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Mi apellido es Kaiba. por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo. 

 

Capítulo único

 

No fui a trabaja a Kaiba Corp. Bajo la excusa de que tenía gripa, mis padres se preocuparon de inmediato y se ofrecieron a ir a cuidarme, pero les dije que mi esposo se haría cargo, claro que ellos no sabían que había salido de viaje, según su último comentario antes de dejarme tirado sobre la cama lleno de sangre, se iba a ir por medio año a Estados Unidos para arreglar unos negocios de una nueva cede de Kaiba Corp. Nunca en mi vida me había sentido tan feliz, en cuanto salió de mi habitación empecé a pensar en cómo pasar mí tiempo sin él, las ideas se acumularon de inmediato y sonreí al imaginar el potencial de esas vacaciones.

A decir vedad desde la primera vez que me violo en la mansión no había pasado otra vez, hasta que anunció que saldría de viaje y quería dejar cocinando un hijo, así no tendría que soportarme más de la mitad de mi embarazo, lástima porque jamás le daría un bebé.

Baje a la cocina despacio y me di cuenta de que la mansión estaba casi vacía, al parecer que Ganzaburo no estuviera era una fiesta para todos los que vivíamos ahí, llegue a la cocina y la servidumbre me vio con sorpresa, no era normal que yo conviviera con ellos, pero me había hartado de estar solo con Tristán y si no podía salir con nadie más entonces iba a hacer amigos dentro de la mansión.

 

-       Buenos días, ¿puedo comer un sándwich? – el chef corrió a preparar de inmediato mi petición y los demás fingían que estaban limpiando su respectivo lugar – vamos no actúen como si yo fuera un tirano, estoy cansado de estar solo en este lugar – sonreí lo más que me permitía mi boca, que literalmente estaba rota, al parecer Ganzaburo amaba abofetearme hasta que le ardiera la mano o se me callera algún diente, lo primero que pasara.

 

Durante mi desayuno platique amenamente con todos y me contaron historias de cuando el amo y señor Ganzaburo no era tan malo, claro que lo pintaba tan lejano que no entendía aún el porqué de su cambio tan repentino

 

-       Muchos dicen que es culpa de su hijo mayor Seto – mis ojos se abrieron y me acerque para escuchar el chisme lo más bajo posible, después de todo si alguien se enteraba de que yo indagaba en el pasado de la familia mi esposo podría lastimar a mis nuevos cómplices – se dice que él no es hijo legitimo del amo – escupí el té que estaba bebiendo y puse más atención – se dice que la señora Xanath tuvo una aventura con el ex mejor amigo del amo Ganzaburo y de ese romance nació el amo Seto, desde ese momento el señor Ganzaburo no confió en su esposa y trato mal a su hijo, además cuando tuvo al joven Mokuba la señora Xanath se suicidó cuando cumplió 3 años, al parecer el amo Mokuba es producto de una de las tantas veces que la violo en su cuarto y no tolero la idea de no amar a su propio hijo – estaba impactado por tremenda revelación y la verdad no era nada descabellada, por Dios Seto y Ganzaburo era como agua y aceite, no podían tolerarse y seguramente su hijo había sido testigo de las ocasiones donde Ganzaburo había golpeado o violado a su madre y también debía de odiarlo porque había fomentado que se suicidara por depresión, me quede pensando en todas las posibles explicaciones para que esa información fuera mentira, pero entre más vueltas le daba al asunto más me cuadraban las piezas del rompecabezas que era la familia Kaiba.

-       ¿Se puede saber qué haces en la cocina hablando con los sirvientes? – salte del susto y vi a Seto parado en la puerta y a todos saliendo como cucarachas de la cocina para evitar la ira del castaño.

-       Buenas tardes Seto, me alegra verte bien como siempre, ¿yo? Muy bien gracias por preguntar – mi voz tenía mucho sarcasmo cargado y seguí comiendo el restante de mi sándwich sin importarme que estuviera en la misma habitación que yo.

