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Unmei por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Booo!! Actualización salvajes, 

Perdón lo desaparecida problemas con dropbox no podía acceder a mi usario por lo tanto no podía ver mis fics por eso la demora.

enjoy!!

 

Naruto siempre se preguntaba lo mismo, cuánto tiempo le tomó a Rose enamorarse de Jack y cuánto tiempo le costó vivir sin Jack, no era olvidar, era imposible olvidar ese pasional y fugaz amor.

Sobre todo porque eran destinados, vivir sabiendo que tuviste al indicado a tu lado, pensando que podrías ser feliz con él, y el maldito barco se hunde, que la maldita tabla no soporta ambos, entonces el valiente Alfa termina sacrificándose para que su omega viva, viva pero sin él.

Se preguntó muchas veces en el pasado, qué sería eso… enamorarse tan fugazmente en cuánto, tres días, amar tan apasionadamente a alguien, tanto como para pensar en permitirle morderte. Naruto recordaba Romeo y Julieta, la que protagonizó DiCaprio, tan joven, tan bello y melancólico y enamoradizo, que en un momento gusta apasionadamente de Rosalina, para que la misma noche que la busca con desesperación cae bajo el encanto del un ángel, Julieta.

A decir verdad Romeo no era una persona confiable, un alfa confiable, se encaprichó con las feromonas de Julieta, pero en el momento de casarse en secreto, consumar su matrimonio y enlazarse, así de aterrador era la pareja destinada.

Naruto temía a eso al destino, a volverse loco , pero el amor de sus padres, un omega y una beta, calmaban su ansiedad, si ellos con casi veinte años de matrimonio nunca tuvieron un problema, inclusive a pesar de lo doloroso que podían llegar hacer el celo de su padre, nunca hubo una muestra de que apareciera su destinado. Incluso cuando preguntó a su madre, ésta le dijo que no estaba preocupada de aquello, que inclusive aunque apareciera, ella sabía que su padre iba a preferirla a ella.

Aún así durante mucho tiempo estuvo aterrado con la idea de que un maldito alfa apareciera de la nada y le dijera soy tu destinado…

Pero más aterrado estaba qué pasaba si lo encontraba, y éste era todo lo que soñó, como Rose con Jack y por alguna razón no pudiera estar con él, ¿Podría vivir sin él?

Orochimaru observó a Naruto en silencio, por el velo que había en sus ojos sabía que estaba pensando algo, era extraño verlo así, con esa expresión indescifrable, sumergido en sus pensamientos, podría apostar uno de sus riñones que el menor tenía un torbellino de pensamientos girando como trompos.

Sus analíticos ojos fueron a parar al alfa, Uchiha Sasuke, obviamente lo conocía, ¿Quién no? Increíble era que su ahijado fuese el destinado de un alfa dominante, y de qué alfa. Contrario a lo que pensaba no parecía molesto con la noticia de tener un bebé, de hecho parecía aliviado de escuchar al rubio decir que lo iba a tener.

No quería abrumar a Naruto con preguntas y cosas en ese momento, aunque le encantaría saber qué tanto pensaba.

La palabra Destinado no dejaba de rondar la cabeza de Naruto, Sasuke Uchiha, su destinado, era como una cruel broma de la vida, del puto destino. El maldito desgraciado que compró al juez y a su abogado para que Kabuto quedara libre, la razón del porque él tuvo que  subastar su virginidad para pagar sus malditas deudas.

El maldito tipo le había dado la mejor experiencia de su vida en la cama, y claro él no tenía nada con qué compararla pero estaba seguro que esa experiencia estaba sobre la media, y como resultado estaba embarazado, quiso reírse por su maldita mala suerte, qué más podía ser eso, encontrar a tu destinado, probar que puedes ir al cielo con él y que el muy perro sea el que te coloque en el infierno.

Maldito Jack, Maldito Romeo, Maldito Sasuke Uchiha…

Naruto se levanto haciendo que los otros dos se sorprendieran, vio como los otros esperaban que hablara – A la mierda, que se supone que debo hacer – No le pregunto a Sasuke, sino a Orochimaru.

