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Your my only love por Haru DS

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Notas del capitulo:

Lamento mucho la tardanza pero sin más aqui esta el siguiente capitulo, disfrutenlo.

 

 

Ahí se encontraba en aquella habitación tan poco cómoda acompañado de un joven desmayado y otro muy agitado por la conmoción. El solo había ido a aquella habitación porque su querido Aka-chin le había pedido (o mejor dicho ordenado) que fuera con el peliceleste porque ya todo estaba listo y poco a poco se acercaba la hora.

Nunca conto con que su amigo se desmayara en cuanto el dijera “Ya es hora”. ¿Y ahora? ¿Qué se supone que debía hacer? No sabía cómo actuar, pero algo era seguro primero que nada debía calmar a aquel rubio que estaba a punto de caer desmayado igual que el más chico que reposaba en un cómodo sofá.

-Kise-chin será mejor que te calmes- tomo una bolsa de gomitas de su elegante traje.

-Cómo quieres que me calme si…si Kurokocchi esta inconsciente- respondió exasperado el joven rubio.

-Primero será mejor avi….- no pudo terminar, el aparato que estaba hace tiempo en su bolsillo empezó a sonar de una forma desesperante.- ¿Diga?- contesto con un tono un poco más serio.

-……-el rubio lo miraba con atención el cambio de voz de su amigo lo había impresionado.

-¿Que has dicho?- de repente su tono de voz sonada a completo enfado- Esta bien está bien, contrólate voy para allá.

-Yo-Yo lo siento mucho jefe- al otro lado del teléfono se escuchaba una voz de un joven que estaba a punto de estallar en llanto.- Yo sé que usted estaría ocupado.

-Ya ya, me perderé la ceremonia pero no importa- hizo una leve pausa y comenzó a sobar su sien con algo de cansancio- Lo primordial es ver como solucionamos el problemas, si es necesario ve buscando los ingredientes necesarios para empezarlo de nuevo.

-¿Qué, jefe hará un pastel de 20 kg en menos de dos horas? Si-Si para hacerlo mínimo necesitaremos unas 6 horas- contesto el joven completamente aterrado.

-Ya veré que tan mala es la situación, ahora haz lo que te digo que estoy ahí en diez minutos.

-Si-Si –fue lo último que dijo el joven antes de cortar la llamada y acatar las indicaciones del pelilila.

Kise miraba sorprendido a su amigo, le había fascinado la madurez en como su amigo había resuelto (o eso esperaba) la situación. El pelilila miro exhausto el aparato y de inmediato dirigió su mirada a el rubio.

-Kise-chin- regreso su tono infantil- Tengo que irme hubo un problema en la pastelería y el pastel del banquete quedo arruinado, tengo que ver que es lo que puedo hacer para tenerlo a tiempo.

Esta vez  se dirigía a la puerta y antes de que este abandonara por completo la pequeña habitación Kise hizo un escandaloso chillido.

-No me puedes dejar aquí solo…. ¿Qué es lo que voy a hacer?- decía en completo pánico.

-Necesito irme, no puedo quedarme. Pero le diré a Aka-chin que mande a alguien para que sea tu apoyo- dijo para calmar al rubio.

Sin decir más salió a toda velocidad de la pequeña habitación, mientras sacaba una pequeña liga de goma para sujetar sus largos cabellos lilas. Al llegar en la entrada del lugar vio a su pequeño pelirrojo y sin ningún rodeo se acercó a él.

-¿Atsushi? ¿Qué haces aquí? ¿A dónde vas?- pregunto el chico al ver que el pelilila se disponía a retirarse.

-Aka-chin, hubo un problema en la pastelería y debo ir a resolverlo ahora mismo- contesto con un tono serio el cual sorprendió a su novio.

-¿Pero y la ceremonia?

-Me temo que no podre verla, es una lástima no lo  podre avergonzarlo después- se acercó rápidamente para darle un suave beso a su novio de despedida.-Te veré en la fiesta.

-¿Quieres que te mande a algún trabajador para que te ayude?

