Ameruda ingresó en su casa en la periferia de Ciudad Dominó a regañadientes. Detestaba ese lugar. Se había mudado allí luego de que su madre comenzará a salir con el "dueño" del inmueble, ya que le permitía ahorrarse la renta. Pero ese tipo, su padrastro, no era el verdadero propietario. Estaba ocupando lugar de manera ilegal durante años sin que el dueño verdadero logrará desalojarlos .
Ameruda temía que el día menos pensado se quedarán en la calle. Había tratado de conseguir trabajos para mudarse solo pero siendo menor y sin experiencia en Ciudad Dominó las posibilidades de que lo tomarán algún lugar eran prácticamente inexistentes. También detestaba a su padrastro. El tipo estaba todo el día entrometiendose en su vida, diciéndole cómo tenía que vestirse, como tenía que peinarse y otras cosas que Ameruda prefería ignorar, como sugerir que visitaran un prostíbulo y tratar de arreglar citas con cuantas mujeres conociera, sin importarle que le llevaran cinco, diez ó quince años.
El tipo era desagradable en todos sentidos. Se suponía que trabajaba pero Ameruda no estaba seguro de que eso fuera cierto o que el trabajo que realizaba fuera digno. En su casa no colaboraba con las tareas de limpieza o cocina, creía que tenía esclavos en la persona de su madre o incluso él mismo.
Cuando Ameruda se quejaba con su madre y trataba de demostrarle que esa relación era abusiva, esta lo ignoraba o le echaba en cara su mal desempeño en el Liceo y todo el tiempo que pasaba jugando en su computadora. ¡Como si se trataran de temas relacionados!
En ese momento regresaba a su casa obligado por su padrastro luego de que se lo cruzara en el ciber café en pleno horario de clase. No tenía la más mínima gana de continuar asistiendo a clases. Le iba mal en todas las materias, sus compañeros eran todos unos idiotas y los profesores estaban todos en su contra. El año siguiente iría al Instituto Técnico en el centro de Ciudad Dominó, ya estaba harto del secundario.
Decidió ir al ciber café con el dinero que su madre le había dado para los repartidos de fotocopias, dinero que ella le había pedido a su padrastro. Tenía suficiente para estar en el local durante todo el horario de clase y tanto su madre como su pareja supuestamente estarían trabajando por lo que si la directora llamaba a su casa no habría nadie que atendiera la llamada.
O al menos eso fue lo que creyó.
Sin embargo, su padrastro se había enterado que él estaba en el ciber café. Aún no sabía cómo porque durante el camino ignoró todos los sermones que el maldito se creía con el derecho de darle.
Encendió el grabador que tenía y puso la radio a todo volumen para que no se filtrara ni el más mínimo sonido de su voz en la recámara. Aborrecía la música tropical que pasaban a esa hora pero las opciones de emisoras en Ciudad Dominó eran extremadamente reducidas. En ese momento prefería cualquier cosa.
Lamentablemente la lectora de CD de su prehistórico ordenador estaba rota sino podía escuchar sus preciados discos.
Decidió entrar al chat desde su celular. Había podido actualizar sus sitios con nuevos contenidos mientras estaba en ciber, aunque no tantos como hubiera querido. Las máquinas del local eran apenas más modernas que la suya; se colgaban a menudo y la velocidad de descarga era reducida. Y tenían el descaro de cobrar la hora a un precio carísimo.
Tenía un mensaje sin leer así que lo abrió. No lo entusiasmaba en tanto como los comentarios en su sitio.
Nueva solicitud de amistad: ¡a Setockr le gustaría ser tu amigo! Puedes visitar su perfil para aceptar o rechazar su solicitud mediante el siguiente enlace..
Améruda lo aceptó y comenzó a buscar en musica en otros sitios de otros usuarios para descargar en su celular. Su móvil no tenía mucha memoria de almacenamiento por lo que para guardar nuevas canciones tendría que eliminar las viejas. Estaba un poco aburrido del viejo repertorio
Setockr: Hola, mi nombre es Seto. Gracias por aceptarme. Te agregué porque yo también soy de Dominó, aunque hace un año y medio me mudé a Tokio.