- No sé Naru, es cosa tuya, ya dijiste que ibas a tener el bebé, o en estos minutos estás pensando en abortar –

Sasuke frunció la frente molesto ante la insistencia de ese médico, se seguía diciéndole sobre aborto a Naruto, se iba a enterar quién era.

- Ya dije que eso está fuera de toda discusión, no voy a matar a mi hijo, por mi irresponsabilidad, no es su culpa – Naruto dijo en tono de enfado – Sabes que papá no me lo perdonaría, si hiciera semejante locura –

- Cuando Minato despierte y sepa de todas las locuras que te llevaron a tener a su nieto, estoy más que seguro que te va a golpear – Señaló Orochimaru – Tu padre no va estar nada contento jovencito –

- Sí, bueno – Naruto volvió a rascarse la cabeza nervioso – Pero al menos tendré tiempo de prepararme –

- Tienes razón, pero dime querido, qué harás con Tsunade, Dan y Jiraiya, sobre todo con Jiraiya – Orochimaru tuvo que morderse el labio interior para evitar la sonrisa maldadosa que estaba por salir.

- Ayudame con él-Dattebayo – Rogó, Sasuke observó en silencio a esos dos, parecía que tenían un vinculo familiar.

- No – Fue rotundo en su respuesta – Te metiste solito en esto, y saldrás solo de esto –

- No puedo decirlo, Ero-Sennin me va a matar – Naruto fue al lado del médico – Por favor ayudame –

- No – Orochimaru se paró dejando ver la diferencia de alturas era unos centímetros más alto que el Namikaze – Tú le dirás a tu padrino que preferiste acostarte con un extraño para pagar unas insignificantes cuentas –

- ¿Insignificantes cuentas? – Naruto lo fulminó con la mirada – No era insignificantes cuentas, iban a rematar la casa, me iba quedar sin ir a la universidad – Chilló – Había mucho que pagar-dattebayo –

- Aaah Claro,  Jiraiya y yo no teníamos suficiente dinero para pagar tus cuentas – Lo retó – Te quedas callado porque sabes que tu lógica, o mejor dicho tu ilógica no  tiene ni pies ni cabeza –

- Orochimaru por favor – Rogó desesperado.

- No, Naruto, y tampoco abogaré cuando Kimimaru llego de Estados Unidos –

Sasuke se puso en alerta ante ese nombre sobre todo por la expresión de angustia del Naruto.

- Mierda – Se quejó – Bueno pero él llegará en semanas también –

- ¿De qué demonios hablas? – Orochimaru lo miró feo – Tu padrino fue a buscarlo al aeropuerto con Mitsuki, Kimimaru llegaba hoy, te lo dije hace días, pero claro como estabas con el temita de las nauseas, el estrés de la universidad, y claramente añorando a “tu” Alfa, que importa lo que te diga tu familia –

- Cómo está mi hijo – Harto de esa conversación Sasuke intervino, los otros dos lo miraron, Naruto sorprendido y Orochimaru serio – Supongo que sí hizo que Naruto me llamara, ya que dudo que lo haya hecho por su cuenta, hay más. Soy un hombre sumamente ocupado… - Por supuesto que estaba molesto, esos dos omegas simplemente habían pasado de él.

- Si te exasperas por esto, no sabes lo que se te viene encima – Molestó Orochimaru al alfa – El collar que le pusiste a “mi” ahijado lo pusiste mal, dejó una parte de su bono expuesto, cuando lo mordiste, se unieron, a pesar de que la mordida no esta bien, dejando vulnerable a Naruto, lo suficiente para que él solo reaccione a tus feromonas, pero aún las feromonas de Naruto llamaran la atención de otros omegas, lo dejaste en un estado vulnerable, además por la conexión que tienen, su bebé necesita de ambos, sobre todo por los cambios de animo, y porque puede que Naruto tenga deseos de senfrenados de sexo –

- Qué – La cara de Naruto casi se desfigura – Pero si un omega embarazado, no tiene celo –

- No en tu caso, todo por la puta mala mordida que te dejó, tu interior, tus hormonas y feromonas no saben cómo actuar en estos momentos, es como si una descarga eléctrica hubiese puesto de cabeza todo en tu cerebro, haciendo que cuando quieras mover un dedo se moverá el cuello –

Naruto quiso matar a Sasuke, tomarlo del cuello, tal como Homero lo hacía con Bart – Cómo solucionamos eso –

