Había pasado unas cuantas horas desde que la feliz pareja recibió la hermosa noticia de que estaban esperando a su segundo hijo.
Prácticamente Mu estaba tomando esta noticia de mejor forma que el peli azul, pero puede ser que sea por el hecho de que él no tenga los achaques dignos de un embarazo. Solo un poco más de hambre, por el momento era lo único que tenía en su sistema.
Virgo por su parte, se sentía el ser más afortunado del mundo, puede que su semblante siempre sea serio y de vez en cuando demuestre lo que sienta de verdad, pero con Aries, era quien es realmente, tal vez un poco romántico a lo que pudiera llegar, pero era sincero.
Paso todo el tiempo que pudo, abrazando al pelilila, besando su rostro, sus manos, y tocaba el plano vientre del contrario, en su interior estaba aquel fruto de su primera unión.
Aunque cada que veía comer a Mu, tenía que ir a vomitar. Sin duda el veía realmente cansado, pensó por un momento y le dio lastima el pobre de Saga, tener que aguantar eso en su primer trimestre de embarazo y luego los demás sintamos.
Agradeció a su Diosa que su borreguito no tuviera nada de ello, si él lo sufría, estaba bien. Lo soportaría solo por Aries.
De un momento a otro se escuchó un sonido de teletrasportación, era apenas audible, pero ambos lo pudieron también sentir.
Siendo el que llegaba, su pequeño mayor, el cual traiga con él, la armadura de Virgo reparada. Aunque lucia cansado, portaba la gran sonrisa que siempre lo caracterizaba y más al ver a sus padres, en el primer templo que lo recibieron con una alegría inmensa.
Mu, fue directo con él, pues aunque tratara de ser fuerte y no angustiarse de más de la cuenta, no dejaba de ser su pequeño, así que lo abrazo de inmediato, además contando la emoción de la noticia estaba más emocionado y le dio varios besos a Kiki, por sus mejillas y cabeza, sin importar que el menor estuviera algo sucio.
-Mamá…- Dijo esto, algo apenado, por el cariño que recibía.
-Bienvenido a casa mi bebe- Una hermosa sonrisa de nuevo en esa cara que cautiva a todos.
-Hola hijo, ¿Cómo te fue?- El rubio había asumido sumamente bien su papel de padre.
-Sin soltarse del agarre de Aries, sintió al rubio –Muy bien, logre reparar su armadura de forma correcta, aunque no tuviera tanto daño- Sonrió triunfante.
-Ese es mi pequeño- Un último abrazo antes de soltarlo.
-Bien hecho Kiki- Le alboroto los cabellos.
-Gracias- Estaba sonrojado, aquella aprobación de parte de ambos, lo hacía sentirse tan feliz. Que se sintieran orgullosos de él. No sabía que más decir ante esa inmensa alegría.
-Espero que tengas hambre, prepare momos, tus favoritos- Se dirigió a la cocina, para traerlos y empezar a comer.
Sonrió de par en par, después de estar arreglando la armadura de su padre, ser recibido con una deliciosa comida hecha por las amorosas manos de su madre, era lo mejor que podría pasar.
Pero noto algo muy raro, e inusual Shaka, se ofrecía a ayudar al pelilila siempre, mas en esta ocasión, el pobre parecía estar aguantándose las ganas de vomitar de nueva cuenta.
-Papá… ¿Te encuentras bien?- Estaba preocupado por como este se miraba.
Respiro profundamente, tratando de relajarse un poco, mostrando su mejor cara, para no angustiar al pequeño.
-Estoy bien, deja ayudo a Mu- Sonrió de manera forzada.
-Está bien…- Miro algo extrañado el comportamiento de Virgo, pero no le dio mucha importancia.
La comida transcurrió con normalidad, salvo por…
Los momos, que había preparado Mu, no eran exactamente todos deliciosos. Últimamente este borreguito tenía una obsesión por comer fruta muy seguido y aquí no fue la excepción
Eran nórmalas, los de carne, los de verduras, hasta de algunas legumbres, pero de frutas, tan extrañas, no eran comunes.
Incluso tenían un aspecto poco agradable a la vista, tanto virgo como el pequeño Lemuriano, podían notarlo, pero no decían nada, pues para Mu aquello era lo más delicioso del mundo. Los degustaba tan plácidamente.
