Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Draco's Plan por JennVilla

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

— ¡Draco! ¡Tienes que ir al baile conmigo! —exclamó Pansy mientras entraba a la habitación de Draco. Su maquillaje estaba corrido.

— ¿Y apenas ahora me avisas? Tu vestido no combina con mi túnica. No iré contigo.

— ¿Acaso Davies te ha dejado plantada, Pans? —preguntó Blaise mientras se vestía.

— ¡No te importa! —chilló ella— Draco, cambia el color de tu túnica.

—No. Cambia tú el color de tu vestido.

— ¡Quiero ir de verde!

— ¡Pues yo de azul! —Draco terció.

—Pues vayan de amarillo los dos y cállense de una buena vez. —bufó Blaise.

—El buen gusto lo tienes en el trasero, Blaise. —dijo Pansy arrugando la nariz.

—No pienso cambiar el color de mi túnica. —dijo Draco acomodándose el anillo de los Malfoy. Su padre se lo había enviado el día anterior junto con una nota muy extraña.

—Pues yo menos, así que iremos de verde y azul. Arreglaré mi maquillaje. —dijo ella dirigiéndose al baño.

—Claro, usa el baño Pans, siéntete en casa... Yo estoy listo, nos vemos en el baile, chicos. —dijo Blaise saliendo de la habitación.

—Pansy apresúrate. No quiero llegar tarde. —gritó Draco cinco minutos después de la salida de Blaise.

Pansy salió del baño con su maquillaje arreglado.

—Tienes que llevarme del brazo desde aquí, Drake.

—Si cómo tú digas. —Draco puso los ojos en blanco.

—Bailarás conmigo el primer baile, y luego serás libre para cortejar a Potter.

—Ajam.

—Pero antes de eso, tienes que cubrirme. Hechizaré a Davies con un Venereum.

— ¿Ahora es Davies? —se burló Draco.

—No me molestes.


El primer baile había pasado. Harry estaba muy apuesto y Draco le miraba embelesado.

El azabache había bailado con Patil y se pudo desenvolver bien el baile. No lo suficientemente bien, pero algo era algo. Draco había bailado con Pansy y todo fue un verdadero suplicio, pues ella no dejaba de mirar a Davies quien sólo prestaba atención a Delacour, mirándole estúpidamente.

—No te angusties, Pans —le había dicho Draco—, ya deberías saber que ella tiene algo de Veela y que está jugando con el pobre Davies. Ahora, concéntrate en mí y no me hagas pasar más vergüenzas.

Pansy lo había ignorado para seguir fulminando con la mirada al Ravenclaw.

Ahora estaban en una mesa junto con Vincent y Greg. Blaise se había desaparecido con la francesa y Pansy tenía una sonrisa de oreja a oreja. Había logrado su cometido con Davies.

—Ahí viene Potter, Draco. Hazle un hechizo zancadilla. —susurró Vincent después de vaciar el contenido de su copa de un solo trago.

—O uno de piernas de gelatina. —rio Greg.

—Ustedes dos, par de asnos, ¿qué tienen en la cabeza? —siseó Pansy— Potter es el novio de Draco. ¿De verdad quieren seguir con esas tonterías? —Los dos se quedaron con la boca abierta. Draco los ignoró y se puso de pie para acercarse a Harry y evitar que él llegara a la mesa y se encontrara con las caras de idiotas de sus amigos.

—Veo que te sirvieron mis lecciones, Potter. —dijo, cuando estuvieron de frente.

—Aprendí del mejor, Malfoy —respondió el otro—. Te ves... bien.

—Por lo menos no estás del todo ciego —sonrió Draco—. Oh, no me digas... ¿Qué es eso que tiene puesto Weasley?

Los dos miraron a Weasley quien muy enfurruñado estaba junto a la otra Patil. Tenía una túnica espantosa, bueno, si a eso se le podía llamar túnica.

—No molestes, Draco. Su madre le ha mandado esa túnica y no tiene más.

—Ah, claro. Se me olvidaba.

Harry le lanzó una mirada de advertencia y Draco alzó sus dos manos.

—Está bien, está bien. No diré nada más.

—Acompáñame a los jardines —dijo Harry—. Me estoy asfixiando.

—Lamento decepcionarte, pero tengo que irme con mi novio. —dijo Draco, señalando a Theo, quien bailaba muy quitado de la pena con Longbottom. Idiota.

—Oh si... Tu novio ha estado hablando mucho con Neville —Harry hizo una mueca—. ¿Ustedes están planeando alguna broma para él, o qué?

