Alexander acaba de terminar la preparatoria con un sinfín de cosas por afrontar, ahora además de eso tiene que lidiar con un sueño del que no puede creer lo que vio, pero esa no era la única sorpresa.
Ya que la Universidad es todo menos el lugar pacifico que creía, además de que el cambio podía traerle una aventura a su hasta ahora pacifica vida.
Aun podía sentir el dolor en su frente debido al golpe en su cabeza, eso era lo mínimo que podía esperar cuando se metía en lugares que no le correspondían, pero al menos tenía el consuelo de que ya todo había terminado, mal pero había terminad.
Abrió lentamente los ojos notado que apenas estaba amaneciendo, seguramente Nina estaba a punto de destruir la habitación con gritos de desesperación, pero no se escuchaba nada, tal vez se había quedado dormida.
No tenía caso pensar en eso así que decidió levantarse, cuando lo hizo no solo pudo
notar que ese no era su cuarto, si no también el frio repentino en su cuerpo.
Eso no era posible debido a que no estaban esa época del año,
–¿Hola? – pregunto cuando se sentó en la cama, analizo por qué se sentía un poco diferente, al levantarse de la cama pudo notar que era más alto de lo que recordaba, además de su complexión marcada y lo que más le pareció raro era que se sentía más fuerte, como si ese cuerpo no fuese el suyo.
Tal vez estaba aluciando debido al golpe, pensó en volver a la cama así despertar de ese extraño lugar.
–¿Qué haces? – de pronto una voz desconocida pregunto.
–No se –admitió mientras volteaba a ver quién era la persona que le hablaba.
–Si no sabes, entonces baja a ayudarme, te recuerdo que esta reunión fue tu idea –le regaño mientras se daba la vuelta para irse.
–¿Mia?
Estaba confundido con lo dicho por ese extraño chico que no sabía quién era pero le hablaba con mucha confianza. Además de desconocer lo que estaba pasando.
¿Acaso había muero?
Había muero muy joven a su parecer.
Pero tal vez ese era su destino y debía aceptarlo.
Camino en dirección a donde se escuchaba ruido, al ver aquel lugar le pareció era bastante decorativo, ¿Acaso ya es navidad en la otra vida?,
Se puso en marcha hacia donde venia el ruido, las escaleras estaban en la esquina así que no tendría problema en llegar, todo lo que podía ver era toda esa decoración que en parte alguna vez quiso tener cuando era niño.
–¿No dormiste lo suficiente? – de nuevo la voz del chico que estaba en el salón de a lado, su sorpresa fue mayor al ver una enorme mesa con muchos lugares preparados.
¿Reunión de almas en pena?
¿En Navidad?
––¿Estas bien? –la persona que hasta hace un momento colocaba los últimos platos sobre aquella mesa se acercó y sin aviso le toco la frente, su mano era muy cálida, extrañamente no se sintió invadido. –Tu silencio me está molestando–
–Lo siento… no quería –bueno estaba muy perdido así que no sabía que responder.
–Al menos estas vivo– la persona frente a él se tranquilizó –Te hare un sándwich mientras llegan los demás –le dio la espalda para dirigirse a la cocina, sin pensarlo mucho Alex lo sigue, no quería hacer enojar a quien fuera el dueño de la casa.
Se sentó en la una de las illas de la bonita mesa que estaba frente a él, quería decir algo más pero no sabía cómo comenzar a preguntar qué era lo que estaba pasando.
La persona le extendió el plato con la comida, este lo tomo no muy convencido pero la mirada que lo observaba parecía estar juzgándolo de una manera que no sabía descifrar.
En su cabeza solo estaba sonreír para comenzar a comer, cuando dio el primer mordisco se sorprendió al notar que era de su agrado, pocas personas sabían cómo le gustaba aquel aperitivo.
La puerta principal se abrió casi de golpe, entonces escucho una voz tan familiar como el día.
–¡Feliz Noche Buena! –antes de terminar su bocadillo fue a la entrada principal para llevarse la sorpresa de ver a dos niños, mas bien eran una niña y un niño vestidos de reno correr a él gritando.
–¡Tio Alex! –
¿tío?
¿Quién?
¿El?
–Mami, creo que el tío ahora si se murió –hablo la niña a su madre.
–Es normal, después de un vuelo tan largo, ¿No? –casi no pudo reconocer al apersonas frente a él, su cabello era corto y en cierta manera parecía tener más edad, sin contar que tenía u bastón con el cual se ayudaba a caminar.
–¿Nina? – pregunto sorprendido.
–Esa soy yo, ¿Y tú eres? – de un momento vio como su amiga la miraba extraño. –¿Qué? –
–Tú también falleciste–no sabía cómo expresar las dudas que tenía en ese momento.
–¡¿Mami murió?!– los dos niños comenzaron a llorar.
–Claro que no –se acercó a ellos para tratar de calmarlos mientras le hacía señas a Alex de que no debió decir eso. –Si van a la cocina encontraran algo delicios, algo sorpresa para ustedes –
Los niños pararon de llorar, para inmediatamente ir a donde les dijo su madre.