-Mamá- Llamo.
-Dime- Paro de comer, para ver al niño.
-Últimamente he notado que comes muchas frutas- Lo mira extrañado -¿Se siente bien?-
Asiente con la cabeza –Si, es solo un pequeño antojo- Dijo aquello sin más, quería decirle su estado, pero debía ser una sorpresa.
Rio algo apenado –Ok, es solo que me precia algo extraño-
Suspira cansado, aunque no fuera a vomitar, aun se sentía algo mareado, como para comer –Creo que yo, no probare alimento-
El chiquillo ahora miraba con preocupación al rubio.
Tenía conocimiento que llevaba unas semanas, que a veces comía bien y otras se sentía mal que no podía hacer aquella reacción.
-Papá, ¿Estas enfermo?- Su mirada angustiada, lo revelaba.
Niega con la cabeza –No, es solo que no tengo mucho apetito, últimamente- Dijo aquello dedicándole una leve sonrisa a su pelilila.
Era oficial, el comportamiento de ambos hombres, estaba muy raro para su gusto, era un niño, es verdad… Pero no era ningún tonto, sentía que algo estaba ocultando, lo que presentaban no era algo usual en ellos.
Su madre no era un glotón de la noche a la mañana y su padre no era de los que no comiera o se sintieran mal, además que cuando había hecho un berrinche de no querer alimentarse, el rubio lo reprendía. Sin duda ya era completamente su papá
-Kiki, después de comer, ve a darte un baño, queremos hablar contigo- Esto rápidamente lo dijo Virgo, sin más para retirarse a lavar la loza sucia.
El menor por estar pensativo, no se dio cuenta cuando ya había terminado de comer –Si-
Obedeció aquella orden dada, mientras iba a aquello, pudo ver una sonrisa tan cálida como aquellas que Mu le dedicaba en ese mismo rostro, pero ahora estaba contemplando la nada, como si imaginara algo.
-No quiero que pase más tiempo, estoy tan ansioso por decirles- Se abrazó de su novio.
-Lo sé, yo tampoco puedo esperar más, para que Kiki, lo sepa- Aun su voz tranquila, sonaba algo ansiosa.
-Nuestro pequeño será un gran hermano mayor- Esa hermosa sonrisa de nuevo, algo más de que enamorarse.
-Creo que él bebe será muy dulce, pues comes demasiada fruta- Dijo aquello, más como una broma.
-Si es algo extraño, pero es lo que más quiero comer- Hizo una mueca de confusión.
Beso aquellos labios, que tenían un sabor mucho más dulce y exiticos de lo normal.
-¿Alguna vez te he dicho que tus ojos brillan tan hermosos?- Un coqueteo por parte de Shaka de nueva cuenta.
Él nunca se cansaría de decirle palabras de cortejo, cada que podía.
Rodeo el cuello de aquel rubio con sus brazos, mirándolo a los ojos –Creo, que solo unas mil veces al día, pero me encanta que lo hagas- Sonrió de manera coqueta.
Podían pasar horas de esa manera, abrazados, mirándose, dándose pequeños besos, pero no por ahora, debían preparar como le dirían a sus seres queridos, esa gran noticia.
---Templo de Cáncer---
-No puedo creerlo… ¡¡¡COCINAS TAN RIQUÍSIMO!!!- Tenía toda su cara extasiada por los sabores de ese platillo italiano.
Desviaba su mirada, para otro lado, apoyado en su codo –No es para tanto florecita-
-Claro que si- Sonreía de oreja a oreja –Es muy rico-
-Tal vez no sea un banquete digno de su real majestad- Decía esto, algo molesto –Pero me esforcé, para que tuviera bien sabor-
-Para mí esto sabe mucho mejor que cualquier platillo hecho de los más finos ingredientes- En su mente esto era un cumplido, sin dudarlo.
-¿En verdad?- Pegunto algo incrédulo.
-Death, no te mentiría- Le regala una sonrisa tan adorable, que aquellas manchas de tomate en su labio se veían tan tentadoras.
Y sabemos perfectamente que nuestro cangrejo, no dejaría pasar aquello.
