Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Parte de él... por Shima_Suzuki

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yuu cumplió su palabra, mando un banco de peces a su alrededor mientras el nadaba de lo más tranquilo hacia la superficie, el pelinegro seguía con su investigación sobre la magia del triente en el contrato combinado con la tinta mágica de su madre para tratar de revertirlo o tan siquiera alterarlo un poco.

Cuando Kouyou estuvo lo suficientemente cerda de la superficie los peces se fueron, tuvo que nadar un poco más hasta conseguir arrastrarse por la arena y llegar a la roca que había ocupado la primera vez para ocultarse. Tosió un poco debido a que sus pulmones comenzaban a acostumbrarse al oxigeno que había en el aire y no en el agua como normalmente debía de ser, respiro profundamente un par de veces y espero.

Y como la última vez, todo su cuerpo empezó a expedir vapor, se estaba secando, y cuando esto termino, su cola se dividió en dos piernas completamente funcionales, las movió un poco para volver a acostumbrarse a ellas antes de intentar levantarse ya que después de 3 semanas de no usarlas probablemente sería difícil.

Cuando más o menos tuvo el control de nuevo se levantó con cuidado, primero reviso que no hubiera nadie en la playa, al asegurarse de estar solo camino a paso tranquilo hacia la pila de rocas donde había escondido sus cosas, por suerte una vez las quito todas encontró su ropa y su bolsa con oro. Tomo todo y se vistió rápidamente para después subir por las escaleras de piedra que se dirigían al pueblo.

Varias personas lo reconocieron de vista al momento de verlo pasear tan tranquilo en dirección al castillo, no era raro que lo reconocieran, el príncipe lo había tenido a su lado el mes pasado por todo el pueblo, el hecho de que fuera muy bello y que además el príncipe estuviera siempre con el eran detalles que hacían difícil olvidarlo.

Se pasó por la tienda de ropa y compro algo más abrigador mientras platicaba con el chico, el frio se había intensificado, el mes pasado no le había afectado tanto como ahora. Cuando salió de ahí, paso por el mercado a comprar pan o fruta pues tenía hambre. La chica que atendía el puesto de fruta estaba embobada con la belleza del castaño, pero no solo ella, varias chicas y también chicos ahí estaban muy atentos a él.

Una de las sirvientas del castillo estaba haciendo la compra en ese momento, y por supuesto que lo vio, olvidándose por completo de lo que iba a hacer, corrió directamente al castillo para avisarle al príncipe Akira que Kouyou había vuelto.

El pelinegro en cuestión estaba terminando de trazar unas rutas de comercio para el paso de sus barcos junto con el señor Tanaka en su oficina, estaban tan concentrados que cuando la puerta se abrió de golpe se asustaron, claro que Akira inmediatamente se preocupó al ver a una de sus sirvientas jadeando del cansancio así que se acercó a ella y le ofreció un asiento.

— ¿Qué ocurre? ¿Por qué estas así?

—Akira-sama—tomo aire llevándose una mano al pecho, el corazón le estaba latiendo muy rápido—Kouyou-san volvió…

Para Akira el mundo se detuvo un momento, solo por un momento, la oportunidad de ver a Kouyou de nuevo después de su abrupta ida era algo que no iba a desperdiciar por nada del mundo.

— ¿Dónde se encuentra? —en su voz se podía escuchar la emoción muy mal disimulada.

—Antes de que llegara corriendo, estaba comprando fruta, estoy más que segura de que viene para acá…—ya tenía la respiración un poco más tranquila.

—Iré a buscarlo—dijo rápidamente mientras salía del cuarto.

— ¡Joven Suzuki! ¡La ruta! —dijo el señor Tanaka.

— ¡¡Después terminamos eso!!—Eso fue lo que se escuchó de lejos, Akira ya iba a medio pasillo cuando lo escucho.

Bajo las escaleras rápido, las sirvientas se sorprendieron ya que era raro que el pelinegro estuviera energético, el joven Suzuki había estado algo decaído desde el día en que el castaño se fue y por más que trataban de hacer algo para subirle el ánimo este no hacía caso a nada, se centraba en su trabajo y después de eso se iba a dormir directamente.

Justo cuando Akira abrió la puerta Kouyou estaba detrás de esta, a punto de tocar, se sonrieron inmediatamente al verse y más tardo Kouyou en abrir la boca que en Akira abrazarlo con todas las ganas del mundo.

Kouyou se sorprendió ante el repentino abrazo lleno de efusividad, pero después sonrió y correspondió escondiendo su rostro en el cuello del pelinegro.

