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Mi apellido es Kaiba. por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Lamento la tardanza se me dificulto hacer el lemon... igual no quedo como esperaba, pero espero les guste. 

 

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo. 

 

Capítulo único

 

Me parecía increíble que para parecer una calavera andante solamente tuve que dejar de comer por 3 semanas y para volver a mi peso normal me había tomado 2 meses enteros, claro que como mi estómago se había resentido por la falta de alimentos, la ingesta diaria había sido una tortura, los médicos querían que hiciera 6 comidas diarias a base de verduras y frutas cocidas. Según mi doctora tenía mucha suerte de no haber muerto, pero la verdad no creo que haya sido cuestión de suerte.

Ganzaburo había llegado como amenazo a la semana de haber hablado conmigo y me enseño el contrato que deberíamos de firmar para que nuestro futuro divorcio fuera lo más transparente posible, además había logrado la prórroga de no tener relaciones sexuales hasta que mi organismo fuera capaz de sustentar una vida sin ponerme en peligro.

Por parte de Seto se había ido de nuevo de viaje y Ganzaburo le había dicho que tenía prohibido regresar sin notificarle antes, básicamente lo culpaba por mi deteriorado estado de salud y por la terrible recaída que había tenido, mi hijastro no parecía sentir culpa y simplemente hacia lo necesario para mantenerse dentro de la cadena de sucesión.

Mokuba aún trataba de hablar conmigo, pero no tenía permiso de acercarse a mí a menos que mi esposo estuviera presente, Tristán me había informado de que se veía cabizbajo, pero aún no tenía el valor de poder hablar con él sin llorar, todo por recordar sus palabras, así que me dedique a vivir en mi cuarto sin causar ningún problema, además de que debía de planear mi venganza sin llamar la atención de ninguno de los Kaiba.

 

Mi esposo se había dignado a tratarme como una persona normal y hasta hablaba conmigo, al parecer algo en los últimos meses había cambiado en él, no quería presumir, pero al parecer ahora me veía como un igual por el hecho de que había demostrado tener más coraje que sus hijos, me imagino que en algún momento de su convivencia con las otras mujeres u hombres con los había tratado de tener una relación, los pequeños diablillos que tenía por hijastros empezaban a tramar cosas causando que se fueran o como en mi caso que desearan mejor la muerte y ningun@ había vuelto, pero yo había sobrevivido a mi primer año de matrimonio, era menos que su primera esposa, pero era más de lo que otr@s que habían estado con él.

 

Cuando por fin recuperé mi peso y mi salud era estable empecé a sentirme demasiado ansioso, ya sabía lo que me esperaba Ganzaburo empezaría la tarea de tener un hijo y ese hijo sería la puerta al éxito que tenía planeado para derrotar a la familia Kaiba, así que todas las mañanas me despertaba esperando a que mi esposo entrara para empezar a procrear pequeños hijitos, mientras tanto todo estaba aún controlado.

Ya había vuelto al trabajo y había decidió actuar como si nada hubiera pasado, desayunaba, comía y cenaba en el comedor principal de la mansión, Mokuba al parecer no había querido aparecer los últimos días en la mansión y Seto se la vivía de viaje de negocios por órdenes de Ganzaburo, así que prácticamente volvía a estar sólo con los empleados, bueno mientras los de seguridad no le dijeran a mi esposo que tenía una amistad con ellos estaba a salvo de cualquier represalia.

 

-       Buenos días – estaba sentado en mi tocador cuando la voz de Ganzaburo me saco de mi ensoñación, no puede evitar el escalofrío que corrió por mi espalda, al parecer había llegado el momento.

-       Hola, ¿qué te trae por aquí tan temprano?- lo vi acercándose y sentarse a mi lado, a través del espejo podía ver la mirada que me dedicaba, prácticamente me desnuda con sus ojos color café, al parecer hoy iba a cenarme.

-       Vengo a hacer la tarea – lo dijo con un tono tan jovial que casi me muero de la risa, ¿acaso no recordaba que era un señor de 50 años?