Draco negó con la cabeza, aún mirando a Theo y pensando cómo matarlo después. ¿Acaso no sabía disimular? Se suponía que ellos eran novios y que tenían que cuidar las apariencias. Bueno, aunque sólo Harry se creyera esa relación.

—Draco, es mejor que le digas a tu novio —volvió a hablar Harry, recalcando las últimas palabras—, que se aleje de Neville. Él no les ha hecho nada a ustedes. Y a todas estas, ¿por qué no está bailando contigo?

—Pansy no tenía pareja, así que tuve que bailar con ella. —dijo Draco aparentando naturalidad.

—Ah. —Harry levantó una ceja t no dijo nada más.

Draco se sentía descubierto. ¿Cómo más iba a explicar todo? Definitivamente, si Harry no se daba cuenta de la mentira, es que era más ciego de lo que parecía.

—Eh bueno… Theo y yo estamos un poco distantes esta noche, ¿sabes? Discutimos, sí. Así que mejor me voy, no tengo ganas de nada. Me afecta verle. —dijo Draco con tono compungido.

— ¿Estás triste entonces? —preguntó Harry con evidente preocupación.

— ¿Triste? Bueno, un poco —Draco buscó la dignidad que se le había perdido, pero no la encontró. Suspiró—. Yo... ¿Por qué no mejor vamos al aula de siempre? No quiero escuchar ni la música. —gimió teatralmente.

Harry miró en dirección a Theo y sus ojos destellaron de furia. Luego miró a Draco a los ojos y le sonrió tristemente.

—Bueno, déjame le aviso a Ron. Hermione ni siquiera está por aquí... Ah, mírala. Sigue con Viktor.

Draco se sorprendió cuando vio a Granger. Estaba... arreglada. Como Pansy, se podía decir.

—Sí, no te demores. No soporto estar más aquí.

Harry hizo una mueca y suspiró.

—Él no te merece. —dijo en voz muy baja. Draco se hizo el que no escuchó.

— ¿Cómo dices?

Harry se recompuso y sonrió falsamente.

—Espérame, no tardo. —el Gryffindor dio la vuelta en dirección al otro lado del Salón, donde estaba Weasley.

El corazón de Draco estaba latiendo rápidamente mientras pensaba cómo excusar su distanciamiento con Theo. ¿Por qué, en primera instancia, había cedido al plan de Pansy? Era obvio que no estaba sirviendo de nada.

—Drake —Pansy le sobresaltó cuando su voz le hizo cosquillas en el cuello—. Ya sabes, no pude resistirme y pude escuchar todo, y me atrevería a decir que Potter tiene celos.

— ¿Eso crees?

— ¡Sí! —aplaudió ella con una grande sonrisa. Draco bufó.

—Eres realmente fastidiosa cuando haces eso, Pansy.

—No importa. Ahora, Draco, cuando estén en el aula -a propósito, tienes que contarme sobre eso-, trata de hacer algo diferente con él —Pansy le miró fijamente— Si quieres avanzar, deberías pensar en algo, ¿no crees?

Draco asintió y se despidió de ella rápidamente con un gesto pues Harry ya regresaba. Pansy le guiñó un ojo, y se fue con paso seguro hacia un chico de Drumstrang.

— ¿Nos vamos? —preguntó Harry cuando estuvo frente a él.

—Primero las damas. —sonrió Draco.

—Tú eres la chica hoy. Yo voy de negro y tú de azul. —rio Harry.

—Eso es una tontería, Potter. Y lo sabes.

Harry volvió a reír y pasó su brazo por los hombros de Draco, y este no pudo dejar de notar que ese tipo de cercanía se había vuelto muy frecuente y familiar entre los dos.

Cuando llegaron al aula, todo estaba oscuro y Draco conjuró unas velas y las encendió. Sabía ese encantamiento desde segundo año, parte del entrenamiento con su madre mientras eran encerrados por su padre en los sótanos de la Mansión, como parte de un juego de supervivencia que a los tres les gustaba hacer, para estar preparados para cualquier cosa. Sus padres dominaban el hechizo sin varita, Draco aún no podía hacerlo muy bien.

Extrañaba a sus padres. Mucho más a su padre pues él seguía en ese viaje de negocios tan extraño. Draco había temido por un momento que Lucius hubiese ido en busca de Voldemort para unirse de nuevo a él. Su madre le había recriminado su falta de fe y le había dicho que su padre no volvería a cometer el mismo error. Draco quería creer eso.

