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Punto de mira, presión en el gatillo, no despistarse. por BloodyMoon

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Notas del capitulo:

¿Qué tal todo?¿También en vuestro país estáis en cuarentena?

Prometo sumar mi granito de arena publicando el fanfic tan rápido como pueda. Espero que no os maten mucho a trabajo si también estáis encerrados en casa, como es mi caso, porque tengo mil trabajos de la universidad y es horrible.

Mucho ánimo a todxs y cuidaos un montón. <3

Al día siguiente, Gideon pidió a todos que no dijesen nada sobre la prueba de tiro de su compañero más joven, porque no la había superado. No importaba, podría repetirla en dos semanas. Sin embargo, Derek Morgan aprovechó la conjetura para burlarse de él colocándole un silbato al cuello; ya que no tenía arma, que llamase la atención de los que sí con él.


Spencer se quitó el silbato con furia. Por una parte la broma no le había hecho ni pizca de gracia; por otra, Morgan era uno de esos candidatos a ser elegidos por Hotch antes que él. Era casi perfecto. Claro que no esperaba ser correspondido por su superior, pero imaginar siquiera que Hotch terminase escogiendo a alguien como Morgan antes que a él...


Por suerte, su mente volvió a centrarse cuando J.J. apareció en escena repartiendo los informes de un nuevo caso. Un asesino en serie desde larga distancia, o A.S.L.D. Iba a ser un caso difícil, la unidad no había atrapado nunca a uno gracias a un perfil.


Reunidos en la sala de conferencias, Hotch explicaba lo sucedido. Un A.S.L.D. iba ya por su tercer asalto. No había testigos, ni balas, ni pistas. Solo quedaba el perfil. Por eso la policía del lugar se había puesto en contacto con la Unidad de Análisis de Conducta del FBI.


A penas dos horas más tarde estaban en un avión dirección Des Plaines, Illinois. Tal y como había dicho Hotch, los A.S.L.D. eran mayoritariamente hombres a los que les gusta darse a conocer, marcar su autoría públicamente. Sin embargo, tan solo una de las víctimas de este sudes había sido mortal, las demás solo heridas. ¿Le faltaba al sujeto puntería para hacer más daño o simplemente carecía de voluntad para disparar a un lugar fatal?


La distancia entre Quantico, Virginia, ciudad sede de la UAC, y Des Plaines era de poco más de hora y media. Spencer agradeció la breve duración del vuelo cuando su jefe se sentó frente a él. Estaba relajado, con la espalda pegada al asiento, releyendo su informe. El más joven tenía sus papeles sobre la mesa y tuvo que forzarse a bajar la mirada cuando vio a su jefe relamerse el labio inferior para hidratarlo. Aquella imagen había sido demasiado para él. 


-Reid, ¿te encuentras bien?


La voz de su jefe sonaba distante, pero percibió también algo que no logró discernir, quizá preocupación. Asintió efusivamente con la cabeza y dio gracias cuando empezaron a descender para aterrizar.


En el camino al Parque Franklin, lugar del último tiroteo, Hotch conducía y charlaba animadamente con Morgan, que iba en el asiento del copiloto. Pensativo, Spencer les observaba desde la parte trasera. Desde su suspenso, Hotchner no había vuelto a dirigirse a él de la forma en que solía hacerlo. Le daba miedo que su distanciamiento fuese culpa suya, de su incompetencia. 


Llegaron al parque y saludaron formalmente a la agente al mando, la señora Calvin. El primer punto era tratar de averiguar si estaban ante un sádico o no. Tras mucho discurrir, llegaron a la conclusión de que el sudes disparaba desde su coche, que buscaba el sitio perfecto visitando el lugar con antelación y de que no se quedaba a ver sufrir a las víctimas. Es decir, no se trataba de un sádico, si no de un psicópata bastante inteligente, todavía más difícil de encontrar.