––¿Qué yo que? –
No tuvo oportunidad de decir nada más, Alex comenzó a decirle:
–Lo último que recuerdo es que me golpeo una pelota en la fiesta de graduación y de repente estoy aquí en un lugar extraño donde tu estas, así o nos morimos los dos o ya me volvió loco el golpe –ella se lo pensó un poco antes de agarrarlo del brazo y salir al patio trasero.
–Em un momento regresamos –
Alex al salir siente tanto frio que casi le dieron ganas de volver adentro.
–Nina… ¿Que está pasando? –
–Bueno, fue tu idea pasar aquí noche buena con todos, incluso convenciste a tu esposo que cocinara ¿Algo de eso te suena? –la mirada de su amigo le indicaba que su cabeza no podía procesar la información que estaba recibiendo, como si fuera la primera vez que lo escuchara.
–¿Me case?, yo no sé de lo que estás hablando –no podía considerar la idea de todo lo que le decía.
–Bueno será menor que lo creas, Alex…–no pensó que eso fuera a suceder cuando le conto lo que sucedía, de repente lo vio desvanecerse ¿Cómo se pudo desmallar por algo…?–desafortunadamente no alcanzo a sostenerlo y callo en la nieve sin sentido.
Alex escucho muchas noves a su al rededor, pero no tenía la intención de despertar, si o hacia seguramente no podría con más noticias sin sentido.
Sin embargo, lo que escuchaba era diferente, ahora solo dos personas hablan, de nuevo el dolor en su cabeza era fuerte, no tuvo más opción que abrir los ojos de nuevo, esta vez se encontró con una grata sorpresa al ver a Nina junto a su cama.
–¡Alex! Tranquilo tu mamá ya viene en camino–parecía estar muy preocupada –
–Nina… creo que…soy gay –dijo simplemente mientras recordaba esa alucioninacion en su cabeza.
Su amiga no dijo nada durante un momento,
–Tranquilo creo que todo lo demás está bien, traeré al doctor –Nina casi se pone a reír ante ese comentario, su preocupación disminuyo al notar que todo estaba bien.
El herido por su parte pensó en que quizá se había expresado mal, pero ya habrá un momento para explicarle todo de mejor manera, llevo su mano a su frente que estaba vendada, él dolor una no era tan intenso, pero no creía poder dormir mucho con eso en la cabeza. Sin contar que en un par de días seria la ceremonia de graduación.
Seria la momia de la gradación, seguramente.
–Alexander–su madre llego rápidamente cando Nina le conto lo sucedido, no podía pensar en otra cosa que en como estaría su hijo–¿Estas bien?, ¿Te duele?, –
–Solo un poco, pero estoy bien–su madre le acaricio la cabeza con cuidado de no hacerle faño.
–¿Cómo fue que esto paso? Cuando dije lo de tomar riesgos me referida a mí no a ti –cuando vio que al menos no parecía herido de otra parte se tranquilizo.
–¿Porque estas en ropa de dormir? – pregunto una vez que pido verla detenidamente.
–Bueno no podía cambiarme y venir al hospital –se sintió en paz al ver que su hijo al parecer estaba bien.
–Qué bueno que despertaste jovencito –llego un doctor de la clínica –No hay nada de que preocuparse, se repondrá, solo necesita reposo por al menos dos días , les diste un buen susto a todos–
El doctor parecía muy amable al explicar que en sus radiografías no había nada extraño y que lo único que tendrá los siguientes días sería una hinchazón horrible.
Nina apareció con un poco de café para la madre de Alex, quien le agradeció llevarlo inmediatamente al hospital después de escuchar los gritos de todos al decir que alguien había muerto.
–No es nada, además fue mi culpa por insistir tanto esta fiesta –sobada bastante triste cuando decía sus disculpas.
–De nadie fue la culpa cariño, a veces las cosas simplemente se salen de nuestro control – la madre de Alex era bastante simple y no le agradaba poner cargas sobre otras personas.
El doctor indico que podía retirarse a su casa con un medicamente para el dolor, además debía tener al menos dos días de reposo para asegurase de que no marearse o perder el equilibrio.
En definitiva, no era el mejor día de su vida como pensó, pero al menos estaba vivió y su madre no tenía ganas de castigarlo por preocuparla ya suficiente tenía con el divorcio, la mudanza y su ingreso al a universidad.
Respiro profundo antes de que Nina lo ayudara aponerse en pie.
–¡Es una emergencia! – se escuchó en toda la sala de urgencias,
Los tres se quedaron aturdidos cuando comenzaron a escuchar sirenas de ambulancias además de varios gritos provenientes de afuera.
–Disculpen, pero deben irse en este momento –una enfermera les dijo sin detenerse.
Ver esa escena fue inesperada para todos, barias personas en camilla con clara señales de quemaduras, además de un olor bastante desagradable.
La madre de Alex no perdió el tiempo y se llevó a ambos al estacionamiento lo mas rápido posible, por su experiencia no deben quedarse mucho tiempo en ese lugar.
Cuando al fin estuvieron en el auto no dudo en arrancar, Nina se encontraba un poco curiosa acerca de lo que pudo haber sucedido para que el pánico en el hospital se desatara, pero deicidio que lo averiguara más tardes, por el momento era mejor llevar a su amigo de vuelta para poder descansar.