-       Se nota que estas muy bien, tu boca lo dice por si sola – escondí la humillación entre mis cabellos, no quería que ese chico me viera siendo un títere más de su padre… ¿o debería decir padrastro?

-       ¿A qué debo el honor de que me dirijas la palabra en este día tan maravilloso? – fingí que no me dolía todo el cuerpo y voltee a verlo como si nada, no debía mostrar debilidad a mis hijastros, de cierta manera no quería ser una carga para nadie, ya habían vivido una mala experiencia con su madre, yo no sería otro mal trago en su vida.

-       Sí sabes que tu amado esposo odia que hablemos con la gente de la cocina – mi cara demostró sorpresa, ¿Qué tenía de malo? – piensa que son gente corriente y piojosa que no merece que la veas – mi sorpresa pasó a una cara de molestia ¿cómo se atrevía a ser tan elitista? Rodé los ojos y evite esa conversación.

-       Bueno, eso no explica el por qué decidiste hablarme – Seto observó con fino detalle como bajaba de la silla con mucho cuidado y empezaba a caminar hacia mi recamara más lento que una tortuga, seguramente me veía ridículo fingiendo seguridad y altanería, justo después de haber sido molido a golpes por mi propio esposo.

-       Ganzaburo me ordeno llevarte al médico – lo voltee a ver con sorpresa en los ojos, él no dudaba de las palabras que había escupido, pero algo en mi interior gritaba que era mentira.

-       Ambos sabemos que esa es una gran mentira – ahora fue él el que me vio con sorpresa, pero no admitió que yo tenía razón, simplemente tomó un abrigo del closet y sus llaves, abrió la puerta esperando a que lo siguiera – no puedo salir sin Tristán, así que debes esperar a que él llegue – resopló y cerró la puerta dando entender que aceptaría mis condiciones.

 

Llevábamos 5 minutos en el auto de camino al hospital privado de los Kaiba y todos íbamos en silencio, estoy seguro de que si caía algún alfiler se escucharía el sonido. Decidí amenizar el ambiento poniendo música, pero Seto la apago de inmediato viéndome feo en el proceso, ¿acaso todos en esa familia era unos amargados? Debimos traer a Mokuba, él seguramente sabría romper ese incómodo silencio.

Al llegar había muchos paparazis rondando el lugar, entonces pude imaginar que pasaba, estaban esperando la exclusiva de que naciera el tercer hijo de la familia Kaiba, entonces recordé que llevaba exactamente 8 meses de casado con Ganzaburo y me había ido un mes completo de luna de miel, seguramente estaban esperando a que naciera el hijo que habíamos concebido en esa salida o el hijo que nos había unido en matrimonio, ¡maldita gente morbosa!

Entramos por el estacionamiento, pero los camarógrafos tomaban fotos alrededor del automóvil, bendito Dios era de vidrios polarizados o sino el siguiente título de las revistas sería “La nueva pareja multimillonaria está muy lejana del: Vivieron Felices Por Siempre”, la seguridad privada del complejo sacó a los camarógrafos y pude bajar a salvo sin que lograran ver mis golpes.

Al entrar las empleadas me vieron con lástima, al parecer ya habían visto el mismo caso en la familia Kaiba, así que sin preguntar me pasaron a un consultorio demasiado espacioso donde había una doctora de cabello castaño y de sonrisa amable, al verme no hizo mayores preguntas, simplemente me pidió que me colocara una bata y que me recostara, me sentía incómodo ya que mi bata no dejaba nada a la imaginación.

La chica de cabello castaño se colocó entre mis piernas y casi pegue un brinco al sentir como invadía mi zona más íntima, me sonrió para darme confianza y empezó a realizar las curaciones correspondientes, mientras observaba su trabajo pude notar que cada que limpiaba sacaba una gaza con sangre llenando casi por completo un bote de basura que tenía a un costado, cuando dejo de salir la sangre entonces se levantó y me volvió a sonreír y me pidió que no me moviera, me sentía demasiado incómodo, pero no podía salir de ese hospital sin ser curado, ya me imaginaba siendo amarrado para evitar que huyera.

