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Your my only love por Haru DS

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Notas del capitulo:

Se que dije que actualizaria pronto pero como es cuarentena y con mi familia no logro poder usar la computadora sin tener preguntas bombardeandome.

Espero que les guste 

 

Por las amplias calles de Tokio  se podía ver como una gran motocicleta recorría el lugar a una gran velocidad. Donde dos personas se encontraban montadas, una peli rosa que sentía que el estómago la mataba del dolor al ir a tan inmensa velocidad, deseaba que su amigo de la infancia bajara la velocidad ya que no creía poder resistir mucho tiempo, si no moría de un infarto regurgitaría todo lo que aquel vacío estomago aun contenía.

Pero no podía darse el lujo de obligar a su amigo a bajar la velocidad, ya que solo contaba con 30 minutos para poder arreglarse para ir a presenciar el evento que mucha gente esperaba con ansias (incluyéndola), era la boda de  sus amigos y no podía faltar por nada.

La motocicleta fue disminuyendo la velocidad constantemente hasta quedar enfrente de un edificio, la peli rosa bajo deprisa, las piernas le temblaban detestaba con toda su alma subir a ese aparato infernal que en ese momento la sacaba de una gran aprieto.

-Vendré por ti en 20 minutos- colocaba de nuevo el casco en su respectivo lugar- Sera mejor que estés lista para entonces, si no te dejo Satsuki.

El motor de la motocicleta se volvió a escuchar junto con el humo desagradable que esta desprendía, las pupilas de sus ojos miraban como esta desaparecía entre la carretera a un velocidad sorprendente. Tomo las llaves de su apartamento y subió hasta el tercer piso a toda velocidad, entro en su departamento y cerró la puerta detrás de sí, voto sus cosas sobre el sofá mientras se dirigía a su habitación en busca del vestido nuevo que había comprado en compañía de su amiga Riko.

Tomo dos toallas una de cuerpo completo y otra más pequeña, entro en el cuarto del baño y comenzó a abrir la llave de la regadera, introdujo su mano con lentitud para cerciorarse de que esta no le quemara la piel o en el peor de los casos le congelara los dedos.

 Las yemas de sus dedos tenían ampollas que eran muy pequeñas pero se lograban ver si las mirabas con detenimiento, las cuales fueron causadas durante  toda la mañana  que se encontró trabajando en el arreglo del salón donde sería la fiesta de los novios al concluir la ceremonia. Ella misma se ofreció a arreglar el tan grande salón, ya que quería ser de utilidad y sabría que les quitaría un gran peso de encima a sus amigos los cuales estaban muy ajetreados con los preparativos de lo que implicaba una boda.

Su cuerpo era invadido por un confortante calor que le proporcionaba el agua caliente, sus músculos se encontraban tensos pero el agua se había encargado de relajarlos por completo, provocándole un inmenso placer, continuo con su ducha y después de varios minutos se dispuso a salir, entro en su habitación completamente relajada hasta que miro el reloj que se encontraba en centro de su tocador, 2:45.

Su rostro se tornó totalmente pálido no podía creer que aquella ducha le quitara tanto tiempo, comenzó a moverse desesperadamente por toda la habitación, cayendo al suelo un par de veces. Cuando estuvo completamente vestida para la ocasión se mira en el tocador para descifrar como arreglaría su cabello (cosa que se convirtió en un habito), probó muchas formas pero ninguna le convencían, en ese momento le hubiera encantado tener el cabello corto como su amiga castaña. Decidió atar su cabello con un una coleta no del toda apretada rizando un poco sus rosados cabellos. Estaba por finalizar de arreglarse cuando de repente escucho como el motor de una moto se acercaba a gran velocidad.

Corrió hacia la ventana y ahí estaba Aomine con un gran traje negro con una camisa blanca y una corbata azul como su cabellera, este solo hizo sonar el motor de dicho aparato para indicar que ya se encontraba ahí como lo había acordado y que si no bajaba en cualquier momento se iría sin ella. Tomo su bolso de mano y guardo en el todo aquello que podría utilizar en el trascurso de la tarde.

En la puerta principal del edificio se veía como salió una joven con un vestido bastante elegante y caminando con gran velocidad.

-Eres muy lenta Satsuki- le estiro con la mano un casco.

-No pienso usar casco me despeinare.

