Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Papá Para Kiki por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenos dias, tardes, noches, mis terrones de azucar aqui les traigo actualizacion de este fic. Espero que lo disfruten mucho como yo lo he hecho al escribirlo, ya casi me pongo al corriete aqui tambien. Nos vemos en la siguiente. 

La comida pasó con muchas alegrías, pláticas y sonrisas.

El peliverde, siempre estaba encantado de estar con su alumno que más que eso se volvió en su hijo, que quería con todo su ser, el alumno de este, como un nieto en su interior lo sentía así, mas como el orgulloso patriarca que a veces pretendía ser, no lo decía abiertamente, se avergonzaba con facilidad y no deseaba demostrar ese lado tierno y amoroso que tenía, ante esos dos borrego menores.

Pero al contrario de su pareja Dohko, él era más abierto en sus emociones, siempre que su amado venía a Aries a cualquier cosa, le encantaba acompañarlo, pasar tiempo con él era lo que le fascinaba y si de paso, estaba con su otro hijo y un pequeñín, que le traía la energía juvenil para jugar juntos.

El menor de los cuatro, encantado estar sentado en el regazo del peliverde, mientras le contaba alguna historia, o aventuras que vivió, mientras esperaba la comida, o riendo de los chistes malos del castaño, se sentía de verdad afortunado de poder estar con ellos de esa forma.

Ver esa hermosa escena, le calmaba su alma, sentía que lo demás no importaba mucho en esos instantes, saber que su niño podía disfrutar de esa vida familiar que el no logro tener siempre, lo hacía casi derramar lágrimas de alegría. Pero no solo eso, ver a ese hombre que lo cuido tanto, saber que esta con vida y junto con el otra persona que de igual forma lo protegió cuando lo requirió, no cabía de la felicidad ante Atena por permitirle estar junto a ellos, una vez más.

Al terminar, era hora de que los dos mayores se retiraran a sus respectivas actividades.

-Nosotros nos retiramos, tengo que revisar algunos papeles para las próximas misiones- Se levantó de su lugar, despidiéndose del protector del templo.

-Sí, yo igual debo hacer algunas cosas, antes de que el patriarca se dé cuenta- Le sonríe enérgicamente a su compañero que lo miraba de una forma de decepción.

-¿Qué cosa es lo que no has hecho?- Lo mira con los brazos cruzados, algo molesto.

Le sonríe, con algo de pena, tomándole de la mano –Vamos amor, no te enojes, solo me falta unas cositas, no pasa nada-.

Esta acción, lo hizo sonrosar, al sentir que su mano era sujetada por él y más enfrente de su alumno y el aprendiz de este –Do-Dohko… No aquí…-

-Jajajaja, me alegra que sean tan unidos como siempre me había contado maestro- El pelilila, sonrió ante las acciones de ambos, que le parecían adorable más que nada la reacción del antiguo guardián de Aries.

-¡¡¡MU!!! No digas eso, por favor- Sus sonrojo se volvió mayor.

El guardián de Libra, se acercó de forma ensimisma ante el actual patriarca, para avergonzarlo -¿Qué coas le has contado a Mu de nosotros? ¿He? Dime Shion… Por favor.

Este al verse acorralado, avergonzado y nervioso, solo atino a hacer una sola cosa.

Le dio un golpe en el hombro a su “Compañero” –¡¡¡VÁMONOS YA!!! Que te obligare hacer tus deberes, caballero flojo-.

-Auch- Siendo llevado a rastras por el otro –Adiós Mu, adiós Kiki, ya me llevan- Les regala una despedida de agitando la mano de derecha a izquierda.

De igual forma el actual guardan del templo, les devolvió la despedida, sonriéndoles por la escena que habían montado.

Pero en cambio un pequeño, en vez de despedirse, espero a que tanto su maestro como los otros dos se alejaran, para poder hacer lo que en realidad deseaba preguntar.

Rápidamente, rato de alcanzar a ambos antiguos caballeros, que se encontraban casi llegando hacia Tauro, pues al ir uno a arrastras casi, hacia el camino más lento.

-¡¡¡ESPEREN MAESTROS!!!-

Ambos se giraron, al escuchar aquella pequeña voz que les pedía su atención.

-¿Kiki?-

-¿Qué sucede pequeño?- Le regala una sonrisa enorme.

Respirando algo agitado, por haber corrido, para alcanzarlos antes de atravesar alguna de las doce casas.

-Es-Es que quiero… Pedirles algo- Su semblante nervioso, los hizo alarmarse un poco, sobre todo al peliverde.