-No gracias, con los chicos de la pastelería es suficiente- se acercó a su motocicleta ya que era más rápido que el auto.

-¡Llámame si algo pasa!

-Si no te preocupes- encendió el motor de la motocicleta, mientras se colocaba el casco.- Ah~ casi lo olvido, Kise-chin necesita ayuda adentro, será mejor que mandes a alguien a ayudarle.- grito para que el otro lograra escucharlo.

Recorría las calles a gran velocidad y se pasaba todos los altos posibles, sin ser descubierto ya que lo que menos quería era que lo detuvieran por exceso de velocidad. En menos de un minuto ya podía visualizar la gran pastelería, se estaciono justo enfrente, mientras bajaba de su motocicleta uno de sus empleados se acercaba a recibirlo.

-¡Qué bueno que llego jefe!- dijo el joven aliviado, mientras recibía el casco y el saco del peli lila.

Entro con determinación a la pastelería mientras se aflojaba su corbata y se arremangaba la camisa. En el vistoso local se podía apreciar como todo los empleado corrían de un lado a otro con suma desesperación.

-¡Cálmense todo el mundo!- grito con un tono serio pero seguro, para que la atención de todos sus empleados se posara en aquel hombre tan alto.- ¿Dónde está Haruka?

-Aquí estoy Jefe- entre la multitud se podía apreciar una pequeña cabellera negra.-Dis-Disculpen voy a pasar- decía mientras se habría paso entre la multitud.

-¿Y bien que está pasando aquí?- dijo cuando ya tenía al pelinegro justo frente suyo.

-Lo-Lo siento mucho jefe- hizo varias reverencias continuas.- Todo se me salió de las manos….-hiso una leve pausa para comenzar su relato.- Ya teníamos listo el pastel  que usted mismo nos dijo que decoráramos solamente hacía falta trasladarlo, así que lo subimos a la mesa para llevarlo a la camioneta y la mesa se-se co-colapso.

Murasakibara miraba atento al joven mientras continuaba con su relato.

-Todos nos alteramos un poco pe-pero eso no fue todo…- esto último hizo que  el pelilila se sorprendiera aún más de lo que ya estaba.- Y el horno que utilizamos para los demás pedidos comenzó a fallar y no calienta como es debido y tenemos otros 10 pedidos para el día de hoy.

Con eso último el joven finalizo su explicación mientras todos los trabajadores incluyendo al pelilila lo miraban atónitos. Murasakibara estaba exhausto todo se había salido de las manos y justamente ese día.

Sobo nuevamente su sien y suspiro con cansancio, cerrando pesadamente los ojos por unos segundos.

-Bien- dijo para mirar a todos sus trabajadores - ¿Cuántos hornos aún tenemos en funcionamiento?

-U-Uno, el otro que tenemos  esta en mantenimiento.-respondió el pelinegro que ya se había encargado de revisar todas las instalaciones.

-Ah~- soltó un pesado suspiro- Bien Haruka, llama a la panadería del centro y diles que detengan la producción del pan, por el resto del día no harán más pan, diles que saquen todo aquello que tengan en el horno.- hiso una leve pausa y miro al resto del personal. - ¡Escuchen bien lo que les voy a decir!

Grito lo más fuerte para que su voz retumbara por todo el local.

-La mitad de ustedes se irán a la panadería del centro, ya estando ahí realizaran los demás pedidos que tenemos el día de hoy, no se olviden de llevarse las indicaciones de cada pastel. ¡YUURI!

-¿Si? Murasakibara-san- dijo una joven de cabello castaño y una tez blanca.

-Tú te encargaras de controlar y poner el orden allá, también necesito que llames y les digas a cada cliente donde podrán recoger sus pedidos ya que no tendrán tiempo de entregarlos a todos. ¡Bien que esperan muévanse!- grito y de inmediato el personal se comenzó a mover.

-¡Vamos! ¡Vamos! – gritaba un pelinegro para que todo el mundo subiera a la camioneta.