-Si no te lo pones el aire se encargara de  hacerte quedar como un estropajo- sentencio mientras miraba como la peli rosa se colocaba el casco con sumo cuidado.

-Sera mejor que no vayas rápido, ya que llevo vestido y no quiero…

-Mierda Satsuki tenemos menos de 15 minutos para llegar y tú quieres que vaya lento- arranco la motocicleta dejando en la calle una nube de humo.

***********

Sus ojos se abrieron lentamente, su habitación aún estaba completamente a oscuras lo que significaba que tenía mucho tiempo para poder arreglarse para asistir a clases. Tomo sus cosas y se dirigió a tomar un ducha de agua caliente.

Salió de su ducha y con una toalla secaba sus cabellos verdes que aún se encontraban húmedos por completo, tomo el control remoto y prendió el televisor. El sonido del programa retumbaba por toda su habitación mientras el peliverde seguía preparándose para salir, presto atención cuando en el programa apareció lo que le interesaba.

-El  horóscopo de hoy ..- tomo el control remoto y subió el volumen del aparato- Nuestro signo de la suerte de hoy Cáncer, disfrutaras de las mayorías de la fortunas si llevas contigo la figura de un Zorro Shigarakayaki, tu objeto de la suerte, pero ten cuidado porque hoy tendrás un problema amoroso con algún Escorpión y esto te perturbará el resto de tu día. El signo con menos suerte es….

Bajo de nuevo el volumen del aparato y lo apago, tomo su mochila para salir de  habitación pero no sin antes tomar su lucky time el cual le había señalado su horóscopo del día, teniendo en sus manos ya un zorro Shigarakayaki de un tamaño razonable lo adentro en su mochila y esta vez se dirigió al comedor de su casa.

Tomo asiento en una silla donde el desayuno ya se encontraba en la mesa, dirigió su mirada a la persona que salía en silencio de la cocina.

-Mamá, te dije qué no era necesario que te despertaras para hacerme el desayuno- se dirigió a una mujer muy atractiva de cabellos verdes al igual que él.

-Buenos Días cariño- le brindo una tierna sonrisa- Si lo sé, pero no pude evitarlo pensar que te has despertado más temprano de lo normal para no “molestarme”, me hace sentir tan mal- tomo asiento en la silla que se encontraba justo enfrente del joven.

- Ah~ mamá sabes que no lo hago con esa finalidad- dio un leve suspiro.

-Si lose cariño, pero bueno come o se te va enfriar.

Tomo los cubiertos y comenzó a comer mientras que el miraba detalladamente a su madre. Midorima amaba a su madre realmente adoraba a esa mujer, a ella y a su pequeña hermana que siempre se encargaban de que su casa estuviera llena de alegría a pesar de las circunstancias. Aquella mujer de tez banca se le comenzaban a notar los años con pequeñas arrugas que posaban en su rostro, pero esto no le quitaba la belleza que esta tenia.

Midorima no podía creer que su madre poco a poco envejecía y que en algún momento esta tendría que…, no ni siquiera le gustaba pensar en la posibilidad de que su amada madre algún día lo dejaría.

-¿Y bien? ¿No me piensas contar por qué hoy te vas más temprano de lo usual cariño?- dijo con su dulce voz que siempre solía tener.

-¿Eh?, es solo que como ha estado haciendo mucho frio Kazu… Takao dijo que fuéramos en tren y entonces tengo que salir más temprano de lo normal.

-Ah~ Tu amigo Takao-kun.- enseño una dulce sonrisa a su hijo.

-¿Qué significa eso mamá?- no pudo evitar arquear una ceja.

- ¿Eh?, no te molestes cariño. Solo estaba pensado que te has encontrado un gran amigo, ya sabes a veces puedes ser un poco frio cariño.

-Él no es….-el sonido de un timbre interrumpió sus palabras- Rayos ya está aquí- se metió un gran bocado de comida para terminar pronto su desayuno.

-Despacio cariño, oh te atragantaras. No te preocupes yo abriré la puerta tu sigue desayunando.

Detrás de la puerta se encontraba un joven de cabello negro muy bien abrigado que no dejaba de dar pequeños saltitos en su lugar, sin previo aviso miro como la puerta de la casa se abrió poco a poco y sin  pensarlo dos veces se adentró a la casa dando un pequeño empujón a la persona que había abierto la puerta.