-¿Qué nos quieres pedirnos Kiki?- Se acercó a él posicionándose a su altura.

Una caricia en la cabeza, lo hizo levantar su mirada –Nos puedes pedir lo que sea, ya sabes- Le regala una sonrisa.

Las acciones de ambos y sus palabras, le daban más seguridad, por lo que estaba a punto de pedirles, pues esperaba que no se lo tomaran a mal, su inocencia infantil era la que rogaba que lo hiciera, pero su mente le pedía que tuviera cuidado, de no ofenderlos.

Suspiro, con algo de nerviosos, y miedo, tratando de no estropear la familia que tenía.

-Quería… Pedirles… Si yo… Podría- Callo por un momento, no sabía cómo seguir esas palabras, y bajo su mirada, empezando a jugar con sus pequeños deditos, con muchos nervios.

-Tranquilo pequeño- Las manos del patriarca tomaron las suyas, -Solo dínoslo, puedes confiar en nosotros, lo sabes ¿Verdad?- Regalándole la sonrisa más cálida que podría existir.

En ese momento, pensó en cuantas veces su maestro, debió ver esa sonrisa paternal que le estaba dedicando el peliverde, y como se debió sentir así de tranquilo después, al igual que aquella caricia en la cabeza de Dohko. Sintiendo el valor que requería.

-Quería pedirles permiso, para poder llamarlos Abuelos- Apretó sus ojitos y sus manos, con miedo de esperar una respuesta negativa.

Ambos hombres, se quedaron sorprendidos, con los ojos bien abiertos, mirándose entre sí. Por sorpresa de las palabras del pequeño que tanto querían.

El Lemuriano menor, teniendo aun los ojos cerrados, inmóvil en su lugar.

Pero pronto sintió unos brazos muy cálidos, que lo rodeo, provocando que se sobresaltara, notando que quien lo abrazaba era aquel antiguo guardián de Aries del siglo XVIII.

-Claro que puedes llamarnos abuelos- Una pequeña lagrima broto de sus ojos de una tonalidad rosada, sintiendo como su corazón latía muy emociono, por aquella hermosa petición que tanto anhelaba.

El pequeño se sobresalto, de una manera feliz, ante la afirmación del Lemuriano, que no lo creía -¡¡¡ENSERIO!!!-

-Claro que si pequeño- La mano tosca del Libra, se posiciono en los cabellos del pequeño, alborotándolos, dedicándole una sonrisa, que una lagrima traicionera dejaba en evidencia su emoción.

Su sonrisa no fue contenida, de oreja a oreja demostrando que de verdad se sentía muy feliz porque ambos aceptaran ser sus abuelos. Abrazo con toda la fuerza que sus brazos le dio, para con Shion, el cual lo recibió con mucha emoción, y de igual forma el castaño, se unió al abrazo rodeándolos ambos Lemurianos.

Fue de verdad un hermoso momento, para los tres, pues eran una familia, así lo sentían desde siempre, pero nadie lo proclamaba, por orgullo para hacerlo, pero también con temor de que no fuera lo que los demás querían y el otro, no sentía que fuera su deber de hacer algún comentario.

Quien diría que el más valiente sería un niño de tan solo ocho años, que hizo aquella propuesta y provoco que tres corazones se sintieran tan felices.

Después de aquello, fue el momento en que los dos hombres siguieran su camino, no son antes despedirse de una forma correcta de su ahora nieto, uno con un choque de puños, igual como alguna vez lo hizo con su viejo amigo de combates y el otro, abrazándolo fuertemente, cargándolo y dándole un beso en la mejilla.

El pequeño se sentido, tan alegre que ahora regresaba a la casa de Aries con una sonrisa en su rostro y una emoción que no podía contener en su ser.

Aún tenía otra cosa más que hacer, una última antes de que el día se acabara, pero no sabía cómo abordarla ahora.

Pasó la tarde con su maestro, reparando algunas armaduras con leves daños que no representaba un reto tan grande, para el pelilila.

La noche pronto cayó y como era costumbre, la cena se hacía en conjunto. Una labor normal, pero hacia cercana a las personas siempre.

Algo delicioso, preferiblemente Mu, procuraba que fuera saludable, para el pequeño pero también deliciosa. Siempre consintiéndolo de alguna forma u otra.

Notas finales:

Mis terrones de azucar, cuidense mucho en estos dias, mantenganse en sus casas, lean, aprovechen para aprender origami u otras cosas y hacer buenas acciones en casa. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).