Kouyou estaba en el abismo en ese momento, luego de una pelea casi a muerte con su padre, los 3 escaparon de ahí, cada quien por su lado antes de que llegaran los guardias. Al final sus sospechas se confirmaron, su padre no lo escucho cuando le dijo que le gustaban los hombres… Había seleccionado a 2 jóvenes y una linda chica para sus 3 hijos, todos de reinos diferentes, mares diferentes para tener lazos y dominar más aguas, todo obviamente sin consultar con ninguno de sus hijos.
No tenía a donde ir ahora, no sabía dónde estaban sus hermanas, si regresaba al castillo su padre lo regañaría y probablemente lo encerraría, así que para distraer su mente comenzó a nadar por el abismo, entre las naves hundidas, no traía su bosa, así que no podía recolectar nada, pero podía investigar. Se adentró y comenzó a nadar entre los barcos, unos se veían más recientes que otros, así que empezó por los más viejos, entro por la compuerta de un cañón, estaba algo obscuro así que trato de buscar algún punto en que la luz entrara por algún agujero.
Pero no, estaba bastante obscuro ahí dentro, y solo entraba un poco de luz por donde entro. Sintió movimiento y rápidamente se volteó, encontrándose con un pez abismal, la pequeña luz que tenía sobre la cabeza le daba un campo no muy amplio de vista, pero al menos podía ver algo. Kouyou se quedó quieto, esos peces eran lo suficiente agresivos para atacar, pero lo que le sorprendió fueron los ojos del pez, aunque pequeños, de un color amarillo muy familiar.
—Al final si te decidiste por ir. —el pez no estaba hablando, pero podía escuchar una voz muy claramente.
— ¡¿Yuu?!
—Es una de los sirvientes de mi madre, solo estoy usando magia.
— ¿Cómo sabias que estaría aquí?
—Lo supuse.
—Bueno, en alegra que mandaras un pez con luz, no se ve nada aquí.
—Lo sé, también te mande esto.
Kouyou giro su vista hacia done otro pez abismal el cual tenía una de las tantas bolsas de Kouyou.
—Gracias—sonrió y el tomo— ¿de dónde la sacaste?
—Ordené que un pulpo entrara a tu cuarto y la sacara, no es difícil burlar a un guardia si eres un cefalópodo que puede hacer camuflaje, de ahí solo lo hice nadar al abismo y que los peces abismales te la trajeran.
—Estas muy al pendiente de mí, gracias por eso—sonrió.
—Ellos te seguirán, investiga lo que quieras, estaré al pendiente de ti con el reflejo del mundo ¿okey?
—Gracias Yuu.
Kouyou nado con los peces, uno en cada lado, buscando cosas interesantes o algo que llamase su atención, artículos raros o libros, alguna cosa curiosa en general. Nado y nado por quien sabe cuántos barcos, recolecto cosas muy interesantes, encontró libros en otros idiomas, herramientas, joyas y materias primas, esto último le hizo recordar…
—Akira…—susurro al tocar una espada, y es que no solo había materias primas o artículos terminados, en varias partes del castillo había visto muchos escudos familiares, ese barco tenía el mismo escudo familiar en las cajas. Supuso que serían de los barcos que anteriormente se habían hundido por las malas rutas que tomaban, se llevó una de las espadas de todos modos. Después de revisar todos los barcos en los que podía entrar decidió investigar el barco que al parecer era de la realeza.
Estaba en mejores condiciones que todos los anteriores debido a que al parecer había caído recientemente.
Entro por una ventana rota, primero trato de golpearla un poco más con una roca de cerca para hacer el agujero más grande en la ventana, pero de todos modos se terminó cortando parte de su cola soltando un quejido de dolor…
Lo cual era malo en el abismo.
Si bien los peses abismales que lo acompañaban eran carnívoros estaban bajo el control mágico de Yuu, nunca lo lastimarían por mucha sangre que hubiera en el ambiente.
Pero los tiburones del abismo…esos eran otra cosa.
Se planteó la idea de irse, pero aún no había revisado el barco, claro que podría regresar otro día, aunque pensándolo bien, no lo creía posible debido a la situación con su padre…
—Eh… ¿Yuu?
No hubo respuesta.
— ¿Yuu? —uno de los peces se acercó.
—Lo siento, estoy aquí, estaba comiendo ¿Qué ocurre?
—Yo me corte…
— ¿¡QUÉ!? ¿Sigues en el abismo?
—Si…
— ¿Dónde te cortaste?
—En el costado derecho de mi cola…
—Mierda…
— ¿Yuu? —su voz denotaba lo asustado que estaba.