— ¿En qué piensas, Draco?

El rubio salió de su ensimismamiento y vio a Harry de pie. Muy cerca.

—Ahm... bueno, en Theo —mintió—. Bailó toda la noche con Longbottom, ¿no?

El semblante de Harry se ensombreció.

—Bueno, si... Pero ahora estamos tú y yo aquí, podemos aprovechar el tiempo.

—Ah, ¿quieres hacer cosas sucias, Potter? —Draco sonrió con picardía. Harry le dio un empujoncito amistoso.

—No bromees con eso. Tienes novio.

Draco pudo ver cómo Harry trataba de disimular el desagrado por ese tema. En su mente se frotaba las manos y reía como poseso por lo que estaba logrando. Posiblemente tendría que darle un poco de crédito a Pansy. Un poco.

—Bueno. ¿Qué quieres hacer? —preguntó, mientras se cruzaba de brazos. Harry volvió a sonreír y con un gesto exagerado dijo:

— ¿Me concedes este baile, Draco?

—Tienes que extender tu mano derecha hacia mí, Potter. ¿Nadie te ha enseñado esa pequeña cortesía? —se burló.

—Hermione me dijo lo que tenía que hacer antes de invitar a alguien. —Harry se encogió de hombros.

—Bueno, no se puede esperar tanto de ella — Draco rio y Harry resopló, antes de seguir la recomendación de Draco y repetir su invitación—. Con gusto, caballero —Draco se inclinó elegantemente—. Me pregunto si usted podrá seguirme el ritmo. —dijo, aceptando la mano de Harry.

El otro chico no supo qué contestar y se limitó a sujetar a Draco de la cintura.

—Imagínate la música, Draco. A menos que la pongas como lo hiciste con las velas.

Draco y su madre seguramente no necesitaban de música en su cautiverio improvisado. Sonrió por la idea.

— ¡Qué escándalo, señor! ¡No me tutee!

— ¡Oh Draco, deja ya eso!

Los dos rieron mientras se desplazaban por el aula. Chocaban con los pupitres y reían más fuerte. Harry le pisoteó en dos ocasiones para que luego Draco le preguntara si sabía lo que provocaba un Cruciatus.

El tiempo pasó y los dos chicos ya no bailaban como antes. Ahora se mecían abrazados. Harry tarareaba una canción, con sus brazos alrededor del cuello de Draco y la cabeza en el hueco del mismo. Desafinaba horrible, pero Draco no pudo imaginar mejor escenario que ese. Él abrazaba a Harry por la cintura, con su cabeza inclinada un poco sobre la contraria. No había previsto nada de eso.

—Lo estoy pasando mucho mejor aquí que en el Baile. —dijo Harry después de un momento.

—Estás conmigo, es obvio.

—Lo es —confirmó Harry—. Te ves muy bien con esta túnica, Draco. Había pensado que vendrías de verde.

—Hoy me lucía mejor el azul. Y gracias. Tú te ves muy bien, también. —dijo Draco, sintiendo calor en sus mejillas.

— ¿En serio? —Harry levantó la cabeza y lo miró fijamente— ¿Te parezco... atractivo? —preguntó titubeante.

Draco no quiso bromear ni fingir. Quería que Harry se diera cuenta de lo que producía él en Draco. Al diablo el teatro con Nott, no podía seguir con ese juego.

—Ciertamente lo eres —le contestó. Sus ojos grises conectados con los verdes. Esos hermosos ojos verdes—. Estás muy... bueno.

— ¡Draco! ¡Te estoy hablando en serio!

—Yo también lo hago, Harry. —dijo tranquilamente.

Harry abrió mucho la boca y sus ojos brillaron. Draco estaba en el paraíso.

—Entonces...

—Me gustas, Harry. Me gustas un montón. —Draco se confesó, poniendo su corazón en las palabras.

La cara de Harry enrojeció. Inconscientemente, el Gryffindor atrajo a Draco más cerca de él. Ya no se mecían.

—Pero... pero tú tienes novio...

Draco no contestó a eso con palabras. Acercó más su rostro hacia el de Harry, y buscó sus labios. Draco sujetó el mentón de Harry, juntó sus labios con los ajenos y cerró los ojos. En ese momento todo se puso blanco, el tiempo se detuvo. Los labios de Harry temblaban, pero se relajaron en un instante y devolvieron el beso tímidamente. Draco lo tomó como una buena señal y comenzó a mordisquearle el labio inferior levemente, pasando su lengua lentamente, pidiéndole acceso a su boca. Y Harry se lo permitió. Permitió que Draco introdujera tímidamente su lengua en la cavidad contraria, recorriendo y explorando...