- No te va a gustar la respuesta –

- Dila –

- Después de que tengas a tu hijo, deben nuevamente tener sexo tú en tu celo y el con su estro y volver a engancharse y ahí el morderte –

- Pero eso significa que quedaré embarazado otra maldita vez –

- Te dije que no te iba a gustar –

- No hay forma de que otro alfa me quite esta marca –

- Qué demonios Dobe – Sasuke sin querer liberó furioso sus feromonas, haciendo que Naruto perdiera el aliento al sentirlas – No dejaré que absolutamente nadie te toque en la vida –

- Oooh – Orochimaru quedó maravillado al ver que el Uchiha tenía los ojos rojos, un maldito alfa dominante.

- No soy tuyo, haré lo que se me plazca – Naruto se cruzó de brazos molesto – No quiero estar unido a ti –

- Vamos Naruto-chan, es un alfa dominante, y tu destinado mejor partido no encontraras – Comentó Orochimaru, escuchó como Naruto chistó con la lengua – Por qué la tomaste con él, qué te hizo –

- Si lo sabes le cortarás el miembro – Advirtió.

Inmediatamente Orochimaru enarcó una ceja, qué podía ser tan terrible como que para Naruto, que casi nunca en la vida se desgastaba enojándose con alguien, menos teniendo tal aversión.

- Dime –

- Dile Sasuke – Naruto miró al alfa – Dile qué hiciste para que te odie –

El moreno trago duro, escucharle decir que lo odiaba, había dolido en lo más profundo de su ser, todos esos meses añorando tenerlo a su lado, y al fin pensó idiotamente tener un poco de esperanza cuando iba de camino a encontrarlo.

- Al parecer no está dispuesto a hablar –

- Ahora el cobarde tiene miedo – Se quejó Naruto.

- Pague al juez y al abogado de Naruto, para que dejaran libre a Kabuto – Dijo molesto ante las palabras del rubio.

- Qué hiciste qué – Orochimaru miró al Uchiha y después a Naruto – PERO EN QUÉ MIERDA ESTABAS PENSANDO NARUTO AL ACOSTARTE CON ESTA BASURA –

- Te dije que ibas a enojarte, y no sabía lo que había hecho cuando me acosté con él, lo supe después, por eso está mierda me hace gracias, lo puedes creer, mi puto destinado es el maldito a quien debo agradecer que la muerte de mi madre no tenga justicia, a estar embarazado y con media mordida que solo vino a complicarme más la vida, y ahora vas y me dices que tengo que estar cerca de esta escoria –

Tocaron a la puerta, y antes de poder algo la enfermera entro, pudo sentir el ambiente pesado, más por las feromonas del alfa, agradecía ser beta en esos momentos – Señor, su esposo está aquí pregunta cuánto falta, está junto a sus hijos –

- Oh Naruto – Orochimaru sintió compasión por el rubio, la puerta se abrió más – Santísima mierda – Ante tal exclamación Naruto ni siquiera era capaz de darse vuelta, como que podía adivinar con la suerte que tenía él, que detrás suyo estaba …

- ¿Naruto? – La voz de Tsunade llego a los oídos del rubio.

- Que en mi lapida diga, la suerte jamás acompañó a este omega – Dijo más para sí que para alguien en la habitación, suspiró y se giró mostrando una sonrisa nerviosa – Hola abuela –

Sasuke se giró también frente a él dos Alfas, una mujer de cabellos rubios y un alfa albino, supuso que uno de ellos era el tal Jiraiya y la otra Tsunade la abuela de su Naruto.

- Qué haces en la consulta de Orochimaru – Tsunade se puso las manos en la cintura, al tiempo que estrechaba sus ojos, habían ciertas conductas en Naruto durante semanas que le habían hecho sospechar, pero se lo atribuyó al cambio de casa, al Uchiha ese que se había hecho cargo de él como si fuera su hijo.

- Yo…Yo…Esto – Naruto temía por su vida, su abuela era muy intensa, más si no estaba su abuelo para ayudar a controlarla.