-Tú te quedas Haruka te necesito aquí- ordeno el peli lila.- Bien el resto que se quedara aquí, nos encargaremos de hacer un pastel de 20 kg en  tres horas así que empiecen a trabajar- fue la última orden que dio para después adentrarse más en el local y empezar con su difícil tarea.

*************

 

 Era el segundo sábado de las vacaciones de invierno se encontraba plácidamente recostado en su cama, sabía que ya no era tan temprano pero eso ya no le importaba, tenía ganas de descansar y dormir si fuera posible hasta altas horas del día.

Su teléfono vibraba con gran insistencia, decidió solo ignorarlo y seguir con su gran encuentro con Morfeo, hasta que el timbre de su apartamento fue el que en esta ocasión interrumpía su sueño.

Gruño molesto, parecía que el mundo estaba en contra de que el pudiera seguir descansando, después de escuchar el timbre por unos minutos más sin cesar, decidió que lo mejor sería abrir la puerta, ya que no quería que sus vecinos le reclamaran.

Se paró de la cama con flojera y camino a paso lento hacia la puerta, se rascaba la nuca mientras soltaba un enorme bostezo, escucho de nuevo el timbre, el cual comenzaba a irritarle.

-¡Maldición! ¡Ya te oí! No tienes que tocar tantas veces- dijo mientras abría la puerta para ver quién era la persona tan insistente.

-¿Eh? ¿Kagami seguías durmiendo?- pregunto un chica de cabello castaño.- Bueno que más da, bien chicos  que esperan pasen.-ordeno la chica a los jóvenes que la esperaban tranquilos.

-¡Disculpe la intromisión!- dijeron todo el equipo de Seirin al unísolo.

Kagami no tuvo tiempo de reaccionar, se quedó con los ojos abiertos al ver como invadían su antes tranquilo apartamento.

-E-Entrenadora, ¿Qué están haciendo todos aquí? ¿Y con esas cajas?- no comprendía que hacia allí todo el equipo de baloncesto.

-¿Qué acaso ya lo olvidaste Kagami?- la chica se detuvo un momento para ver al pelirrojo.

-¿Olvidar? ¿Qué?

-Ah~ Tú no tienes remedio- un pelinegro que se acomodaba las gafas se acercó al As de Seirin – Acaso no recuerdas que hoy es el día del Festival.

FLASH BLACK

La práctica de Seirin había terminado un poco más tarde de lo normal y todos estaban devastados y sobre todo hambrientos, así que decidieron ir a un lugar donde pudieron abastecer su hambre.

-Por fin empezaron las vacaciones- dijo un chico de primero.

-Sí, será mejor que las disfruten, pero no demasiado, ya que regresando volveremos al entrenamiento.- sentencio la única chica de entre todo el grupo.

-Sí, si entrenadora- dijo el capitán que se encontraba a su lado- ¿Y bien qué planes tienen para estas vacaciones?-  cambio el tema de conversación.

- Yo iré a visitar a mis abuelos, eso dice Mitobe- dijo el joven felino que traducía el silencio de su amigo.

-Woooow, sigo sin saber cómo hace eso- murmuraba Kouki al resto de sus compañeros.

-¿Y bueno los demás tienen planes?- cuestionaba un castaño con una sonrisa un poco boba.

-No, ninguno- fue lo único que se escuchó de parte de todos los demás integrantes del equipo.

-Ammmm…- interrumpía la conversación- Kiyoshi-sempai, ¿Cuándo es que se va a América?- preguntaba un poco tímido un peli celeste.

-Ah Kuroko, me voy unos días después de las vacaciones, quiero pasar un poco de más tiempo con mis abuelos- sonreía  melancólicamente.

Todos quedaron en silencio, habían olvidado que su gran “corazón de hierro” iría al extranjero para que pudiera tratar su rodilla y que la lesión no pasara a mayores. Eso significaba que después de esas vacaciones no lo verían en un largo tiempo, y sobre todo no podrían jugar más mientras estaban en Seirin.