¿Qué fue lo que hizo?
Se levantó de golpe, para acercar al pececito, este lo miro algo sorprendido, y rápidamente el cuarto guardián, lamio esa salsa de los suaves y finos labios de este.
Lo que provoco, un sonrojo en este, los nervios lo traicionaron por completo y le dio tremenda cachetada al hombre, el cual solo se quedó sorprendió, por ello.
¿Había hecho algo malo?
Pues no le declaro sus sentimientos, aunque aprecian implícitos entre ambos, no había hecho otro movimiento que en invitarlo a algún lugar y bromear un poco, al grado de hacerlo enojar mucho.
Se dio cuenta de lo que acaba de hacer, y se asustó un poco. ¿No sabía por qué reacciono así? Era lo que quería, o más bien un beso no una lamida.
-Lo… Lo siento- Estaba apenado –No quería lastimarte-
Se sobaba, la cachetada que recibió del piscis, mientras se levantaba algo molesto -Sé que no soy el más atractivo de todos, pero… Si no quieres nada conmigo…- Tenia su mirada algo triste –Solo dímelo claramente y lo entenderé-
Aquellas palabras dichas por Cáncer, estaban cargadas de tristeza y frustración. Sentía que había hecho tanto esfuerzo y ni siquiera se ganó el ser mirado por piscis de esa forma.
Se sentía como un gran fracaso, pues quería mucho a ese último guardián, pero no era como los demás, sus formas de demostrar cariño, era jugar bromas, ser grosero y molesto. Pero era como él se comportaba y no debía cambiar para impresionar a nadie, o tal vez solo no ser tan cruel en ello.
Sentía que nada había servido, pero estaba bien.
Un suave beso recibió en sus labios cortesía de su invitado, lo cual lo dejo todo sorprendió, con los ojos muy abiertos. No se creía lo que acaba de pasar.
-No eres feo, solo estas… armado de diferente forma- Eso era lo que decía Afrodita, con una sonrisa tan radiante –Pero a mí me gustas así-
-¿Heee?- Estaba todo confundido –Primero me golpeas y ahora me besas ¿Qué demonios pasa contigo?-
-Pus tu nunca te me declaraste de manera adecuada- Cruzo sus brazos indignado –Tenías que hacerlo primero, antes e besarme, eso es lo correcto-
-¡¡¡PERO TU ACABAS DE BESARME!!!- Dijo confundido aun.
-Es diferente, yo sí puedo besarte, no necesito tu permiso, en cambio tú conmigo si- La lógica de Piscis.
-¿Qué?- Miraba al peli celeste, con una cara de no me lo creo –Estoy confundido ¿Quieres ser mi novio o no?-
-Pues claro que si- Decía esto, mientras tenía los cachetes inflados, por el enojo.
-Muy bien…- Se rascaba la cabeza, algo nervioso y sonrojado –Y ¿Ahora qué hago? ¿Ya te puedo besar?-
-¡¡¡NO!!!- cruzo sus brazos –Primero, tienes que decirme, cuanto te gusto y luego lo que harías por mí y jurarme amor eterno y después veremos si te dejo-
Esperaba mucho del Cangrejo, el cual solo se quedaba mirándolo muy confundido, por la actitud tan “normal” de Piscis, pero era algo que le gustaba y estaba dispuesto a aguantarlo, porque lo amaba, de alguna manera extraña que solo ambos comprendían. Existía el amor y es lo importante.
---Templo de Aries---
-Buenas noches- El alegre Dohko, llegando feliz como de costumbre.
-Buenas noches- Esta vez el peliverde, tenía una sonrisa muy amplia en sus labios, algo sin duda lo había hecho feliz antes de ir allí
Pues seamos sinceros, estos dos meses, para el no habían sido precisamente, los mejores, tener que aguantar a su pequeño con Shaka, era apenas soportable.
-Buenas noches padres- Mu, saludo de manera respetuosa a ambos mayores.
El rubio, hizo una reverencia ante ellos, tenía que seguir siendo respetuoso y más en estos momentos, debí ganar todos los puntos posibles –Buenas noches-
-Hola abuelos- El pequeño era el único que tenía permitido, hablarle de esa forma a ambos, aparte de Mu, que el optaba por costumbre de ser educado todo el tiempo.