-Ah~ Sin-chan, que cruel eres, allá afuera hace un frio infernal y tú me dejas esperando- levanto la cabeza para mirar al peliverde, pero se dio un gran sorpresa- Ah ~ Lo-lo siento no quise ser rudo con usted.

-No te preocupes Takao-kun, pasa Shintaro aún está tomando el desayuno- hacia un ademan con la mano para que se adentrara en la casa.

-¿Qué? ¿Shin-chan aun esta desayunando?- dijo mientras tomaba asiento en el cómodo sofá.

-Si pero no creo que tarde- hizo una pausa- Gracias Takao-kun

-¿Eh? ¿Porque? No he hecho nada para que me agradezca.

- ….- hizo un movimiento desaprobatorio con la cabeza- Claro que has hecho mucho Takao-kun, basta con ser amigo de Shintaro. Gracias por cuidar de mi hijo Takao-kun.

El pelinegro no tenía palabras para aquella mujer tan amable, y realmente no pudo evitar que su rostro se tiñera de rojo por completo.

-No-no es-es nada-da …- agitaba sus manos de un lado a otro a causa de su nerviosismo.

Sin haberlo notado un peliverde bajaba las escaleras tomando en su mano un abrigo y una bufanda, para poder cubrirse del frio.

-Es hora de irnos Takao, o llegaremos… ¿Que pasa aquí?- cuestiono al notar el rostro rojo de su compañero.

-¿Eh?

-Nada cariño, solo conversaba un poco con Takao-kun para que no se aburriera mientras te esperaba.- dirigió su mirada a su hijo.

-Hump, bien vámonos- tomo su mochila para partir- Nos vemos en la tarde mamá.

-Si cariño, que tengan buen viaje. Hasta luego Takao-kun.

-Hasta luego. Me gusto conversar con usted- hizo una pequeña reverencia para salir y cerrar la  puerta de la casa detrás de sí.

-Ah~ ¡Takao-kun!

-¿Eh? ¿Sí?

-¡Cuento contigo para que cuides de mi querido Sintaro! – le hizo un pequeño guiño para despedirse.

-¡Cla-claro, cuente conmigo!.

El pelinegro salió corriendo detrás de Midorima que ya había recorrido bastante. Al estar a lado del peliverde se ajustó su bufanda ya que el frio era realmente terrible, y miro de reojo a él joven.

-¡Mierda!, Hace un frio de mil demonios, ¿no Shin-chan?

-Sí, pero no sería lo mismo si hubieras sacado mi carrosa.

-¡Estás loco!, con este maldito frio no pienso montarme a una bicicleta y mucho menos llevarte acarreando.

- ¡Has lo que quieras!

-Por cierto Shin-chan, tu madre es un amor. Nada comparado contigo- empezó a sacar una risa discreta.

-¡Cállate Kazunari!

-¡Pero no te preocupes Shin-chan, así de tsundere y todo me gustas!

Midorima abrió sus ojos completamente no podía creer lo que había oído, no sabía si tomar enserio las palabras de aquel pelinegro o solo dejarlas pasar como una broma más de aquel joven. Sin percatarse ya se encontraban en la estación del tren para poder dirigirse a la escuela.

-¿De qué hablas Takao?

-¿Eh?. Ops pensé en voz alta- su rostro mostro un sonrisa pícara que era una característica de él.- ¿Shin-chan ese no es Kise?

-¿Qué? Ah~si lo es.

-¡Oi! Kise- levanto su mano moviéndola de un lado a otro

Un rubio que se encontraba con un joven pelinegro y mucho más bajo voltearon al unísono para dirigir su vista hacia la persona que lo llamaba tan energéticamente.

-Ah~ Takao, Midorimacchi ¡Hola! – imito el gesto del pelinegro.

-Ah~mooo. Por qué conmigo no utilizas el “cchi”. Hasta a Kagami se lo dices- hizo un leve puchero que saco una sonrisa del rubio.

-Jajajajajaaja lo siento.

-¿Y bueno que hacen por aquí? ¿Vives por aquí Kise?

-¿Eh? ¡Ah! No.- negaba con la cabeza- Sempai es el que vive por esta zona y hoy venimos de allá, ¿no es cierto sempai?- volteo a ver al joven que iba a su lado.

-Aja- fue lo único que se dispuso a decir.

-¿Vienen de allá?- cuestiono con curiosidad el ojo de halcón.

-Sí, es que ayer me quede a dormir en la casa de sempai.