Todo esto hizo que muchos de ellos se pusieran un poco sentimentales y estuvieran a punto de estallar en llanto, hasta que una cabellera rojiza corto con ese deprimente ambiente.

-Y ¿Por qué no hacemos algo todos juntos?- dejo de devorar su plato de comida- Digo, para estar un poco más de tiempo con Kiyoshi-sempai, antes de que se valla.

Automáticamente todos dirigían su mirada a ese peculiar pelirrojo y lo miraban con algo de ternura.

-No sabía que Kagami-kun era tan sentimental- comenzó con las burlas el pequeño peli celeste.

-¿Qué? Yo no…- era interrumpido por todos los demás.

-Vamos Kagami, no seas penoso nos encargaremos de que nadie rompa tu pobre corazón- decía a punto de estallar en carcajadas el capitán del equipo.

-Jajajajajajajaja..-fue lo único que se escuchó de parte de todos.

Todos reían a carcajadas por lo recién ocurrido mientras Taiga se encontraba completamente apenado, mirando hacia otro lado.

-Jajajajaja..- se limpiaba las pequeñas lagrimas que le comenzaban a brotar- Ya, ya dejen de burlarse del pobre de Kagami- dejaba de reír para cambiar su semblante a uno más serio- La idea de Kagami no está nada mal, ¿alguien tiene una propuesta de a dónde podemos ir?

Todos miraban a la única chica de entre todo el grupo, y comenzaban a pensar de algún lugar donde pudieran pasar el rato.

-¿Qué tal Disney Landia?- decía animado Furi.

-¡Ja! ¡Estás loco!- lo regañaba el ojo de águila- Para eso necesitamos mucho dinero, porque hay que quedarse a dormir en un hotel, y aquí nadie tiene dinero, ah acepción de…

Todos miraron al pelirrojo que había tenido la idea de ir a algún lugar.

-¿Eh?, no me miren a mí. Mi viejo no me dará tanto dinero como para que vallan todos.-aclaro el joven para que no lo metieran en líos.

-Ah~- suspiro todo el equipo mientras tomaban sus cosas y pagaban la cuenta.

Todos salieron del local un poco cabizbajos intentando pensar en un buen lugar, hasta que uno de los chicos de primero choco con alguien y caer al suelo.

-¡Oye ten más cuidado imbeci…- se detuve el joven pelinegro- ¿Seirin?

-Kaijo- respondieron a la pregunta al unisolo.

-¿Qué hacen aquí?- pregunto mientras ayudaba a levantarse al joven que aún estaba en el suelo.

-Solo pasamos a comer algo- contestaba el Hyuuga mientras le extendía la mano en forma de saludo al capitán del equipo contrario.

-Bueno, sí que es una sorpresa. Desde que termino la Winter Cup no lo habíamos vis…- fue interrumpido por un enorme chillido.

-Sempai~…- corría para poder alcanzar a los demás.

-Tsk, mierda nos alcanzó – chasqueaba la lengua Yukio, al ver al rubio corriendo a gran velocidad.

-Son malos, ¿Por qué me deja..- desvió su mirada a los demás chicos que hace unos minutos no se encontraban con ellos. - ¿Seirin? ¿Kurokocchi?

-Buenas noches Kise-kun- saludo de forma formal como siempre lo hacía.

-¿Qué hacen aquí? Bueno es no importa ahora...- miro a su sempai y comenzó a acercarse- Yukio-sempai~

-Ya te dije que no Kise

-Pero…Pero por favor~ …. Moriyama-sempai dígale algo- continuaba haciendo su berrinche

El  equipo de Seirin los veía atónitos por la gran escena que estaban haciendo.

-Ammm… disculpen si no es de nuestra incumbencia, pero ¿está todo bien?- se dispuso a hablar y quitarse de todas las dudas posibles la joven chica.

-Ah~ Lamento que estén presenciando los berrinches de este- decía mientras le daba algunas patadas al causante de todo.

-Itaaaa…. Du-duele sempai.