—Creí que no volvería a verte.

—Te dije que volvería en un mes…

—Gracias por volver.

—Te dije que soy hombre de palabra.

Se quedaron un rato más así, abrazados, era algo incómodo para Kouyou, pero Akira parecía estar muy cómodo abrazándolo así que no lo soltó.

—Joven Suzuki, debería dejarlo entrar—fue lo que dijo una de las sirvientas y solo así fue que Akira, estando avergonzado, lo soltó dejándolo pasar.

—Lo siento.

—No hay problema—sonrió.

—Acompáñame, tu llegada a sido muy oportuna—lo tomo de la mano y lo llevo directamente a su oficina.

Tanaka se sorprendió de nuevo al escuchar la puerta, sonrió al ver que Akira estaba sonriendo y se sorprendió de ver a Kouyou ahí con él.

—Joven Takashima.

—Hola—sonrió.

—Que oportuna su llegada, estábamos trazando las nuevas rutas de comercio, nos vendría bien su ayuda.

—Ah…claro—se acercó junto con Akira a la mesa donde Tanaka estaba con varios mapas y algunas hojas sueltas con anotaciones.

Primero le plantearon lo que iban a comerciar esta vez, el tipo de barcos que tenían y las diferentes rutas que tenían pensado ocupar, Kouyou rápidamente los corrigió, siempre escogían rutas no muy aptas para los barcos y el no entendía por qué.

Les indico que rutas eran las más seguras trazándoselas en diferentes mapas que tenía, también agrego unas cuantas notas para ellos, estaban realmente impresionados con la habilidad de navegación que Kouyou tenía, venir de una tierra lejana y estar la mayoría de su vida en el mar le daban mucha experiencia, o al menos así pensaban ellos debido a que no sabían la verdad de porque Kouyou conocía tanto el mar.

Para cuando vieron la hora, ya era la hora de la merienda.

—Vaya, trabajamos mucho.

—Así parece—dijo Tanaka acercándose a la puerta ya con todo listo—iré a conversar un rato con los marineros para decirles las nuevas rutas.

—Te lo encargo—dijo Akira mientras se estiraba.

Tanaka se fue dejando a ambos chicos solos.

—Gracias por tu ayuda.

—No fue nada en realidad—sonrió apoyado en la mesa.

— ¿Porque no vas a darte una ducha? Debes de estar cansado después de tanto viaje y ahora esto.

—Sí, un poco—suspiro y se levantó. —te veo en la merienda en un momento.

—Está bien.

Kouyou salió de la habitación y una de las sirvientas lo llevo a la habitación que con anterioridad había ocupado.

Una de las sirvientas entro poco después con la merienda para el príncipe, era costumbre que él se quedara en su oficina a esas horas.

— ¿Entonces joven Akira? —dijo la sirvienta poniendo la bandeja en el escritorio mientras sonreía.

— ¿Entonces qué? —la miro sin entender.

— ¿El joven Kouyou y usted~? ¿Qué está pasando entre ustedes? —su sonrisa se ensancho.

—No pasa nada—sonrió—aun…

— ¡Oh dios! —Se emocionó— ¿Ya se lo ha dicho?

—No he visto indicios de que me corresponda, pero en algún momento se lo diré—suspiro con una media sonrisa.

—Solo espero que sea antes de que vuelva a desaparecer—sonrió y se retiró.

El pelinegro se acercó un poco más a su escritorio para comer mientras pensaba, si bien, Kouyou era muy lindo y le gustaba, no se atrevía a llamarlo amor todavía, pero le gustaba mucho, desde el primer momento que lo vio en esa biblioteca.

Aunque muchos vieran mal que dos hombres estuvieran juntos, a él no le importaba, estaba seguro de lo que sentía, lo único que faltaba era saber si Kouyou sentía algo por él.

El castaño en cuestión estaba dentro de la tina llena de burbujas, abrazando sus piernas contra su pecho y mirando el mar desde la ventana que se encontraba frente la tina. Soltó un largo suspiro, se sentía un poco mal por todo lo que estaba pasando en su hogar, para su padre y hermanas él seguía desaparecido, estar en la tierra le alegraba mucho, pero lo hacía sentir culpable, pero bueno, era eso o ser obligado a casarse con una chica desconocida solo por capricho de su padre.

Recordar eso le dolía, ya que gracias a esa estúpida propuesta se enteró que su padre nunca le había puesto atención en “esa platica” donde le confeso que se sentía atraído por los hombres y no por las chicas como supuestamente debería de ser.