 

Cerré los ojos esperando lo peor, lo había hecho esperar por dos meses, seguramente me molería a golpes, para mi sorpresa tomó de manera suave mi mano y me guío hasta la cama, causando que me diera más miedo que si hubiera empezado como todo un macho urgido por sexo, me sentó en la orilla y no pude evitar analizarlo con la mirada, ¿qué estaba haciendo?, creo que mi mirada de desconcierto fue tan obvia que me susurro al oído de manera tranquila Según tu doctora debe ser con cuidado si quiero un bebé, así que vamos despacio”.

Mi boca casi se fue hasta el piso al escuchar esas palabras ¿quién hubiera dicho que sí me puso atención cuando habló conmigo?, me empezó a desvestir despacio haciendo que sus dedos rozaran con mi piel y causando que me recorriera un escalofrío, había salido con hombres a lo largo de mi vida y conocía el placer carnal, pero era algo que jamás había vivido con mi esposo.

 

-       Te ves muy bien el día de hoy - susurro de manera suave mientras besaba mi mejilla, no podía interpretar esas palabras en ese momento, pero era demasiado extraño que se comportara de esa manera aunque agradecía más como me trataba en esos momentos que los golpes – ahora quiero verte completo – añadió mientras iba quitándome la ropa lentamente, sentí sus dedos rozando mi piel y la verdad esos escalofríos me estaban asustando, ¿por qué mi cuerpo reaccionaba?

-       Ahora sacas tu lado pervertido – mi voz sonaba insegura por las nuevas sensaciones, mientras sentía mi cara ruborizarse, por el miedo a esto instintivamente escondí la cabeza entre las sábanas, no debía de hablar así, podía malinterpretar todo lo que estaba pasando y lo nuestro solo era un contrato.

-       Vamos a jugar algo divertido, que te parece si escribo en tu cuerpo – preguntó mientras me mordía el lóbulo de mi oreja – amaría marcarte y después mostrárselo a todo el mundo – añadió para después sacar un marcador que tenía en su bolsillo y empezar a escribir en mi pecho y cada a cada letra tenía una sonrisa aún más psicópata que cuando me golpeaba, termino y al ver su pequeña travesura pude leer “Eres de mi propiedad”.

-       No olvides que lo nuestro es sólo un contrato – reclame bastante enojado por sus palabras, pero él parecía más divertido por mi reacción al punto de que sus ojos parecían salirse de sus cuencas, de verdad que me asustaba esta nueva versión de él, pero no debía de perder la cabeza, pronto todo su imperio sería mío.

-       Puedes decir todo lo que quieras, pero en este momento tu cuerpo es más honesto – mientras me miraba a los ojos colaba uno de sus dedos por mi entrepierna y comenzaba a invadirme logrando que mi cuerpo reaccionara con sorpresa – hasta gimes del placer – me sentí sorprendido de mí mismo por la situación que estaba viviendo, pero entonces me puse a pensar “Para vengarme no necesito resistirme a su trato, sólo debo de asegurarme de tener un hijo”.

-       Si vamos a jugar de esta manera, entonces yo también voy a marcarte – tome el plumón que tenía en las manos y empecé a abrirle el pantalón con una sonrisa pícara, mi esposo parecía feliz por las acciones y me estaba facilitando el poder quitarle el pantalón y los interiores, cuando por fin pude desnudarlo por completo abrí el plumón y empecé a escribir sobre su miembro y él sonrió al ver lo que había escrito “Propiedad de Joey”.

-       Eres más travieso de lo que aparentas – dijo sonriendo de manera malévola al ver que había escrito sobre su miembro, al mismo tiempo que admiraba mi marca empezó a ingresar un segundo dedo en mi interior – si ruegas porque te penetre podría hacerlo más rápido y placentero – mi cuerpo estaba reaccionando al juego de dedos que se estaba llevando a cabo en mi entrada y estaba perdiendo el control poco a poco de mis acciones.

-       ¿Acaso no quieres penetrarme? – puse la cara más tierna que podía y abrí las piernas a lo máximo que me permitía mi cuerpo como mostrando que estaba más que dispuesto a entregarle todo lo que tenía, por la cara que puso a mi invitación me imagino que fue demasiado el impacto, ya que no aguanto ni un momento más cuando empezó a penetrarme como caballo salvaje.