Pero Harry se retorció en sus brazos y cortó el beso.

—Draco —jadeó—, no... ¡Tienes novio! Estás equivocado. Yo no te gusto. ¡Merlín, Draco! ¿Qué hemos hecho? ¡Somos amigos! ¿Qué fue eso?

—Sólo fue un beso, Harry. —algo en Draco se había roto en muchos pedazos. Resignado, cosa muy extraña en él, dio la vuelta para irse. Harry empezó a caminar nerviosamente por el aula—. No le des más vueltas, Potter —dijo sobre su hombro—. Por un beso nadie se muere. Iré a hablar con Theo, nos vemos luego.

—Theo... Beso... sí, fue un beso —repetía el otro como zoquete. Draco puso los ojos en blanco y decidió irse de una buena vez—. ¡Espera, Draco! ¿Vas a ir a besarle? —preguntó Harry con tono apurado.

Draco, a pesar de la desilusión que sentía, encontró muy divertida esa pregunta. Harry Potter y sus ocurrencias.

—Es mi novio, entonces sí. —dijo, girándose hacia el Gryffindor.

—Yo no soy tu novio, y me besaste.

—Fue un beso de amistad. —Draco se excusó débilmente, con el pecho oprimiéndose en su interior. Harry rio amargamente.

—No, no, no, no... —el chico negaba con su cabeza, mientras le miraba como si Draco fuera estúpido.

—Pues sí, y ahora me largo. —Draco ya estaba enojándose.

— ¡No vas a besar a Nott! —sentenció Harry, levantando un dedo amenazadoramente.

Draco pudo sentir que cómo el enojo le nublaba la visión.

— ¿Por qué no? —gritó— ¿Porque tú lo dices?

—No veo cuál es la necesidad de que tú estés detrás de ese Slytherin insidioso e inútil—gritó Harry también—. ¡Él no te quiere! ¿Es que no lo ves?

—Oh, y seguramente tú sabrás mucho de eso, ¿no, Potter? Y haz el favor de no insultarle, no tienes derecho.

—Ah, ¿no? ¿Y qué pasa si lo hago o no? ¿Estás muy enamorado de él, Malfoy?

— ¡Oh, Potter, cállate!

—Adelante, entonces —Harry bajó la voz, pero la intensidad en su mirada era la misma—. Ve con él y ruégale atención.

Draco le miró con expresión herida.

— ¿Qué es lo que pretendes? —susurró— ¿Por qué me dices eso?

Harry suspiró y se pasó una mano por la cara.

—Porque yo quiero besarte. Y no sé cómo más actuar contigo, Draco. Me siento tan… tan extraño.

Draco dejó de respirar. Oh, ciertamente extraño era la palabra adecuada para describir a Harry.

—Yo... —Harry titubeó— Puedo... ¿puedo besarte, Draco? —Harry tenía los ojos brillantes y las mejillas encendidas. Hacían un espectacular contraste con la luz de las velas.

Y sin esperar respuesta, Harry corrió hasta Draco y estampó los labios con los suyos, besándole con desespero. Draco recordó que tenía manos y las llevó a cada lado de la cara del Gryffindor, para corresponder a ese torpe y desesperado beso, abriendo su boca y mordisqueando los labios contrarios. Harry trató de introducir la lengua en su boca, pero cambió de decisión, y empezó a recorrer con besos su mandíbula y sus mejillas. Draco estaba nuevamente en el paraíso.

Se besaron durante mucho rato más. Harry ya estaba más desinhibido y se aventuraba a besarle de manera más profunda; Draco no podía respirar por todas las emociones que trataban de hacerle explotar la cabeza.

Cortaron el beso, ambos muy agitados. Harry tenía las gafas torcidas y su pelo más revuelto que siempre. Draco seguramente no tenía mejor aspecto en ese momento. Los ojos verdes estaban centelleantes y le miraban con devoción.

—Harry, yo- —empezó Draco.

Como si su sola voz hubiera roto algún hechizo en Harry, este abrió mucho los ojos y se separó de Draco. De nuevo.

— ¡Lo siento, Draco! —exclamó— No debí, oh Dios no... Perdóname, Draco.

Luego salió corriendo del aula, llevándose con él, el corazón de Draco.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).