—No te preocupes, llamare al guardia y le diré que vaya por ti.
— ¡N-No! ¡No Yuu! ¡No hagas eso!
— ¿Por qué no? estas herido Kouyou, no vas a nadar bien con la cola lastimada y si nadas dejaras un rato para los tiburones.
— ¡No lo hagas Yuu, si ellos vienen me encerraran!
— ¿Qué? ¿Por qué?
—Mi padre quiere casarme con una chica que no conozco, peleamos y hui de casa ¡ahora ayúdame tú!
— ¡¿Y qué quieres que yo haga?! No puedo salir de aquí Kouyou, no puedo ir por ti.
—Manda alguno de los sirvientes de tu madre, por favor Yuu ayúdame…—en todo momento mantenía la bolsa pegada a su herida y presionando con fuerza, así evitaba que la sangre flotara libremente por el agua y se detuviera en a tela de la bolsa.
—Veré que animal es lo mejor para esta situación, mientras tanto no dejes que la sangre se esparza, mantenla encapsulada como sea.
—Si Yuu…—le estaba doliendo a horrores, pero sabía que no podía despegarla, sería su fin si lo hacía, sumando a demás que comenzaba a sentirse mareado
Busco con la mirada algo que le sirviera para vendar la herida, como Akira hizo en aquella ocasión cuando se quemó la mano, miro por todos lados, estaba en una especie de camarote, así que se acercó como pudo a una de las camas y retiro una de las sabanas.
Primero envolvió su cola en ella para después quitar rápido la bolsa, tomo otra sabana y la amarro alrededor de su cola para hacer presión, con una cobija-la cual era más gruesa- envolvió su bolsa evitando que el agua dispersara la sangre que se había quedado impregnada en la tela.
Se quedó observando la habitación, había muchas cosas ahí, pero no era el momento de estar curioseando la habitación, tenía que estar alerta, estaba solo y el día ya estaba oscureciéndose, de por si el abismo no tenía mucho acceso a la luz, aunque estaba en un barranco del abismo, no en el abismo en sí.
Espero un rato y la luz desapareció, solo quedaban las tenues luces de los peces abismales, las corrientes de agua eran frías y si hubiera estado más arriba esas mismas corrientes lo hubieran arrastrado por la fuerza que tenían.
Definitivamente su padre estaba molesto.
Pronto sintió movimiento a su alrededor tentáculos gigantes envolvieron el barco y lo llevaron hacia arriba, dejándolo fuera del abismo, tenía mucho frio, pero aun así logro ver al calamar gigante del abismo, sus ojos eran amarillos, sonrió, Yuu era increíble.
Una vez fuera del abismo, los peces abismales se fueron, un par de delfines ya lo estaban esperando. Uno llevo sus cosas y el otro lo llevo en su espalda, lo llevaron directamente al jardín de flores, todos los guardias estaban buscando a las princesas y al príncipe, así que la entrada estaba sin vigilar.
Los delfines lo dejaron cerca de la entrada, Yuu salió de inmediato, tomo la bolsa y a Kouyou en brazos, con magia cerro la entrada, haciendo que un montón de algas crecieran y se enredaran impidiendo el paso, lo llevo rápido hasta su habitación, dejándolo en su almeja gigante.
—Este helado—rápido busco entre lo que tenía algo para curar la herida.
— ¿Sabes que es gracioso? Los humanos piensan que el calamar gigante es solo un mito—rio un poco.
— ¿Sí? Eso es muy bobo de su parte—regreso con un pequeño plato de roca, estaba machacando algo ahí. Quito las sabanas dejando la herida a la vista, era larga, algo profunda, se apresuró a terminar de preparar el ungüento.
—Yuu…
—Sígueme hablando Shima…—una vez listo, tomo entre sus manos el ungüento y lo esparció por toda la herida, con un tentáculo le cubrió la boca al menor para evitar que escucharan el grito que se vio que iba a dar por el ardor en la herida, nadie podía saber que lo tenía ahí.
Kouyou se abrazó a ese tentáculo, sintió sus lágrimas salir, cerró los ojos y escondió su rostro en el tentáculo, Yuu sonrió y acaricio su rostro con suavidad, el ungüento ya había empezado a hacer efecto, primero limpiaría la herida y dentro de poco regeneraría su carne, las ventajas de los libros de hechizos de su madre.
Se quedó a su lado hasta que lo sintió dormido, sonrió y lo acomodo mejor en la cama, lo abrazo con sus tentáculos y con otro agarro una cobija, cubrió bien a ambos y cerró los ojos mientras abrazaba al menor, sonrió, había soñado muchas veces con tenerlo así.