-¿QUE?! Oi Kise ¿ustedes dos están saliendo?- miro a los dos jóvenes con un cara picarona provocando que estos se sonrojaran.

-¡Oi Kazunari! – esta vez era el peliverde que entraba en la conversación.

-¿Qué? Shin-chan, es normal que como pareja hagan ese tipo de cosas. Qué envidia me dan- soltó un leve suspiro,  la mirada de los tres se encontraban en el pelinegro.

Takao miro al peliverde y se le abalanzó rodeando sus brazos en su cuello, provocando que sus rostros estuvieran a pocos centímetros de distancia.

-Oi Shin-chan- su tono de voz paso a ser uno más provocador- ¿Y si hoy me quedo a dormir en tu casa y nos divertimos un rato?.

Midorima no pudo evitar sonrojarse por completo no solo por la acción que estaba haciendo Takao si no que la gente de la calle los miraba contando a los otros dos que tenían su cara completamente sonrojada.

-¿De qué hablas Ta-Takao?

-Ah~moo. No puedo creer que seas tan inocente Shin-chan – se acercó poco a poco a la oreja del peliverde, la cual ya estaba completamente roja- Vallamos a               di-ver-tir-nos esta noche, ya sabes te echaría una mano con algunas cosas. – su mirada se dirigió a la entre pierna del peliverde.

Shintaro no podía creer hasta donde podía llegar el cinismo del pelinegro, primero le había dicho que le gustaba y ahora se le insinuaba, que era lo que realmente quería ¿sexo? ¿Solo eso?, ¿si era solo eso entonces porque con él? O era que el pelinegro quería algo realmente serio con él y le estaba dando “pistas”.

-Oi Ta-Takao. Tú y Midorimacchi son…- esta vez fue el rubio quien rompió el gran silencio que los rodeaba.

-¿Novios?- Esta palabra hizo que las piernas de Midorima Flaquearan un poco-  No,¿ porque lo dices?- contesto con una gran serenidad que sorprendió a Kise.

- Am pues am …- señalo con su dedo índice los brazos de Takao que aún se encontraban rodeando el cuello de Midorima.

Takao volteo a ver sus brazos y saco una pequeña sonrisa de lado, se dispuso a alejarse del peliverde pero no sin antes regresar al oído de este y susúrrale unas últimas palabras.

Piénsalo Shin-chan.

Tras decir esto comenzó a caminar dentro de la estación.

-¿Que esperan? , si no nos vamos ahora nunca llegaremos a la escuela.

-¿EH? Ah~si, espera Takao.- Corrió para alcanzar al pelinegro.

-Por Kami-sama, que tipo- Saco un leve suspiro de desaprobación- Suerte con el Midorima.

-¡Oi Sempai, Midorimacchi!, apresúrense o el tren se ira sin nosotros.

-Si Kise, pero no me grites idiota- dijo mientras le daba una patada.

-¿Eh? , pero Sempai porque me pega, yo solo le estaba llamando- lloriqueaba mientras se sobaba la zona afectada.

-¡Ya cállate y camina idiota!

-Jajajajajajaja, ustedes dos son muy divertidos- reía a carcajadas.

-Ah~mooo, ¿tú también Takao?

Midorima estaba completamente congelado, todo pensamiento en su cabeza le daba vueltas, ¿que había sido eso de parte de Takao? ¿Todo lo que dijo fue solo un juego?¿Cómo podía actuar tan sereno después de hacer todo esas cosas vergonzosas?

Todas esas preguntas le daban vueltas, mientras caminaba a paso lento detrás de los otros tres los cuales tenían una plática bastante energética, sin pensarlo su mirada se detuvo en el rostro de Kazunari. Este lucia tan feliz que le provocaba un poco de envidia, se podía apreciar su enorme sonrisa que emanaba mientras hacía un gran ruido de una carcajada, miro detenidamente cada parte de su rostro, desde ese flequillo que empezaban a cubrirle una gran parte de la frente, sus ojos un poco rasgados y sus labios tan carnosos y humectados. El peliverde se sonrojo al percatarse de lo que estaba viendo con tanto interés.

-Claro que no estoy viendo a ese idiota- se dijo para intentar convencerse así mismo.

De repente el sonido de su celular lo saco de sus pensamientos, era algo inusual casi nunca lo llamaban a excepción de Takao que le marcara cada 5 min, pero el pelinegro se encontraba justo enfrente de él en una placida conversación. Entonces ¿quién podría ser? Y a esas horas de la mañana.