Ameruda no se encontraba en el día ideal como para cruzarse con alguien que sí había logrado escapar de esa ciudad fantasma que era Dominó, lo hacía sentir más consciente de su miseria.
Vampyrewithbrokenheart: Hola Seto. Lo bien que hiciste en irte de esta ciudad de mierda con gente de mierda. Ni bien pueda yo también me las tomo.
Setockr: Veo que te agarré en un mal día...
Ameruda reparó en que al hablar de la gente de Dominó, también se refería a sí mismo y a este Seto que no conocía aún pero tampoco parecía apropiado atacarlo así.
Vampyrewithbrokenheart: Disculpa. Es que realmente estoy harto de este sitio y las personas que me rodean. Cuando cumpla la mayoría me iré a vivir a otro lugar.
Incluso vivir en las calles sonaba más prometedor que vivir con su padrastro. Pero no le daría ese gusto al muy desgraciado de dejarlo solo con su madre.
Setockr: ¿Y por qué esperar?
¿Por qué esperar? ¿Este Seto no había visitado su perfil o qué? Apenas tenía 17 años, era evidente que a esa edad no contaba con los medios suficientes para valerse por sí mismo.
Vampyrewithbrokenheart: Porque para eso necesito dinero. O sea, trabajar.
Ameruda quería trabajar pero tampoco quería ser esclavizado como su madre que pasaba horas limpiando por dos pesos. Necesitaba que su primer trabajo fuera bueno, con posibilidades de ascenso. El tema era que en Dominó la gente exitosa y con ganas de trabajar ya había abandonado la Ciudad. Quedaban los envidiosos, los rencorosos y los estafadores. Era imposible crecer entre lobos.
Setockr: Búscate un trabajo ahora.
"¡Cómo si fuera tan simple!" pensó.
Vampyrewithbrokenheart: En Dominó no hay trabajo para menores.
Aunque su madre había comenzado a trabajar con quince años, eran otros tiempos. La ciudad era más próspera y el dinero rendía mucho más. Su madre también se había embarazado siendo menor. Con un trabajo precario y un hijo, era obvio que iba a terminar dependiendo de un vividor como su padrastro. No se tenía la autoestima suficiente y Ameruda tenía miedo de perder la suya también.
Setockr: Trabajo hay. Yo trabajé ahí siendo menor. Lo que tienes que hacer es buscarlo... y no estar lleno de pretensiones también.
Seto parecía medir las cosas en función de su propia experiencia. Pero un caso entre cientos no era significativo. Aparte, ¿qué clase de trabajo había tenido?
Vampyrewithbrokenheart: Acá son todos atorrantes. Seguramente me hagan trabajar para no pagarme. Y si empiezas sin pretensiones, después no tienes dónde reclamar.
Su madre había tenido un trabajo en donde, como la remuneración era muy baja, no le hacían los aportes correspondientes para que cobrara un poco más. Pero la empresa quebró y fue imposible para ella reclamar indemnizaciones.
Era mucho mejor ser patrón que empleado. Ameruda aún no sabía bien cómo, pero sería el dueño de su propia empresa.
Setockr: Eso puede ser... ¿por qué no me cuentas qué te molesta tanto para empezar?
Su madre abrió la puerta de su cuarto de repente. Para su sorpresa no hizo ningún escándalo ni escena turbulenta.
—Ameruda, ven a la sala que quiero conversar contigo. Y baja el volumen de la música que los vecinos van a empezar a quejarse.
Sin decir más se retiró. La muy pesada no podía llamarlo y nada más. Quería dirigir todos los aspectos de su vida también. ¿Qué si la música estaba alta? Los vecinos molestaban todo el tiempo y él no les hacía ningún escándalo.
Vampyrewithbrokenheart: Después te cuento. Llegó la bruja de mi madre. Me tengo que desconectar.
Respiro profundo y se preparó mentalmente para verle la cara al idiota de su padrastro nuevamente. Seguramente tendría una mueca triunfal en su estúpido rostro. ¡Cómo lo odiaba!