-¡Cállate! ¡Todo esto es tu culpa, por querer ir a  tu ridículo festival!- continuaba con las constantes patadas pero esta vez más fuertes- ¡Nos estas poniendo en ridículo!

-¿Festival?- pregunto el “ojo de águila” algo confundido.

-Ah~ Si acaban de abrir de nuevo un  templo que estuvo mucho tiempo abandonado y harán un festival para que la gente vaya y vean que el templo está de nuevo en funcionamiento- esta vez contesto el joven amante de las mujeres de Kaijo.

-¿Templo? ¿Con puestos de comida? ¿Fuegos artificiales? ¿Y todo?- preguntaba un poco temeroso el pequeño  Kouki.

-Sí, supongo

-¡Eso es~!- grito todo el equipo de Seirin al unisolo.

Kaijo los veía asustados, no sabían por qué la reacción de Seirin y por qué todos estaban tan felices, así que solo quedaron ahí a mirar la escena.

-¡Bien chicos ya sabemos a dónde vamos a ir!- animaba a sus jugadores mientras emanaba una bella sonrisa y acodaba sus cabellos castaños detrás de su oreja.

-¡Sí! ¡Iremos a un festival!

-Kagamicchi, Kurokocchi ¿Qué es lo que sucede?- se acercaba al dúo de primero.

-Ah Kise, bueno pues ammm estábamos pensando en ir a algún lugar en las vacaciones, pero no teníamos ni idea de a dónde ir… y pues al oír lo del festival se nos hizo una buena idea.

-¿Y se puede saber por qué la repentina idea de querer salir todos juntos?

-Bueno veras….- se le hacía un nudo en la garganta no podía decir que su amigo se iría muy lejos y no lo verían en algo de tiempo, respiro hondo y se acomodó los lentes.

-Queremos haces algunos recuerdos juntos- contesto al ver que Hyuuga tenía dificultad para hablar, de todas formas todo lo hacían por él.

-Oh~ bueno diría que me sorprende, pero de ustedes se puede esperar lo que sea- finalizo para dedicarles una sonrisa al equipo completo.

-Sempai~ Por favor vamos, Seirin ira y ¿Por qué nosotros no?- chillaba con más intensidad al saber la noticia- Por favor Yukio~

-¡Cállate! ¿Si vamos a ese estúpido festival me dejaras en paz?

-¡Si~!

-Bien iremos- soltó un suspiro de cansancio.

-¡Yeiiiii! ¡Bien nos veremos haya Kurokocchi, Kagamicchi!

FIN DEL FLASH BLACK

 

Era verdad esa noche seria el tan esperado festival, pero eso no contestaba la pregunta de ¿Por qué todo el mundo estaba invadiendo su apartamento?

-Si el festival, pero…. ¿Por qué todos están aquí?

-La entrenadora decidió que el apartamento de Kagami-kun sería el indicado para cambiarse- aparecía a lado de su luz.

-Ah~Kuroko- dio un pequeño salto- Me asustaste, ¿para cambiarse? ¿De qué hablas?

-Por supuesto es para ponerse los Yukatas, ¿o es que acaso puedes ponértelo solo?- Riko señalaba las cajas que todos ponían en el suelo.

-Pero ¿no lo Yukatas se utilizan en verano? ¡Estamos en invierno, moriremos de frio!- se exalto un poco el pelirrojo.

-Si tienes toda la razón, pero estos no son cualquier Yukatas- sacaba una tela de las cajas- Estos están hechos de lana, por lo cual son más calientes de lo normal, así que no tienes por qué preocuparte Kagami- Teppei le brindaba una sonrisa al As de Seirin.

-¿Y eso no fue costoso?

-Un poco supongo.

-¿Y quién pago esto?- estaba algo preocupado, así que no podía evitar el preguntar.