Tomo el aparato con intriga y contesto la llamada no sin antes haber revisado en la pantalla de quien provenía la llamada, pero esta solo decía “Privado”, lo cual provoco una curiosidad extrema al peliverde.

-¿Diga?- contesto con un tono serio.

-Yo, ¿qué tal Midorima?

-¿Qué es lo que quieres?

-… Creo que estas de un humor pésimo, bueno aunque no es novedad.

-Cállate, acaban de pasarme algunas cosas. Y tú no eres el adecuado para decirme eso,  ¿bien que quieres? Anda habla rápido que estoy por entrar al tren.

-Ah. Solo te llamaba para ver si no sabías nada de Kise, llevo días intentando contactándolo. Ya le pregunte hasta a Tetsu pero ni siquiera sabe nada sobre él.

-¿Kise? Esta justo enfrente de mí.

-¡¿QUE?! ¡Pásamelo Midorima, rápido!

Miro con el ceño fruncido el aparato y soltó un leve respiro, para dirigir su mirada al rubio que se encontraba en compañía de los otros dos.

-Kise, llamada.

-¿Eh?- se acercó a paso normal con una sonrisa de completa curiosidad- ¿Quién?

- Aomine.

-¡¿QUE?! ¡Aominecchi! – miro con terror el aparato que sostenía en sus manos- Ni hablar no quiero escuchar a ese idiota- dijo lo bastante fuerte para que él moreno de la otra línea escuchara claramente sus palabras.

-¡Oi Kise!- se escuchó un grito que salía de la bocina del teléfono.

-¡Kyaaa! – dio un pequeño brinco y regreso con prisa el aparato a su dueño – ¡Vamos Sempai!- tomo del brazo a Yukio, para poder salir corriendo.

-¡Espera Kise! – decía mientras intentaba sostenerse adecuadamente- Contesta la llamada idiota, no quiero otro golpe de parte de esa bestia.

-Ni hablar, no pienso hablar con un hombre que no piensa escuchar a las personas. Y menos después de lo que te hizo Yukio- sus ojos estaban acuosos, lo cual impacto a más de uno.

-Ya está bien, solo no llores- dijo mientras sobaba sus rubios cabellos con un poco de ternura, para evitar que estallara en llanto.

-….- solo asintió con la cabeza mientras se pasaba la manga de su suéter sobre sus ojos limpiando sus lágrimas que comenzaban a salir.

-Bueno creo que hasta aquí llegamos con ustedes, hasta luego- se dirigió a los dos jóvenes que los miraban desconcertados.

-Ah~si vayan con cuidado, nos vemos pronto- esta vez fue Takao quien se despidió con extrema calma.

-¡Bye Takao, Midorimacchi!- se despidió mientras tomaba la manga del saco de Yukio, tal como lo haría un niño.

-¡Ya deja de llorar idiota!

Miraron atónitos como los otros dos se iban perdiendo entre la multitud que ya se encontraba a esas horas en la estación del tren, Midorima aun sostenía el teléfono y lo dirigió de nuevo a su oreja.

-Ya lo oíste.

-…..- ni un solo ruido salió del aparato, que parecía que ya nadie se encontraba esperando al otro lado.

-No te voy a preguntar que paso entre ustedes, pero solo no me metas en sus embrollos.

-Sí, yo lo siento

-Bien ahora me voy, que llegare tarde.

-Sí, gracias de todas formas Midorima.

-Aja.

-Nos vemos.

-Espero que te arregles con Kise- fue lo último que dijo para después cortar con la llamada.

Takao lo miraba con un poco de ternura y asombro al haber oído lo último que dijo el peliverde, para después comenzar a caminar hacia su tren.

-Pero mira que eres tsundere

-Cierra la boca Kazunari.

-Si si- entro al vagón del tren y se situó en la puerta- ¿Qué crees que haya pasado?

-No lose, además no es de nuestra incumbencia.

-Ahí vas de nuevo- puso en blanco los ojos por un segundo- A mí me dejo un poco angustiado el ver a Kise así y más aun con todo lo que dijeron.

- Sera mejor que no te metas en problemas- desvió su mirada hacia la ventana donde se observaba la ciudad con unos cuantos rayos de sol asomándose.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

 

 

 

 

 


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