- Naruto está en gravidez, les presento a Uchiha Sasuke, el destinado de nuestro Naru-chan –

Tsunade y Jiraiya se miraron entre sí, como queriendo confirmar en el otro lo que había escuchado, los dos pensaron que sería una broma, pero al ver la cara de miedo de Naruto, y la seriedad absoluta de Orochimaru, era más que cierto aquello.

- Okey, cuánto tienes de gestación – Pregunto con fingida frialdad la mujer.

- más o menos nueve semanas – Contestó Orochimaru.

- ¿Vas a abortar? – Inquirió, escuchó el bufido furioso del alfa de cabellos negros, que en su vida había visto, pero por el aroma de sus feromonas era un alfa de cuidado. Con quién diablos se había enredado su nieto.

- Por qué todos me preguntan lo mismo, por Dios – Se quejó Naruto nervioso, tomando su teléfono enviando un mensaje rápido “Madara Sálvame” escribió y envió su ubicación. – No voy abortar bajo ninguna circunstancia –

- Naruto – Tsunade lo llamó – No me alegro de esta situación, si te soy sincera lo último que podría pasarte es que tengas un hijo, solo tiene veinte años, estas recién en la universidad, cómo lo harás para compaginar tu vida de padre y estudiante de arquitectura, sabes lo que eso –

- Tendré que congelar – Naruto ya estaba pensando en eso.

- Con lo que te costó entrar a la universidad, estás mal de la cabeza – Gritó la mujer.

- No voy a matar a mi hijo, por una estúpida carrera universitaria –

- ¿Estúpida? – Tsunade no podía creer lo que estaba oyendo – Naruto es tu sueño de toda la vida, y ahora es algo estúpido –

- No, claro que no – Aceptó el rubio cansando – Pero no voy abortar a mi hijo, eso está fuera de discusión –

- No, jovencito, aún no eres mayor de edad, no te mandas solo –

La mujer era intensa, odiaba que le llevaran la contra como todo alfa, y lo hacía notar elevando sus feromonas, pero él, Sasuke, no se iba quedar ahí viendo como estaba arrinconando a Naruto para que abortara.

- Abuela por favor – Naruto dijo angustiado, porque nunca se vino venir que su abuela exigiera algo así.

Jiraiya estaba en silencio, la noticia no le había gustado para nada, su ahijado, era casi como su nieto, hijo, no lo sabía, algunas para sus adentros aceptaba que a Naruto lo quería más que a sus propios hijos, aunque estos jamás lo iban a saber, quizás era porque Naruto era omega, y sus dos hijos eran alfas, y eran más independientes y menos mono que el rubio.

- No, Naruto, harás lo que yo mando porque soy tu abuela, podrás tener mil hijos una vez que te gradúes – Fue hacía él con la intención de agarrarlo del brazo y llevárselo de ahí.

- NO – La voz gutural y furiosa de Sasuke hizo jadear a la mujer, él se interpuso entre su omega y la alfa, sus feromonas las extendió del tal manera para mostrar su superioridad ante ella y el otro alfa, puso a Naruto a sus espaldas tomando una de sus manos con la fuerza suficiente para que el rubio no tratara de liberarse aunque él no hizo el amago de hacerlo – Tú ni nadie va a obligarlo a abortar a nuestro hijo, muy menor de edad será por meses, pero en su vientre lleva mi hijo. Naruto además es mi omega destinado y estamos enlazados, así que por ley quien está a cargo de su seguridad soy yo, a quién cree que favorecerá un juez, al alfa destinado de su nieto o a usted – Era claramente una declaración de guerra.

Orochimaru sonrió ante tal visión, agradecía estar unido a Jiraiya, porque el Uchiha tenía unas feromonas que podía adivinar había afectado a media planta de la clínica. Al fin Tsunade tenía la horma de su zapato, hecho su némesis en esos momentos.

- Quién diablos te crees – Grito exasperada Tsunade elevando sus feromonas.

Madara estaba en el hospital, como siempre a esa hora al lado de Minato, habían hablando con un prestigioso neurólogo, Minato tenía concentración de líquido espinal que no dejaba que el omega saliera del coma, ahora que lo había drenado, solo se debía esperar, además le dijo que elevara sus feromonas cuando estuviera con el rubio, para ver si éste reaccionaba.