Sentí como su miembro invadía mi interior de manera rápida, llegando a puntos bastante sensibles para mi gusto, me tuve que aferrar a las sabanas para tratar de mitigar el placer que estaba sintiendo en ese momento no quería darle la satisfacción de que viera mi expresión de perdición total, al final parece que no había funcionado, ya que lo vi sonreír nuevamente con sadismo y me susurro “Ya lo encontré” después de esas palabras mi cabeza se nublo por completo y sentía electricidad recorriendo mi columna vertebral.

No me di cuenta en que momento empezamos a cambiar de posición y yo quede arriba de mi esposo, yo lo cabalgaba de manera rápida y al momento de bajar apretaba mi interior hasta que volvía a subir donde y dejaba de apretar la punta para dejarme caer con fuerza sobre su cadera, podía escuchar que sus gemidos eran demasiado altos y por su cara de verdad lo estaba disfrutando, no iba a negar que hace mucho no sentía el placer carnal, así que me estaba dejando llevar por mis instintos, después de todo no tenía que ser un santo si iba a destruir el hombre de bajo de mí, ahora me sentía literalmente como si fuera la reencarnación de Cleopatra y fuera a destruir Roma.

En algún determinado momento no aguante más el ritmo que llevaba y caí rendido sobre la cama al punto de no poder sostenerme en mis propias piernas, sentía los calambres placenteros recorrer por toda mi columna vertebral, pero mi esposo parecía no querer terminar, así que me colocó boca abajo y él mismo se dio la tarea de levantar mi trasero en sus manos y de mantener las estocadas rítmicas haciendo que no pudiera pensar en nada coherente en ese momento, ¿ya cuantas veces habíamos llegado al orgasmo y él parecía inmune?

 

A la mañana siguiente me levanté sin ánimos de nada y con dolor por todo el cuerpo… espero que los guardias en la parte de afuera no hayan escuchado todo lo que hice con mi esposo, que vergüenza.

 

-       Creo que necesito un baño – me moví entre las sabanas sintiéndome asqueroso, tenía el trasero y los muslos pegajosos, mi cuerpo estaba lleno de marcas de mordidas y el sudor hacía que me pegara a las sabanas, era una sensación que me hacía querer vomitar, así que debía de limpiarme rápidamente. No sabía en qué momento Ganzaburo había dejado de taladrarme, había perdido la conciencia después de no descansar por horas y como era su costumbre se había ido hacia su habitación, al parecer aunque había sido más amable, no íbamos a compartir la misma cama mientras estuviéramos casados, tampoco es que no pudiera dormir por ese hecho, la verdad lo agradecía, ya que podía hablar mal de él sin que me escuchara desde el baño o entrara sin tocar la puerta… bueno igual jamás había tocado mi puerta, después de todo es el amo y señor de la mansión.

 

Al llegar al baño me vi en el espejo de cuerpo completo que tenía dentro y observe mi figura, al levantarme de mi interior salía todo el viscoso semen que mi esposo había depositado en mí, la escena parecía de película porno, demás tenía mordidas literalmente por todos lados, incluso el cuello parecía devorado por un cocodrilo, sin dejar de lado que tenía escrito con plumón en casi todo el cuerpo la palabra mío, una clara broma de mí esposo por quedarme dormido y además en las nalgas tenía marcadas por sus dedos, tal vez no me había golpeado como antes, pero se había encargado de dejar las marcas de sus dedos en cada una de las nalgadas que me había dado y sin contar que las piernas me temblaban, parecía venado recién nacido al caminar… ¿cuánto tiempo había continuado dentro de mí después de que me había quedado dormido por el cansancio?, ¿acaso había tomado medicamento para durar tanto?, no era normal a su edad me hubiera ganado en el round.