La doctora llegó con una máquina de ultrasonido y entré en pánico, no podía hablar en serio.

 

-       No estoy en cinta – dije bajo y la chica sonrió con amabilidad y me habló con ternura, como si fuera un bebé.

-       Sólo lo ocupamos para cerciorarnos de que no haya alguna hemorragia interna por… seguridad – me sonroje al escuchar las palabras de la doctora, era obvio que iba a decir agresión, pero sabía que el dueño del hospital era el culpable de esta situación y debía de cuidar los comentarios que hiciera.

-       ¿Puedo preguntarte algo? – la chica acepto mientras empezaba a revisarme – ¿tu conociste a la ex esposa de mi marido?

-       No puedo hablar de la familia aquí, está prohibido – le sonreí y la deje terminar, los hospitales me enfermaban más de lo que podían curarme – listo terminamos Señor Kaiba, si en alguna ocasión necesita una consulta desde su domicilio también puede solicitarla, nosotras nos encargamos de que todos los miembros de su familia se encuentren sanos.

-       Muchas gracias – pase a la recepción donde me darían unas indicaciones sobre el cuidado que debían tener mis heridas y me darían el medicamento necesario, mientras recogía todo una enfermera sin llamar la atención de los hombres que me acompañaban me entregó un papelito y al abrirlo decía “debes saber algo importante búscame en este número”, le sonreí con gentileza fingiendo igual que ella y me retire a la mansión.

 

De regresó a la casa me di cuenta de que tenía mucha ventaja ser rico en este mundo, las chicas que habían ido a la clínica donde conseguí mi método anticonceptivo no tenían muchas opciones, no era como si sus maridos costearan sus golpes como el mío muy amablemente hacía con sus espos@s, al llegar al auto me quede pensando nuevamente en el proyecto que tenía en mente para ayudar a las personas, estaba tan absorto en cómo crear la fundación que no me di cuenta de que había llegado a la mansión.

 

-       Bájate de mi auto – la voz de Seto me sacó de mi ensoñación y Tristán rápidamente se dedicó a ayudarme a bajar de la camioneta, de igual manera me ayudó a subir las escaleras y poder llegar a la entrada donde se encontraba Mokuba esperando a su hermano.

-       Hoy es día de videojuegos, ¿Dónde estabas? – me barrio con la mirada, supongo que estaba celoso de que me hubiera robado la atención de Seto, yo no tenía hermanos por lo cual para mí era muy tierno ver como se llevaban tan bien y me daban ganas de abrazarlos por ser tan tiernos, pero debía de controlarme aún no teníamos una buena relación como para tener esas demostraciones de cariño, además no quería que Ganzaburo pensara que estaba del lado de sus hijastros, eso me daría desventaja en la confianza que me había ganado en tan solo esos meses.

-       Tuve que arreglar unos asuntos – paso de largo ignorando nuevamente mi existencia, ese chico de verdad que tenía desorden de personalidad múltiple.

 

Llegué a mi habitación y empecé a trabajar en mí nuevo proyecto altruista, cuando como balde de agua recordé que la chica de la recepción me había dado un papel, así que lo busque de inmediato, marque el número que venía y sin que me presentara la chica solamente mencionó el nombre de una cafetería muy conocida, fecha y hora para el encuentro, después de eso colgó.

No voy a mentir me sentía como en Misión Imposible recibiendo las ordenes de mis superiores en clave para así escondernos de la intervención del gobierno, sonreí y deseche la idea de inmediato, estar tanto tiempo encerrado en ese lugar me estaba volviendo loco, así que continué con mi trabajo, pero aún con la espina de saber que era lo importante que esa chica debía de decirme y por qué teníamos que vernos de esa manera.