Recibió un mensaje de Naruto, con la palabra “Sálvame” en ella y la ubicación, suspiró Naruto era todo un petardo, siempre salía con cada cosa en esos tres meses que estaban viviendo juntos, le había demostrado cuán sorprendente podía ser Naruto. Se levantó divertido y fue junto a Minato, elevando más sus feromonas.

- Despierta dulce bello durmiente, muero por conocerte – Besó los labios de Minato, para luego acariciar sus largos cabellos rubios, por ultimo besó su frente – Necesito que despiertes –

Después de decir aquello se marcho, para ir en rescate de su hijastro.

Al llegar a la clínica, sintió curiosidad de saber por qué Naruto estaba ahí, se podía hacer una idea bastante clara, nauseas, dolores de cabeza, cambios de humor, y la mordida que no se iba, no quiso decir absolutamente nada, ni a Naruto ni a Sasuke sobre sus suposiciones. Su sobrino le dijo que Naruto era su destinado, el día que lo estaban regañando.

La situación entre ambos no podía ser peor, y si Naruto estaba embarazado era cosa de él decirle o no a Sasuke, como tenerlo o no. Aunque sabía que si el chico hacía interrupción de su gravidez su sobrino no lo iba a soportar y él, Madara, tendría que enviar a Naruto a la Antártida, para que Sasuke no le hiciera daño.

Al llegar a la clínica, que solo estaba a dos cuadras del hospital, llego en nada en su auto, ni siquiera tenía que llamar a Naruto para saber dónde estaba, porque los gritos proveniente de una de las consultas, le hizo saber que ahí estaba.

Vio a su sobrino completamente furioso esparciendo sus feromonas como Pantera al acecho, mostrando quién era el más fuerte ahí, y sus ojos rojos delataban la furia que podía estar sintiendo. Como soberbio y bruto Uchiha que era lanzó una declaración de guerra y su suegra, Tsunade, escupía fuego por la boca.

Naruto parecía un pollito asustado a más no poder por la pelea de gallos que se llevaba acabo, pobre muchacho, siempre se preguntaba qué sería ser un omega, la frustración de tener que estar siempre por debajo de alfas con ínfulas de dioses, que se creían superiores a todo.

No, Madara, no tenía un ápice de orgullo Alfa, aunque las personas pensaran que sí, le hubiera encantado ser un beta, ellos tenían una libertad que los demás no tenían, pero claramente sufrían si se enamoraban de un alfa u omega. Era un mundo malditamente retorcido, y ser omega era lo peor, ser sometido en la mayoría de los casos por alfas, que estos tuvieran la audacia de culparlos de las violaciones que sufrían. Aunque la sociedad estaba dando pasos a una más inclusiva, aún los Omegas vivían en la última parte de la cadena, siendo asesinados, violados, víctimas de abuso familiar,  pero nadie hacía nada porque la culpa era de los mismos omegas, como si al final tuvieran la culpa de haber nacido así, los géneros era una ruleta rusa.

No es que odiara ser un alfa, entre ser un omega u alfa, prefería mil veces éste último. Pero aun podía recordar como su padre dañaba a su pobre madre omega, como la orillo a la muerte, como el muy desgraciado casi viola a su propio hijo omega. Cuántos omegas llevo a casa, estos obligados suplicando que los dejaran ir, las veces en que llevaba a sus amigos para que jugaran con los omegas.

De solo recordar todo aquello le causaba amargura, y ahí frente a sus ojos, estaba dos alfas idiotas peleando como monos, y nadie era capaz de separarlos.

- BASTA – Elevó la voz lo suficiente para hacerse escuchar junto con sus feromonas, no las usaba nunca porque, él de hecho era un alfa dominante, al igual que Sasuke, pero las suyas eran más fuertes – Los dos a callar – Ordenó.

Naruto sintió que iba a asfixiar entre tantas feromonas, sus ojos escocieron, era como si una lacrimonega le hubiera dado de lleno en la cara. Madara sacó de su bolsillo pastillas, que él usaba para inhibir las feromonas de cualquier tipo, tanto de omega como alfas, fue junto a Naruto, escuchó a Sasuke gruñir pero poco le importó, le puso el caramelo en la boca al menor, quién lo comió de inmediato.