*
— ¿Aun no lo han encontrado? —pregunto el rey preocupado a uno de los guardias.
—No mi señor… pero seguimos buscando.
—Si no hubieras dicho esa estupidez ninguno de nosotros hubiera hecho la tontería de irse. —dijo Hanako molesta cubierta con una cobija mientras le atendían unas pequeñas heridas, se había lastimado al nadar mal y caer.
—Tu misma lo dijiste, fue una tontería, no debieron irse. —la miro molesto.
— ¿¡Y como querías que no nos fuéramos si nos estabas gritando que nos casaríamos con unos extraños!? ¡Nos privarías de nuestras vidas y nos iríamos lejos de casa! —esa fue Yumiko, la cual también estaba envuelta en una cobija.
El rey ya no dijo nada, su hija mayor era igual que su madre, lamentablemente la reina había muerto hace algunos años por culpa de un tiburón.
—Sigan buscando…
—Sí señor. —el guardia se fue.
—Todo esto es tú culpa padre
—Kou es muy joven aun para casarse.
—…Vayan a su cuarto, les avisare cuando lo encontremos.
Ninguna dijo nada, solo se miraron y salieron de ahí rumbo a sus cuartos aun preocupadas por que su hermano no apareciera, el mar era inmenso ¿A dónde pudo haberse ido? Los guardias habían revisado en el abismo no hace mucho y habían encontrado sangre en un vidrio roto…
No querían pesar que a su hermano se lo hubiera comido un tiburón, habría más rastros de sangre y carne no solo la de la ventana, y estando herido no puso nadar muy lejos, el agua estaba muy fría como para que nadara estando el desangrándose.
Esperaban que su hermano apareciera pronto.
Para cuando amaneció, los guardias aún estaban buscando, el rey estaba pensando seriamente en recurrir a “El”, pero antes de tomar cualquier decisión llamo a sus hijas y a los miembros del consejo.
—El príncipe está desaparecido—hablo el rey, todos estaban atentos en la sala de juntas. —los guardias aún están buscando, pero no hay resultados positivos.
— ¿Qué sugiere que hagamos entonces, su alteza? —hablo uno de los consejeros.
—Si para la noche, mi hijo aun no aparece…yo tengo contemplado recurrir al hijo de la bruja del mar.
La sala se escandalizo en un santiamén.
— ¡Su alteza no puede hacer eso! —dijo uno de los consejeros.
—No tengo más opción que esa, mi hijo no aparece y él puede ver el mar entero ¡incluso la tierra!
— ¿Y la tierra como para qué? —pregunto Hanako.
—Muchos pescadores se han llevado a los nuestros…para exhibirlos en circos o venderlos por grandes sumas de oro…—dijo otro de los consejeros, el que se encargaba de mantener bien vigilados a los humanos e informar siempre situaciones de peligro.
—Pero padre…él es malvado, lo lleva en la sangre ¡no podemos confiar en él!
—Si padre.
— ¿Es que no lo entienden? Su hermano está perdido y él es el único que puede ver el mar al mismo tiempo, los guardias siguen buscando y aun no dan señales de éxito…—se estaba dirigiendo a sus hijas, los concejales no dijeron anda, las chicas tampoco, uno se levantó de su asiento.
—Su alteza—el rey lo miro—Si lo hace…si le pide al hijo de la bruja del mar que investigue para saber dónde está su hijo…Usted le debería un favor.
— ¿Y eso que?
—Todos aquí presentes estamos seguros que ese favor será su libertad y una vez libre…intentara tomar el mar como su madre anteriormente lo hizo.
—Además—otro se levantó para hablar—el equipo especial de rastreo tampoco está disponible.
— ¿Por qué? —preguntó Hanako.
—El equipo de rastreo especial eran tiburones bajo el control de la bruja del mar, cuando cometió traición, no se permitió volver a ocupar la magia en los animales, ella fue encarcelada y el equipo de rastreo liberado, ya no está disponible…—explico uno de los consejeros.
—Pero estoy seguro de que él podría volver a retomar el poder, y podríamos ocupar el equipo de rastreo—dijo el rey.
—Mi señor…sé que usted tiene un poco de fe, por el simple hecho de que el muchacho sea su sobrino, pero…
— ¡¿QUÉ?! —y esas fueron Yumiko y Hanako las cuales no tenían conocimiento de esa información.
—La bruja del mar era mi hermana, Yuu Shiroyama es su primo…
Fin del capítulo 7.