Cupido 3.
Corcholatas, monedas, fichas. Todo lo que fuera pequeño y redondo era llevado por los sirvientes de Bill.
Era más fácil convertir cosas que ya existían en oro que crear oro de la nada. Si, esto último le llevaba una milésima de segundo más. Y lo que más quería ahora es eficacia.
Por su parte, Stan se sentía como un insecto. Por disfrutar recostado sobre montañas de oro.
-¡Momento!, ¡Esto es plata!- Arrojó con fuerza la moneda- ¡Nadie te quiere!- Siguió moviendo brazos y piernas para dibujar un ángel de monedas con su silueta.
Bill estaba contento, se contagió de la felicidad de Stan.
Entonces una comitiva entró por la puerta de la fortaleza. Estaba conformada por dos grupos, el primero encabezado por Xandar y Bola 8, llevaban a Stanford y a Dipper como prisioneros. Y el segundo por Kryptos y Pyrónica quienes cargaban entre los dos un enorme costal.
-¡Amigos, por fin regresaron!- Exclamó Bill desde la cima de su trono.- Y veo que traen compañía.-
Bola 8 arrojó al frente a sus prisioneros. Por su lardo, Xandar y Pyrónica, cuyas piernas se doblaban de lo pesado de la carga, con trabajos dejaron caer el costal. Se aliviaron mucho tras esto. De adentro salió Mabel y luego un muy confundido Cupido.
-¡Ja! ¡Encontraron al gordinflón!- Gritó Bill con gusto.
Dipper corrió hacia su hermana.
-¡MABEL!-
Aun con su sordera, Stan reconoció la voz aguda de su sobrino. Cómo pudo se incorporó y apresuro para hacerse paso. Empujó con fuerza techo, piso y logró abrir la quijada para asomar de la boca de Bill, la que se encontraba a la mitad del cuerpo triangular .
-¡NIÑOS!-
-¡Tío Stan!- Al unísono.
Stan quiso salir, pero Bill se lo impidió.
-¡Se un chico bueno Stanley y trata de no moverte demasiado!- Carraspeó y lo volvió a tragar para regresarlo a su estómago.
Para los humanos fue un choque emocional verlo tragarse a Stan. Aun presa de la impresión Dipper lanzó un rápido vistazo a Ford, el anciano se encontraba lívido y si no cayó de rodillas fue por que ya estaba petrificado, para luego concentrarse en Mabel.
Bill se rió del gusto que le provocaba a aterrorizar a la familia. Hizo una seña y enseguida Xandar tomó por la manga a Cupido y lo acercó a Bill.
-Ya me encargaré de ustedes chicos. Ahora gordo- A Cupido- Tenemos negocios que hacer, nada extraño. Sólo quiero más de lo que la niña me arrojó, entrégame esa pócima y te dejare ir, tal vez.
-¡Wow! Antes que nada, pésimo trato- Se incorporó, limpió la ropa y miró con fiereza a Bill dándose a respetar- Segundo, ¿En serio crees que te daré alguna de mis pócimas? ¿Te falta un clavo hermano? ¡HEY!- Xandar se cansó, le quitó el cinto del que pendían varios frascos. -¡Oye! ¡Es magia muy poderosa, sólo debe ser manipulada por un profesional!
-¡Pero no veo ninguno!- Bill se soltó a reír, y su pandilla a la par. Luego tomó un puñado del tazón lleno de oro y como si fuera una botana se lo trago.
Stanford y Dipper miraban con rencor a Bill.
-¿Pero qué?- Mabel notó algo. Miró a su alrededor y entendió lo que sucedía. -¡Oh no! ¡Esto es terrible! ¡Bill sólo mírate! -Todos se callaron, el silencio fue desolador. Miraron a la chica.
-Mabel- Dijo Dipper por lo bajo- ¿Qué estás haciendo?-El ambiente era denso, terrible.
Ella siguió.
-¿Has tragado monedas de oro para complacer al tío Stan?
-¿Qué?- Preguntó incrédulo Ford.
-¡Jajaja!-Con cansancio hizo un ademán de fastidio- ¡Como si necesitara hacer eso! Mi interior esta recubierto de algo más valioso que el oro.
-¿Es así no? Por eso no estás levitando y pareces tan cansado.
-¡Oye niña, lo que yo coma no te importa! ¡Ahora, traigan al gordo!- Bola 8, tiró del brazo a Cupido para llevarlo ante Bill. Con telequinesia, Xandar extendió el cinturón para mostrar todas las pócimas.
-¡Esperen!-Gritó Mabel- ¡Bill, Cupido! ¡Escúchenme! Yo… -todos la miraban, hasta los monstruosos amigos de Bill detuvieron lo que hacían para prestarle atención. Mabel inspiró profundo y continuó- Quiero disculparme.
-¡Niña debiste pedir disculpas el día de tu nacimiento! Ahora es tarde.- Dijo Bill. Ella suspiró. Tomó aire y siguió su discurso.
-Quiero pedir disculpas a Cupido, y a la gente que lastime. Si algo he aprendido este verano, es que no puedes forzar a las personas a quererte. No debí quedarme esa pócima. Hacerlo fue egoísta. Lo siento. Pero no me arrepiento de arrojarla a tu ojo. Bill. La razón por la que dejaste de aterrorizar Gravity Falls y te olvidaste de abandonar el pueblo. ¡Es por qué ahora eres feliz!
-¡¿Qué dices?!- Molesto por implicar que no lo era.
-Escucha Bill, enamorarse del tío Stan no es lo mejor que te ha pasado.
-¡Hey!- Protestó Stan al sentirse menospreciado. La voz apagada se escuchó desde el estómago de Bill; dándoles tranquilidad a Stanford y a Dipper de saber que se encontraba bien. Suspiraron aliviados. Mabel continuó.
-Pero te ha hecho sentir como nunca en tu vida. Te gusta sentirte así, por eso no buscaste a Cupido para que te entregará el antídoto. Lo que quieres es que el tío Stan te corresponda.-Bill la miró con el ceño fruncido. Pero atento. Se frotó el rostro con las manos.
-¿Alguien quiere por favor comerse a la niña?-
Continuará….