El Namikaze no sabía que estaba comiendo pero lo agradeció porque al fin podía respirar, sintió como el agarre con Sasuke se deshacía, y como incluso era jalado al exterior. Madara llamó a una enfermera.

- Está en gravidez como de nueve semanas, y adentro están haciendo guerra de quién es más alfa – Ya había disipado sus feromonas – Llévalo algún lugar tranquilo y dale algo para que se reponga en su estado sentir tantas feromonas no es bueno  - Madara volvió a ingresar, cerrando la puerta tras de sí.

Muchas enfermeras y médicos como pacientes, querían saber como iba a terminar aquello, aunque seguro alguien terminaría muerto, no era bueno cuando los alfas se enojaban.

- Qué edad tienen todos ustedes – Madara se cruzó de brazos, sus ojos estaban rojos, Sasuke trago en seco, en todos sus años solo había visto contadas veces a su tío así y no era nada bueno que sucedería aquello – Naruto es un despistado chico de veinte años, para todos nosotros aquí es un niño aún, pero no por eso pueden pensar que su opiniones  y decisiones no valen – Miró a Tsunade – Es tu nieto, lo entiendo – Dijo al ver como la mujer abría la boca – Pero no puede obligarlo a abortar, menos si él no quiere hacerlo, además este tipo de aquí – Apunto a Sasuke – Con seguridad te mataría y a todos quienes hubieran tenido que ver con la muerte de su hijo, usted señora no tiene idea de lo que es capaz de hacer este idiota –

- Cómo lo sabes – Tsunade estaba de muy malas pulgas, nadie se metía en su camino, menos cuando había tomado una decisión.

- Estás tan furiosa, que eres incapaz de ver nuestro parecido – Se burló – Es mi sobrino – Explicó – Yo los presenté, todo esto es mi culpa – Sasuke y Orochimaru lo miraron sin dar créditos a que se culpara – Quizás hay algo en la genética de los Namikaze que hace que los Uchiha pierdan la cabeza por ellos – Bromeó, sin importarle la mirada feroz de la mujer, realmente le gustaba la señora, era poderosa, bella, e inteligente, sabía cuánto valía, su único problema era pensar que siempre tenía la razón y lo que decía se hacía, se preguntó qué tipo de persona fue Kushina, para aceptarla como su nuera sin importar que fuese una beta.

- Veo el parecido, me parece fastidioso ya tenerte a ti rondando a Minato, como si fueras su dueño –

- No lo soy y nunca lo seré – Informó – Las personas no son cosas para que alguien crea que son sus dueño – Gruñó – Ese es el problema de los malditos alfas, piensan que solo sus intereses, opiniones, decisiones y todo está por encima de los demás, que solo nosotros sabemos la verdad absoluta y que todo beta, omega o alfa de bajo rango está por debajo de nosotros – Se giró hacia Sasuke – Que sepa a ti no te han criado así, sabes mejor que nadie los estragos de un alfa dominante descontrolado -  El menor bajó la mirada, por supuesto que lo sabía su padre contaba las historias nada bellas de su abuelo, un hombre que destruyó todo.

- Bueno me alegra saber que Naruto cuenta con alguien como tú a su lado – Orochimaru intervino.

- Qué tan complicado es – Consultó.

- Te habías dado cuenta – Orochimaru sonrió – Por supuesto, eres un Alfa dominante, por encima de la media entre dominantes –

Sasuke ni siquiera tuvo el impulso de enojarse o cuestionar la decisión de tío, si no quiso decirle era porque estaba esperando que Naruto se enterase, Madara tenía una mente complicada, nadie lo entendía en realidad, su tío Izuna, decía que Madara era muy extraño para ser un alfa dominante, muchas veces se comportaba como Beta, en la juventud trató de pasar por uno por mucho tiempo, hasta que no pudo ocultarlo más.

- Supongo que no hay ultrasonido ni ecografía aún – Madara dijo – Me gustaría saber todo con referente a ese embarazo, por favor, quiero que Naruto tenga todo lo necesario para que tenga una buena gravidez –

- Al fin alguien que piensa en él –

- Oye para el carro serpiente – Tsunade comenzó de nuevo.