-¿A que debemos su invitación al primer templo?- Esta vez cuestiono Libra, aunque feliz… Había tenido otros planes para esta noche, que tuvo que posponer.
-Es que… Tenemos algo importante que comunicarles- Aries, parecía tener una mayor confianza esa noche.
-¿Qué cosa?- Su voz de curiosidad de hizo notar.
-Bueno, es que ocurre que…- Estaba pensando en que palabras usar, para no ser asesinado antes de que su bebe nazca, pero no existían palabras para hacerlo.
Aries sonrió, tenía la capacidad, de trasmitir paz con su semblante, algo tal vez digno de su constelación guardiana o de su personalidad.
-Lo que pasa, es que… Pronto la familia se hará más grande- Soltó aquello rápido y conciso, no daría muchos rodeos, aunque pudiera que lo hiciera inconsciente.
-¿Hmmm?-
-¿Qué?-
-¿Cómo que más grande?-
Suspiro, era mejor ser conciso en lo que digiera, aunque muriera de inmediato –Mu está esperando un hijo mío-
-¡¡¡¿CÓMO DICES?!!!
-¡¡¡¿CÓMO FUISTE CAPAZ?!!!
-¡¡¡¿TENDRÉ UN HERMANO?!!!
Los tres quedaron en un estado de shock, aunque el del menor era por enojo, sino más bien sorpresa. No pudo decir lo mismo de los otros dos.
-¡¡¡¿CÓMO PUDISTE TRAICIONAR LA CONFIANZA QUE TE DIMOS?!!!- Dohko, estaba realmente enojado, muy enojado.
Incluso Shion, se estaba sorprendiendo mucho por esa reacción. Su pareja no era de explotar de esa manera.
-Pa…Padre, por favor cálmese un poco- Mu, quería tranquilizarlo, esperaba cualquier reacción de parte del peliverde, pero del castaño era algo nuevo.
Libra de dirigió a el –¡¡¡TU MEJOR NI HABLES!!!- Tenia los brazos cruzados -¡¡¡¿CÓMO PUDISTE DEJARTE EMBAUCAR TAN FÁCILMENTE?!!!- Por primera vez, parecía un padre más sobreprotector que el Aries mayor –Me has decepcionado feamente-
Las duras palabras dedicadas al pelilila, le hicieron sentirse mal. Nunca antes había provocado ello, en ninguno de los dos mayores. Comenzó a bajar su mirada, pero… Era más esa pequeña conciencia de un niño que estaba angustiado cuando su padre se enoja con él.
Pero no estaba solo, y como se le había prometido antes, él lo protegería.
-No permitiré que le hable así a Mu- Se interpuso entre su amado y su suegro más enojado.
-Ja- Sonrió con sus ojos inyectados en enojo -¿Enserio serias capaz de enfrentarte a mí?-
-Por defender a Mu, sería capaz de eso y más- En su mirar también estaba desafiándolo, no permitiría que nadie incluso sus propios padres lo lastimaran.
Ambos cosmos, estaban intensificándose a gran medida.
¿Un enfrentamiento entre Virgo y Libra?
Era algo que no se había visto en mucho tiempo o antes. Reamente ese conocimiento no se tenía, pero en esta época, podría suceder en cualquier momento.
-Shaka, por favor cálmate un poco- La voz angustiada del pelilila, sonó en medio de esa situación.
-Dohko, déjalos que se explique por favor- Aquella autoridad, le estaba ejerciendo con su pareja, a ver si funcionaba –Después podrás matar a virgo- Y ahí estaba el deseo de muerte hacia su yerno.
-Un hermanito- La voz del infante se hizo presente, estando algo consternado por la noticia.
Sonrió emocionado, sus ojitos brillaban, era una noticia que nunca, ni en sus sueños más locos, había imaginado que ocurriera, pero aquello significaba que tendría a alguien con quien jugar y alguien que el también podría proteger. Su familia seria cada vez más grande y eso lo alegro tanto.
Se acercó hacia Mu, y le dio un abrazo. Él estaba tomando aquella noticia, con más madurez que esos dos mayores.