Y si se ponía a pensar en gustos sus pensamientos tenían que aterrizar en Akira, para él era bastante evidente que el pelinegro estaba babeando por él, bueno ¿Quién no? la mayoría del pueblo lo veía con ojos de hambre, aunque no le extrañaba, las sirenas y tritones tenían ese efecto en las personas, esta vez suspiro con una sonrisa en el rostro, Akira era alguien diferente a los demás, eso había despertado su curiosidad sobre el en primer lugar, pero el hecho de saber que Akira gustaba de él lo hacía sentir algo incómodo, ya que él no podía corresponder esos sentimientos, no porque no quisiera, sino porque no podía…

El simple hecho de pensar en la sola posibilidad de enamorarse le daba escalofríos, no quería hacerlo, era suicido hacerlo ya que cuando volviera a tocar el agua se convertiría en espuma de mar.

Y de verdad que para él era difícil, cuando vio a Akira a los ojos hubo un “click” entre ellos, pero debía de resistirse, no quería morir, el hecho de desaparecer era algo que le aterraba…

Prefirió mejor dejar de pensar en eso, termino de bañarse, dejo que el agua se fuera, tomo una toalla y comenzó a secarse. Salió del baño con la toalla alrededor de la cintura y con una más pequeña en las manos para secar su cabello, el cual era bastante largo a percepción de la gente, no era común ver hombres con un cabello tan largo y cuidado. Tampoco es que lo tuviera por debajo de las pantorrillas, la gente exageraba al sorprenderse por su largo, apenas le llevaba un poco más arriba de la mutad de la cintura y eso solo la capa de abajo, las capas superiores habían sido cortadas para darle un peinado algo más innovador, se veía bien, a él le gustaba.

Encontró su ropa limpia y aparte un conjunto para dormir en la cama, tomo la ropa para dormir, se había tardado lo suyo en el baño. Cuando se terminó de bañar salió de su habitación para encontrarse con que Akira estaba afuera a punto de tocar.

—Ya está la cena—fue lo primero que dijo.

—Ya iba a bajar—rio un poco.

Akira tomo su mano y lo llevo consigo al comedor, cenarían solos, Tanaka seguía hablando con los marinos y no es como que el príncipe tuviera muchas visitas.

Cuando ambos estuvieron en la mesa ya comiendo fue cuando Kouyou hablo.

— ¿Akira?

— ¿Qué pasa? —lo miro.

— ¿Solo vives tu aquí?

El pelinegro dejo de comer.

—Si…—suspiro—Tenía una hermana, pero ella se casó hace mucho y se fue a las tierras de su marido, mi madre murió cuando yo tenía 17, mi padre la siguió hace apenas medio año.

—Oh…lo siento yo—no pudo seguir hablando pues Akira le cubrió la boca.

—No te preocupes, no tenías forma de saberlo, además, ya lo he superado, tengo que tomar el puesto de rey cuando tenga la edad suficiente.

— ¿Y eso cuándo será?

—En un par de meses—sonrió.

— ¿Y qué edad tendrás en unos meses?

—22 años.

Kouyou abrió los ojos con sorpresa.

— ¿Tienes aun 21?

—Si—sonrió—por tu cara supongo que… ¿tenemos la misma edad?

—Pues si…

—Vaya—sonrió—coincidencias de la vida ¿no crees?

—Una bastante extraña.

—Bueno, deberíamos de ir a dormir ya—dijo Akira mirando el reloj que estaba al lado de la entrada del comedor, ya era algo tarde.

—Estoy de acuerdo, estoy cansado.

—Vamos a dormir, mañana vamos a ir de paseo.

—Si está bien…—se levantó—descansa Akira.

—Duerme bien Kou.

El castaño salió del comedor y se fue rumbo a su habitación, cuando estuvo ahí, se lanzó a la cama y cayo boca abajo, hundiéndose en la suave superficie, se acomodó mejor en la cama y suspiro abrazando una almohada, cada vez su cabeza le hacía ver que Akira era muy lindo…

Pero no podía pensar así, tenía que negarse a esos pensamientos.

El pelinegro también se fue a su habitación, se cambió de ropa y se recostó en la cama, al igual que el castaño, abrazo una almohada teniendo una gran sonrisa en el rostro.

Definitivamente le gustaba Kouyou, le gusta y mucho…

 

 

 

 

 

Fin del capítulo 10.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).