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Parte de él... por Shima_Suzuki

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Notas del capitulo:

Lamento si esto confunde, pero se me habia subido el capi 17 dos veces xd
aquiesta el capi 18 y yo nisiquiera me habia dado cuenta, no se si fue por un bug o algo pero las actualizaciones son cada 4 dias y esta cosa se volvio loca o no se

disculpen las molestias

El sol entro por la venta dándole de lleno a Akira en la cara, la molesta luz hizo que se despertara, entre abrió los ojos y parpadeo un par de veces, Kouyou aún estaba dormido en su pecho, ninguno se movió, durante la noche se quedaron abrazados, y eso era raro porque el príncipe era mucho de moverse por las noches.

Sonrió al ver que el castaño permanecía oculto en su pecho, acurrucado como un conejo en su madriguera, sonrió y comenzó a dejar besos por su frente o más bien, lo poco que se alcanzaba a ver de su frente, una de sus manos se movió hasta su cintura, pasando por su cadera mientras que la otra acariciaba su cabello.

Kouyou entre abrió los ojos después de un rato, las caricias que Akira le daba lo despertaron, más aún cuando paso sus manos por su cadera, esta dolía.

—Buenos días Shima—le sonrió.

—Buenos días…—dijo aun adormilado.

— ¿Cómo te sientes?

—Me duele el cuerpo… no me quiero ni mover.

—Pero tenemos que darnos un baño—dejo un beso en su frente—las calderas ya están encendidas, el agua caliente relajara tu cuerpo y aliviara un poco el dolor.

— ¿Seguro que eso funcionara?

—Completamente.

—Entonces ve a preparar la tina… estoy más que seguro que no me voy a poder levantar…

—Bien—dejo un beso en su cabeza y se levantó para entrar al baño que había en su habitación. Abrió las llaves, el agua caliente salió después de unos minutos esperando, dejo que se llenara y poco después cerró las llaves, regreso por el menor. —Vamos, te ayudare.

Akira lo tomo en brazos, Kouyou se aferró a su cuello.

—No creí que fueras tan ligero.

— ¿No peso?

—Casi no—sonrió y camino con el castaño en brazos rumbo al baño, una vez ahí, lo ayudo a ponerse de pie, lo cual hizo que un quejido saliera de la boca de Kouyou, el hecho de estar de pie implicaba esfuerzo en sus piernas y cadera. —siéntate aquí en el borde de la bañera.

Kouyou hizo lo pedido, el príncipe cerró la puerta del baño y comenzó a desnudarse causando un sonrojo en el menor, una vez desnudo desvisto al otro y entro a la bañera. Kouyou se giró y primero metió los pies, Akira tomo sus manos y lo ayudo a adentrarse poco a poco en el agua, jadeo cuando sintió el calor en su cadera, después soltó un suspiro de satisfacción, Akira no le mintió, el calor alrededor de su cuerpo lo relajo.

— ¿Cómo te sientes?

—Mejor…

— ¿Duele mucho?

—No tanto…

—Bien, deja que yo te bañe, tu solo relájate.

—Está bien…

Akira tomo la barra de jabón y comenzó a lavar su cuerpo, primero su cuello, las clavículas, sus hombros, los brazos… Kouyou mantenía sus ojos cerrados, dejándose hacer. Para el príncipe era difícil contenerse las ganas de tomarlo ahí, en ese momento, Kouyou era algo a lo que a la primera se había vuelto adicto, se acercó a lavar su pecho, pero además de eso lo beso.

El castaño sonrió y llevo sus brazos alrededor del cuello del pelinegro, correspondiendo gustoso ese beso, abrió los ojos para mirarlo.

— ¿Y eso por qué?

—Te veías demasiado lindo, no me resistí.

Kouyou iba a hablar, pero de su boca solo salió un gemido, Akira había pasado la barra de jabón justo sobre su pezón derecho, el pelinegro se sorprendió de la sensibilidad de su cuerpo, pero recordó que la noche anterior se la paso torturando un poco esa zona así que lo más seguro es que estuviera todavía más sensible.

—Lo siento pequeño…

—Me duelen…—Akira noto el sonrojo en su cara y los ojos lloroso, dejo un par de besos en sus mejillas, en serio, Kouyou era muy lindo.

Siguió pasando la barra de jabón por toda parte de su cuerpo, incluso dentro del agua sin dejar de besar todo su rostro. Kouyou no hizo nada, dejo que el pelinegro siguiera, claro que dio un respingo cuando sintió las manos de este en su trasero.

