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Parte de él... por Shima_Suzuki

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Se quedaron en ese cuarto toda la noche, mientras que Kouyou se empapaba de la historia del pueblo Akira tomo unas cuantas ideas del cuarto de su padre para la decoración de la fiesta que se haría, sumando a que también leía lo que Kouyou, aprecio más de su propio pueblo y eso le dio unas cuantas ideas más sobre que podría hacerse en la celebración.

Cuando Tanaka subió para buscar al príncipe y avisarle que los preparativos para los nuevos viajes junto con Kouyou estaban listos, le dio miedo tocar la puerta de la habitación del príncipe, pero al momento de hacerlo no recibió respuesta, abrió con cuidado y descubrió que no había nadie entonces fue a la de Kouyou, tampoco, fue a la biblioteca, pero nada, fue a la sala del rey, pero tampoco.

Reviso todas las habitaciones posibles hasta que se le ocurrió revisar el cuarto del rey, se supone que Akira solo podría entrar ahí hasta que se convirtiera en el legítimo rey del pueblo cuando cumpliera la edad determinada, y para eso todavía faltaban unos cuantos meses.

Camino por el pasillo hasta llegar a la puerta indicada y se encontró con que estaba abierta, se adentró y se encontró con ambos chicos revisando el archivo del pueblo, una libreta con anotaciones y una más con dibujos.

—Tanaka ¿Qué pasa? —pregunto el príncipe estirándose un poco, llevaban un buen rato ahí.

— ¿Qué hace aquí joven Akira?

—Investigando unas cosas para el festival de aniversario.

—Ah…ya veo—aclaro la garganta—Ya están los preparativos de los viajes listos, solo hace falta trazar nuevas rutas ya que me han informado que el mar a estado algo agitado por donde acostumbramos a pasar.

—Está bien—sonrió—toma—le dio las libretas—esto es todo lo que necesitas para que se empiece a montar el festival, anote todo así que solo sigue lo que dice ¿bien?

—Si joven príncipe—sonrió y tomo las libretas—es momento de dormir ¿no cree?

—Sí, de hecho, si…—bostezo—Shima, hay que acomodar todo, es hora de descansar.

Kouyou estaba sentado en la alfombra, apoyado en la cama, dejo de leer el libro que tenía en sus manos y comenzó a recoger, no podía dejar las cosas en desorden, Akira se acercó para ayudarle a organizar todo bien

Tanaka superviso que todo quedara en completo orden, cuando estuvo listo, los dejo salir y cerró la puerta de nuevo, escolto a ambos a sus habitaciones y después se fue, no los iba a dejar dormir juntos, no aun al menos.

 

Al otro día la decoración en el pueblo comenzó, los sirvientes visitaron a los dueños de los negocios para hablarles sobre lo que se tenía planeado y con lo que tenían que ayudar para la celebración.

Akira aún se encontraba durmiendo, estaba cansado, se había quedado hasta tarde con Kouyou leyendo y ahora no se quería levantar de la cama, en cambio Kouyou ya estaba hasta desayunando, hablando con Tanaka sobre las nuevas rutas para los barcos.

—Bien, eso sería todo joven Kouyou, como siempre muchas gracias.

—Ah, no es problema—sonrió y continúo comiendo.

— ¿Me permite preguntar algo?

—Si claro.

— ¿Cómo sabe tanto sobre el mar? Nos ha dicho que viene de otro lado, pero entiende nuestro idioma y lo habla con fluidez así que es de nuestra región.

—Eh…bueno, mi padre era capitán de la marina de dónde vengo—sonrió. —El me enseño muchas rutas y como entender al mar, pase gran parte de mi vida en un barco, aprendiendo rutas, mirando estrellas y pescando…

—Ya veo—él también sonrió—bueno, me retiro, tengo que coordinar la organización del evento, disfrute su desayuno.

—Gracias—lo vio partir y siguió comiendo.

Solo pasaron como unos 5 minutos cuando sintió como unas manos cubrían sus ojos, solo podía ser una persona, ninguno de los sirvientes podría hacer eso.

—Akira…—sonrió cuando sintió un besito en la cabeza y sus ojos siendo liberados.

—Buenos días.

—Buenos días—le acerco un plato para que se sirviera, las sirvientas siempre preparaban mucha comida o al menos así lo veía Kouyou ya que el solo no se podría acabar todo.

El pelinegro lo tomo y comenzó a servirse, ahí fue cuando Kouyou entendió porque preparaban tanto, Akira comía mucho. Kouyou terminó su desayuno, pero se quedó sentado, esperando a que Akira terminara el suyo.

—Te levantaste temprano—dijo mientras se servía un poco más.