- Yo me voy abstener de esta maldita conversación que no lleva a nada – Por primera vez Jiraiya habló – Iré a ver a mi ahijado, y no, Tsunade no le voy a pedir que haga nada que él no quiere, y si te pones en ese plano estúpido en el que estás llamare a Dan y no será bonito – Amenazó – Mitsuki y Kimimaru están en el comedor, par de glotones – Dijo a su marido.

*

Naruto le dijo a la enfermera que no quería nada y que necesitaba estar “solo” porque le dijo que iba ir a ver a su papá. Caminó despacio y cabizbajo hasta llegar a donde estaba postrado su padre, al verlo se largó a llorar.

- Se supone que tener un hijo es una noticia alegre – Dijo sollozando – Cómo a la vieja se le ocurre que voy abortar a mi bebito, imagina que lo que hizo ese bastardo de Sasuke por esa mujer que abortó a su hijo, a mi me mata – Tocó su vientre - ¿Te pondrías feliz ser abuelo? …

Naruto continuo con su monologo tomando la mano de su padre.

Miraba el hermoso cielo al atardecer en donde había una paleta de colores, entre azul claro, rosa y rojizo y azul oscuro, el crespúsculo. Estaba tan en paz donde estaba, el sonido de las ramas de los árboles mecerse con la brisa, el sonido de algunos pájaros antes de pernoctar, era maravilloso. No hacía frío ni calor, había un clima perfecto.

- Cuánto tiempo estarás aquí – La suave voz de su mujer lo hizo girar el rostro.

Minato sonrió al ver a Kushina, tan hermosa como siempre, con su largo y hermoso cabello rojo, sus grandes y expresivos ojos.

- No lo sé, estoy en paz – Contestó tomando la mano de su mujer besándola.

- Lo sé – Kushina sonrió al sentir el beso de su marido – Pero no puedes estar aquí tanto tiempo –

- Por qué yo no puedo estar aquí y tú sí –

- Mina-chan – Kushina acarició el rostro del amor de su vida – Sabes que yo no puedo ir hacia donde tú debes ir –

- Me quedaré contigo – Dijo resuelto.

- No escuchas – Kushina giró su rostro hacia los árboles – Alguien llora –

Minato puso atención a lo que decía su mujer, aunque le parecía extraño lo que decía, como siempre le hizo caso, efectivamente a lo lejos se escuchaba un sollozo.

- Es verdad –

- Es Naruto – Kushina dijo – Nuestro hijo está llorando, no crees que ya ha sufrido lo suficiente, es hora que regreses con él –

- No puedo – Se le hizo un nudo en la garganta – Qué se supone que haré sin ti, eres todo para mí –

- Minato, siempre estaré contigo, pero ya no puedes estar aquí – Insistió la pelirroja – Debo marchar también, no puedo seguir haciéndote compañía –

- No me pidas dejarte – Rogó.

- Nuestra historia de amor terminó – Kushina se levantó alejando su mano de Minato – Pero tú aún puedes amar nuevamente, tienes que hacerlo ¿okey? Pero cuando vuelvas aquí, tú volverás hacer mío – Ella dijo casi llorando, volvió acercarse a él y beso su frente – Vamos Minato, despierta, dile a Naruto que lo amaré siempre, mi amor despierta… -

- Despierta, por favor papá despierta, te necesito, no puedo más, papito por favor despierta, despierta – Sollozó Naruto echándose a llorar sobre la cama de su padre.

Nunca en su vida Minato pensó que dolería tanto levantar un par de parpados, sus ojos vieron el cielo raso un segundo, porque el sonido del llanto de Naruto lo hizo girar su cuello, pudo ver el cabello rubio de su hijo, y su mano se movió para acariciar la cabecita de su hijo, trato de hablar pero algo había en su garganta que no se lo permitía.

Naruto dejó de llorar súbitamente al sentir la caricia sobre su cabeza, al principio pensó que estaba soñando, pero no, el movimiento se repitió, se levantó lentamente temiendo estar soñando, pero como si su ruego hubiera sido escuchado sus ojos chocaron con los azules de su padre, sus lagrimas comenzaron a caer silenciosamente por su rostro.

