenía pila de tiempo libre; incluso Gozaburo le permitía ir caminando donde quisiera y si pedía para salir sin mí lo autorizaba también.


Vivian presionó las teclas necesarias para avanzar en la pantalla pero el mensaje finalizaba allí. Recordó entonces que los mensajes de este chat tenían cierto límite de caracteres. No los iba a contar, pero esperaba que esté fuera el motivo y no Isono dándole más intriga al tema.


Divina26: ¿Y ahora lo tienes que seguir a todos lados?


Angeluz: Yo pensaba que iba a ser más complicado, lo había conocido cuando era más chico y era bastante inestable. Cuando comenzó la universidad Gozaburo me exigió que lo llevara y lo trajera en coche todos los días, lo que su hijo obviamente no quiso. Me pidió que lo dejara unas cuadras antes para que no lo vieran llegar conmigo. Yo acepté pensando que le daba vergüenza llegar en el tipo de auto que Gozaburo nos hace usar.


El tipo de auto que Gozaburo los hacía usar eran limusinas. El tipo gustaba de ostentar su fortuna de todas las maneras posibles.


Divina26: ¿Me vas a contar por qué cambiaron las cosas drásticamente o no? Jaja.


Vivian revisó el último mensaje mientras aguardaba la respuesta de Isono. Le llamó la atención que Isono hubiera conocido al hijo de Gozaburo con anterioridad . Jamás se lo había mencionado antes. Siempre hablaba de sus dos hijas de distintos matrimonios que vivían con él. Y a qué se refería con que era "bastante inestable"? Tendría que preguntárselo.


Angeluz: Así fueron los primeros meses de este año. En la universidad le iba de maravilla y Gozaburo estaba muy conforme. Tanto que cuando quiso buscarse un trabajo no le puso ninguna objeción, aunque yo diría que se ofendió de que no quisiera trabajar en su empresa. Todo iba bárbaro, aunque entre el trabajo, la universidad y la chica con la que estaba saliendo rara vez estaba en la mansión.


Yo un día me senté hablar de esto mismo con mi patrón, ya que su hijo prácticamente prescindía de mis servicios y él parecía no tener ningún reparo. Me dijo que continuará así, que estuviera a disposición cuando me precisara pero que no me preocupara. Cómo verás todo iba muy bien.


Vivian fue a responder cuando un nuevo mensaje le llegó.


Nueva solicitud de amistad: ¡a Setockr le gustaría ser tu amigo! Puedes visitar su perfil para aceptar o rechazar su solicitud mediante el siguiente enlace.


Vivian lo aceptó. Siempre aceptaba todas las solicitudes, aunque rara vez chateaba con usuarios nuevos. Retomó chat con Isono.


Divina26: Déjame adivinar: le empezó a ir mal en la facultad y se pudrió todo con su padre.


Vivian dudaba que se tratara de eso, no le parecía algo por lo que Isono tuviera tanto secretismo. Pero, ¿qué podría ser?


Al actualizar el chat vio que tenía otro nuevo mensaje aunque no era de Isono.


Setockr: Hola, mi nombre es Seto. Gracias por aceptarme. Te envié la solicitud porque yo también soy de Dominó, aunque hace un año y medio que vivo en Tokio.


Vivian dudó en responder, no tenía tiempo para empezar otro chat ni ganas. Cuando se decidió a saludarlo y nada más le llegó la respuesta de Isono.


Angeluz: No. Pero un día Gozaburo y su familia estaban cenando con el Doctor Hopkins y algunas de sus socios y su hijo se apareció de golpe y estaba destruido.


—Es el colmo —murmuró Vivian.¿Por qué Isono no le contaba todo de una vez y se dejaba de pausas dramáticas?


Divina26: ¿Qué quieres decir con destruido? No entiendo...


El Doctor Hopkins era el suegro de Gozaburo, el abuelo de su hija más pequeña. Eran socios desde hacía más de veinticinco años de había contado Isono. Al aparecer Kaiba le tenía una gran estima.


Angeluz: Yo estaba conversando con un compañero de trabajo cuando se apareció entrando por encima de los muros como si de un ladrón se tratara. Y aún no sé cómo lo hizo porque con los golpes que le habían dado no estaba en condiciones de andar de trepamuros. Yo le iba a decir a su padre cuando mi compañero le dijo que si se le ocurría parecer así delante de Gozaburo su padre lo iba a matar. ¿Y puedes creer que le hizo caso? Yo no lo podía creer.


Divina26: ¿Por qué entró de esa forma? ¿Quién lo golpeó?


Vivía miro el reloj y se sorprendió: ya eran las cinco menos cinco de la tarde. Los últimos minutos se le habían pasado muy rápido.


Angeluz: Yo no me enteré en el momento. Gozaburo no vio a su hijo hasta el día siguiente. Estaba furiosísimo. Yo me esperaba lo peor respecto a mí continuidad laboral pero para mi sorpresa no me responsabilizó en lo más mínimo. Pero me exigió que desde ese momento lo siguiera a todos lados. ¿Puedes creer que me quería aumentar el salario otra vez? Obviamente lo rechacé. No quise abusar de su generosidad.


Vivian pensó que Gozaburo era un jefe de maravilla y que Isono se había sacado la lotería. Aunque claro el tipo lucraba a costa de las tragedias nacionales.


Divina26: Bueno, ya entendí por qué tienes que seguirlo a cada instante. Aunque no me parece tan confidencial lo que me contaste. ¿Pero quién le pegó?


Vivian se puso la campera y tomó el abrigo que había separado para Luke. Cerró la puerta principal de su casa y comenzó a caminar hacia la escuela. En la esquina se cruzó con su vecina y compañera de trabajo de la noche, con quién limpiaba un Instituto de moda que había en el centro de Ciudad Dominó, de 18 a 20 horas.


—Siempre con el celular en la mano —la saludó la mujer pelirroja.


—Y tú siempre con el cigarrillo en la boca —le respondió.


—No, no. ¡No siempre!


Ambas se rieron a la vez. Su vecina caminó con ella hacia la escuela;evidentemente precisaba conversar con alguien tras dos semanas de trabajar sola.


—¿Cómo no voy a fumar con el hijo vago que me tocó? Me pone los nervios de punta.


"Aquí vamos de nuevo" se dijo Vivian. Conocía al hijo, se llamaba a Ameruda y siempre daba de qué hablar.


Por suerte, tenía un nuevo mensaje de Isono.


Angeluz: A eso me refiero con lo de confidencial. Pero te lo cuento después, tengo que ir con él a la casa de su novia. ACUÉRDATE DE BORRAR LOS MENSAJES. Hasta luego.


"Justo ahora" se dijo Vivian.


Isono ya estaba desconectado por lo que guardó el celular en el bolsillo y le dijo a su vecina:


—Bien, cuéntame todas tus desgracias de una buena vez.


Ambas se rieron.


 

Notas finales:

N/A: Luke aparece en el episodio 185.


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