-Es un regalo de parte del papá de la entrenadora- miraba como todos los demás ya se encontraban en el living y comenzaban a moverse entusiasmados- Riko quería que todos usáramos Yukatas para poder recordar mejor el momento. Y su papá nos dio el regalo “por el último momento que vamos a estar todos juntos”

Estas últimas palabras le hicieron un nudo al estómago al escucharlas, eran como unas palabras de mal augurio que señalaban que todo cambiaria y no podría ver a su equipo así de unido de nuevo. Su cara se tornó triste lo cual no pasó desapercibido para su sombra.

-¿Estas bien Kagami-kun?

-¿Eh? Si-Si no te preocupes Kuroko- le revoloteo los cabellos celestes con cariño, iba en dirección de donde estaban los demás pero se detuvo- Ah~ lo olvidaba.

Se giró de manera rápida, aprovechando que nadie les prestaba atención y le dio un rápido y dulce beso a su novio.

-Te extrañe Kuroko- se separó de los cálidos labios del peli celeste y camino al living.

-Ka-Kagami idiota, nos pudieron ver- dijo en un susurro casi inaudible y con un leve sonrojo en sus mejillas.

Comenzaron a sacar las cosas de las cajas con sumo cuidado como si fueran de cristal y en un descuido se rompieran en pedazos, muchos de los chicos estaban muy entusiasmados.

El tiempo paso entre bromas y regaños, ya eran las 8 de la noche y el festival iniciaría a las diez por lo cual tendrían que comenzar a arreglarse pronto.

-Bien ya que somos bastantes haremos esto- comenzó a dar indicaciones la entrenadora del equipo.- Yo con la ayuda de ustedes mismos le pondré los yukatas, después de que los tengan puestos ustedes deciden lo de mas, como el peinado, el abrigo o los accesorios.

Los chicos miraban atentos a la chica que se estaba tomando muy enserio lo del festival.

-Para no perder tiempo lo haremos aquí en el living, por favor los que puedan poner atención en como lo coloco mejor, así pueden ayudar a los demás y los detalles los hare yo- termino de  dar indicaciones y comenzó.

Taiga tuvo que subir un poco la calefacción de su apartamento ya que todos estaban en ropa interior en el living, ya que según Riko era más rápido así y no perderían más tiempo de lo necesario.

Más de la mitad del equipo ya tenían puestos los Yukatas, ahora se concentraban en esperar o terminar de arreglarse.

-Woooooww, de verdad esta calientito- tocaba la tela insistentemente.

-¿A caso no me creías Bakagami?- cuestiono Hyuuga que se encontraba quieto mientras le ponían su Yukata.

-No, es solo que no estaba muy convencido.

-¡Imbécil! ¿Cómo te atreves a dudar así de tu Sempai?

-¡Hyuuga! ¡Deja de moverte!- grito la castaña que lo vestia.

-Sí, lo siento- miro a la chica la cual aún traía su ropa normal- Riko

-¿Um?- contesto sin mirarlo.

-¿Quién te pondrá tu Yukata?

La pregunta hizo que todos los jóvenes dejaran lo que estaban haciendo y su atención se centrara en ellos dos.

-¡Hy-Hyuuga! ¿Podrías ser más discreto con tus propuestas?- gritaba desde un sofá aquel chico que sostenía su libreta de chistes.

-¿Qué? ¿De diablos hablas Izuki?

-¿Cómo de que hablo? De tu propuesta que le acabas de hacer a la entrenadora- giro su cabeza a otro lado, acomodo sus cabellos hacia atrás e hizo una cara de “galán”- Riko ¿Quién te pondrá tu Yukata? Porque si no hay nadie que lo haga yo con gusto lo hare, pero te aviso que no seré gentil- comenzó su actuación con un tono “sexy”.

-¡Kyyyyya! Hyuuga-kun eres tan atrevido- esta vez era Teppei quien continuaba con la actuación, fingiendo una voz femenina.

-Así soy yo BABY- tomaba de la barbilla a Kiyoshi, fingiendo seducción-  I’ll take you to Paradise.

- Ah~ Hyuuga-kun~ - finalizo para estallar en carcajadas- Jajajajajajajaja

Todo el mundo reía a carcajadas, a excepción de la pareja que habia sido involucrada, Hyuuga estaba completamente avergonzado por la actuación de sus amigos, bajo su mirada lentamente para ver a la  chica que se encontraba hincada y vio como algo extraño emanaba de su cuerpo.