— ¿Akira?

—Anoche me corrí dentro de ti, hay que limpiar ahí también…

—N-No, yo puedo limpiarme solo-…—Akira lo silencio con un beso.

El castaño cerro los ojos y soltó un suave quejido en sus labios cuando sintió un dedo entrar en él, jadeo cuando lo sintió moverse y gimió cuando llego más adentro, tocando ese lugar.

—Oh, es muy fácil encontrar tu lugar especial Shima.

—Ah…Akira…no—la respiración ya le estaba fallando, se sostuvo de la tina cuando el pelinegro lo acomodo sobre sus piernas con propia ayuda del castaño.

—Vamos a limpiar bien aquí…—movió su dedo en círculos, Kouyou trataba de mantener la boca cerrada, pero de vez en cuando se le salían uno que otro jadeo o gemido. Metió un segundo dedo cuando lo sintió un poco más dilatado, el castaño gimió su nombre, lo miro— ¿Sí?

Kouyou tenía la cabeza hacia atrás, dejando expuesto su cuello, el vapor del baño no le permitía respirar bien, sentía que se sofocaba, gimió de nuevo cuando sintió como Akira comenzaba a masturbar su miembro ya despierto.

—Vamos a jugar un poco más Shima.

—N-No...A-Aki…

De nuevo lo silencio con un beso, Kouyou caía rápido ante la tentación y Akira era una tentación muy grande…

Luego de una “sana ducha” Akira salió con Kouyou en brazos, ambos medianamente secos gracias a las toallas.

Akira le presto ropa interior-de la cual aclaro no llevaban anoche- y un conjunto de ropa limpia, el príncipe se vistió primero y después ayudo a Kouyou a vestirse, si antes le dolía ahora le dolía más.

— ¿Cómo esperas que camine bien después de esto? —lo miro molesto y avergonzado.

—Mientras más lo hagas tu cuerpo se ira acostumbrando—dijo muy feliz, tendiéndole la mano para que se levantara.

El castaño se sonrojo, soltó un suspiro y tomo la mano que Akira le ofrecía, a paso lento salieron de la habitación y fueron escaleras abajo para desayunar.

Saludaron con un “buenos días” y una radiante sonrisa a todas las sirvientas las cuales les regresaban el gesto, cuando llegaron al comedor, se sentaron a la mesa y esperaron a que empezaran a servir, y si, sirvieron, pero Tanaka llego y con una cara muy molesta…

—Joven príncipe… tenemos que hablar…

Durante el desayuno Tanaka regaño al príncipe por su falta de compromiso con el festival y la falta a su promesa de estar ahí.

El pelinegro acepto el regaño, se lo merecía después de todo, pero no le importaba mucho, había pasado una noche increíble con Kouyou y eso no lo cambiaría por nada.

Cuando el regaño termino fue cuando tanto el príncipe como el castaño se retiraron, ya no tenían nada que hacer ahí. Fueron a la habitación, Akira dejaría descansar a Kouyou, de por sí, levantarse fue un completo caos, sumando lo que tuvieron en el baño y la caminata…

Cuando llegaron a la recama, Kouyou se quedó recostado boca abajo abrazando una almohada.

—Puedo darte un masaje si quieres.

—Si el masaje no terminara en volverlo a hacer entonces si…

—Prometo no hacer nada malo cariño—rio un poco y se acercó, se sentó encima de él y comenzó a masajear su cadera, aplicando presión con sus dedos en los puntos específicos. Kouyou abrazo una almohada, mantuvo su rostro ahí, no quería que ni un solo suspiro o jadeo saliera, no quería que Akira los escuchara, así empezaban las cosas…

— ¿Te sientes mejor?

Kouyou solo asintió, ahora tenía bastante sueño.

— ¿Quieres dormir?

Kouyou volvió a asentir.

El príncipe sonrió y se acostó a su lado, acaricio su cabello y sonrió.

— ¿Me amas?

Kouyou saco su cabeza de la almohada donde la tenía y lo miro, no solo él si no la gaviota en la ventana que llevaba ahí desde que ellos llegaron a la habitación.

—Sabes que si…y mucho.

—Bien—dejo un beso en sus labios y se acomodó a su lado. —Vamos a dormir un rato entonces.

— ¿Hoy no tienen ninguna obligación que hacer? —pregunto cuando el pelinegro lo abrazo, se acurruco entre sus brazos.