- Papá – Chilló riendo y llorando a la vez, besó su frente y luego volvió a reír casi como si estuviera desquiciado – Espera no hables, llamare a un médico – Se giró para pedir ayuda, pero volvió a girarse para volver a besarlo – Te amo mucho papá, no sabes cuán feliz me haces – Dijo, vio como su padre le trataba de sonreír, se tuvo que ordenar salir de ahí, así que con rapidez corrió en busca de una enfermera, mientras tomaba su teléfono – Sai papá despertó – Gritó cuando su amigo respondió – Corre – le dijo y después le cortó – Doctor, mi papá despertó – Informó a uno que estaba en la sala de guardias.

El médico de inmediato llamó a un par de enfermeras y siguieron a un jubiloso Naruto hasta la sala en donde su padre estaba internado. El médico que al principio no le creía mucho a Naruto, se sorprendió al verlo despierto, comenzó a examinarlo, quitó el respirador una vez que se cercioró que él omega podía respirar por su cuenta.

- Puede decirme su nombre – Pidió

- Namikaze Minato –

- Su género –

- Omega –

- Quién es él – Apunto a Naruto.

- Mi hijo, Naruto – Respondió – Perdone qué pasó, por qué estoy en un hospital – Aún recordaba el sueño con Kushina – Naru dónde está tu madre – Preguntó.

La sonrisa de Naruto se apagó, lo único que no quería decir, su padre se lo preguntaba, miró al médico.

- Dios es verdad – Iruka ingresó a la sala – Estás despierto – Fue abrazar a Naruto ya que no podía abrazar al rubio, al estar con el médico. – Gracias a Dios, cómo está – Soltó a su hermanito para ir al lado del médico y tomar la mano de Minato sonriéndole feliz.

- Está muerda ¿verdad? – Minato aguantó el llanto, tragándose su dolor, apretando la mano de Iruka. No recordaba cómo había parado en hospital, pero si el sueño que tuvo antes de despertar, el rostro afligido de su hijo se lo confirmó – Cómo pasó –

- Papá – Susurró Naruto – Nos dan un momento por favor – Pidió a los demás quienes aceptaron – Los llamaré en cuanto hable con él –

- Naruto qué pasó –

- Un ebrio los chocó – Informó, quería bajar la mirada pero no podía, tenía que hacer de tripas su corazón y tener la fuerza para decirle a su padre – Mamá murió de inmediato, dijeron que no sufrió – Le contó, voy como su papá comenzaba a llorar.

- Cuánto estuve dormido – Dijo tratando de aguantar el dolor que estaba llenando su ser, la mujer que amaba, el amor de su vida se había ido.

- Más de un año –

- Qué – Minato miró a Naruto sin poder creerlo.

- Tú azotaste tu cabeza contra el pavimente, y tuviste una operación en tu espina dorsal, estuviste en coma mucho tiempo por eso, de hecho es un milagro que no tengas problemas para hablar – Soltó el rubio – Dios, estoy tan aliviado –

- … - Minato no podía decir lo mismo, no concebía estar más de un año en coma, ni siquiera hizo el intento de mover de su tronco para abajo, hasta que llegara un médico.

- Dios tengo que avisarle – Naruto recordó, tomando su teléfono.

Madara sintió el sonido de su teléfono, era el sonido de llamada de Naruto, le tenía uno diferente para tomar de inmediato la llamada – Dime –

- Papá despertó –

- qué – Madara casi dejó caer el teléfono, olvidándose de dónde estaba.

- Papá está despierto-Dattebayo – Volvió a decir.

- Voy para allá, no le digas nada, yo trataré de explicarle ¿sí? – Pidió con el corazón acelerado.

- Está bien –

Madara Uchiha sintió un crisol de emociones, entre felicidad que al fin su omega estuviese despierto, nervioso porque no sabía cómo lo tomaría el rubio, miedo de que lo enviará al Tíbet.

Madara miró a todos los presentes ahí, no quería decirles nada, pero era obvio que estaban prestándole atención, así que lo dijo.

- Minato despertó –

Tsunade salió corriendo olvidándose de todo de ahí, Orochimaru tomó su teléfono para llamar a Jiraiya.

- Estoy con él – La voz llena de felicidad de Jiraiya llegó hasta él.

- Bien, voy para allá – Por supuesto solo quedaba Sasuke en la sala.

- Vamos Uchiha, tu suegro despertó…

 


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