Prepare rápidamente la tina para poder lavarme por completo, ya que me estaba empezando a dar nauseas todo lo que tenía encima de mí, cuando estaba ya dentro del agua caliente con las burbujas la puerta del baño se abrió por completo dando un portazo en la pared y haciendo que brincará en el agua causando un pequeño dolor en mi entrada, al voltear a ver quién se atrevía a hacer tremenda entrada en mi habitación vi al mismísimo Seto Kaiba en la puerta, me vio con cierto asco en su mirada y se colocó delante de mí con su porte de hombre todo poderoso dueño del universo entero.

 

-       Buenos días hijo, no sabía que ibas a regresar hoy de tu viaje, sino hubiera preparado una fiesta de bienvenida – hice mi comentario con la clara intención de burlarme de él por su actual situación.

-        Veo que ya eres un juguete bien amaestrado por mi padre – veía su mirada recorriendo mi cuerpo que se veía a través del agua.

-       Cuidado de donde pones la mirada niño o tendré que darte unas nalgadas para educarte – dije mientras fingía tapar mi entrepierna y guiñando un ojo en señal de picardía, por su sonrojo creo que no imaginaba esa reacción de mi parte.

-       Ni que tuvieras tanta suerte, vengo a advertirte que si sigues con esto de ser el esposo ideal de mi padre, tendré que empezar a tomar medidas drásticas – su tono era una clara amenaza hacía mí, yo obviamente sabía a qué iba con ese comentario, estaba dispuesto a matarme si yo llegaba a tener un hijo con su padre.

-       Sabes me había estado preguntando, ¿por qué se esforzaría tanto un chico como tú en que su padre no tuviera más hijos?, digo eres el primogénito del gran linaje Kaiba y además ya casi eres el dueño de la compañía, no creas que no me he dado cuenta como los inversionistas ponen cara de desagrado cuando mi esposo habla y como siempre apoyan tus propuestas, por lo cual sólo debes de hacer que hagan una votación para quitar a tu padre del puesto y así ser el amo y señor de todo – me empezó a ver con más odio a cada palabra que escupía con cruel veneno – así que llegue a la conclusión de que solamente la muerte de Ganzaburo sería la solución de que tu heredaras todo, tal vez porque oficialmente no eres su hijo… ¿o me equivoco? – Seto parecía otra persona completamente ya que entro a la bañera me sacó tomándome del brazo y me aventó contra la pared, causando un gran impacto en la columna, ese golpe impidió que me pudiera levantar y de igual manera hizo que todo mi mundo empezara a dar vueltas, pero eso no iba a impedir que me defendiera, no iba a volver a ser un trapo de los Kaiba.

-       Mira pequeña zorra… - no terminó su bello discurso de odio cuando lo encare, lo vi a los ojos y el pareció sorprendido por mi reciente actitud.

-       A mí no me amenaces pequeño bastardo, tal vez tengas mucho poder en tu familia, pero ya te diste cuenta que miedo a la muerte no tengo, así que lo que me digas me va a pasar por el arco del triunfo – su cara era un poema de molestia, sorpresa e indignación, porque sabía que tenía razón, estaba atado a lo que pasara conmigo y con mi esposo en los siguientes días y obviamente Ganzaburo no se quedaría quieto cuidándome para que al fin se llevara a cabo su venganza contra sus hijos y su esposa – pero bueno llegado al punto de mis comentarios, te propongo un trato que no puedes negarte – me vio con duda en los ojos, era obvio que desconfiara de mí, pero debía de convencerlo de que me apoyara y así poder llevar a cabo mis malévolos planes – ya que se su sucio secreto familiar, la verdad no quiero tener un hijo de tu padre, me resulta algo incómodo que me lo quiera quitar después de darlo a luz y solo para crear un clon de su maldad – Seto me vio con sorpresa ante mi revelación – aunque no lo creas mi contrato solamente es válido hasta el primer año de nuestro primogénito, así que no me conviene mucho esa situación, así que debemos unir fuerzas para poder mantener ambos nuestro legado y así evitar la ruina de nuestra estirpe – me levante del piso y volvía a caminar hasta la tina donde me estaba bañando hace unos minutos – te propongo que en cuanto sepa que espero un hijo de él, entre ambos lo matemos.

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW


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