-Jajajaja muy graciosos- se paró del suelo y camino hacia los dos jóvenes comediantes- ¡ESTAN MUERTOS¡- grito para salir corriendo detrás de los dos chicos.

-Kyaaaa~ Ayúdame Hyuuga-kun~- gritaba el castaño sin dejar su tono de mujer.

- Yo te salvare BABY- salió corriendo detrás de Kiyoshi procurando que el puño de la entrenadora no lo alcanzara.

-Ya verán par de idiotas.

Esta escena era aún más graciosa, todo el mundo reía a carcajadas y se divertía, era uno de los muchos momentos donde nadie se arrepentía de lo que había pasado y agradecía al destino el haberse conocido y por supuesto el poder estar en ese momento juntos disfrutando sin ninguna preocupación.

El timbre del apartamento interrumpió tan divertida escena, el pelirrojo camino a la puerta y sin ninguna prisa la abrió para atender quien fuera que tocaba la puerta.

-Wooooww, Kagamin te vez muy bien- la peli rosa elogiaba al más alto por su formal aspecto.

-¿Eh? ¿Momoi? ¿Qué haces aquí?

- Riko-chan me dijo que viniera a ayudarle, ¿puedo pasar?

-Ah, sí claro pasa- le dio  paso a la chica y cerró la puerta- ¡Entrenadora la buscan!- grito llamando la atención de todos los presentes.

-Ah~Momoi- dejo de perseguir a los chicos y se acercó a gran velocidad a la chica- ¡Qué bueno que llegaste! ¡Espera un momento más solo falta de vestir a Kuroko!

-Si no te preocupes- miro a los chicos sorprendidos- Hola a todos- saludo de forma gentil.

-Hola- contestaron todos

-Momoi-san ¿Qué hace aquí?- pregunto curioso un pelinegro.

-Ah Riko-chan me llamo para que le ayudara a ponerse su Yukata, Fukuda-kun- escaneo con la mirada a todos y miro un reloj que se encontraba en la pared- Ya que Riko-chan es la única chica entre todos ustedes, lo apropiado es que otra chica le ayude. Riko-chan ya casi no tenemos tiempo debes cambiarte ya.

-Pero aún falta que Kuroko-kun se ponga su Yukata- miro al peli celeste que era el único que faltaba.

-No importa, Tetsu-kun entrara con  nosotros- tomo de las manos a Kuroko y Riko y los jalo hasta la habitación de Taiga- Kagamin tomare prestada tu alcoba.

-¿EH? Momoi, espera ¿a dónde llevas a Kuroko?- camino a paso veloz para tomar al peli celeste de la mano, pero una puerta se lo impidió- Kuroko.

Tomos miraron como “secuestraron” a la sombra de Taiga y nadie había dicho ni una palabra, se miraron resignados y tomaron asiento esperando a que ese par de chicas saliera. El silencio era inmenso nadie decía nada, intentaron distraerse con el televisor pero esto les estresaba más, prefirieron el silencio que comenzaba a hartarles.

-AAAhhhh~- se alborotaba la cabeza con desesperación- ¿Por qué tardan tanto?

-Son mujeres después de todo, así que mejor cálmate Kagami- no podía admitir que el también comenzaba a impacientarse, suspiro con pesadez y acomodo sus lentes que comenzaban a caerse.

-Si no estoy preocupadas por ellas- dijo en un susurro.

Pasaron 20 minutos más y por fin la puerta de esa alcoba se abrió, después de esta salió una chica peli rosa.

-Siento haberlos hecho esperar chicos- llamo su atención y después abrió por completo la puerta- Tachaaannn~ Ya pueden salir Riko-chan, Tetsu-kun.

Los mencionados salieron algo tímidos, ya que todas las miradas se concentraban en ellos.