A la hora de la cena baje con la ayuda de Tristán, tenía pensado cenar en la cocina, total ninguno de los hermanos Kaiba le gustaba compartir la mesa conmigo, me vieron pasar de largo y lo yo los vi sentados hablando en voz baja y guardando silencio. No soy un genio, pero sabía que esos chicos planeaban algo, pero la verdad no me interesa absolutamente nada de lo que ellos hagan de sus vidas, sólo debía esperar a que este mal trago pasara rápidamente.

Cuando llegué a la cocina todos me vieron con susto y yo les sonreí, pero vi que ninguno se relajaba, así que al voltear mi mirada me di cuenta de que Seto me había perseguido, rodé los ojos en señal de fastidio y me dirigí hacia el refrigerador para sacar un jugo, me senté en la barra y el chef acomodo las cosas para que yo pudiera cenar en ese lugar, claro que mi hijastro no se veía nada feliz por mi decisión, seguí ignorando su mirada de odio, pero los presentes estaban empezando a sudar frío, no quería torturarlos con la presencia de uno de los dueños de la casa, así que decidí enfrentar el problema de una vez, al mal paso darle prisa.

 

-       ¿Te puedo ayudar en algo? – apenas iba a darle la primera probada a mi comida, cuando el quito mi plato de la barra y se lo llevó hacia la mesa donde se encontraba cenando con su hermano – no es cierto – mi fastidió estaba llegando a un límite, ¿por qué ahora era tan entrometido en mi vida? – Tristán voy a comer en mi habitación, no dejes que se me acerque de nuevo ese niño – el castaño que me acompañaba a todos lados se encargó de que llevaran mi comida, mientras yo me dedicaba a pasar de nuevo frente a esos chicos y me dirigía de inmediato a mi cuarto, de verdad no quería entablar una conversación en ese momento, aún tenía muchos moretones y cicatrices que no quería que Mokuba viera.

-       ¿A dónde crees que vas? – la voz de Seto sonaba molesta y tenía claramente una orden escondida, “tu cenas aquí”.

-       Lamento que mi presencia sea requerida en el comedor, pero por el momento no me siento muy bien, así que me paso a retirar – vi que azotaba las manos sobre la mesa y estaba dispuesto a seguirme y obligarme a regresar, pero Tristán se puso en medio.

-       Lo siento joven Kaiba, el amo no permite que el amo Joey conviva mucho con ustedes, así que le voy a pedir que no lo toque – Seto lo vio con tanto odio que si sus ojos fueran navajas ya hubiéramos tenido que llamar a la policía por asesinato, pero a pesar de la amenaza mi guarda espaldas no se movió.

-       Solo eres un mono al servicio de nuestra familia, no tienes derecho a prohibirme nada – sonreí al ver tremendo berrinche que estaba haciendo, pero seguí caminando lentamente hacia mi habitación.

-       No estoy al servicio de su familia, el amo me contrato para cuidar del amo Joey y si usted es una amenaza no voy a dudar en intervenir – antes de que Seto soltara el primer golpe contra Tristán Mokuba lo detuvo diciendo unas palabras que me llenaron de curiosidad.

-       Hermano, al parecer nuestro padre si quiere conservar este juguete – Seto se retiró y se volvió a sentar a la mesa con su hermano y siguieron susurrando.

 

¿Conservar? ¿Juguete? ¿A qué se refería con eso?

 

Me puse a investigar los chismes que había sobre la familia Kaiba en la red y había miles de escándalos amorosos donde las parejas “amorosas” de Ganzaburo acababan dejándolo por supuesta infidelidad, pero no especificaban con quien, eso me lleno la cabeza con ideas más alocadas. ¿Acaso Seto le quitaba a su padre sus parejas? No era tan descabellado si te lo ponías a pensar, si la o el espos@ de Ganzaburo le daba un hijo él estaría fuera de la herencia y si tomabas en cuenta de que posiblemente no era hijo legítimo de Ganzaburo era más que obvio que lo desterraría de Kaiba Corp. Mokuba podría ser el único heredero legítimo, pero era obvio que le cedería todo a su hermano de ser necesario…

 

-       Por eso me llevó al hospital… quiere asegurarse de que su padre no lo saque de la herencia…

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW


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