—Estoy acostumbrado a levantarme temprano—se acomodó un poco el cabello—no tenía mucho sueño…Además, Tanaka necesitaba mi ayuda para las rutas.

El pelinegro se le quedo mirando un rato, sonrió.

—Me gusta tu cabello—dijo acercando su mano para tocar uno de los mechones que estaban sobre su hombro.

—Gracias—sonrió.

— ¿Por qué lo dejas tan largo? No es común que un chico lo lleve así.

—Me gusta dejarlo largo—sonrió acariciando su cabello con cierta nostalgia—se ve bien cuando nado—rio un poco.

— ¿Nadas?

—Claro que nado—sonrió.

— ¿Aprendiste por tu cuenta?

—Digamos que nací sabiendo nadar—dijo orgulloso, pero después pensó mejor, tal vez no debió de decir eso, pero… ¿cualquier humano nadaba no?

—Oh~ ¿tan bueno eres? —sonrió.

—Un poco—se encogió de hombros.

—Me gustaría comprobarlo.

— ¿Crees que puedes ganarme? —lo miro.

—Estoy dispuesto a intentarlo si eres tan bueno como dices.

— ¿Estas retándome? —alzo una ceja.

—Por supuesto—sonrió ladino.

En todo lo que fue la conversación se fueron acercando poco a poco, sus rostros quedaron muy cerca al punto en que sus narices rozaban levemente. Ambos notaron esto, fue imposible que sus miradas se desviaran a los labios ajenos, el castaño se sonrojo levemente al caer en cuenta de ello, pero no se alejó, Akira por el contrario sonrió, llevo una de sus manos a la nuca del castaño y lo acerco para besarlo.

Era un beso suave, sin prisas, tierno en algún modo, Kouyou no era la primera vez que besaba, hace mucho tiempo, Yuu fue el que se robó su primer beso, pero este beso se sentía diferente, más cálido, con más sentimiento, más real…

No supo en qué momento cerro los ojos, tampoco cuando fue que se abrazó al cuello del pelinegro y este había llevado su otra mano a la cintura del castaño, la que se encontraba en su cuello se movió con suavidad por su cuerpo hasta acompañar a la otra en su cintura, de este modo lo apego más a él.

Las sirvientas se habían acercado para recoger los platos sucios de la mesa, pero cuando iban a entrar notaron el ambiente y ahora todas estaban asomadas por la puerta entre abierta del comedor, no querían interrumpir así que se quedaron ahí. Tanaka iba de salida cuando las miro a todas aglomeradas en la puerta, se acercó para ver que era tan interesante como para dejar sus obligaciones de lado, grande fue su sorpresa al asomarse por igual y encontrarse al príncipe en medio de un beso con el joven Takashima…

Cuando ambos chicos se separaron fue cuando las sirvientas entraron junto Tanaka, asustándolos, Kouyou se sonrojo ante la posibilidad de que los hubieran visto, Akira les sonrió. Las sirvientas recogieron los platos y Tanaka a se sentó a su lado.

— ¿Qué pasa? —preguntó el príncipe.

—Tiene lección de esgrima.

— ¿Ahora?

—Sí, justo ahora, el instructor acaba de llegar.

—Pero—iba alegar que quería ir a la playa con Kouyou en lo que el festival terminaba de organizarse, pero Kouyou lo detuvo.

—Tienes responsabilidades por atender, yo seguiré aquí no te preocupes—le sonrió.

Akira también sonrió, se acercó para poder besarlo, pero Tanaka estaba ahí así que lo que Kouyou recibió fue una caricia suave en su mejilla, tanto el príncipe como Tanaka se fueron, Kouyou se fue de ahí también, pero rumbo a la habitación para cambiarse de ropa, no podía seguir con el pijama puesta.

No tenía mucho que hacer ese día, el festival empezaría en la noche, así que solo podía esperar a que todo estuviera listo para ir con Akira, se quedó un largo rato en la cama, pensando en todo y en nada, la mayoría de las veces le pasaba eso, preguntarse qué pasaba en el mar, pero a la vez una parte de su cerebro le decía que no debía de pensar en ello, al menos no por ahora.

No supo exactamente cuánto tiempo se quedó acostado en su cama mirando a la nada mientras su cabeza maquinaba un montón de pensamientos innecesarios. Un suspiro salió de sus labios, el dolor en su espalda le decía que ya llevaba suficiente tiempo acostado, se levantó y comenzó a cambiarse, cuando termino pensó que podría ir al jardín del castillo de nuevo, de verdad que disfrutaba el olor de las flores, no solo de eso, de todo, para llegar al jardín tenía que pasar por la cocina, y el aroma de todo ahí era exquisito…se perdía de muchas cosas estando en el agua.

