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Physical por jotaceh

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Miguel V:


 


-Te prometo que estaré a tu lado y no te abandonaré nunca más. Conmigo no volverás a sufrir, porque destruiré a todo aquel que quiera hacerte daño… aun cuando… aun cuando se trate de Patricia -


 


Luego del trabajo, salimos con Enrique a caminar al parque. Desde nuestra conversación del otro día, nos hemos unido mucho y puedo decir que estamos saliendo. No es algo formal, pero ambos sabemos que tenemos intenciones por el otro. Y hemos seguido hablando, aun cuando debemos escaparnos de Marcelo, que al parecer en realidad no quiere que estemos juntos. Sin embargo, en ese instante, cuando el rubio se me declaraba tan románticamente, no podía dejar de pensar en el secreto que me contó Celeste.


 


-¿Sigues enamorado de ella? -le pregunté, refiriéndome a nuestra jefa.


 


El hombre se quedó callado, como si estuviera frente al juez y le hubieran preguntado por su inocencia.


 


-No voy a negarte que estuve mucho tiempo enamorado de ella, y que tal vez todavía guardo ciertos sentimientos hacia ella, pero no son por el cariño, sino más bien que por costumbre, pero… no la amo, ya no, nunca más. Ahora… creo que mi corazón solo te pertenece a ti -


 


¿Pueden creer que alguien tan hermoso como él me haya dedicado palabras tan lindas? Yo estaba en la luna, sabía que comenzaríamos a darnos besitos muy pronto, era cosa de sentarnos en el pasto y comenzar a acercar nuestras caritas. Era realmente hermoso, hasta que a mi se me ocurrió la brillante idea de dirigirme hasta un puente para caminar hasta el otro sector del parque a la ribera del río.


 


-Creo que es mejor que no vayamos por ahí -


 


-¿Por qué? -no entendía lo que sucedía.


 


-Es que… Miguel tú… bueno, Tomás… tú… ese es el puente desde el que…-y no tuvo que terminar la frase para comprender lo que sucedía. Desde puente había intentado suicidarme.


 


Me quedé contemplando la estructura de metal, como si me hubiera hipnotizado y es que para mí brillaba como un tesoro. Sin pensarlo caminé hasta ese lugar y lo recorrí unos cuantos pasos, siempre seguido por Enrique, que tenía miedo, me detenía cada tanto intentando convencerme que me fuera, pero mi instinto me decía que debía estar ahí. ¿Qué energía me había guiado? ¿Acaso a eso podía decirle destino?


 


Me detuve en medio del puente y miré hacia abajo, donde el agua torrentosa seguía su rumbo hasta el mar, el mismo camino que mi cuerpo dio hace dos años antes de ser encontrado más abajo, en otro barrio de la ciudad. Comencé a llorar, la pena me invadió y es que efectivamente, ya había estado en una situación así, pero hace mucho.


 


Como un dejavú llegó a mi mente la imagen de un puente, de una estructura parecida, pero en otra noche, en otra circunstancia. Hacía mucho frío y aun así yo estaba en ese lugar, muy entrada la noche. La vida ya no tenía sentido, había descubierto que no debí haber nacido, que toda mi existencia era un error y que por eso, debía tomar con mis propias manos la decisión de terminar con esa pesadilla.


 


-Ya fue demasiado, es mejor que nos vayamos -repitió Enrique mientras me acariciaba la espalda, buscando consolarme, pero no fue suficiente, ya estaba llorando a mares. -¿Qué sucede? ¿Acaso… pudiste recordar algo? -y esa sola idea me aterró tanto que salí corriendo despavorido.


 


No sé cómo, pero con mi cuerpo amorfo logré correr por las calles del barrio y perder al atlético profesor de Physical, y es que no quería verlo, él era la última persona que quería ver en el mundo, porque por más que el mundo diera mil vueltas, nosotros seguíamos siendo un imposible. Jamás habría un nosotros, aunque sintiera que me había enamorado perdidamente.