Riko llevaba puesto un Yukata de un color rosa pastel que destacaba su cabello castaño, con un estampado de flores de camelias que iba de acuerdo a la estación, en el cabello llevaba una trenza tejida en forma de diadema y una flor de las mismas de su Yukata. Estaba un poco maquillada (idea de momoi) con un maquillaje natural y un poco de brillos en los labios.

Todos miraban asombrados a la chica que había salido del cuarto, parecía una belleza (sin alardear), tan femenina y con aquel sonrojo en sus mejillas por la vergüenza.

-E-Entrenadora se ve….- estaba un poco sonrojado y sus lentes se empañaron un poco.

-Se ve preciosa- se atrevió a decir el chico felino.

-¿De-De verdad?- pregunto algo tímida mientras desviaba la mirada.

-Sí, Riko te ves muy linda- extendió su mano para que la chica se acercara- Sera mejor que no te alejes hoy de nosotros, un chico podría raptarte.

-Ca-Cállate Teppei- dijo mientras desviaba su mirada a aquel chico de lentes que no le había hecho un alago como los otros.

 

Todos estaban muy asombrados por el gran trabajo que había hecho momoi (según ellos) y le daban algunas palabras de agradecimiento, todos menos un pelirrojo que se encontraba hundido en la figura de un peli celeste.

Kuroko llevaba un Yukata de un tono azul un poco más claro que el tono de su cabello, que se ajustaba a su figura  y tenía una pequeña abertura que permitía ver una parte de sus bien formados muslos. Taiga desde el momento que lo vio salir de su habitación no pudo evitar recorrer a su novio con su penetrante mirada, se veía tan bien, tan provocador según las expectativas de Kagami.

-¿Po-Podrías dejar de verme así?- pregunto avergonzado a su novio.

-¿Qué? Yo-Yo no puedo evitarlo-dijo sinceramente.

-A-Al menos podrías disimular, parece que me des-desnudaras con la mirada- jugaba nerviosamente con sus manos.

-Eso mismo quiero hacer

-¿Eh?- volteo a ver el rostro de su novio, pero este le tomo del brazo y lo llevo a la cocina donde nadie pudiera verlos- Ka-Kagami-kun ¿Qué estas hacie…

El peli celeste fue interrumpido ya que su novio lo ataco con un beso, un beso un poco desesperado y sobre todo muy apasionado, Taiga jugaba con la lengua de su novio mientras lo arrinconaba contra la pared, con sus manos juguetonas recorría lentamente el cuerpo de su novio, sin desordenar el Yukata que si lo hacía alguien se daría cuenta y aún era muy pronto para que supieran de su relación.

Taiga corto con el encuentro de ambas bocas, dejando un pequeño rastro de saliva en la comisura de los labios del peli celeste, ambos respiraban entrecortadamente a causa de aquel beso que le había robado hasta el aliento.

-Ka-Kagami-kun, podrían vernos- intentaba separar a su novio de él.

-Solo un poco más vale- fue lo único que dijo para atacar el cuello de su novio provocando que sacara pequeños suspiros.

Estaban sumergidos en su propio mundo hasta que una voz los interrumpió.

-Kagami, Kuroko es hora de irnos- grito el ojo de águila.

-Ya vamos Izuki-sempai- contesto el pelirrojo que era el que mejor estado se encontraba- Sera mejor que vallamos a vendrán a buscarnos.

El peli celeste solo afirmó y regularizaba su respiración. Antes de salir de la cocina, el pelirrojo le dio otro beso pero estaba vez uno más tranquilo y dulce.

Al salir de la cocina ya todos los esperaban en la entrada dispuesto a partir.

-¿Qué tanto hacían ustedes dos en la cocina?- cuestionaba el capitán a su dúo de primero.

-Lo siento, Kuroko quería un vaso de agua, ya que con el Yukata le dio calor- explicaba el pelirrojo para no levantar sospechas.

-Bien será mejor que nos vallamos, hoy será una noche larga- camino el castaño más alto-¡Vamos a divertirnos!

 

 

 

 

 


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