Incluso el tacto de todo era diferente, sin agua al rededor todo se podía sentir de una manera más intensa. Bajo por las escaleras rumbo a la cocina para poder ir al jardín, una vez ahí tomo una manzana verde y salió por la puerta.

El sol le dio directo a la cara, el calor que transmitía este también era de las cosas que más disfrutaba. Mordió la manzana y cerró la puerta, comenzó a caminar por el sendero que había en el jardín, respiro profundo, toco las flores y plantas.

Hubiera seguido concentrado en su sentido del tacto de no ser porque su oído se distrajo.

El choque de espadas era constante y mientras más se acercaba podía distinguirlo con más claridad, camino a paso rápido por el sendero y llego a una pequeña área donde había arena en vez de césped.

Había muchas armas, tanto de fuego como de contacto, era un área para practicar combate y tiro.

Akira estaba ahí, practicando con alguien que la parecer esa su maestro, Tanaka estaba ahí también, anotando unas cosas en unas hojas, supuso que trataría del rendimiento del príncipe con respecto a sus clases.

Se apoyó en una de las paredes mientras comía su manzana, era interesante ver ese tipo de prácticas, en el mar no tenían ninguna de esas cosas, por lo poco que entendía, si Akira golpeaba en ciertas partes del otro sujeto, acumulaba puntos y suponiendo que eso era algo bueno, entonces iba bien.

Para cuando la practica acabo fue cuando Akira se dio cuenta de la presencia de Kouyou, le sonrió al instante, se limpió un poco el sudor con una toalla y después se acercó al castaño.

— ¿Qué te ha parecido?

—Es algo que no entiendo, pero es interesante.

— ¿Nunca has practicado esgrima?

—Mi padre es marinero, jamás practique algo como eso—tenía que seguir con la historia que le había contado a Tanaka.

—Hasta los marineros saben cómo usar la espada Kou. —sonrió.

—Pues yo no—acerco su mano a la de Akira para quitarle la toalla y limpiar un poco su rostro, aun había gotas de sudor que recorrían desde su frente o cienes hasta su barbilla.

—Gracias…

—No es nada—le sonrió.

Akira llevo una de sus manos a la mejilla del castaño, acaricio gentilmente y deposito un suave beso sobre sus labios, Kouyou no tuvo ningún inconveniente en corresponder, llevando su mano encima de la que Akira mantenía en su mejilla.

El carraspeo de Tanaka fue lo que hizo que se separaran de ese pequeño beso, Akira sonrió y Kouyou bajo la cabeza, avergonzado, Tanaka solo se rio un poco negando con la cabeza, llevándose a ambos chicos de ahí, la comida pronto estaría servida.

Akira se fue a duchar primero, la práctica lo había hecho sudar, Kouyou en cambio se dirigió al comedor, tenía hambre.

Se sentó y espero a que Tanaka lo hiciera, una vez los dos en la mesa comenzaron a hablar de cualquier cosa, aunque la mayoría de los temas terminaban en alguna anécdota de Akira referente a lo que hablaban, el susodicho llego podo después y solo así pudieron comenzar a comer.

—Los preparativos ya están listos joven príncipe, el festival comienza a las 8 de la noche en punto, deberá de estar listo porque en esta ocasión no puede faltar.

—No te preocupes por eso Tanaka—sonrió y tomo la mano de Kouyou por encima de la mesa, lo cual hizo que el castaño se sonrojara y a la vez lo mirara sin entender. —Esta vez tengo a alguien que me acompañara.

—Se lo encargo entonces joven Kouyou—sonrió—Este muchachito siempre se presenta 5 minutos y después desaparece porque según él “se aburre”

—Entiendo…—sonrió y miro al rubio—Espero que conmigo no te aburras.

—No te preocupes, nunca me aburriría estando contigo—sonrió.

—Eso espero…

Se quedaron mirando un rato, ninguno perdía la sonrisa en su rostro y el agarre en sus manos solo se afirmó más, Tanaka siguió comiendo, no tenía caso interrumpir a ese par cuando se sumergían en la mirada contraria.

Claro que si los dejaba mucho tiempo la comida se enfriaría, así que carraspeo un poco, esto logro distraerlos y hacerlos comer de nuevo.

Cuando la comida termino, Tanaka se levantó, les informo que sus trajes ya estaban listos en sus respectivos cuartos y que los quería puntuales en el festival, después de eso se fue, tanto Kouyou como Akira se fueron a sus habitaciones a cambiarse, más de una vez Akira le había advertido que Tanaka por muy buena persona que fuera, enojado, era peor que el diablo…

—Te veo en un rato entonces. —dijo Kouyou.

—Vamos a pasarla genial juntos, ya lo veras. —le sonrió coqueto.

—Eso espero…

Fin del capítulo 14.


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