Pero seamos honestos, muchos padres reaccionarían así. Aunque estos dos, fueran más peligrosos que cualquier padre con un rifle.
Pero esto provoco que el rubio y castaño, se tranquilizaran un poco, ni Kiki, ni ese bebe tenían la culpa de nada, así que debían estar calmándose al menos por este momento.
-¿Cuántos meses tienes?- El patriarca, rogaba que fueran al menos semanas, no quería pensar que su hijo, sucumbió al deseo carnal tan rápido.
-Dos… Meses…- Aun con nervios, le mantenía la mirada a su ilustrísima.
-¿Dos meses?- Quedo pálido, entendía lo que había sucedido.
-Es lo que llevan de novios- Libra estaba realmente furioso -¿Acaso fue la noche de la declaración o qué?-
-Eso no le incumbe viejo maestro- Ahora era Virgo quien estaba enojándose, odiaba que preguntaran de su vida íntima sin más.
-¡¡¡CLARO QUE NOS INCUMBE!!! Es de nuestro hijo, del que estamos hablando- El peliverde, comenzó a alzar la voz.
-Mu es ahora mi pareja, así que respeto que lo quieran proteger, hasta de mí. Pero ya es demasiado, al estar cuestionándonos en nuestra vida privada- Se estaba haciendo valer su posición, delante de ambos, protegiendo de esta manera a su pelilila y al pequeño Kiki.
El niño, estaba experimentando un poco de miedo, no había visto nunca a sus abuelos de esa forma, tan molestos y enojados, con ese cosmos tan amenazante, contra el rubio.
Tanto Shion como Dohko, estaban en verdad enojados, querían matar de verdad a ese caballero de Virgo, su pensar de que profanara a su pequeño.
Sin embargo, entendían que si eso hiciera harían sufrir a los dos Aries, que lo querían tanto.
-Sé que están enojados, y decepcionados…- Encara a ambos, poniéndose a lado de su amado –Pero no me arrepiento, de lo que ha pasado- Toco su estómago un poco –Este bebe, también será su nieto, no quiero que lo rechacen o no crezca conociéndolos- Su voz estaba triste, mas no dejaría escapara ni un lagrima, debía ser fuerte, por todos los que quería.
-Eso lo sé- El patriarca dijo esto de manera sincera, aunque no estaba de acuerdo con lo que paso, no quería perderse por una discusión y rencor, la dicha de compartir esos momentos con su hijo y futuro segundo nieto –No quiero estar lejos de ti Mu-
Aunque por primera vez Shion, estaba reaccionando más tranquilo, por algo que esa parejita hiera, ya que él siempre era el más alterado al tratarse del pelilila.
Por su parte Dohko, no daba su brazo a torcer tan fácilmente. Le molesto que no hicieran las cosas bien, hubiera una consecuencia. Y sin más estaba realmente furioso, no tanto con Mu, si no con Shaka.
-¿Papá? Por favor no te enojes- Esa dulce voz de Aries, podía calmar a los demás, pero tal vez esta vez no funcionara tanto.
Suspiro resignado, quería ser parte de esa espera, aunque tuviera que convivir con el rubio atrevido.
-Escucha Shaka, no te matare por ahora, pero quiero hablar contigo a solas- Su voz no baja de ser amenazante.
Asiente con la cabeza el susodicho –Como diga viejo maestro-
El ambiente aún estaba algo denso en el lugar, no se sabía que decir, hacer. Pero lo bueno de tener a un niño presente, es que él puede lograr que esa situación mejore.
-Mamá, su estómago ¿Crecerá igual de grande que el del señor Saga?- Su dulce voz siempre de curiosidad.
Mu, sonrió. Su pequeño no concia de ese enfado en el ambiente –Tal vez no tan grande, pero su algo-
-Que emoción- Su hermosa sonrisa se hizo presente, abrazando al mayor, posando su cabeza justo en el vientre, con los ojos cerrados.
El mayor lo abrazo, sentía tranquilidad que al menos Kiki, hubiera reaccionado bien.
Los otros tres, miraron esa escena, esa debió ser la reacción correcta, pero bueno ya paso, lo que debía pasar y solo quedaba esperar.
Sin duda el pelila estaba perdonado, pero no sabemos si el yerno lo estaba del todo.