 


No tenía refugio, allí no era mi mundo, así que tomé el metro para llegar a la casa de mis padres, a esos ancianos que me recogieron y que me han cuidado durante estos dos años, esos mismos que me alegré no fueran mis papás al saber que la prueba de ADN decía que yo era Tomás Sotomayor. Ahora todo había cambiado, porque en mi mente el único lugar seguro era estar a su lado, ellos eran los únicos que realmente me protegieron cuando más lo necesitaba y ahora eran un as de luz en medio de tanto abismo.


 


Y es que… había recordado todo. En aquel puente todos mis recuerdos habían regresado, todo se despejó en mi mente, como si de pronto una ráfaga de viento hubiera disipado la más espesas de las neblinas, que ennegrecía mi cerebro y no me permitía recordar mi pasado. Y tal como me lo temía, era peor de lo que esperaba, era más oscuro de lo que me imaginaba.


 


Cuando finalmente llegué a la casita de latón donde vivía, solo tuve ánimos de recostarme sobre mi pequeña cama y comenzar a llorar.


 


-De nuevo llorando, corazón, pensé que esa época ya había terminado -mi mamá escuchó mi llanto y me fue a consolar.


 


En ese instante la luz que veía a lo lejos, se intensificó tanto que me dejó ciego, me aturdió tanto que solo fui capaz de abrazar a la anciana y terminar de sollozar en su regazo, como si fuera un niño pequeño.


 


No hubieron más palabras que esas, era como si no fueran necesarias, solo con sus cariños y abrazos bastara. Y es que para ser sinceros, estaba tan conmocionado con todas las revelaciones que vinieron a mi cabeza, que era incapaz de producir palabras. Mi garganta estaba tan apretada que me dificultaba la respiración. Prefería estar muerto antes que asumir esta realidad tan deprimente, pero ahí estaba esa mujer, esa señora mayor que tanto amor me dio durante todo este tiempo. Uno de los pocos ángeles que he tenido en la vida.


 


Esa noche no pude dormir, las pesadillas llegaron a mi mente sin tener que conciliar el sueño, al parecer mi vida era más oscura que cualquier invento de mi mente en reposo. 


 


Llegué a trabajar a Physical con una única idea en la mente: encarar a la persona que me había destruido la vida, aquel ser que con sus mentiras me había destruido por completo. Tal vez hubiera sido mejor quedarme en la ignorancia, no haber recordado todo mi pasado, todo aquello que sufrí, porque parecía que ahora todo mejoraba ¿qué necesidad tenía de recordar todo? ¿Por qué todos mis sueños debían destruirse una vez más?


 


-¡Contigo quería hablar! -le grité sin importarme hacer el ridículo, ya nada valía la pena y solo quería respuestas. ¿Por qué me había hecho tanto daño? 


 


Creo que entendió lo que había sucedido, así que me tomó de un brazo y me encerró en una sala. 


-¿Recuperaste la memoria? -


 


-Sí, ya sé toda la verdad y por eso sé que tú estás detrás de todo, pero… ¿por qué? ¿Por qué me utilizaste, Apolo? -


 


El artista tragó saliva antes de poner ambas manos sobre mis hombres y apretándolos con fuerza me dejó en claro que estaba en sus garras.


 


-Ya es muy tarde para que decidas salirte de esta mentira, ahora… si no quieres que tus seres queridos y tú sufran más, deberás hacer todo lo que yo te diga. Seguirás fingiendo que eres Tomás, ¿me entiendes? -


 


-Pero… no lo soy y si… ¿y si regresa el verdadero Tomás? -


 


-Eso no sucederá -


 


-¿Cómo estás tan seguro? -


 


-Porque vi cuando lo enterraban, porque le vi muerto… -


 


Era la verdad, yo no soy más que el hijo de dos ancianos, finalmente soy el pobre de Miguel que intentó tener su propio cuento de hadas, y ahora debo fingir delante de todos aquellos de los cuales me he encariñado, para hacerles creer que Tomás sigue vivo, cuando en realidad sí murió. 


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