Mientras tanto, Gideon, J.J. y Elle estaban en el hospital al que habían sido trasladadas las víctimas del tiroteo más reciente. Tan solo una bala se había mantenido intacta, sin fragmentarse, pero su posición en la columna vertebral de uno de los pacientes impedía su extracción. El doctor Landman insistía en poder recuperar la bala sin problemas de forma muy arrogante, el equipo no terminaba de sentirse cómodo en su presencia. Finalmente, el personal al cargo del asunto accedió a las peticiones del doctor. Durante la operación, Gideon explicó a sus compañeras su teoría. El sujeto había elegido la hora de cambio de turno policial, momento en el que hay menos patrullas en las calles, con lo que muy probablemente se tratase de un oficial de algún cuerpo de seguridad, de otro modo no conocería los turnos ni el momento preciso para actuar sin ser visto. Mientras Elle llamaba a Hotch para explicar lo que habían averiguado, el vanidoso doctor Landman reapareció victorioso con la bala, que J.J. envió rápidamente a García como correo urgente para que fuera analizada.


De vuelta en la oficina de la agente Calvin, Hotch, Reid y Morgan le explicaban su teoría. Morgan recibió una llamada de García, el arma había sido identificada como un M-4, un tipo de arma usada por cuerpos policiales, de uso complejo. El hecho de que el sujeto estuviese empleándola indicaba un amplio dominio del campo armamentístico.


Cuando comenzó a anochecer, el equipo al completo se reunió en el pequeño hotel local en el que dormirían para intercambiar opiniones. Iba a ser muy costoso encontrar al sudes debido a su alto grado de preparación. Disponía todo a la perfección para lograr siempre su objetivo. Cada vez que Hotch decía algo, Spencer no podía evitar mirarle embobado. En cambio, cuando este respondía al chico, sus palabras sonaban duras y cortantes. 


El problema llegó cuando supieron que tan solo disponían de tres habitaciones. Tardaron exactamente dos minutos en hacer las parejas, pero en la cabeza de Reid el tiempo se había quedado estancado. Elle y J.J. se juntaron nada más escuchar la noticia. Morgan habría ido con Reid como normalmente, pero el segundo mostró su desacuerdo porque aún seguía molesto por el incidente del silbato. Pensó que le emparejarían con Gideon y así podría jugar con él al ajedrez como solían hacer en los ratos libres. Sin embargo, Morgan se arrimó a él casi al momento. Los ojos de Spencer se abrieron lentamente mientras miraba a su jefe. Boqueó intentando decir algo pero su mente estaba totalmente en blanco, algo muy muy raro en él. 


-Bien. A dormir. - La voz de Elle le hizo volver en sí. Cada uno estaba ya camino de su respectiva habitación con su maleta. El chico se apresuró para seguir a Hotch, que ya había empezado a subir las escaleras con la llave de la habitación en la mano y su bolsa de viaje colgada al hombro. 


No podía ser tan malo, se dijo. Se meterían cada uno en su cama y a dormir. Con suerte todo se resolvía rápidamente y no pasaban otra noche más allí. Y es que, a cada minuto que transcurría, al joven le resultaba más complicado apartar las imágenes de Hotch de su mente, siempre sin su traje o con solo parte de él. La verdad es que aquello era bastante incómodo porque había empezado a tener erecciones indeseadas jodidamente molestas.


Cuando llegaron a la habitación, el pequeño tuvo que contenerse para no soltar un grito. Únicamente había una cama de matrimonio, y no era precisamente grande. El mayor dejó sus cosas y se dirigió al baño, tiempo que Spencer aprovechó para embutirse su pijama. Cuando el otro salió del baño fue a lavarse los dientes. Al salir casi se cae. Hotchner estaba de pie en el lado izquierdo de la cama. Llevaba puesta una camiseta blanca holgada que había visto tiempos mejores y unos bóxers que, tal  y como estaba inclinado, le hacían un culo fantástico. Spencer suspiró y se metió casi corriendo en el lado derecho de la cama, justo a tiempo para no hacer notar su erección creciente. Se pegó al borde de la cama tanto como pudo, pero cuando el mayor  se metió dentro, a su lado, sus espaldas se rozaron y gimió. Fue casi un susurro, pero bastó para alterar sus nervios por completo, tenía que centrarse o, como mínimo, contenerse un poco.


Hotch le dio las buenas noches secamente y apagó la luz. A los pocos minutos su respiración se relajó y Spencer supo que se había dormido. Se giró para observarle y sintió la imperiosa necesidad de besar aquellos labios que apuntaban hacia él. Se inclinó lentamente y dio un suave y casto beso. Se arrepintió al momento y se cubrió con la sábana, completamente avergonzado y con las mejillas brillando rojas. Cerró los ojos con fuerza e intentó dormir. 

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? 

Muchas gracias por leerme.

Ánimo, de nuevo.

-BloodyMoon.


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