—No, hoy no hay ninguna, las rutas de navegación ya las hiciste, el cargamento entero aún no ha llegado, zarparemos en un par de días más y tu señorito vendrás conmigo.

—Ya me habías dicho eso, no creí que sería tan pronto…

—Los negocios no esperan cielo—dejo un beso en su frente—ahora duerme un rato, el dolor se ira poco a poco.

Kouyou sonrió y cerró los ojos, se escondió en su pecho y trato de dormir, Akira hizo lo mismo, se entregó al Morfeo junto a su persona amada…

La gaviota salió volando de ahí.

 

— ¿Aun nada? —pregunto Fumiko mientras preparaba más de la poción con al que estaba hechizando al pueblo.

—No madre…—dijo Yuu soltando un suspiro, para él era difícil ver todas esas muestras de amor entre ambos chicos.

—Seguiremos esperando entonces…

— ¿Ya fuiste a ver al rey?

—Así es, el equipo de peces abismales sale justo ahora, dentro de un rato vendrá para ver la búsqueda.

—Bien…—se sentó en la almeja gigante con uno de los libros de su madre, necesitaba aprender más. Fumiko nadó al reflejo y citando un conjuro lo amplio como la noche anterior, dejando la visión de 5 peses abismales.

—Ya viene…—dijo Yuu al escuchar el ruido fuera de la habitación.

—Lo sé—sonrió y se acercó a abrir, y en efecto, ahí estaba el rey. —Hola hermanito.

— ¿Ya está todo listo?

—Sí claro, pasa, pasa—abrió paso para que entrara y así lo hizo.

Ambos se posicionaron frente al reflejo, Yuu se quedó sentado en la cama.

—Antes de empezar…tengo que advertirte—lo miro—El abismo es un lugar…diferente a lo que estás acostumbrado ¿sí? No quiero que te asustes o alteres por lo que veas.

—Lo tendré en cuentas, gracias por el concejo, ahora empieza…

—Que frio—sonrió. —Si llegamos a encontrar un cadáver no digas que no te lo advertí…

La sala quedo en absoluto silencio, el comentario había sido muy duro… Los peces comenzaron a nadar dentro del abismo, utilizando su luz podían facilitar la vista a Fumiko y al Rey.

Yuu se quedó mirando desde la cama, no quería estorbar ahí.

El rey se quedó horrorizado al ver todas las criaturas que se iban a encontrando, si de por sí, los peces abismales eran feos, ver peces, pulpos, arañas, medusas, calamares, gusanos y demás cosas de formas muy diferentes a los de la superficie…

Monstruos es la palabra correcta, y sabía que todos y cada uno de ellos eran letales…

Pero su asombro llego cuando vio un tentáculo gigante.

— ¡¿Qué mierda es eso?!

—Un calamar gigante…Hay varias cosas gigantes en el abismo hermano, no deberías de asustarte…

Pasaron un largo rato observando, el abismo era enorme y con 5 peces no alcanzarían a revisar todo en un solo día, además, usar magia, queriendo o no, desgastaba a Fumiko.

— ¿Te encuentras bien madre?

—Solo estoy algo mareada… —dijo sosteniéndose del caldero, llevaban bastantes horas revisando el abismo y aun no encontraban nada, aunque tanto ella como Yuu sabían que no iban a encontrar nada, pero el Rey no tenía idea, el confiaba fielmente en que probablemente su hijo podría estar ahí debido a que le encantaba explorar barcos y el abismo quedaba muy cerca de esa zona.

Claro que el rey también se dio cuenta de que su hermana estaba agotada, llevaba usando su magia desde muy temprano y por el bajón en la luz del ambiente supuso que ya sería tarde noche, que revisar el abismo les llevaría bastante tiempo…

—Paremos por hoy…—anuncio.

Fumiko suspiro con fuerza y el reflejo se esfumo, Yuu se levantó rápido para sostener a su madre que parecía a punto de caer.

—Mañana seguiremos intentándolo…—dijo y se retiró de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

— ¿Estas bien madre?

—Si pequeño…solo necesito descansar, había olvidado el gran desgaste que era esto…

—Tranquila, yo me hago cargo—dijo cubriendo a su madre con una cobija, él se acercó y activo de nuevo el reflejo, no para buscar si no para revisar a Kouyou que en ese momento se encontraba cenando con el príncipe, Fumiko sonrió y cerró los ojos, definitivamente, su Yuu era mucho más fuerte que ella, y eso la hacía sentir orgullosa…

 

Fin del capítulo 18.


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